La ONU anuncia la creación de un “ejército digital” para combatir la “desinformación mortífera”.

Al hacer de la “lucha contra la desinformación” en línea “una prioridad absoluta”, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya no se contenta con discursos o resoluciones sobre la “proliferación del odio y la mentira” en las redes sociales. Este mes, la organización intergubernamental anunció la creación de un “ejército digital”, formado por “fuerzas de paz” que “lucharán contra la desinformación mortífera”. Desplegado por fuerzas de paz en todo el mundo, este ejército deberá “detectar la información falsa” destinada a “socavar hechos científicamente establecidos” relacionados con la pandemia del Covid-19 o el calentamiento global, según recientes declaraciones del Secretario General (SG) de la ONU, Antonio Guterres.

Desde 2020 y la crisis de Covid-19, los llamamientos de la ONU para combatir la desinformación se han multiplicado. Ya en 2019, “la misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (RDC) -conocida por sus siglas MONUSCO- expresó su grave preocupación por las campañas de desinformación en las redes sociales que llamaban a la violencia contra las fuerzas de paz”,recordamos.

Antonio Guterres ha hecho de la lucha contra este fenómeno una “prioridad absoluta, llamando ya en abril de 2020 a “rechazar las mentiras y las tonterías sobre el coronavirus”. Con el paso de los meses y el desarrollo de los acontecimientos, el SG de la ONU no ha dejado de alertar contra “la proliferación del odio y las mentiras en la red”, que según él están causando “graves daños en todo el mundo“. “Alimenta los conflictos, la muerte y la destrucción. Amenaza la democracia y los derechos humanos”, afirmó, cuestionando el papel de las “plataformas digitales”.

No existe una definición universalmente aceptada de desinformación”

Aunque las redes sociales “han transformado las interacciones sociales, culturales y políticas en todo el mundo” al “conectar a los ciudadanos en torno a cuestiones importantes”, estas plataformas también han “expuesto un lado más oscuro del ecosistema digital. Han permitido la rápida difusión de mentiras y odio, causando un daño real a escala global“.

En una nota publicada en el sitio web de la organización, Guterres, aunque admite que “no existe una definición universalmente aceptada de desinformación“, señala que ésta puede “producirse en una variedad de contextos complejos, como los procesos electorales, la salud pública, los conflictos armados o el cambio climático”, con el objetivo de “enngañar” y “causar daños graves”. “Puede ser difundida por agentes estatales o no estatales, afectar a una amplia gama de derechos fundamentales, socavar las respuestas de las políticas públicas o aumentar las tensiones en tiempos de emergencia o conflicto armado”, escribió.

En junio de 2023, el Secretario General de las Naciones Unidas volvió a la carga, expresando su determinación de intensificar la lucha contra la “proliferación de la desinformación“. En aquel momento, la proliferación de nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA) suscitó una profunda preocupación, pero Antonio Guterres insistióen el “riesgo existencial” de la desinformación en línea, proponiendo un “código de conducta internacional“.

La capacidad de difundir desinformación a gran escala para socavar hechos científicamente establecidos supone un riesgo existencial para la humanidad“, dijo en rueda de prensa, citando como ejemplos el riesgo de violencia, la información falsa que, según dijo, se difundió durante la pandemia del Covid-19, o incluso la propagación de teorías que niegan la responsabilidad de la humanidad en el cambio climático. “Estos riesgos se han intensificado aún más por los rápidos avances de la tecnología, como la inteligencia artificial generativa”, que permite crear deepfakes (grabaciones de vídeo o audio creadas o modificadas mediante IA).

Un “ejército” equipado con smartphones, en colaboración con Big Tech

En un comunicado de prensa publicado el 19 de agosto, la ONU explicaba que el “statu quo no es una opción“. La organización anunció la creación de un “ejército digital” para luchar contra la “desinformación mortífera“. “Las fuerzas de paz de la ONU están poniendo nuevas herramientas en manos de civiles de todas las edades“, incluidos los menores.

¿Cómo funcionará este “ejército“? La ONU especifica que sus “soldados” se encargarán de “detectar información falsa” y producir contenidos utilizando sus teléfonos inteligentes y las aplicaciones adecuadas. Estos contenidos, que la ONU califica de “información objetiva y creíble“, se difundirán a través de “clubes de relevo” que se encargarán de compartirlos en las redes sociales. Los “soldados” de este “ejército digital” recibirán formación en talleres dirigidos por fuerzas de paz de la ONU, algunos de los cuales ya tuvieron lugar en la República Democrática del Congo (RDC).

No se trata de la primera medida adoptada por las Naciones Unidas para combatir la desinformación. Este mes se puso en marcha en Abiyé (Sudán) una emisora de radio destinada a “contrarrestar el discurso del odio” y las “noticias falsas“. Este año, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desplegó una herramienta automatizada de comprobación de hechos llamada “iVerify”.

Basada en la Inteligencia Artificial, esta solución se ha desarrollado en colaboración con organizaciones de medios de comunicación como la International Fact-Checking Network y gigantes digitales como el grupo Meta. La herramienta “iVerify” se ha utilizado hasta ahora en Zambia y Honduras durante las elecciones generales, para combatir, según la ONU, “la difusión de falsas narrativas durante los periodos electorales”.

Aunque la IA, la desinformación en línea y la incitación al odio en las redes sociales suscitan preocupación entre los agentes estatales y no estatales, este “ejército digital” de la ONU no tranquiliza a todo el mundo.

Entre los ámbitos en los que supuestamente surge esta “desinformación”, citados por Antonio Guterres, están las cuestiones relacionadas con el coronavirus y el calentamiento global. Se trata de cuestiones complejas que requieren debate y que evolucionan regularmente con el estado de la ciencia: algunos temen que se produzca fenómenos de censura.

francesoir