La TERRIBLE HISTORIA de CHATGPT: Elon Musk, Bill Gates y un PLAN SINIESTRO

Nicolás Morás

Los alcances de la Inteligencia artificial se han convertido en el centro del debate público ya no solo en los Estados Unidos sino en el resto del planeta. Inquietantes advertencias y declaraciones de todo tipo de expertos y personalidades del mundo empresario y político entre las cuales destacan una experta a la que Google despidió y que asegura que nos están vendiendo un futuro donde ya no hay Humanos. Harari el filósofo favorito del foro de davos de Schwab, ha declarado que no sabe si los humanos podrán sobrevivir a la Inteligencia artificial. Qué se esconde detrás de esta nueva transformación tecnológica.

Si dijera que chat gpt es el alter ego de su fundador Sam altman estaría faltando a la verdad pero sin duda eso es lo que a Sam atman le gustaría creer. Este programador de silicon Valley, que en 2015 se unió a Elon Musk para fundar Open AI – una empresa de Inteligencia artificial abocada a la “mesiánica” tarea de salvar a la humanidad -, ha dicho que la fusión del hombre con las máquinas es el único futuro posible para nuestra especie, al mejor estilo de Yuval Noah Harari.

Sam celebra la idea de que el homo Cyborg enterrará para siempre la humilde existencia del homo sapiens. Como su mejor amigo, Peter Thiel, Sam persigue la sangre de la juventud, buscando el “elixir de la inmortalidad”. Pero ojalá todo se tratase de delirios místicos megalómanos y esoterismo tecnológico.

Cierto es que en la vida de Altman también hay espacio para las intensas intrigas políticas y una constante interacción con las zonas más oscuras del Deep State norteamericano. Para conocer los grandes secretos que se esconden detrás de Chad gpt hay que conocer primero a su padre al padre de la criatura.

Atlman nació el 22 de abril de 1985 en Chicago, Illinois. Su madre era la dermatóloga y de su padre no hay ninguna información pero se sabe que junto a sus dos hermanos fueron criados en la fe judía. La familia se trasladó a San Luis Missouri donde se han demostró ser un niño precoz y sobresaliente: en la guardería comprendió el sistema telefónico de códigos de área con tan solo cuatro años y un día la maestra lo descubrió haciendo llamadas a larga distancia con Hong Kong. A los ocho años de aprendió a programar y a desmontar la mac, su primera computadora Max se convirtió en su vía de acceso al mundo y pronto encontró un sitio donde se halló muy pero muy a gusto. A mediados de los 90s estaban de moda las salas de chat de american online, una suerte de Messenger pero con áreas temáticas. A Sam le interesó una en particular las de contenido adulto. Así fue que este niño genio descubrió su orientación sexual a la temprana edad de 11 años.

Mientras tanto creó su primer sitio web un portal de reseñas de películas que terminaría volviéndose muy popular y empezó a vender anuncios en él para ganar dinero, luego redobló la Apuesta y fundó Laxa una plataforma creadora de sitios webs personalizados para que pequeñas y medianas empresas pudieran resolver ese problema sin tener que acudir a un profesional especializado. Sin embargo un día Altman recibió una llamada telefónica que lo dejó atónito: era del departamento de defensa de los Estados Unidos. Un oficial de seguridad nacional le informó que habían detectado un gran volumen de tráfico web sospechoso proveniente del servidor que alojaba los sitios web del Laxa. El oficial de seguridad le preguntó a Altman si podía proporcionarle información específica sobre sus clientes privados. Altman nervioso entregó todo el material solicitado y también le permitió al oficial que hackeara su computadora personal para monitorear en forma directa a los clientes. Sí,un buchón en toda regla. Después de investigar más a fondo, el oficial de seguridad descubrió que la actividad sospechosa venía en realidad de otra página web pero alojada en el mismo servidor. Sin embargo guarden en su mente esta anécdota porque resultará profética. Altman asistía a la escuela secundaria John Barrow donde se lucía como miembro del equipo de ajedrez. A los 15 años de edad llegó a su escuela el gran trofeo del Campeonato Estatal. Su maestro observó incrédulo las mágicas combinaciones de piezas que se han deslizado en el tablero después de obtener la corona. Dijo: “este niño es un prodigio, el mayor talento americano desde Bobby Fischer” y respecto a lo de ser el mayor talento americano para el ajedrez probablemente se equivocó pero en cuanto a convertirse en uno de sus mejores estafadores, ni lo dudo. Por entonces estaba de moda Deep Blue, un software de ajedrez que derrotó a la emblemática leyenda rusa Gary Kasparov. Jugadores de otros equipos denunciaron en la federación de ajedrez de Ohio que Altman había jugado milimétricamente igual a lo que sugería la máquina. Cómo pudo obtener esa información en la sala de juego… Bueno eso es memorable puesto que nadie lo sabe, nadie pudo desentrañar el misterio. Sin duda sus dotes informáticas habrán tenido mucho que ver. A los 16 años de edad Sam “salió del armario”, en la mesa familiar su madre quedó atónita. El niño, que siempre le había parecido asexual, demasiado tímido, un tecnológico al que básicamente asociaban con un robot (así le llaman sus hermanitos, Míster robot) confesó amar a los hombres y además lo quiso hacer militantemente. Desde aquel día después de que un grupo cristiano boicoteara una asamblea sobre sexualidad en su colegio Altman se dirigió toda la comunidad educativa anunciando que era homosexual y que estaba orgulloso de serlo,preguntándoles retóricamente si en aquel colegio querían ser un nido de monjas supersticiosas o una institución de vanguardia y no está mal El caso es que la directora del John Barraux lo premió haciéndolo abanderado y esto estimularía a comienzos del siglo XXI una larga trayectoria donde se centró en sus elecciones íntimas y personales para obtener privilegios de cara al público al público, progre por supuesto.

Después de graduarse Sam asistió a la universidad de Stanford para estudiar informática en 2005 Él y su novio Nick abandonaron la carrera para fundar su primer emprendimiento, Loop una aplicación móvil que compartía con tus amigos tu ubicación geográfica en tiempo real. Se ve que Sami tenía un ligero fetiche con espiar y ser espiado.

Es aquí donde la historia se pone interesante aquel verano Sam y Nick consiguieron financiación para crear un prototipo del servicio de E Combinator, una compañía de inversión que ayuda a jóvenes emprendedores Silicon Valley a lanzar sus startups. Fue fundada en 2005 en Cambridge, Massachusetts, por el informático inglés Paul Graham quien, en su libro hackers, calculó en forma premonitoria que los hackers más inteligentes de cualquiera de estas empresitas pioneras podría hacer 36 veces más trabajo que una asalariado promedio de cualquier oficina, lo que acabaría destruyendo por completo al empleo tal y como lo conocemos. De hecho Graham lo hizo sonar como algo patriótico y divertido: “Q uépodría salir mal si convertimos a Estados Unidos en una tecnocracia oligárquica. Esa es la esencia del hacking y también es la esencia de la americanidad”.

Repasando al personaje no estoy seguro si estas palabras fueron dichas con Sarcasmo. A medida que E Combinator crecía se trasladó a un cubículo de oficinas en Mountain View, una hora al sur de San Francisco donde compartía espacio con una empresa de robótica llamada Anybots. Graham y sus compañeros tenían que mantenerse alerta para evitar ser aplastados por autómatas torpes.

El objetivo original de E Combinator era proporcionar un capital semilla para que esa oligarquía futurista pudiera desarrollarse en su máxima expresión, seleccionando uno a uno a los hombres que valieran la pena, los elegidos. Graham sabía calibrar las aptitudes técnicas de sus candidatos y su mujer Jessica Livingston tenía una notable intuición de su carácter. Apreciaban a las personas de 20 y pocos años y en especial a los perfiles mordaces soñadores y dispuestos a erradicar a cualquiera con tal de concretar sus ambiciones. En su primera reunión Altman dejó cautivado a Graham, era un operador formidable, rápido para sonreír pero también extremadamente bueno haciéndose poderoso: “si se enoja contigo bromea con echarte hay veneno en la comida”, detalló Graham en la novela La Cuna del gato de Carter, un veneno disfrazado de agua que aniquila todo lo que toca.

Entre las primeras 8 empresas elegidas de E Combinator, recibió 6000 dólares de su fundador, además de la promesa de que al final del verano podrían hablar con sus amigos ricos durante 15 minutos .Entre esos amigos había uno muy particular, Peter Thiel. En 2005 Thiel ya era un excéntrico y había fundado PayPal junto a Elon Musk. Aunque luego lo hicieran una cama para echarlo de la junta directiva mientras se iba de luna de miel y PayPal ya trabajaba estrechamente con el servicio secreto de los Estados Unidos en tiempos de Bush para investigar y perseguir a clientes sospechosos. Un modus operandi que acabaría congelando los activos de Julia Assange pocos años más tarde. En aquella reunión Thiel encontró encantador al joven Sam. Ambos compartían una misma obsesión desde que eran jóvenes, la inmortalidad, ganarle la batalla a la muerte. Altman, inocente, le dijo a Thiel que soñaba con algún día copiar su cerebro en un sistema de software y así poder vivir Eternamente en un ordenador. “Mi querido Sam, todos soñamos de jóvenes con ser Yo robot pero la vida no es un cuento de ciencia ficción”, le dijo Thiel, advertido de que “el camino a la inmortalidad no era a través del Software sino de la biología y especialmente de la sangre de los varones jóvenes. Tengo algunos experimentos en mente pero no quiero adelantarme, todavía faltan años”. Entonces Peter Thiel se comprometió a ayudar a sus discípulo. Le consiguió 5 millones de dólares de financiación de Sequoia Capital, la firma que había propulsado a Google y Amazon. Más recientemente colaborarían en el proyecto de Thiel precisamente para extirparle sangre a jóvenes donantes desesperados de todos los Estados Unidos para poder “bañarse” en ella y realizarse transfusiones, convencidos de que así encontrarán una manera de detener el envejecimiento. Pero bueno, volviendo aquella época, Altman trabajó tan incesantemente aquel verano que contrajo escorbuto. Con el amparo de Thiel cerró acuerdos con operadores móviles como Boost Mobile para que publicitasen su aplicación.

Uno de los momentos cumbres ocurrió en el año 2008. Sam se unió al ceo de Apple Steve Jobs en el escenario de la conferencia mundial de desarrolladores de aquel año, presentando Loop como una de las primeras aplicaciones en la App Store de iPhone, lo que lo reconoció como uno de los primeros innovadores en materia de servicios de localización móvil.

Básicamente a Altman le debemos que hoy estos aparatitos nos vigilen masivamente reportando de forma automática nuestra localización a distintos servidores del gobierno. La realidad es que la idea de Altman era pésima y la gente, por lo menos en aquella época, demostró que no tenía un espíritu vigilante como el suyo. En 2012 él y los demás fundadores vendieron la firma por 43 millones de dólares, una rentabilidad negativa para sus inversores de riesgo. En otras palabras, la vendieron a pérdida y terciarizaron la pérdida en sus ángeles de la guarda y con la quiebra también se terminó el amor y Altman y su novio Nick rompieron para siempre. No obstante Sam tuvo talento para recomponerse rápido y fácil como el ave Fénix . Puso en marcha un pequeño fondo de riesgo en capital, así pudo recaudar 21 millones que salieron mayormente del bolsillo de Peter Thiel. Con ese fondo Altman apostó por las empresas más prometedoras de E Combinator, que como ya podemos ver, se convirtió casi que en una secta Demócrata.

Sam tenía un don para encontrar oportunidades en el caos y su viejo amigo Paul Graham le planteó una propuesta que no podía rechazar. Agotado de su trabajo le ofreció a Sam que se hiciera cargo personalmente de E Combinator, entonces la aceleradora había impulsado empresas como airbnb, dropbox, Pinterest y strike, pero, ocupándose de la dirección, Altman logró darle un giro copernicano; quería crear un conglomerado de billones de dólares y así hacer avanzar al mundo entero hacia una transformación socioeconómica. En la cabeza de este muchachito “avanzar el mundo” es avanzar en materia de máquinas y retroceder en materia de libertades individuales.

Sus nuevos empleados lo apodaron “El búho cornudo” por la ferocidad de sus ojos cada vez que les clavaba una mirada. Según su secretaria Altman repasaba los correos electrónicos y las reuniones como si estuviera atado una bomba de tiempo y el reloj presionase cada uno de sus movimientos, neurótico, constantemente nervioso, agresivo, logró adaptarse muy pero muy bien a la vida del nuevo rico: cinco autos de carreras entre ellos dos Mclaren y un viejo Tesla y daba paseos en aviones por toda California. Como buen empresario de Silicon Valley empezó a prepararse para el Apocalipsis.

En la revista de New Yorker, Altman declaró: “El problema es que cuando mis amigos de Silicon Valley se emborrachan hablan de las formas en que se acabará el mundo, uno de los mayores temores es que un laboratorio holandés modifique el virus h5n1 de la gripe aviar haciéndolo súper contagioso y la posibilidad de que se libere un virus sintético en los próximos 20 años es muy elevada. Otros colegas creen que la Inteligencia artificial se volverá contra nosotros y nos atacará y que las naciones lucharán entre sí, con armas nucleares digitadas computacionalmente, por los recursos naturales escasos que queden sobre la faz de la Tierra.”

Altman, que intenta no pensar demasiado en ello porque se angustia, pero que tiene armas oro, yoduro de potasio, antibióticos, agua, máscaras anti gas de las fuerzas de defensa israelíes, en la misma nota advierte que si llega un escenario catastrófico de estas características su plan de reserva es volar junto a su amigo Peter Thiel a una mansión en Nueva Zelanda. Esta idea obedece a que Sam es culturalmente muy judío y que lo diga un alemán bueno, tiene lo suyo. Se define como un ser extraordinariamente optimista y a la vez como todo un superviviente, por otro lado su madre le echa la culpa a su hipocondría crónica: “cada vez que le duele la cabeza tengo que asegurarle que no tiene meningitis ni un linfoma, es sencillamente estrés. Estas ideas fueron obsesionando a Sam Altman al punto de traerle trastornos psíquicos sí perdió la razón definitivamente tiene tanto pero tanto miedo a la muerte que en 2015 creó un grupo para trabajar en un eventual sucesor del ser humano, una Inteligencia artificial una versión mejorada del homo sapiens. Su idea era reunir a pensadores expertos en robótica, cibernética, informática cuántica, Inteligencia artificial, biología sintética y viajes espaciales, junto a filósofos progresistas y los ayuden a debatir sobre la sustitución humana. Estos hombres se empezaron a reunir con regularidad en casa de Altman y se autodenominaron como “el pacto”. Todas estas inquietudes y proyectos de Sam no suponen un gran secreto. Los invito a leer por ustedes mismos la nota de New Yorker, probablemente al concluir la revisión quedarán un poco alterados de que un tipo como Sam Altman se arroje la misión de salvar a la humanidad puesto que durante aquel reportaje Sam le dijo el entrevistador lo siguiente: “si crees que todas las vidas humanas tienen el mismo valor y también crees que el 99.5% de las vidas tendrán lugar en el futuro, deberíamos dedicar nuestro tiempo a pensar en el porvenir – acto seguido bajo la voz y agregó – pero a mí solamente importan mi familia y mis amigos”. Entonces le preguntaron cuántos desconocidos dejarían morir o llegado el caso mataría con sus propias manos para salvar a sus seres queridos. Mientras el entrevistador lo miraba sorprendido, Sam le aseguró que sacrificaría al menos a 100.000 personas. Muy tranquilizador.

Una tarde de 2015 Altman organizó una excursión a los montes de San Francisco junto a sus amigos de El pacto y predicaba ante ellos como si fuera una suerte de Mesías. El grupo discutía los avances de la Inteligencia artificial observando el puente de Golden State ;a la lejanía, soberbio y reinante sobre el mar embravecido, Altman tuvo una revelación: la inteligencia puede simularse, no falta mucho para que los sentimientos y la creatividad también. Entonces brindó una suerte de Sermón de la montaña pero acerca de robots como una suerte de Jesucristo por la pluma de Rey Bradbury:

“He abandonado la idea de la singularidad del ser humano en una máquina. Tiene ciertas ventajas los humanos estamos limitados por nuestra tasa de entrada y salida, para una máquina debemos parecer cantos de ballena ralentizados. Estos teléfonos ya no nos controlan, la fusión ha comenzado, una auténtica fusión con la Inteligencia artificial es nuestro mejor escenario para el futuro, cualquier versión sin fusión tecnológica entre hombre y máquina supone un grave conflicto, o nosotros esclavizamos a la Inteligencia artificial o ella nos esclaviza a nosotros mismos. La versión más loca de la fusión que queremos es que subamos nuestro cerebro a la nube, realmente me encantaría”.

Con los ojos idos y desquiciados remató ante su audiencia: “nuestros descendientes conquistarán la galaxia o extinguirán la conciencia en el universo para siempre. Es el gran momento para estar vivo.”

Al bajar de la montaña Peter Thiel, que había escuchado los delirios de El pacto con cierto escepticismo, por no decir con cierta vergüenza ajena, le dijo a Sam Altman que su amigo Elon Musk tenía ideas bastante parecidas y que mejor apuntar hacia él para emprender algo de esta naturaleza. En efecto, por entonces Elon Musk llevaba una década presagiando un viaje a Marte que nunca llega, chocando coches eléctricos autoconducidos y haciendo explotar uno tras otro sus cohetes por el aire, básicamente lo mismo que ahora. El magnate había manifestado su temor de que los robots superen en inteligencia a los seres humanos y de que la Inteligencia artificial pudiera acabar con nosotros.

Por un sencillo accidente, luego de una cena con Sam Altman e Ilia Subkever, un experto en redes neuronales criado en Jerusalén y que por entonces era un investigador senior de Google en un psicótico proyecto que busca configurar al cerebro humano a través de las computadoras empezaron a buscar apoyos para crear un laboratorio para desarrollar Inteligencia artificial con fines benéficos. Obtuvieron donaciones de Gregman Stripe, Peter Thiel, Ray Hoffman, cofundador de linkedin, grandes compañías como Amazon e infosis… reunieron mil millones de dólares para luego convocar a los mejores talentos en el ámbito de la Inteligencia artificial global. Finalmente el 11 de diciembre de 2015 Altman y el resto de los donantes anunciaron la formación de Open AI. Los principios de la empresa fueron colgados en su sitio web un documento sagrado cuasi bíblico que citan en cada entrevista y que confían en que elegía al actuar en el mejor interés de la humanidad: construir una Inteligencia artificial amigable y luego liberar su código fuente al mundo entero, es decir el famoso software le da nombre a la empresa hoy; conmovedor. En otras palabras, su plataforma nació mientras ellos alegaban, en una organización sin fines de lucro, que el código de sus programas sería una suerte de patrimonio de la humanidad para que todo mortal pueda acceder a sus logros y, créanme, no tardarían en abandonar ambas promesas. También divisaron un enemigo común, el departamento de tecnologias de Google sobre todo, y declararon que su temor era que la Inteligencia artificial de Google acabara como un dictador inmortal y superpoderoso que reine en el planeta, e incluso la galaxia, a perpetuidad. Incluso Sam le dijo al investigador, y esto es así, que asesinar a los científicos de Inteligencia artificial de la competencia era una primera medida aceptable. Sin embargo optaron por una opción un tanto más civilizada: contratar a una variedad expertos que antes trabajaban en Google Brain.

En mayo del 16, Darío Amodei, uno de esos hombres importados del gigante tecnológico, visitó la oficina de Altman y Gregman. El director general les espetó que nadie entendía su misión; habían recaudado un billón de dólares, habían contratado un impresionante y envidiado equipo de 30 programadores de primerísimo nivel pero para qué. Brockman respondió: “Nuestro objetivo ahora mismo es hacer lo mejor que podamos”. En resumen, no tenían ni idea. Era una mezcla de burbuja delirante, estafa piramidal y lavado de dinero pero para el mes de junio anunciaron un proyecto muy poco atractivo, un robot doméstico capaz de poner y quitar una mesa. Luego lanzaron gym, una plataforma que permitía a los investigadores desarrollar sistemas de aprendizaje por refuerzo y perdón que me ponga un poco técnico, pero es necesario entender cómo funciona la Inteligencia artificial para comprender la magnitud de sus peligros.

Básicamente el Deep learning o aprendizaje automático consiste en una serie de algoritmos o redes neuronales que se entrenan para aprender por sí mismos a seguir desarrollándose. Es decir, a diferencia de un software clásico como puede ser una app de Play Store de cualquiera de las que ustedes tienen instaladas en sus teléfonos o un videojuego, los programadores humanos no desarrollan completamente el código de la ia con el análisis de billones y millones de datos, es el sistema quien se va programando a sí mismo y logrando una comprensión de la realidad mucho más poderosa y muchísimo más rápida la Inteligencia artificial se ha autoactualiza y mientras los desarrolladores de Open AI se entretenían con sus robots, un personaje muy conocido empezó a fisgonear los salones ejecutivos de la empresa: Bill Gates. Esto lo reconoce en una reciente carta que publicó con motivo de chat GPT. El Magnate asegura que desde el año 2016 empezó a reunirse regularmente con Sam Altman y sus colaboradores.

Qué es lo que buscaba exactamente el misántropo, digo el filántropo de gafas, ¿marcar el territorio como un perro faldero o quería prepararlo para quedarse con una buena porción de la torta? Lo veremos pero a priori Gates tenía un motivo muy sugerente. Y es que si bien Sam Altman es un sujeto desconocido para nosotros en 2016 ya era una de las figuras más poderosas de Silicon Valley, E combinator se estaba expandiendo por todo el planeta, impulsaba startups en países como Reino Unido, India, Alemania, Francia, Singapur, Australia y lo más importante Israel y China.

En Israel financió parte del capital de semilla irons, una plataforma de monetización de aplicaciones móviles de una aseguradora digital y Placer Punto AI, una empresa de análisis de datos de ubicación con sede en Telaviv, que ha nutrido al ejército israelí de tecnologías de espionaje a palestinos al más alto nivel, incluyendo chips insertados en adolescentes detenidos arbitrariamente en los puestos de control de la franja de Gaza. De hecho, Elan Costeño, uno de los ingenieros insignia de Placer Punto AI, había trabajado directamente como oficial especializado Tecnológico del Mossad antes de pasar a desempeñarse en sociedad con Altman. Y en cuanto al dragón rojo, al gigante asiático, en 2015 Altman lanzó una sucursal llamada IcChina Para apoyar y financiar a las de startups comunistas. Desde allí financió a gigantes tecnológicos como Pin Dúo Dúo, un portal de ventas electrónicas que hoy es el equivalente a Amazon en dicho país y también estuvo detrás del surgimiento de otra compañía que ha dado mucho que hablar Senstein. En 2014 Senstein desarrolló una tecnología avanzada de reconocimiento facial que utiliza la dictadura de Xi JingPin para skynet, el gigantesco programa con el que vigilan a sus casi 1500 millones de ciudadanos. De hecho sus avances fueron tan impresionantes que en la ronda de financiación que convocó E Combinator,

Senstein recibió más de 410 millones de dólares por parte de Alibaba, la tecnológica más grande de China para propulsar su laboratorio. ¿Saben que otra firma participó de una de estas investigaciones? Microsoft, el centro de investigaciones pionero. Y Bill Gates se estableció en el año 97 en Sanghai. Como cierre del círculo Biden, Bill Gates, Alibaba y Elon Musk, Sam Altman y el programa de crédito social del PCCh, con perspectivas cada vez mayores de exportarse occidente.

No deja de ser curioso que hace apenas unos días SEnstein haya declarado al mundo que está por lanzar su propia versión de chat gpt, Learningbot y mientras suenan tambores de guerra en el estrecho de Taiwán, Chat gpt y Learningbot se toman juntos unos tragos, se ríen de nosotros los tontos que los estamos encumbrando como si fueran dioses.

Pero bueno, el caso es que Sam Altman había acumulado tanta influencia global que su mentor Paul Graham describió E Combinator como una especie de Naciones Unidas en la sombra, una proto ONU de la élite tecnológica global que lo había terminado colocando a él en una posición equivalente a la del secretario general.

En la primavera del 16 se reunió con Ashton Carter, Secretario de Defensa de Barack Obama y lo hizo en una sala Privada de una feria de San Francisco. Altman llevaba puesto el que por entonces era su único traje, uno gris y abultado varios números mayor, que su ayudante le había entregado para que se luciese. Carter fue directo al grano: “mire mucha gente aquí piensa que somos grandes y toscos y también está el tema de Snowden pero queremos trabajar con vosotros en el valle” (el valle de silicón, obviamente). “Amigo, eso sería genial” – le contestó condescendientemente Altman – “probablemente ustedes son el mayor cliente del mundo, el gasto en investigación propuesto por el Departamento de defensa para el próximo año es más del doble que el de Apple Google e Intel sumadas pero muchas starters se sienten frustradas porque tardan más de un año en obtener una respuesta suya. Si pudieras tomar decisiones sobre el inicio de programas piloto con empresas de E Combinator en un plazo de dos semanas creo que eso nos ayudaría a todos”. “Estupendo”, dijo Carter, que decía “qué más qué más se puede hacer”, entonces Altman se lo pensó un rato y le contestó: “ si usted o uno de los suyos pudiera venir a hablar con E Combinator creo que sería de gran ayuda para impulsar este programa público/privado”. “No se preocupe, lo haré yo mismo”. prometió obediente el señor Carter.

En otras palabras, para que quede bien claro, Altman acordó entregarle todas las startups nacientes de Silicon Valley al Pentágono para que puedan supervisarlas en forma directa, obscena, explícita, la consagración de lo que venían haciendo hace más de 20 años con las grandes bigtech. Pero esta vez llevado hacia las raíces y poniendo a la política, puntualmente a la política uniformada, por encima del empresariado en la toma de decisiones. Mientras todos salían de la oficina, un antiguo ejecutivo de Microsoft que dirigía la división digital del equipo de Carter le dijo a Altman que tenía que haberle hablado de Open AI. Altman asintió con la cabeza pero todavía no estaba suficientemente convencido de la idea y si bien no lo hizo con los funcionarios de Obama, ya lo haría con los funcionarios de Trump.

El caso de que Altman haya terminado logrando su mayor éxito con Open AI en la era Trump es bastante curioso, ya que al, igual que el resto de Silicon Valley, en el año 16 cerró filas detrás de la campaña de Hillary Clinton. Y el aporte no se quedó en sus jugosas donaciones, máximo lega de 750 mil dólares desembolsados a título individual, sino que además lanzó Vote Please, una aplicación destinada a suplicarle el voto a los jóvenes progres de todo el país para vencer en la contienda electoral. El objetivo era persuadirlos, fundamentalmente en nueve estados indecisos, para que se registren al padrón y la aplicación les proporcionaba formularios de inscripción y sellos a título gratuito para el día de los comicios. La aplicación incluso estuvo configurada para llamar a un Uber para que lleve a estas personas a las urnas. Sí, al mejor estilo demagogo peronista, se lo pagaba Altman. El fundador se embarcó en una suerte de viaje de carretera y dejó California para dirigirse directamente al medio oeste para averiguar en persona como sus habitantes se atrevían a elegir a Trump. En privado incluso empezó a instar algunos ejecutivos tecnológicos a que se presentaran como candidatos, aunque se negó a decir a quiénes se dirigía mientras la prensa le preguntaba por qué él mismo estaba coqueteando con presentarse a gobernador de California.

Pero bueno ya sabemos lo que pasó en aquellas elecciones. Naturalmente, inconforme con la victoria republicana, Altman animó a los ingenieros tecnológicos a alzar la voz y presionar a sus jefes, los directivos de Apple Facebook y Google para que desafiaran la agenda de la Casa Blanca. En 2017 invirtió grandes sumas en un nuevo Movimiento Político que buscaba impulsar a nuevos candidatos que sostengan sus puntos de vista. El plan consistía en 10 ítems encabezados por la renta básica universal, limosna esclavista para todos, el drástico aumento del gasto Federal en investigación científica, una política de vivienda socialista copiada de los países escandinavos y por supuesto la lucha contra el cambio climático. La nueva plataforma se denominó the United Slate y, siguiendo el modelo de E combinator, era una suerte de de candidaturas políticas.

Pero bueno, a pesar de tantos ladridos Altman finalmente colaboraría, y muy estrechamente, con los funcionarios de Donald Trump, y lo que no pudo con Carter si lo hizo con James Mattis, su sucesor como Secretario de Defensa en 2017. Open AI firmó un contrato con el pentágono para trabajar en un proyecto de Inteligencia artificial relacionado con la clasificación de imágenes satelitales, el proyecto conocido como Algoritmic Warfare Cross Function Team, que tenía como objeto desarrollar un software que pudiese distinguir entre vehículos, personas y coches militares, así como rastrear objetos de interés a fin de desplegar misiles y drones en zonas de combate. Básicamente los analistas de Open AI colaboraron con el pentágono en funciones de aumentar la capacidad de espionaje aéreo y mejorar el desempeño de los misiles autoinducidos de la artillería norteamericana. El proyecto también contó con la ayuda de Google y fue tan controversial que casi 4.000 de sus empleados firmaron una carta dirigida al CEO Sundar Pishay instando a la compañía a retirarse del proyecto, incluso una docena de valientes renunció en forma de protesta. Parte de este material bélico está siendo utilizado en Ucrania, como revelaron la filtraciones del pentágono.

En 2018 Open AI sería noticia por una inesperada fractura el 20 de febrero. Elon Musk anunció que renunciaba a su puesto en el consejo de administración, ya que dos de sus empresas, Tesla y Neuralink, utilizaban Inteligencia artificial en sus productos y esto constituía un posible conflicto de interés con las leyes antimonopólicas, además competían por los mismos empleados. Es un poco difícil de creer porque básicamente este tipo de personajes nunca se enfrenta a problemas de esta naturaleza; es sumamente habitual que compartan empleados para varias de sus propias compañías y no estaba hablando de competencia entre sí. Pronto se sabría que la salida de Musk tuvo mucho más que ver con una lucha de poder. A Musk que le preocupaba que Open AI estuviera siendo derrotada por Google. le dijo alman que quería hacerse cargo de la empresa para acelerar el desarrollo pero Sam y la junta de Open AI no solo lo rechazaron sino que le anunciaron a Musk una decisión que equivalía a pedirle su renuncia, entregarle la firma a Bill Gates. Por entonces era evidente que la corporación no iba a ningún sitio mientras continuaban con el cuento de que no eran una compañía privada sino que eran una especie de fundación que cotizaba pero en beneficio de la humanidad.

Google ya estaba celebrando hazañas con Deep Mind. Su laboratorio de Inteligencia artificial, por ejemplo, había creado Alfa Zero, la primera ia de ajedrez y alpha go, lo mismo pero del milenario juego oriental Go. Nada de esto había sido gratis, en 2017 Big Bang le costó a Google 442 millones de dólares. Necesitaba de esos mismos recursos pero lo que Musk no pudo tolerar es que no haya sido él El Salvador mesiánico de esta empresa mesiánica y que estuvieran planeando acudir a Microsoft de Gates que como sabemos tiene una relación muy muy conflictiva con el CEO de Tesla, Musk, que se fue de open ai y con él se llevó su dinero y a partir de entonces Gates se encargaría de sostenerla y profundizarla todo maquillado de filantropía y, con generosas extensiones de impuestos a través de la fundación Bill Melinda Gates, otorgó una millonaria subvención para trabajar en la iniciativa Air for Earth. Sí Inteligencia artificial para la salud, y utiliza el producto para mejorar la sanidad pública y abordar enfermedades tan cruciales como el VIH y la tuberculosis. Pero en 2019 se hizo oficial y open AI anunció su asociación formal con Microsoft Corporation. La nueva empresa se llamó Open AI LP. El gigante tecnológico invirtió miles de millones de dólares, divididos entre dinero en efectivo y créditos a la plataforma de computación en la nube de Microsoft. El acuerdo incluyó la adaptación de los servicios de Open AI que se ejecuten en la nube, que los creadores de Windows se conviertan en socios preferentes para la comercialización de las nuevas tecnologías de Inteligencia artificial .

En otras palabras Bill se la arrebató a Elon de las manos. Altman, por su parte, dejó la presidencia de E combinator y se convirtió en el ceo de open AI para dedicarse a ello a tiempo completo ese mismo año saltó a la fama al presentar gpt 2, un modelo de lenguaje muy avanzado que podía generar párrafos enteros partiendo solo de una frase. Lejos de su promesa de liberar el código fuente la compañía lanzó una demo limitada y arancelada asegurando que su chatbot era tan bueno escribiendo noticia falsas que por eso decidieron no publicarlo, no vaya a ser que Bill se enoje.

La evolución del modelo llegó en con gpt3, que poseía 175 mil millones de parámetros de aprendizaje automatizado ya generaba discursos mucho más precisos y textos de una calidad distinguible a los producidos por humanos. Pero bueno en todo caso a los de los humanos promedio, y denle al chat gpt que escriba un poema al estilo de Quevedo a ver qué tal le va. Mientras tanto Altman atendió otros kiosquitos. Inspirado por el sistema de vigilancia chino lanzó World Coin, una empresa que combinaría el reconocimiento facial y las criptomonedas y una ambición Audaz motorizaba este proyecto: poner su moneda en manos de todos los seres humanos de la tierra e identificarlos a partir de ella; una campaña de la que ya hemos hablado que se realizó en Plazas, centros de tránsito y vías públicas para inscribir a los incautos y que depositen su dinero en un monedero digital que a cambio les regalaría está completa estafa. Requisito: fotografiarse los ojos. Worldcoin llegó a recopilar imágenes de cientos de miles de personas en una veintena de países. Sin embargo el poco entusiasmo de los usuarios y el hecho de que la mayoría de sus operaciones ilegales se marcharan desplumándolos, hicieron que en 2022 suspenda sus operaciones envuelta en un mega escándalo judicial. Pero bueno Altman nos ha demostrado que no es su éxito empresarial lo que lo hizo grande sino desarrollar tecnologías Aunque fracasen en el mercado, triunfan para el gobierno. Su sistema ha inspirado la idea, cada vez más compartida por los bancos centrales, de incluir identificaciones biométricas conectadas a las infames cbdc, las monedas digitales gubernamentales que vienen para acabar completamente con el dinero en efectivo y con la libertad económica. El FMI ya está vinculado a una.

Pero la fantasiosa cabeza de Altman no tiene descanso y el año pasado desembolsó 375 millones de dólares para una startup que busca conseguir una fusión nuclear para generar energía ilimitada, una hazaña hasta ahora imposible para la física y muy peligrosa Por cierto, se propone como meta el 2024 mismo. Ya había dicho Perón en 1948, cuando el físico austríaco nazi Ronald Richter lo estafó descaradamente prometiendo desarrollar una fusión nuclear controlada en la isla Huemul de Bariloche. En fin Altman también destinó 180 millones de dólares para lanzar retro bios Science, otra empresa que busca desarrollar un elixir rejuvenecedor con sangre juvenil, bien clarito, cito: “básicamente he invertido todo mi patrimonio Neto en estas dos compañías pero si funciona podría llegar a los 120 años estando bastante sano, deberías agradecerme”, le aseguró este peculiar muchacho al MIT Technology Review. En la misma entrevista Altman contó que lleva años monitoreando los métodos antienvejecimiento, consejo de Peter Thiel, claro, quien le indujo el interés por la sangre joven, ya lo contamos. Él ya ha elevado estos emprendimientos conjuntos a un grado superior, estableciendo la Fundación Matusalén, que con premisas abiertamente eugenesistas, persigue que la gente o más talentosa o más inteligente o más rica pueda sentirse a los 90 años de edad como si tuviera apenas 50.

La primera investigación de varios Science científicos de la Universidad de Harvard cosieron las pieles de ratones viejos y ratones jóvenes para que sus sistemas sanguíneo se combinasen. Según la empresa, claro, los músculos y los cerebros de los ratones viejos se rejuvenecieron parcialmente. Altman mantuvo un brote de Éxtasis. Sus ratones Frankenstein siguieron dándole energía para jugar con la vida ajena.

En open AI la inversión de Microsoft empezó a rendir su frutos: para 2022 lanzaron un sistema de Inteligencia artificial que puede crear imágenes realistas incluso arte explícito de acuerdo a las descripciones de texto. Luego se publicó la Inteligencia artificial más popular de todos los tiempos, nuestra querida amiga Chad gpt 3.5 y la que seguramente tus amigos, hijos, nietos o conocidos han estado utilizando en los últimos meses. En realidad es solo la versión rudimentaria de chat gpt 4, que será capaz de trabajar con más de 25.000 palabras incluyendo imágenes en las entradas y generando subtítulos y clasificaciones, una versión sumamente actualizada.

A diferencia de todos sus anteriores proyectos, chat gpt si ha tenido un impacto mundial desde su potencial para matar a Google como el nuevo buscador favorito hasta para escribir trabajos académicos, oficiar como abogado, legislador médico e incluso ligar en Tinder. El chat voz de open AI hoy está en la boca de todos. De hecho se volvió tan popular que sonaron las alarmas en la manzana de enfrente, por supuesto en Google, según The New York Times Sundar Pizhay, el ceo de la corporación alphabet emitió una advertencia de código rojo y desde diciembre viene realizando reuniones periódicas por la amenaza que representa esta aplicación para el histórico motor de búsqueda de la empresa la compañía. También llamó a los cofundadores suplicándoles ayuda para abordar el problema.

A estas horas Microsoft ha comenzado a utilizar chat gpt para impulsar su propio motor de búsqueda Bing, con el que tiene muchas ganas de cobrarse una revancha contra sus rivales californianos. De hecho Chad gpt es la gran diva del conglomerado de Gates

En enero la empresa anunció que invertirá 10.000 millones de dólares en open AI Durante los próximos años, el anuncio se dio un día después de despedir a casi 11.000 trabajadores, cuyo trabajo será reemplazado precisamente por las máquinas, en los últimos seis meses. Amazon hizo lo suyo con 18.000, Meta, que icluye Facebook Instagram y WhatsApp, con 11.000, Sports con 8.000 y Twitter con más de 4.000.

La llegada de chat gpt nos anuncia que la distopía tecnológica ya ha comenzado. El pasado 8 de febrero el Pentágono blanqueó su utilización de esta innovadora tecnología para escribir un artículo sobre un nuevo grupo de defensa contra drones Taskforce 39; en la parte superior del texto un descargo de responsabilidad señala que el artículo fue escrito íntegramente por la herramienta También el gobernador del Banco Central de Israel Amir Sharon se subió la fiebre robótica y dejó que la plataforma de Open AI escribiera algunos párrafos de su discurso, todo esto en plena crisis política y con las protestas más grandes de la historia sionista. Bueno a fin de cuentas todo lo que el Pentágono e Israel le dieron a Altman tenía que serles devuelto algún día, pero no deja de ser inquietante que el propio Altman haya declarado que entender cómo funciona la Inteligencia artificial es imposible hasta para él, El padre de la criatura, que a veces ni siquiera sus ingenieros más experimentados y veteranos saben por qué gpt hace lo que hace, lo que nos remite a esas terribles palabras de Eric Smith, CEO de Google, que tiene escrito un libro de Inteligencia artificial junto al omnipresente Henry Kissinger, quien ya falleció, a los100 años, cuando le dijo al historiador británico Niall Ferguson, que lo estaba entrevistando, que, por ejemplo, la Inteligencia artificial podría decidir exterminar a miles de personas por razones que nosotros no podríamos comprender.

Pero no por esto aflojan la mano y en Open AI dicen que chatgpt 5 será capaz de alcanzar la Inteligencia artificial general, es decir la máxima fortaleza para este tipo de desarrollo con un vocabulario indistinguible al del ser humano muy culto. Sería el mayor avance tecnológico de la historia conocida.

Algo así es lo que dijo Bill Gates que recientemente publicó en su bitácora Gates Notes un artículo titulado “La era de la Inteligencia artificial ya ha comenzado” y el contenido es bastante acorde a la profecía que anticipa:

“A lo largo de mi vida he visto dos demostraciones tecnológicas que me han parecido realmente revolucionarias, la primera fue en 1980 cuando me presentaron un interfaz gráfica de usuario precursora de todos los sistemas operativos modernos incluido Windows. La segunda gran sorpresa llegó el año pasado en los laboratorios de open AI, estando tan entusiasmado con su trabajo que les plantee un reto: entrenar a una Inteligencia artificial para que aprobara un examen de biología de nivel avanzado. Pensé que tardarían dos o tres años pero en septiembre, cuando volvía a reunirme con ellos, vi con asombro como Chat gpt escribió respuestas sobresalientes a seis preguntas abiertas del examen. Pedimos a un experto que corrigiera su prueba y el gpt obtuvo un cinco, la máxima puntuación posible. Luego le hicimos una pregunta no científica, ‘qué le dirías a un padre con un hijo enfermo’ y escribió una respuesta mejor que la que habríamos dado la mayoría de los presentes ;sabía que acababa de ver El Avance más importante en materia tecnológica desde la interfaz gráfica de usuario”.

Bueno, saben quién es Bill Gates no se lo tengo que aclarar y, tomen nota, quien no está muy contento tampoco con el éxito de open AI es, paradójicamente, su cofundador Elon Musk. Después de la publicación en Gates Notes salió a decir que Bill no entendía nada de Inteligencia artificial y qué sigue sin hacerlo. El summum de su rabia llegó hace tres semanas cuando junto al cofundador de Apple, Steve Warniak, salieron a pedir que se prohíba la investigación en esta materia durante los próximos seis meses para evaluar el alcance de daño de estas herramientas, dice un sujeto que ya ha matado a decenas de personas con sus automóviles subsidiados de porquería, que colabora y es un proveedor activo del ejército de los Estados Unidos y tiene pactos con China con Rusia y ha abandonado su suerte a los ucranianos con Starlink, que los envió al matadero. Pero bueno ahora le preocupa que los robots dejen a la gente sin empleo.

Pero no es el único, más de mil personas influyentes firmaron esta petición del Instituto para el futuro de la Vida, una institución sin ánimo de lucro que trata desde hace años de crear un marco regulatorio en torno a la Inteligencia artificial. Marco regulatorio que por supuesto tampoco va a ser en beneficio del ser humano, ni de la libertad porque los mayores peligros de la IA pasa por su utilización política y la regulación va a venir de la política. Así que amigos no tengo absolutamente ninguna esperanza más que la ineficiencia o la ineptitud de estos muchachos.

En España, a su vez, la agencia española de protección de datos inició una investigación a open AI por posible incumplimiento normativo en su herramienta en lo que refiere a los derechos de privacidad. La denuncia fue acogida por el comité europeo de protección de datos, que puso un grupo de burócratas a seguir los pasos de la empresa. Pero han confesado a la prensa que están despistados y que no logran entender su ritmo.

Musk, profundamente frustrado por el mediocre desempeño de los proyectos que emprendió por sí solo, como por ejemplo el robot Optimus (que en realidad era una persona disfrazada de robot en su lanzamiento) o ilustrativo de quien es Musk, ahora ha anunciado el lanzamiento de xae su propia compañía destinada a competir contra open AI y que se propone buscar la verdad absoluta universal, porque si vamos a competir entre mesiánicos, Musk siempre quiere ganar. La marca, con sede en Nevada, lo tendrá como director y a Jared Buttersal como mano derecha. hasta puso a la venta 100 millones de acciones para buscar financiación, aunque muchos analistas suspicaces ven como se desmorona el Imperio de Musk, que ha llegado a ocupar el récord Forbes de pérdida de dinero de la historia de la humanidad en este último año y creen que este es un ingenioso mecanismo para comenzar a desprenderse de sus propios fraudes.

Pero bueno el escozor de la competencia se ha generalizado y todas las grandes tecnologías están apurando sus propios modelos de lenguaje al estilo gpt.

Meta, de Zuckerberg, que está trabajando en Llama, Google en Bart, Microsoft en Bing, Alibaba en tonkie Y por supuesto ya les hemos hablado de Ernie de Senstain del partido comunista chino pero Altman ya puede sentirse satisfecho, ha realizado un trabajo extraordinario en materia de ingeniería social.