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Palantir propone una IA para ‘generar’ y llevar acabo ataques militares

EIRNS

La empresa de alta tecnología Palantir, fundada por el multimillonario Peter Thiel con financiamiento inicial de la CIA, está tomando medidas para ampliar su alcance más allá de los servicios de vigilancia nacional para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Thiel no sólo es pionero en el financiamiento del comercio “legal” del cannabis. La empresa ha publicado un vídeo de demostración de su última oferta, la Plataforma de Inteligencia Artificial (AIP) de Palantir, diseñada para integrar grandes modelos lingüísticos (LLM, por sus siglas en inglés) como el GPT-4 de OpenAI y el BERT de Google en redes privadas.

Según la reseña publicada el 27 de abril por Mataverse Post, “Palantir mostró cómo su software podría ser utilizado por los militares en escenarios de guerra modernos. Un operador podría utilizar un chatbot al estilo de ChatGPT para ordenar reconocimiento con drones, generar planes de ataque y coordinar la interferencia de las comunicaciones enemigas”.

Por lo tanto, “el lanzamiento del AIP de Palantir seguramente planteará interrogantes sobre las implicaciones éticas de la participación de Palantir en operaciones militares”.

Ya en febrero, el columnista afín a la CIA del Washington Post, David Ignatius, había entrevistado al presidente ejecutivo de Palantir, Alex Karp, quien le contó a Ignatius que las capacidades de Inteligencia Artificial (IA) de Palantir se las habían proporcionado a las fuerzas armadas ucranianas, dando a entender —al menos a Ignatius—que la IA de Palantir estaba “ganando” la guerra para Ucrania.

AIP genera “un registro digital seguro de toda la operación”, que según el vídeo es “decisivo para mitigar importantes riesgos legales, normativos y éticos en entornos delicados y clasificados”, y AIP cuenta con “barandillas de protección líderes en el sector” para “evitar acciones no autorizadas, garantizando así el uso seguro del sistema”.

Un operador militar demuestra en un video la aplicación práctica del escenario de Palantir en “la respuesta a una amenaza potencial en Europa del Este”. Utilizando el AIP, el operador pudo recabar de forma eficiente y eficaz más información sobre el equipo militar del enemigo. Con la ayuda de los grandes modelos lingüísticos del AIP, el operador también pudo hacer preguntas rápidamente y obtener respuestas precisas”.

Aunque las capacidades del AIP se mostraron “eficaces”, Palantir “reconoce la importancia de regular la aplicación de los LLM y los algoritmos en situaciones delicadas, especialmente en tareas militares”. También preocupa la fiabilidad y eficacia de la tecnología, sobre todo en lo que respecta a “evitar que los LLM generen hechos y detalles falsos”.

Es bastante probable que la petición de una moratoria de seis meses para las aplicaciones de GTP, firmada por muchas figuras destacadas de la industria de la IA, surgiera como respuesta al anuncio de Palantir. Miembros del Congreso de Estados Unidos presentaron un proyecto de ley para impedir el uso de inteligencia artificial en la toma de decisiones sobre el lanzamiento de armas nucleares.

Los placeres del ecologismo capitalista

Hace tiempo que es imposible escapar a la publicidad más intrusiva. La forma más intrusiva con diferencia son las omnipresentes pantallas que lanzan sus bombas de racimo publicitarias las 24 horas del día, a veces de forma directa, a veces disfrazadas de “información”.

El acosador intruso que aparecía hoy en las pantallas era un conocido archistar que ensalzaba, con la seria profesionalidad que caracteriza a la clase, lo indispensable que es hoy la ‘sostenibilidad’. La “sostenibilidad” es hoy, dijo, un deber moral que nadie puede eludir.

Permítame ahora esta somera reflexión.

Cuando hablamos de “sostenibilidad”, si nos hemos preguntado qué significa esta palabra, debemos saber que estamos hablando de una cuestión exquisitamente LIMITADA. En concreto, todas las actividades que realizamos son, por supuesto, productoras de entropía en diversas formas. Consumimos recursos y producimos desorden, residuos, contaminación, subproductos. El planeta que coralmente estamos llamados a salvar es un sistema en equilibrio que afortunadamente tiene ciertas capacidades para metabolizar los residuos y reponer sus recursos (esencialmente gracias a la contribución de la radiación solar). Pero lo que sabemos al menos desde los estudios de Herman Daly en la década de 1970 es que un sistema de crecimiento infinito como el de la economía contemporánea está en rumbo de colisión fatal con sistemas finitos en equilibrio como los ecosistemas (y los organismos individuales que hay en ellos). De ahí el problema de la sostenibilidad medioambiental.

El problema no puede eludirse de ninguna manera. Hablar de “sostenibilidad” al margen significa y sólo puede significar una cosa: la aceptación de los límites. No límites al desarrollo social y cultural, pero desde luego límites al crecimiento del consumo y la producción de residuos. El llamado problema del “calentamiento global”, para quienes lo sostienen, es sólo una de las posibles implicaciones de esta contradicción estructural, pero todos los numerosos y constatados (y, a diferencia del “calentamiento global”, silenciados) problemas de desequilibrio medioambiental del mundo contemporáneo dependen de este mismo mecanismo.

Bien. Ahora volvamos por un momento a nuestro archistar y a sus palabras sobre el imperativo de la sostenibilidad. Si hablamos de sostenibilidad, hablamos, como hemos dicho, de límites. La cuestión central, la única que debería preocuparnos seriamente es: ¿qué límites?

En nombre de una lectura totalmente unilateral del ecologismo, hoy se nos habla continuamente a los plebeyos de la necesidad de reducir el consumo, de cerrar los radiadores, de apagar las luces, de desguazar el coche viejo para comprar (¡con bonificación!) coches eléctricos cuatro veces más caros, de comer carne sintética y harina de insectos, de dejar de hacer barbacoas, de empapelar la casa familiar con certificados energéticos, etc. Y simultáneamente, de forma apenas disimulada, nos rodean las más variadas formas de persuasión moral destinadas a dejar de reproducirnos, a acoger con una sonrisa cualquier compresión salarial y, por último, a facilitar la jubilación anticipada en este valle de lágrimas. El mensaje básico con el que nos bombardean es: “Eres un pernicioso viviente, qué vergüenza, intenta producir mucho, consume poco y muérete pronto”.

Y por otro lado qué no se haría para salvar el planeta.

En resumen, nuestro querido archistar, desde las alturas de su conciencia superior del bien supremo del planeta nos está explicando, con un tinte de desprecio, que debemos dejar de festejar, como evidentemente hemos estado haciendo ininterrumpidamente hasta ahora, porque, cielos, hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades y ya es hora de acabar con ello. Así que, si le he entendido bien, está intentando explicarnos que cosas como ese monstruoso potlatch que utilizó para entretener a audiencias de todo el mundo entran dentro del epígrafe “sostenibilidad” (de hecho, así lo pone en él). Esta feria de lo efímero, estos anuncios colosales destinados a la chatarra en una semana son la cara progresista de la “sostenibilidad”, y usted es el que no lo entiende.

Esta gran hoguera cíclica hecha para mayor gloria de las ventas no es, por supuesto, el privilegio de los pobres fabricantes de muebles. Imagíneselo. Esa hoguera está en constante compañía de un enjambre global de hogueras sacrificiales con los mismos fines publicitarios, emitidas a la fuerza desde millones de pantallas en lugares públicos. Y puesto que la publicidad es una mercancía posicional, dependiente de su relación con los competidores, no hay límite a la cantidad de recursos que se destinan a instar a los consumidores a consumir (¡pero un consumo virtuoso, ecológico y sostenible!).

¿Y qué es el consumo ecológico? Bueno, como es bien sabido, desde hace años el único sector que sigue teniendo un consumo (y unos ingresos) crecientes es el sector del lujo. Que es, por supuesto, tecnológicamente puntero, y por tanto verde, muy verde, no como ese apestoso de su barbacoa dominical, no como ese puto cacharro que le garantizaron hace diez años como respetuoso con el medio ambiente?

Porque por si no se había dado cuenta, quemar el 20% de los recursos industriales mundiales en pelusas cromadas, en bombo creativo, en tonterías mercenarias para ganar una tajada del mercado, eso es “ecológico”. Comprar el tercer yate o el décimo Ferrari es ecológico y huele bien en el aliento. Gastar 130.000 millones en gastos militares por cuenta de terceros también es ecológico.

Basta con dejar de beber, comer, reproducirse, tocarse los cojones con el TAC y producir flatulencias (que son gases de efecto invernadero).

Y entonces nos llevaremos bien y el planeta se salvará.

Andrea Zhok

Las grandes farmacéuticas empezarán a imprimir “vacunas” en 3D

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una nueva tecnología de vacunas con microagujas que permite crear pequeños parches de vacuna a petición utilizando máquinas de impresión tridimensional (3D).

La doctora Ana Jaklenec, coautora de un estudio sobre esta tecnología, afirma que está previsto utilizar estas máquinas de impresión de vacunas en 3D en el Tercer Mundo para vacunar masivamente a la población pobre sin necesidad de refrigeración u otros métodos tradicionales de almacenamiento y transporte de vacunas.

“Algún día podríamos producir vacunas a petición” ha declarado Jaklenec en un comunicado deprensa, explicando que los parches de vacunas impresos en 3D pueden almacenarse a temperaturaambiente durante meses.

“Si, por ejemplo, hubiera un brote de ébola en una región concreta, se podrían enviar allí algunas deestas impresoras y vacunar a la gente de ese lugar”, añadió.

Las vacunas impresas en 3D contienen el mismo ARN que las inyecciones

Cada parche, explica Jaklenec, contiene “tinta” de vacuna inyectada en moldes por un brazo robótico. Luego, se utiliza una cámara de vacío para arrastrar la tinta hacia las puntas individuales, o empalizadas, del parche.

“Los parches resultantes, del tamaño aproximado de la uña de un pulgar, contienen cientos demicroagujas que permiten a la vacuna disolverse”, dice el estudio. “Las puntas de las agujas se disuelven bajo la piel, liberando la vacuna.

Según el Dr. John Daristotle, autor principal del estudio, fue el lanzamiento de Covid lo que condujo finalmente a estos esfuerzos por “incorporar vacunas de ARN en parches de microagujas”.

El objetivo es crear estos parches de vacunas para todo tipo de enfermedades, incluidas la polio, el sarampión y la rubéola. Basta con colocar un parche y listo: la vacunación es instantánea y no requiere una inyección tradicional.

La tinta de estos parches contiene moléculas de ARN encapsuladas en nanopartículas lipídicas, que sirven para mantener la estabilidad de la solución durante largos periodos de tiempo.

Una vez que se llenen los moldes, tardan entre 24 y 48 horas en secarse. Con el prototipo actual, el volumen de tinta es suficiente para producir 100 parches en dos días, pero los científicos esperan aumentar la capacidad con el tiempo.

La primera tinta creada con ARN codifica la luciferasa, una proteína fluorescente (tóxica) derivada del nombre Lucifer, que significa portador de luz. De hecho, Big Pharma quiere inyectar Lucifer a todo el mundo pegando parches de vacunas con microagujas en los cuerpos de las personas.

“En todas las condiciones de almacenamiento, los parches indujeron una fuerte respuesta fluorescente cuando se aplicaron a ratones”, explican los informes sobre el funcionamiento de la luciferasa.

“En cambio, la respuesta fluorescente producida por una inyección intramuscular tradicional del ARN que codifica la proteína fluorescente disminuía con tiempos de almacenamiento más largos a temperatura ambiente”.

En las pruebas, los ratones a los que se administraron los parches de luciferasa con microagujas mostraron la misma respuesta que los que recibieron inyecciones de ARN con una aguja tradicional.

“Este trabajo es especialmente interesante porque nos permite producir vacunas a la carta”, afirmó Joseph DeSimone, catedrático de Medicina Traslacional e Ingeniería Química de la Universidad de Stanford, que no participó en la investigación.

“Con la posibilidad de aumentar la fabricación de vacunas y mejorar la estabilidad a temperaturas más altas, las impresoras móviles de vacunas pueden facilitar el acceso generalizado a las vacunas de ARN”.

Jaklenec explica además que ella y su equipo esperan producir otros tipos de vacunas utilizando la misma tecnología, incluidas las fabricadas a partir de proteínas y virus inactivados.

“La composición de la tinta era fundamental para estabilizar las vacunas de ARNm, pero la tinta puede contener distintos tipos de vacunas o incluso fármacos, lo que permite flexibilidad y modularidad en lo que puede administrarse mediante esta plataforma de microagujas”, explicó.

Las últimas noticias sobre las vacunas de microagujas de Big Pharma están disponibles en Vaccines.news.

Fuentes

StudyFinds.org

NaturalNews.com

RFK Jr. promises punishment against all government officials who committed crimes against humanity during covid: “Not retribution but justice!”

ABC News censors Robert F. Kennedy Jr.’s criticisms against covid “vaccines”

Over 16,000 Americans developed tinnitus after receiving the COVID-19 vaccine

They are literally poisoning our food on a massive scale, and most people don’t even realize what is happening

Big Pharma to begin 3D printing microneedle patch “vaccines” for injections on demand

Check out the all-new Brighteon University and its first bombshell documentary, “Cult of the Medics”

Science” achieves CONSENSUS via CENSORSHIP, and Neil DeGrasse Tyson cheers it on  

The transgender industry preys on the most vulnerable – the autistic and the abused – turning them into cash-cows for life

Top 5 TRUTHS about Covid “vaccines” Pharma NEVER mentions until they’re forced to

Vegetable oils (i.e., soy, canola) have “remarkable estrogenic properties,” study finds

Enfermedad, Política, Progreso

Agustín García Calvo

«Nada parece impedir que se calcule la relación de la ingestión per cápita de información inútil con el cáncer» Información y cáncer Pasemos hoy del cuerpo social al cuerpo personal. No será tan grande el salto: no nos saldremos con ello del campo de la política. Pues ¿no es el separar la vida privada de la pública el primer truco del Poder, que crea cada uno que tiene una vida privada suya, con la que puede hacer lo que le dé la gana, a fin de que el Capital y Estado puedan hacer con el conjunto de las vidas privadas lo que Ellos quieran, o sea que cada uno en su casa, para que Dios sea la de todos? Pues entonces, cuando a la gente se le hace creer que la enfermedad de cada uno es cosa privada y suya (ejemplo eximio: porque la enfermedad de uno es lo que le hace ser propiamente uno y le da su personalidad privada: sanos y hermosos, todos somos iguales), se está con ello haciendo política, infundiendo ideas falsas, que es el arma primera del Poder; así que aquí nosotros, cuando entremos a averiguar qué pasa con las enfermedades y a descubrir sus mecanismos, estaremos haciendo también política; la contraria, naturalmente.

A mí de pequeño me había comprado de pequeño mi padre un libro de aquellos que sacaban para ayudarles a los niños a tragar amenamente las amargas píldoras de las Ciencias; y ése tenía el plan, apoyado en muchas hábiles ilustraciones, de esplicar los órganos y fisiología del cuerpo humano por medio de una constante comparación con la organización y funcionamiento de una nación constituida; de manera que las fases de la digestión aparecían como un transporte fluvial de bienes pasando por esclusas y compuertas, distribuyéndose por canales y diversas factorías; el sistema nervioso era un sistema de centrales eléctricas y tendidos telefónicos que recorrían el territorio; en fin, las infecciones eran un asalto de ejércitos invasores que querían apoderarse del estado y alterar su buena Costitución, mientras que allí acudían los leucocitos, soldados leales de la Nación, que aun a costa de sus propias vidas detenían, apresaban y aniquilaban a los microbios enemigos.

Voy a seguir un poco por esa vía tradicional de poner en relación de analogía la economía y política del cuerpo de uno con el organismo y fisiología de los Estados, generalmente usada en el sentido inverso, como en el caso ejemplar de Menenio Agripa convenciendo a los plebeyos rebeldes para venir a trato con los patricios por el simple medio de contarles la fábula de los miembros, que («no estando antaño en el consenso de todos que ahora rige, sino teniendo cada cual su acuerdo, cada uno su discurso», según Livio lo refiere) se habían rebelado contra el vientre ocioso y glotón y decidido no proporcionarle y prepararle los alimentos. Pero aquí, claro, nos guardaremos de saber cuál seguimos de los dos sentidos de la analogía, el que quiere socializar los hechos 8 «La diferencia entre ‘causa‘ y ‘circustancia concomitante‘ no se ve, sino que se decide en función de otros intereses superiores» fisiológicos o el que pretende hacer pasar los Estados por hechos naturales, ni cuál de las dos cosas es la que debe esplicar la otra, o si mutuamente.

O más bien, es que no vamos a usar la cosa como mera comparación, sino con un sentido de práctica eficacia, que sirva para revelar y, por ende, curar (puesto que la revelación de la verdadera cara de los males es ya su cura, dado que la fuerza de los males está en ocultarse bajo caras falsas), revelar y curar -digo- las plagas más terribles de nuestro mundo y nuestro cuerpo. Ya en un primer paso daremos por esa vía sólo con preguntarnos y la vez «¿Cuál es la plaga más conspicua y notoria que caracteriza a las urbes (y aun a los desiertos intermedios) de este nuestro mundo progresado?». Pues la respuesta a la primera pregunta apenas podrá ser otra que «Eso que llaman cáncer», y cuya condición más notable, así visto por fuera, es que lleva ya un siglo estando tétricamente de moda y eludiendo los millonarios esfuerzos de la Ciencia para descubrir sus mecanismos; lo cual, aunque parezca mentira, no ha traído hasta ahora mismo la consecuencia de descubrir que hay algo en los supuestos mismos de la Ciencia que no marcha.

En cuanto a la segunda pregunta, si la respuesta no se les presenta tan inmediata a los lectores, bastará con que se coloquen, como la ficción científica les enseña desde pequeños, en la situación de un estraterrestre (pero que fuera estra- de verdad, no como esos que se van con una nave espacial a meter por un Agujero Negro, a fin de repetir allí las mismas tonterías que en su pueblo) que echase una mirada por encima a las urbes y desiertos del mundo progresado: nada más notable le chocaría que el que estén plagadas de información, esto es, de signos visuales y auditivos, no agotados en un uso inmediato, ni tampoco ornamentales, sino dando a troche-moche istrucciones y noticias: letreros de tráfico y comerciales, amén de pintadas personales, vehículos transportando cien marcas y cifras, y hasta peatones con camisa de letrero, completando los datos de la cartulina que llevan contra la piel, pantallas y altavoces emitiendo costantemente mensajes políticos, comerciales y culturales, señoras repitiéndoselos una a otra a las dos puntas de un cable telefónico, hojas impresas volando por doquiera cargadas de información, pitidos de guardias y guiños de semáforos, quilómetros de rayas luminosas para guía de aviones, centros escolares atestados de gráficos, mapas y chismes audiovisuales para guía de los niños; en fin, una cuantía de información que se come literalmente los muros, calles, pieles, aires, ojos.

Pues bien, ¿cómo no poner enseguida en relación lo uno con lo otro? Vamos, para el cáncer, a seguir la imaginería más avanzada que para el funcionamiento del organismo la Ciencia nos ofrece. ¿Cuál es ella? Como por casualidad, consiste en aplicarle al cuerpo el mismo artilugio que rige el gobierno y tráfico del mundo: hay unos dispositivos informáticos en los centros cerebrales (más bien del cerebelo o cerebro primitivo, oculto bajo el superior: porque éstos son procesos de información secretos, que mejor que pasen desapercibidos para mí o mis facultades superiores), los cuales están costantemente transmitiendo a todos los órganos y regiones más alejadas del cuerpo humano, por medio mismo del flujo de la sangre, y por el código más sencillo, el binario o de SÍ/NO, como el de un ordenador cualquiera, mensajes o istrucciones de comportamiento, y a cada célula en especial istrucciones sobre los ritmos y maneras en que debe reproducirse.

Pues bien, aceptada esa imaginería, tan verdadera para nuestra como cualquiera otra para la suya, preguntémonos ahora en qué consiste el cáncer.

Dentro de lo incierto y resbaladizo de lo que sabe de ese mal la Ciencia, una cosa parece clara y constante para los varios tipos que se comprenden bajo ese nombre: a saber, que consiste en una proliferación desordenada de ciertas células del organismo. Buscando entonces la culpa donde se debe, es decir, en los centros de información, deduciremos que el mal viene de que se ha producido alguna alteración o confusión en alguno de los dispositivos informáticos del cerebro o sub-cerebro que estaban encargados de mantener el buen orden de los procesos reproductivos. Ya sólo nos falta renunciar a la convicción de que el cerebro elemental, en dónde se sitúan esos mecanismos, esté absolutamente separado, esté inconexo con el cerebro superior, donde se asientan mis facultades superiores y el mecanismo de los procesos voluntarios y coscientes, entre ellos ia ingestión y procesamiento de las informaciones que por vía cosciente, y aun subliminar, se me transmiten; pues nada parece en principio oponerse a que se supongan conexiones entre los unos centros y los otros; y a que se investiguen con más precisión de lo que, a mi noticia, se ha venido haciendo.

Porque, si estas conexiones se establecen, entonces parece que la causa del cáncer está clara: el esceso evidente de información a que la organización de nuestro mundo somete los centros superiores de cada uno de los individuos de sus masas, y sobre todo, la condición de inútil (esto es, no demandada por necesidad ni deseo y que no se emplea ni agota inmediatamente en algo a lo que servir) de la gran mayoría de esa información, es un hecho que debe producir algún trastorno y mal funcionamiento de esos centros; que eso no encuentre un cauce de repulsión ni de protesta, sino que, desapercibidamente, se acumule y asimile, es justamente la condición para que ese trastorno se contamine o repercuta en los centros informáticos inferiores, que así, alterados y confundidos en sus procesos propios, trasmitan a las células de algún sitio istrucciones escesivas y mal reguladas, que son las que se manifiestan como cáncer. Esto abre una clara vía para el estudio de biólogos y médicos. Ya la propuse el año pasado entre estudiantes de Medicina de Santiago de Compostela; pero, aunque hasta algún ilustre Profesor presente de Fisiología me hizo la gracia de no echar a broma el planteamiento, no parece que hasta ahora se haya hecho mucho caso de este posible modo de ataque de la cuestión y el mal.

Por lo cual insisto. Que no es, al fin y al cabo, una investigación tan difícil, aun dentro del estilo de investigaciones de mero tanteo y estadísticas que se viene haciendo sobre el cáncer: lo mismo que se investigan, por ejemplo, las relaciones con el consumo de tabaco, nada parece impedir que se calcule al menos la relación de la ingestión per cápita de información inútil (ya que el cómputo de bits de información puede hacerse muy formalmente y hasta es fácil de determinar criterios para separar la información redundante o no utilizada) con el cáncer. No sería seguramente más caro que las otras investigaciones millonarias que se hacen con tan escaso y dudoso resultado. Ésa es la vía de revelación de las causas ocultas y la vía, por ende, de salud que les propongo. ¿Qué habría que contar con factores de predisposición y herencia, que explicaran que dos individuos sometidos al mismo flujo de información inútil no contraigan el cáncer igualmente? Por supuesto; pero eso pasa con cualesquiera causas de enfermedades que se propongan. ¿Me advierten que, como es sabido, una cuarta parte de los cánceres más o menos se explican ya por intervención de virus? Ta ta tá: ahí tocan ustedes a la noción de ‘virus’ mima y con ella el replanteamiento de la noción de la ‘causa’: una cuestión tan rica y apasionante que habrá que reservarle, si la salud en tanto no nos desfallece, otra entrada en este Rotativo.

La culpa de los virus Apenas habrá estos años causantes más vulgarizados que esos serecillos que se llaman, como usted sabe, virus. Hace tiempo que han dejado chicos a los masones, los judíos, los gamberros, los etarras, los drogotas. Se ve pués que son de primera importancia política, y a por ellos vamos. De la vulgarización tomo unos ejemplos que me aportan amables amigos que leen Prensa: A) El País, 25 de febrero de 1987, p. 6 de «Futuro»; B) Muy, nº 90, noviembre de 1988, pp. 93 ss.; y añado, para el caso de la identificación como virus de un sujeto que estropeó las redes informáticas de conexión entre el pentágono y las Universidades durante unos días, C) El País 5 de noviembre de 1988, p. 7.

Pues bien: «Conocidos desde hace tiempo de ser causantes de la viruela, la fiebre amarilla, la poliomielitis, la grie y el resfriado común, los virus son los culpables del 80% de las enfermedades agudas que afectan cada año a la población de los países desarrollados» (A); más modestamente: «los virus contribuyen a que contraigamos hepatitis, gripe, sarampión, polio, rabia, fiebre amarilla, sida y muchos otros trastornos más» (B). Pero lo peor es que también «se hallan involucrados en algunos cánceres y leucemias y en numerosas enfermedades autoinmunes, entre ellas la esclerosis múltiple y la diabetes» (B); y «recientemente, los científicos han empezado a sospechar que los virus tienen mucho que ver en las cardiopatías, defectos de nacimiento, diabetes, síndrome de Alzheimer, esclerosis múltiple y casi la cuarta parte de los cánceres humanos» (A).

Ahora bien, eso de que contribuyan, estén involucrados o tengan mucho que ver ¿no les parece a ustedes que estropea un poco la idea de que sean causantes o culpables? Y eso de que tengan que ver en casi la cuarta parte de los cánceres… ¿No van con eso a perder los virus el crédito y prestigio de ser los causantes verdaderos? ¿No quedarán amenazados de que se les confunda y degrade a la condición de circustancias, de factores coadyuvantes, todo lo más de cómplices y colaboradores? Pero la causa, señores, como la madre, es una, y no debe nunca la noción de ‘causa’ confundirse con la de ‘circunstancia’: si no, ¿adonde iríamos a parar?

El policía debe descubrir quién es el asesino de la Marquesa, y se acabó; y es preciso que se sepa quién, personalmente, mató al Comendador. Sólo así la justicia y el Gobierno de los pueblos tendrán un fulcro en que apoyarse; sólo así se curarán las enfermedades sociales y las personales; sólo así, eliminada la persona culpable de haber introducido istruciones indebidas en la red informática del organismo de los Estados Unidos, podrá el Pentágono regir como Dios manda los procesos costitucionales y reproductivos del Gran Cuerpo; y descubierto asimismo el culpable puntual de la gripe fantasmática, podrá el Pequeño Cuerpo acudir cada día sin falta a la Oficina y evitarse el enorme dispendio de Horas de Trabajo que al Capital y el Estado les cuesta el mantenerse indefinida, informe y sin causa individual la tal plaga. Cosa que, por cierto, deja en entredicho el nombre mismo, influenza o flu para abreviar y o acatarrarse mientras se pronuncia, o grippe o trancazo o cualquiera otro de los que se han ensayado desde que comenzó a reinar, desde comienzos de siglo, la enfermedad informe: pues: ¿cómo puede decentemente tener nombre una cosa que es casi cualquier cosa y se manifiesta casi de cualquier forma, hasta el punto de que, sólo con que te encuentras mal o raro, a falta de otra interpretación más precisa, ya estás sospechando que te La has mangao?

Hace sonreír que todavía, en la vulgarización A, se distinga entre «gripe y resfriado común»; y las historias que dos veces al año sacan los Medios de Formación de Masas acerca de las varias y mutantes cepas o generaciones de virus de la gripe hacen sonreír también, por lo menos mientras no La ha atrapado uno. Claro que las cuentas no son tan simples: si se pudiera individuar el causante verdadero y fijo de Eso, y en consecuencia apresarlo, juzgarlo y condenarlo a muerte, no parece que, en cambio, el fijar de paso y apresar al virus causante de esa istitución más reciente que bajo la sigla S.I.D.A. condena como espada justiciera del Señor a los prójimos y deudos que atentan un poquito contra Sus leyes fuera a ser tan buen negocio: porque ahí, si un virus definido se fija en la pantallita y se individúa como culpable, ¿no se perderá con ello una ocasión preciosa de que a los Individuos personales les hiera la flecha de su culpa personal, de que la mísera jodienda de los mortales vuelva a los miedos tenebrosos y urinarios del tiempo de los Escolapios y de que renazcan esplendorosas las fábricas de preservativos?

Hay un DEBE y su HABER con esto en el libro del Señor. Pero se ve que la necesidad más alta y siempre más urgente que Él padece es ésa de la individuación de la Culpa, y por tanto, la de que cada vez los virus se hagan más individuales, más definidos y precisos como seres y causantes. Y el motivo que el Señor y su Ciencia ofrecen para esa millonaria campaña de persecución del Virus, a saber, que es para la cura de nuestras plagas y enfermedades, se vuelve un tanto dudoso como motivo cuando consideramos que precisamente algunas de las plagas virales más arcaicas que en las vulgarizaciones A y B se citan, la rabia la primera, Pasteur y sus secuaces acertaron a curarlas sin tener la menor idea de que hubiera cosas tales como virus personales en el mundo, sino tratándolas como si fueran flujos infecciosos.

Algo más importante y trascendente que la cura de los mortales debe ser lo que promueve el proceso de individuación progresiva de los virus. Más sospechoso aún, por cierto, resulta eso de que el desarrollo progresivo de los virus se haya producido tan esactamente según los cánones que rigen en general el Progreso Progresado, que son según la proporción aritmética siguiente: así como la noción de ‘bichos’ (piojos, lombrices, sarna) vino con el Progreso de nuestros abuelos a dar en la de ‘microbios’ (con la noción de más éxito, la de ‘bacterias’, incluida), que exigía ya pasar del ojo desnudo al microscopio, inventado a punto, para ver a los microbios, esto es, incluirlos en la Realidad, así también análogamente la noción arcaica de ‘microbios’ ha dado paso, apoyado como por casualidad en el microscopio electrónico que requiere para verlos, a la noción de ‘virus’ (bichos: microbios:: microbios: x), el mismo proceso por el que, una vez inventado el ferrocarril con el Progreso, hubo que inventar el automóvil para el Progreso Progresado, y una vez que la radio, la televisión: es decir, pasar de los chismes ideados por fuerza de las necesidades previas a los chismes ideados por deducción de los ideados previamente.

De un microbiólogo ilustre cita la vulgarización B, p. 102: «Estamos ahora, respecto a los virus, donde los bacteriólogos del siglo XIX estaban respecto a las bacterias». Hagamos aquí un alto, no vayan a caer ustedes en la trampa que su lenguaje culto les tiene preparada para estos trances y a preguntarse si lo que estaré aquí insinuando es que «Los virus no existen»; una tontería semejante a la de aquéllas que concluyen que «El Amor no existe», sin darse cuenta de que con la sola admisión del verbo ‘existir’, aunque sea para decir «No», ya están domesticando su rebeldía y cayendo en el engaño. Existir, sólo existe Dios, y los demás son malas imitaciones. Pero aquí no estamos tratando asuntos metafísicos, sino cuestiones prácticas, de política y salud. Sigamos pues un poco examinando cómo son los virus. Individuos y causas

En su último progreso, los virus han tenido que hacerse esencialmente técnicos informáticos: así, en la vulgarización B les explicarán cómo es que el virus, una vez que logra que la célula lo acoja en su interior, se entromete en su ADN de tal modo que, cuando ese centro emita las oportunas istrucciones de reproducción de la célula, ellas incluyan los datos introducidos de contrabando, que son los del propio virus; así que, cuando la célula se reproduce, ya sus copias sucesivas llevan en sí la reproducción del virus; que él de por sí no sabe reproducirse a la manera tradicional, porque los científicos ni siquiera acaban de decidir si se trata o no propiamente de un ser vivo; pero ni aun eso atenta a su realidad.

Y con esas habilidades informáticas de los virus, ya no les extraña a ustedes lo que les contaba en la noticia C de cómo el joven que había introducido información subrepticia en la res informática del Pentágono se le identificó enseguida como virus; ni las fascinantes teorías, de que la vulgarización B les informa, de que, además de para causar enfermedades, los virus pueden servir para organizar la vida toda del Planeta y que «todas las bacterias están interconectadas por organismos semejantes a los virus en una sola asociación genética de escala mundial». Pero esa lógica condición informática de los virus, que los tiempos les imponen (contra los cuales estamos aquí tratando de hacer un poco de contrainformación), no quita para que se les vea (ésa es la única prueba definitiva en realidad), aunque haya de ser por el electrónico.

Pues bien, ¿qué vemos? Vemos estensiones de sustancia, más o menos accidentadas o fluctuantes, en las que se destacan unos puntitos, coloreados en rubí o esmeralda, según la onda que al electrónico le pongamos. Muy bien. Pero lo que no podemos ver es que esos puntitos sean los causantes, y no, por ejemplo, deformaciones concomitantes que a los tejidos les aparecen cuando sufren la alteración que sea, así como a la leche, cuando se corta, le salen unos puntitos amarillos, sin que a nadie se le ocurra que así están los culpables del accidente. Eso no puede verse con microscopio de Dios que valga: porque la diferencia entre ‘causa’ y ‘circunstancia concomitante’ no se ve, sino que se decide en virtud de otros intereses superiores. Los cuales necesitan que los culpables sean individuos, y mejor cuanto más individuales.

De ahí que el progreso de la noción de ‘causa’ o de ‘culpable’ haya sido a lo largo de toda la Historia en el sentido de la individuación, así en el campo de la Justicia como en el de la Medicina. Para ello puede ser ilustrativa la historia de la palabra misma. Porque ¿se han fijado ustedes en lo difícil que es poner en Plural esa palabra, para así poderle deducir un verdadero Singular?: el inglés ha tenido que inventar viruses, y aquí, si no acudimos a los Artículos, no sabremos si hablamos de los virus o simplemente de lo virus.

Y es que esa vieja palabra indoeuropea, latín vi:rus, griego (w)i:ós, indio vi:sás, nunca tuvo propiamente Plural ni Singular, ya que lo único que significaba eran cosas como ‘flujo espeso’, ‘viscosidad’, ‘fluido ponzoñoso’ (los romanos lo usan a veces para hablar del licor seminal, que entonces, naturalmente, no contenía espermatozoides causantes de nada) y sustancias por el estilo, generalmente con una nota de ‘capacidad de insinuación o penetración por los tejidos’. Quiere decirse que esta situación del virus corresponde a un mundo en que la culpa es algo como un gas o flujo pestilente, un miasma, que le entra a la ciudad o cae sobre los campos, y en cuanto a la causa (la noción de ‘causa’ física se inventa, como suele suceder, a partir de la jurídica de ‘culpa’), no se había inventado todavía.

Pero ya desde el comienzo de nuestros recuerdos históricos ha sido preciso que esa culpa indistinta y fluida se concentrara, para buen orden, en un chivo expiatorio, un pharmakós humano entre los griegos (¡dónde estaban las raíces de nuestra Farmacia!), al que ejecutar o espulsar de los muros para librar a la ciudad del mal. Y así, tirando la Medicina y la Ciencia por la vía que el Derecho y la Política les indicaban, han tenido que hacer aquello, lo virus, adquiriendo el estatuto de microbio, y por ende el de bicho, y por ende el de persona, venga a ser viruses, y cada uno de los viruses un virus, que, individual como usted y como yo, se cuele por las paredes de las células, organice en sus centros un lío informático, o funcione de telefonista entre las bacterias del Universo, y venga cada vez más a ser responsable personal de lo que pasa.

No sé si con esto, para efectos de medicina y de remedio, queda lo bastante claro que no es nada seguro que el buen método sea el de buscar con cada vez más potentes microscopios puntitos cada vez más diminutos y centrar en virus individuados la causa de nuestros males, o si no sería más eficaz que volviéramos a concebirlos como un miasma o flujo indistinto del que hubiera que intentar limpiarse con chorros de las aguas más frescas o contrainformáticas que se pudiera.

Pero, lo que es en cuanto a política y desgobierno, pienso que tal vez se va entendiendo un poco mejor ahora cómo es que, al paso que el Señor, Estado y Capital, necesita cada vez más imperiosamente convertir las poblaciones en Masas, espesas y solidarias, al mismo tiempo necesita que esas Masas estén cada vez más estrictamente compuestas de Individuos, cada vez más individuales y personales, cada vez más responsables y causantes, cada uno y en conjunto, hasta el día del ideal, en que, en una votación perfecta y sin astenciones, las suma de las voluntades y causas individuales venga a ser lo mismo que el Poder Costituido que gobierne las Masas de Individuos.

Las inyecciones de ARNm COVID-19 están formuladas con óxido de grafeno

Pfizer sabía que nadie aceptaría ser inyectado con dispositivos electrónicos nanotecnológicos, así que nos mintiieron. El documento de Pfizer afirma que sus “vacunas” de ARNm COVID-19 contienen óxido de grafeno.

Decir que me sorprendió encontrar este documento de Laboratorio CONFIDENCIAL fue publicado proveniente del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Ciencia Discovery de Groton Connecticut de Pfizer es el eufemismo de mi carrera de 25 años +.

Me han dicho que los expertos no creerían que hay nanotecnología u óxido de grafeno en las inyecciones de ARNm porque no hay pruebas concretas de Pfizer que demuestren que el óxido de grafeno está en las inyecciones. Pues bien, ahora las hay. Este documento interno demuestra que las “vacunas” de ARNm de Pfizer son dispositivos electrónicos nanotecnológicos programables fabricados con óxido de grafeno.

El óxido de grafeno está en las inyecciones de ARNm COVID-19.

Ha habido algunos escritos engañosos y calumniosos contra mí después de que hiciera por primera vez esta afirmación en el programa y la entrevista que mantuve con Stew Peters en julio de 2021.

“Estoy muy convencida de que hay óxido de grafeno en estas tomas como de la gravedad”. – Karen Kingston, entrevista con Stew Peters, 28 de julio de 2021

El documento confidencial de Pfizer de su laboratorio de investigación clínica es mi reivindicación contra REUTERS y Verifact por acusarme a mí y a mi investigación de falta de credibilidad.

Documento de laboratorio de Pfizer revela óxido de grafeno como ingrediente de la “vacuna” de ARNm COVID-19

Según las más de 80.000 páginas de documentos que Pfizer tuvo que publicar en virtud de la FOIA, uno de los documentos era su proceso de formulación patentado para la “invención” de la glicoproteína principal BNT162b2 SARS-CoV-2 (P2-S).

Según el documento interno de investigación y desarrollo de Pfizer, ésta encargó las proteínas de espiga de ARNm del SRAS-CoV-2 a Sino Biological.

Sino Biological Sino Biologicala tiene su sede en Pekín, China.

Sino Biological fabrica y vende más  de Sino Biological manufacturers and sells over 280 variantes de ARNm del SRAS-CoV-2 280+ variantes de ARNm del SARS-CoV-2…

Sino Biological fabrica incluso fabrica el tristemente célebre Sino Biological even manufactures the infamous XBB.1.5. XBB.1.5 Jimmy Fallon escribió una cancioncilla al respecto.

Pfizer utiliza moléculas de ARNm del SARS-CoV-2 de Sino Biological para transfectar células de riñón embrionario humano con el fin de producir proteínas de coronavirus quiméricas biosintéticas en el laboratorio.

Según el documento interno de Pfizer, su proteína espiga de de ARNm P2-S du SRAS-CoV-2es una molécula etiquetada TwinStrep.

Tras producir varias proteínas multiespecíficas tóxicas a partir de células de riñón embrionario humano que han sido transfectadas con ARNm encargado a China, los científicos de Pfizer aplicaron las proteínas espiga sobre Quantifoil de oro recubierto de óxido de grafeno.

Una vez aplicadas al Quantifoil, las proteínas se congelan mediante criomicroscopía electrónica criogénica (Cryo-EM).

Durante la congelación Cryo-EM, las nanopartículas de oro y la capa de óxido de grafeno de un átomo se integran con las proteínas espigas de ARNm.

Cryo-Em forma parte del proceso de “etiquetado” de proteínas espigas con moléculas de oro y óxido de grafeno. Moderna y los NIH publicaron la técnica para utilizar el “etiquetado” Cryo-Em para crear “proteínas espigas” de puntos cuánticos en 2017 proteínas espigas en 2017..

Aunque “el marcado” no son descripciones precisas, lo que se ha hecho para las proteínas espigas .

y las proteínas espigas no son descripciones exactas de estas moléculas iónicas con configuraciones electrónicas cuánticas.

La “invención patentada” de Pfizer de unir moléculas de óxido de grafeno a proteínas Twin-Strep (marcadas con His) durante el proceso de criomicroscopía electrónica es un proceso y fenómeno bien establecidos.

En los documentos presentados por Pfizer a la FDA, la inserción de 2-prolinas a la que se refiere Pfizer es la unión de la tecnología de puntos cuánticos de oro/óxido de grafeno de su molécula nanotecnológica de ARNm iónico.

La inserción/unión de la prolina de óxido de oro/grafeno con el ARNm es esencial para garantizar que las “proteínas espigas” triméricas estén “etiquetadas” con puntos cuánticos que puedan albergar campos electromagnéticos y entrar en las células con fines de edición de genes

Sin las “etiquetas” cuánticas de oro/óxido de grafeno, las “proteínas espigas” serían incapaces de unirse a los receptores ACE-2, entrar en las células humanas, reescribir el material genético de las células y convertirlas en “proteínas espigas” biotecnológicas tóxicas y multiespecies” .

El sitio web de Pfizer describe la nanotecnología de edición genética como ARNm.

Pfizer hace referencia al ARNm como una molécula que reprograma las células para que produzcan proteínas tóxicas (antígenos) en su sitio web.

Según el sitio web de Pfizer, la molécula de ARNm preprogramada de Pfizer también se conoce como “proteína spike“.

Según el sitio web de Pfizer, sus nanopartículas lipídicas COVID-19 son como camiones basculantes de tamaño nanométrico que suministran “proteínas espigas” de ARNm preprogramadas (moléculas de edición de genes biosintéticas multiespecies) en las células del cuerpo humano.

Una vez que las proteínas espigasde ARNm biosintéticas se introducen en las células, la nanotecnología convierte las células humanas en “fábricas de proteínas biosintéticas tóxicas”, que Pfizer denomina Pfizer calls ‘usines de médecine (fábricas de medicamentos).

Como afirma Pfizer en su sitio web, sin la invención nanotecnológica del Dr. Malone del liposoma catiónico de ARNm no existirían las vacunas COVID-19.

La conclusión es que nos han mentido a todos.

Cuando uno examina los propios documentos de Pfizer, sus mentiras están apenas veladas. En lugar de ser honestos con nosotros y revelar que la nanotecnología a base de óxido de grafeno se encuentra en las inyecciones de COVID-19, nuestros expertos en ARNm de los medios alternativos de confianza nos dijeron que las inyecciones contenían “lípidos, grasas y colesterol”. Esto no tiene sentido.

“Vacuna de ARNm” es un término engañoso para el conjunto de nanotecnologías de edición genética utilizadas por los iniciados en la industria del transhumanismo.

“Vacuna de ARNm” es un término engañoso para el conjunto de nanotecnologías de edición genética utilizadas por los iniciados en la industria del transhumanismo.

Según una publicación de noviembre de 2022 de la American Chemical Society, las vacunas de ARNm han desempeñado un papel fundamental en la normalización de la aceptación masiva de la inyección de nanotecnologías en a los humanos;

“…dos vacunas basadas en nanopartículas lipídicas de Moderna y Pfizer-BioNTech han sido ampliamente utilizadas, lo que demuestra el papel central de la nanotecnología en la respuesta a la pandemia de COVID-19. ” Rumiana Techov, Doctora en Biofísica, ACS.

Así que ahí lo tienen. El propósito de COVID-19 era aterrorizar y engañar a los ciudadanos del mundo para que se les inyectara nanotecnología de edición genética con el pretexto de “vacunas seguras y eficaces que utilizan ARNm, lípidos, grasas y colesterol”.

Muchos líderes de confianza me han asegurado que las pruebas de la nanotecnología de ARNm serán desacreditadas y que yo seré desacreditado si no retrocedo.

Los expertos en ARNm creen claramente que usted y yo somos demasiado ingenuos y estúpidos para entender sus  absurdos engaños. Los expertos en ARNm, que son esencialmente nuestro “Tony Fauci”, creen que tienen el poder y la persuasión para convencer a los medios de comunicación alternativos y a las masas despiertas para que ignoren o ataquen a individuos como yo, que compartimos pruebas que contradicen directamente sus mentiras. Las vacunas de ARNm COVID-19 no son vacunas a base de ARNm viral envuelto. Las vacunas COVID-19 son inyecciones nanotecnológicas.

Pfizer y los líderes mundiales sabían que nadie en su sano juicio aceptaría que le inyectaran dispositivos nanotecnológicos diseñados para fusionar las células del cuerpo humano con el mundo digital.

Estamos dirigidos por muchos expertos y personas influyentes de los “medios alternativos” que comparten una verdad a medias y también nos mienten.

La mayoría de los expertos clínicos se niegan a abordar la existencia de la nanotecnología en los clichés; y las personas influyentes han sido entrenadas para utilizar la terminología y las imágenes para desacreditar a quienes hablan de la nanotecnología de ARNm en sus plataformas.

Este castillo de naipes y engaños podría derrumbarse de la noche a la mañana si el pueblo de Dios fuera lo suficientemente valiente y atento como para levantarse, decir la verdad y proteger a sus hijos. ¿Rechazarás sus mentiras?

El Informe Kingston. LA VERDAD VENCE.

karenkingston.substack

Theara Truth News

Verdadypaciencia

Los científicos quieren utilizar a las personas como antenas para alimentar la 6G

¿Por qué? Porque tu cuerpo es bastante bueno para cosechar la energía desperdiciada.

*El futuro de las telecomunicaciones 6G podría venir de la comunicación por luz visible.

*Investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst creen que utilizar seres humanos como parte del sistema de antenas ofrece la forma más eficaz de recoger la energía residual.

*En el proceso, los humanos podrían llevar cobre enrollado.

Aún no sabemos exactamente cómo va a funcionar la tecnología inalámbrica 6G. Pero los investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst creen que utilizar a los humanos como antenas para alimentar la 6G puede ser la forma más viable de cosechar energía adicional que de otro modo se desperdiciaría.

En el siempre presente esfuerzo por acelerar el intercambio de información, los científicos ya han empezado a investigar la Comunicación por Luz Visible (VLC), básicamente una versión inalámbrica de la fibra óptica, que utiliza destellos de luz para transmitir información. La incorporación de la VLC a la 6G animó al equipo de UMass Amherst a profundizar aún más.

En primer lugar, algunos antecedentes de la 6G. A modo de repaso, la 5G -que se considera la quinta y más reciente generación de redes celulares de banda ancha- está aún en pañales. Las verdaderas redes 5G operan en frecuencias de ondas milimétricas de entre 30 y 300 gigahercios, que son de 10 a 100 veces más altas que las anteriores redes celulares 4G. (Sin embargo, algunos proveedores de telefonía móvil hacen trampas al reclamar el extremo superior del espectro 4G como 5G).

La definición de estas generaciones celulares corre a cargo de una asociación mundial conocida como 3GPP. Dada la historia de la interminable marcha de la tecnología, es inevitable que la 5G sea sustituida por una nueva red en el futuro. Lo que no está del todo claro es qué será la 6G.

Mientras tanto, en el nuevo estudio, los científicos de la UMass Amherst descubrieron que los seres humanos pueden desempeñar un papel crucial en la mejora de la eficiencia de la VLC utilizando sus cuerpos como portadores de cobre en espiral para atrapar la energía residual de la VLC. El autor principal del estudio, Jie Xiong, catedrático de Ciencias de la Información e Informática de la UMass Amherst, explica:

“VLC es bastante sencillo e interesante. En lugar de utilizar señales de radio para enviar información de forma inalámbrica, utiliza la luz de unos LED que pueden encenderse y apagarse hasta un millón de veces por segundo.”

Las bombillas LED pueden entonces transmitir datos, y “cualquier cosa con una cámara, como nuestros smartphones, tabletas u ordenadores portátiles podría ser el receptor”, afirma Xiong.

El inconveniente de la VLC es la elevada tasa de “fuga” de energía que se produce al emitir señales de ondas de radio por canales laterales. Los investigadores creen que si pueden recoger la energía de radiofrecuencia (RF) desperdiciada, podrán darle un buen uso alimentando pequeños dispositivos electrónicos.

Tras experimentar con cables, bobinas y fondos, los científicos se dieron cuenta de que el cuerpo humano ofrece el mejor medio -hasta 10 veces mejor que cualquier otro entorno probado- para amplificar la capacidad de una bobina de cobre de recoger la energía de radiofrecuencia filtrada. A continuación, construyeron la pulsera Bracelet+, un artilugio barato que se lleva en el antebrazo, pero que puede adaptarse a un anillo, cinturón o collar, para recoger la energía perdida. Según el equipo, el cobre enrollado de Bracelet+ puede llegar a alcanzar microvatios, suficientes para alimentar sensores de control de la salud en el cuerpo, que necesitan poca energía para funcionar.

El acoplamiento de las bobinas de cobre con los sistemas VLC utiliza a los humanos como antenas para alimentar la tecnología que utilizan.

“En última instancia”, dice Xiong, “queremos poder cosechar energía residual de todo tipo de fuentes para alimentar la tecnología del futuro”.

Tim Newcomb

La era de las distopías

1) Cursos de colisión

La época contemporánea presenta una recreación reforzada del sistema de contradicciones que ha caracterizado al sistema capitalista desde su creación. El problema estructural asociado al modo de producción capitalista es su carácter “exponencial monótono creciente”, es decir, su tendencia intrínseca a alimentar procesos de “retroalimentación positiva”, “interés compuesto” y crecimiento ilimitado. Dicho de otro modo: el mecanismo del capital, que vive de su propio aumento, tiende a empujar todos los factores de producción constantemente en la misma dirección, creando así un desequilibrio sistemático. Por lo tanto, el sistema impulsa el crecimiento indefinido de la producción, el crecimiento indefinido de la acumulación de capital en la cima, el crecimiento indefinido de la explotación de las personas, el crecimiento indefinido de la explotación de la naturaleza.

Esto es lo que el viejo lenguaje marxiano llamaba las “contradicciones del capitalismo”. Cada una de estas tendencias entra en conflicto sistemático con los órdenes de equilibrio social, humano y medioambiental: crece la brecha entre la cima y la base de la pirámide social, crece el consumo y el despilfarro de recursos, crece la licuación de los organismos colectivos (familias, comunidades, estados, etc.) y de las identidades personales. Mientras que el mundo y la vida pueden concebirse según el modelo orgánico de los sistemas de “retroalimentación negativa”, que restauran y corrigen las rupturas del equilibrio, el capitalismo funciona como una proliferación ilimitada e incontrolada, literalmente como un cáncer ontológico.

Históricamente, dado que el primero en comprender la naturaleza del problema fue Marx, se asocia esta toma de conciencia con la búsqueda de soluciones “anticapitalistas”, socialistas, comunistas o similares. Por lo tanto, la idea es a menudo que el “pueblo” debe ser el primer sujeto de relevancia en estos análisis. Este punto de vista pasa por alto un hecho de la realidad: los que se toman más en serio los análisis marxianos y postmarxianos han sido durante mucho tiempo los poseedores del poder dentro del sistema, que son los más preocupados por lo que puede socavar su posición: son los capitalistas, los “amos del vapor”, los que se preocupan principalmente por los problemas del capitalismo actual.

2) Los “maestros del vapor

Cuando se habla genéricamente de “capitalistas”, “oligarquías”, “élites”, etc., es inevitable despertar la sospecha de una excesiva vaguedad de los referentes. ¿A quién se refiere? A uno le gustaría poder nombrar al sujeto del poder, como se podía hacer en el mundo premoderno nombrando al rey, al papa, al emperador, a este señor feudal, a aquel cortesano, etc. Sin embargo, hoy en día, dar nombres es una falsificación de la realidad. Por mucho que importen las personas, el sistema tiene una gran capacidad para sustituir a sus miembros en todos los niveles, incluida la cúpula. Saber quién es el director general de BlackRock o de Vanguard no nos acerca a la comprensión de quién ejerce el poder, porque no se trata de cómo los individuos específicos desempeñan sus funciones.

Otro error en el que no debemos caer es el de suponer -alimentado por la propia ideología del poder- que la existencia de una pluralidad de “amos del vapor” y no de un único “emperador” garantiza de algún modo una diversificación de intereses y proyectos, y con ello cierta “democratización” del sistema (por ejemplo: “la existencia de diferentes capitalistas implica diferentes amos de los periódicos y, por tanto, pluralidad de información”). Esto es una grave ingenuidad. El día que el director general de BlackRock redescubra el espíritu zapatista y el anhelo de apoyar la liberación de Chiapas, dejará de ser director general y será reemplazado (con indemnización por despido, por supuesto). Las líneas de fondo no pueden cambiar y sólo tienen un objetivo infalible: la perpetuación del poder de quienes lo ostentan. Tampoco hay que fijarse en una ortodoxia “capitalista” concreta. Las oligarquías financieras no son “capitalistas” por el amor ideal al capitalismo: no es una religión alternativa. Esa es simplemente la forma en la que ostentan el poder. Si el abandono de tal o cual aspecto ideológico favorece la conservación y la consolidación del poder, nada se interpone en el camino.

Pero al final, ¿quiénes son estos “maestros del vapor”? La concentración de poder contemporánea es algo sin precedentes en la historia: unos pocos cientos de personas llevan las riendas de los mayores grupos financieros (angloamericanos) del mundo y de lo que Eisenhower llamó el “complejo militar-industrial” estadounidense. Estos grupos disponen de todos los resortes fundamentales del poder, son capaces de dirigir las decisiones políticas en sus Estados anfitriones (EE.UU. en primer lugar) y se extienden en cascada a todos los Estados que les están subordinados o son deudores de ellos. Fuera del mundo occidental no existen exactamente tales contrapoderes, en la medida en que logran escapar a la influencia de los primeros, ya que en cualquier lugar el poder, incluso el más inflexible, está dominado en todo caso por instancias de motivación política (nacionalismo in primis).

Estas élites occidentales de la cúspide están compactadas por la motivación de mantener un poder de base económica y tienen una capacidad de coordinación inmensamente superior a la de cualquier otro grupo de interés: disponen de lugares y modos de reunión institucionales y no institucionales, tienen recursos que permiten una pluralidad de acuerdos y comunicaciones por medios múltiples, no oficiales o clandestinos.

Quienes esperan encontrar una lista de los gobernantes y herederos al trono para planificar un asalto al “Palacio de Invierno”, y en ausencia de esta lista prefieren desechar el problema a las conjeturas o teorías conspirativas, son desgraciadamente cómplices involuntarios del poder.

Raros son los súbditos de las élites de la cúspide que buscan protagonismo público, y los que lo hacen son esos pocos, víctimas de sus propias ideologías, que se han convencido de que están realizando operaciones “paternalmente redentoras” (los nombres habituales que circulan de Schwab, Soros, Gates, etc.). Los más inteligentes de entre ellos saben muy bien que su poder no llega a través del consenso público y que, por lo tanto, manifestarse no los fortalece, sino que los expone y debilita.

Por lo tanto, nos encontramos con el siguiente cuadro: un pequeño grupo de sujetos, habiendo obtenido una posición eminente dentro del capitalismo contemporáneo, detenta el poder con niveles de concentración que nunca antes habían existido, y se mueve y coordina (neto de particularidades personales) con el objetivo de mantener y consolidar este poder. Al mismo tiempo, este estrecho grupo de la cúspide tiene perfecta conciencia de las tendencias críticas implícitas en el sistema del que está en la cima. Debemos dejar de imaginar al capitalista como un vividor que se entrega a los juguetes sexuales, los yates y los vinos de prestigio. En este horizonte hedonista se mueven típicamente individuos de clase media y nuevos ricos. El capital consolidado (“dinero viejo”) forja diferentes tipos humanos, que o bien tienen una educación adecuada para entender los problemas del sistema, o bien están acostumbrados a pagar a los grupos de reflexión para que hagan este trabajo por ellos.

3) Las perspectivas de las élites superiores

Por lo tanto, lo que debemos poner en evidencia es la suposición de que las líneas de contradicción dentro del sistema del capital son perfectamente conocidas por los “maestros del vapor”. Sólo sus dependientes liberalistas siguen creando cortinas de humo con su “mercado perfecto”, su “equilibrio general a largo plazo” y otras seducciones.

Esta mano de obra intelectual, profusamente financiada, suele ocupar puestos académicos de prestigio, y su función es proporcionar una espesa niebla ideológica, centenaria, sobre la que dispersar las energías de los críticos. Se trata de una defensa de infantería de primera línea que se esfuerza por mantener la vista de sus adversarios fuera del frente real. La mayoría son demasiado estúpidos para saber que sólo actúan como objetivos ficticios.

Que la sustitución acelerada de trabajadores por máquinas crea un desequilibrio estructural en el sistema de producción, con un excedente de producto potencial sobre el consumo, y un exceso de demanda impotente (consumidores sin poder adquisitivo) sobre una oferta desbordante, es completamente evidente y pacífico.

Que esto configura la existencia de una vasta población superflua, exagerada para ser útil como “ejército de reserva del capital”, una multitud de bocas que alimentar y que hierve descontenta es igualmente evidente.

Que un sistema de crecimiento infinito acaba socavando todo el sistema, medioambiental y social, en el que vivimos es igualmente claro.

Las principales líneas de fractura que están bajo la atención de las élites son, por tanto, las siguientes: 1) fractura social (riesgo de revueltas); 2) fractura ecológica (riesgo de desestabilización de los equilibrios medioambientales); 3) fractura financiera (colapso terminal de las expectativas de crecimiento y con ello de los supuestos del sistema).

El error de los herederos de la primera línea de análisis crítico, la marxista, es pensar que el reconocimiento de estas tendencias implica en sí mismo la adhesión a una perspectiva de “superación del capitalismo”, con la búsqueda de formas sociales que eviten la deshumanización, la alienación, que restablezcan un sistema en equilibrio (“de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”).

Ésta es otra grave ingenuidad. Las élites de la cúspide del sistema contemporáneo conocen las contradicciones del sistema, pero esto no significa en absoluto que tengan la intención de abandonarlo. No hay nada extraño en esto, ningún bloque de poder en la historia ha dejado el poder espontáneamente. De lo que se trata aquí es de comprender bien qué perspectivas abre este poder, ya que esto puede mostrarnos el espectro de los riesgos subterráneos en la era contemporánea (esos riesgos que a menudo acaban expresándose confusamente, y por tanto desacreditándose, en forma de “teorías de la conspiración”).

3.1) Tomarse tiempo con las soluciones de mercado

La primera perspectiva es la menos radical y la más débil, pero también es la que puede afirmarse apertis verbis sin reparos. Se trata de transmitir la idea de que para cada problema existe potencialmente una respuesta que las soluciones tecnológicas del mercado podrán proporcionar. Esta idea se propone a los medios de comunicación quaquaraqués como si fuera una opción realista, cuando en realidad sólo sirve para retrasar ciertos procesos, al tiempo que permite una mayor acumulación de capital. Así, la perspectiva salvadora de los coches eléctricos, o de la energía nuclear, o de la Euro 7, etc., para responder a un problema medioambiental único y cuidadosamente seleccionado (¿el calentamiento global?), aparece de vez en cuando en los medios de comunicación simbólicos. Este enfoque selectivo da la impresión de que siempre se trata de resolver un problema preeminente, lo que hace plausible la búsqueda de soluciones técnicas; esto permite ganar algo de tiempo en un sector, distraer la atención de la opinión pública proporcionando esperanzas y dirigir la política pública de forma provechosa.

Por supuesto, estas operaciones sectoriales, que comparten el impulso estructural de la innovación perenne y el aumento de la producción, siguen alimentando el proceso de desestabilización sistémica. En el mejor de los casos, las soluciones tecnológicas ad hoc pueden tapar temporalmente una laguna, mientras que al mismo tiempo se abren otras diez en forma de externalidades sistémicas.

3.2) La guerra como higiene mundial

La segunda perspectiva es una línea de solución clásica, más radical, que permite contener temporalmente los daños a lo largo de varias líneas de falla. Cuando se puede fomentar una guerra, ésta es, al menos en lo que respecta a los países implicados, una solución eficaz, ya que simultáneamente: frena a las poblaciones, bloqueando la protesta social; crea un espacio de consumo frenético (y por tanto de renta de capital) sin necesidad de conferir poder adquisitivo a la población; frena otros procesos sociales, reduciendo la “huella ecológica” humana, y en el mejor de los casos también reduce la población. Esta solución funciona idealmente mejor cuantos más países estén implicados. Si un conflicto se circunscribe militarmente, no habrá impacto en las cifras de población, pero seguirá siendo eficaz en otros aspectos (regimentación y la disciplina social + drenaje económico en un “potlatch” posmoderno, donde se queman grandes recursos para mover la máquina de consumo).

Una guerra mundial duradera y de bajo voltaje sería de hecho una solución perfecta: permitiría idealmente: 1) romper toda resistencia o revuelta social en nombre de la santa oposición al enemigo exterior; 2) concentrar las energías en una producción infinita destinada a un consumo infinito, que ignora toda saturación del mercado; 3) reducir progresivamente la población.

Sin embargo, esta perspectiva es muy inestable y no es fácil de manipular ni siquiera para las élites del vértice, por muy poderosas que sean. Provocar una serie de conflictos en zonas ya sufridas y políticamente débiles es relativamente fácil, pero una condición de guerra mundial duradera y de bajo voltaje no está directamente orquestada, y corre continuamente el riesgo de desvanecerse o de crear una escalada nuclear, en la que incluso las élites de la cúspide acabarían implicándose en cierta medida.

3.3) Sociedad de control

La tercera perspectiva se manifiesta desde hace tiempo y consiste en una transformación del modelo ideológico liberal en un modelo autoritario, sin cambiar un ápice su apariencia. La sociedad occidental contemporánea (pero no sólo la occidental) está más regulada, legislada y vigilada que cualquier otra sociedad de la historia. No sólo hay más leyes que en el pasado, y más detalladas, sobre áreas de comportamiento que en el mundo premoderno no eran objeto de atención legislativa, sino que la mayor capacidad tecnológica permite niveles de aplicación y control de estas normas sin precedentes.

Dado que todo poder tiene un incentivo intrínseco para aumentar su capacidad de control, en el mundo liberal esto ocurre de forma paradójica, sobre la base de la pretensión de trabajar por una “promoción de la libertad”. Para transformar una ideología de la libertad en una ideología del control, el neoliberalismo aprovecha sistemáticamente la idea de la “victimización” o “vulnerabilidad” de un grupo. Una vez que se ha señalado a un determinado grupo como potencialmente ofendido, violado en sus derechos naturales o humanos, se pueden llevar a cabo actos coercitivos en favor de las “víctimas”, quizás para evitar su potencial victimización. Este mecanismo puede funcionar tanto dentro como fuera de un país. Se puede intervenir coactivamente sobre la libertad de expresión con el pretexto de “proteger las sensibilidades” de tal o cual grupo, se puede intervenir con la medicalización forzosa (o los certificados verdes) para “proteger a los frágiles”, al igual que se puede intervenir como “policía internacional” para “defender los derechos humanos” en tal o cual zona del mundo. La misma lógica permite la difusión de cámaras de vigilancia en cualquier lugar de acceso público o la violación de cualquier comunicación privada en nombre de la “protección de la seguridad”, etc.

Es importante estar alerta ante el hecho de que las tecnologías de control disponibles hoy en día son extraordinariamente sofisticadas y que una vez que se rompe la barrera de la justificación legal, la capacidad de vigilancia (y de sanción) es casi ilimitada.

El interés de las élites superiores en un sistema total de vigilancia, control y sanción es evidente. Se presenta y se presentará siempre como una operación de “defensa de los vulnerables”, cuando en realidad es una forma de bloquear de raíz la posibilidad de que los que no tienen poder se conviertan en una amenaza para los que lo tienen.

3.4) Despoblación

Mientras que la vigilancia y el control pueden desactivar el peligro que supone el descontento de las masas (descontento que mientras esté en un nivel bajo puede ser contenido por simples sistemas de distracción y entretenimiento), el problema que supone el excedente de población económicamente “inútil y perjudicial” invoca otra tentación, que no debe ser subestimada simplemente porque suena “escandalosa”. Los países que no tienen un marco ideológico liberal, como China, pueden permitirse tratar los temas de control demográfico de forma explícita, como ocurrió con la “política del hijo único”. En el Occidente liberal, esta posibilidad de debate abierto queda excluida, ya que exigiría sacar a la luz cuestiones embarazosas (empezando por el “consumo conspicuo”) para las élites. Pero esto no significa que la tentación de intervenir desde arriba no esté presente.

Sobre esta cuestión es imposible ir más allá de las conjeturas e inferencias, pero subestimar la tentación del uso clandestino de soluciones tecnológicas para limitar la fecundidad o aumentar la mortalidad (preferentemente para los que ya no están en edad de trabajar) sería un error.

3.5) ¿Neofeudalismo o distopía totalitaria?

Todas las “soluciones” anteriores se mantienen dentro del marco capitalista, con sus mecanismos y contradicciones internas. Esto significa que, en esencia, siempre están presionando para ganar tiempo ralentizando ciertos procesos, o haciendo retroceder las manecillas del reloj histórico. Una salida radical del modelo capitalista por parte del poder capitalista sólo es concebible con la promesa de cristalizar las relaciones de poder actuales (una salida en dirección a una democracia socialista no es por tanto especialmente popular).

En un marco de capitalismo financiero como el contemporáneo, las concreciones del poder pueden ser tenues, porque una determinada capitalización depende ante todo de las expectativas de consumo. Quienes poseen grandes cantidades de liquidez poseen un poder adquisitivo potencial que depende totalmente de las perspectivas de disponibilidad de activos y de la confianza del público en los títulos de crédito. Este poder es el mismo que ejerce un billete de banco, un objeto virtual que puede convertirse en papel de desecho en el momento en que ya no se considere capaz de mediar en el suministro de bienes. Por eso, por la necesidad de cuidar las apariencias, las expectativas, el capitalismo financiero debe prestar especial atención a la gobernanza del aparato mediático. Pero, en cualquier caso, la gobernanza de las expectativas tiene límites, ya que los propios mecanismos de la competencia económica generan constantemente trastornos desestabilizadores.

En el mundo capitalista, el poder “líquido” es mucho más poderoso (debido a su máxima movilidad y transformabilidad) que cualquier poder “sólido” (la propiedad de bienes reales). Sin embargo, los activos reales confieren una estabilidad a largo plazo que el capital líquido no permite. Por lo tanto, la perspectiva de una posible salida “postapocalíptica” del modelo capitalista con sus contradicciones sólo es concebible, para las élites de la cúspide, en términos de una transición hacia una especie de “neofeudalismo”, en el que el poder líquido se transforme de nuevo en propiedad material (tierra, bienes inmuebles, armamento, tecnología, etc.).

Sin embargo, aquí surge un problema que cambia completamente el panorama. El feudalismo histórico funcionaba sobre la base de un sistema de legitimación (incluida la legitimación a la propiedad) dependiente de la tradición y la religión. El mundo actual ha barrido ambos factores como conferidores de legitimidad. Así que la pregunta aquí es: ¿cómo podría funcionar un sistema de legitimación del poder y la propiedad en un “neofeudalismo” desprovisto de tradición y religión?

El poder en la historia de la humanidad siempre ha estado, incluso en las culturas más autoritarias, determinado por el reconocimiento medio de la legitimidad del poder. Mientras la mayoría reconocía o al menos no impugnaba la legitimidad de un poder, éste seguía siendo funcional. Este poder funcionaba transmitiéndose con continuidad, por pasos intermedios, desde la cima hasta la base (del rey a los vasallos, de los señores feudales a los caballeros, a los campesinos y a los siervos). Por lo tanto, esta forma de poder siempre tiene una conexión humana, en la esfera del reconocimiento. Pero si se pierde la propia matriz de legitimación, ¿cómo puede ejercerse el poder de forma capilar, desde arriba hacia abajo? En un sistema capitalista, la riqueza es poder sin necesidad de reconocimiento porque el poder se reconoce como poder adquisitivo, garantizado por el sistema económico. Si el sistema se rompe, esa forma de reconocimiento del poder impersonal se rompe. ¿Cómo podría funcionar un nuevo poder sin el reconocimiento de la legitimidad?

Técnicamente, la respuesta es sencilla: tendría que suplantar el poder de los “medios” representados por el dinero con otro medio externo adecuado. Concretamente, la perspectiva más plausible es que esto se haga a través de la manipulación de los medios para infundir miedo, un miedo que unos pocos deben ser capaces de infundir directamente en los muchos.

Tal perspectiva era inaccesible en el pasado, pero el progreso tecnológico ha alimentado durante mucho tiempo esta posibilidad, es decir, la posibilidad, mediante la potenciación de los efectos, de que un centro circunscrito se imponga a la multitud. Una espada podía imponerse a tal vez cinco personas desarmadas, una pistola a diez, una bomba a mil; y con el aumento técnico de su poder, la dificultad de su uso también ha disminuido: hoy es más fácil detonar una bomba que antes blandir una espada. Pero no debemos imaginar el poder tecnológico simplemente como el ejercicio de la fuerza bruta. Pensemos más bien en una situación actual como la existencia de semillas modificadas genéticamente que no permiten que sus semillas sean replantadas para la siguiente cosecha, obligando a comprarlas a un proveedor central. El fondo de este mecanismo de poder es sencillo: se trata de hacer que un grupo dependa estructuralmente, para su propia existencia, del acceso a una tecnología que no es reproducible de forma autónoma, sino administrada de forma centralizada. Se pueden inventar numerosos mecanismos de este tipo, basta con hacer depender a las personas de un bien tecnológicamente escaso y no reproducible de forma autónoma (¿una terapia?). En principio, este mecanismo puede permitir que el poder se ejerza de forma directa, “neofeudal”, sin necesidad de mecanismos de intermediación y legitimación.

Una última observación: hablar aquí de “neofeudalismo” es una expresión engañosa. Estamos ante un sistema en el que, sí, se trataría de una sociedad jerárquica cerrada, como el feudalismo, basada en poderes y propiedades reales, y no líquidas, pero todos los demás aspectos son profundamente diferentes y no en un sentido mejor. Sería un mundo en el que una casta superior ejerce su poder a través del miedo, habiendo sustituido, como fuente última de autoridad, lo que en el feudalismo era Dios, por la Tecnología. Sería una sociedad de mando directo, no mediada por ninguna adhesión ideológica, una sociedad que rinde culto a la eficiencia técnica y que concibe la infrahumanidad fuera de la casta superior como materia prima de la que se puede disponer a voluntad.

Andrea Zhok

El ARNm es un sistema operativo

La página web de Moderna define claramente el ARNm como un programa informático que fabrica “proteínas”. Las inyecciones de ARNm no contienen ARN biológico, sino tecnologías programables/dispositivos electrónicos.

17 de abril de 2023: Más expertos se han presentado demostrando que el concepto de ARNm biológico en las inyecciones de COVID-19 es una farsa; y que adultos y niños están, de hecho, siendo inyectados con tecnologías a base de nanopartículas.

En 2021, Moderna presumía con orgullo de que su ARNm es una plataforma tecnológica de edición genética que utiliza programas informáticos, llamados ARNm, para codificar nuevos códigos genéticos en células humanas.

Según el sitio web de Moderna de 2021 (captura de pantalla del 2 de julio de 2021),

Nos propusimos crear una plataforma tecnológica de ARNm que funcionara de forma muy parecida a un sistema operativo en un ordenador. Está diseñada para que pueda conectarse a diferentes programas. En nuestro caso, el ‘programa’ o ‘app’ es nuestro fármaco de ARNm: la secuencia única (programa) que codifica una proteína.” – Página web de Moderna, julio de 2021.

La página web 2021 de Moderna define claramente el ARNm como un software que fabrica “proteínas” (material genético programado artificialmente y ajeno a la especie humana) en humanos. Las inyecciones de ARNm no contienen ARN biológico, sino tecnologías programables o dispositivos electrónicos.

Pfizer también describe su ARNm como una tecnología de edición de genes en su sitio web, no como un agente biológico (vacuna).

La tecnología del ARNm es el conjunto de nanotecnologías de edición genética para exterminar a la especie humana.

El Dr. Malone describe el ARNm como el punto de entrada al conjunto de tecnologías para fusionar la biología humana con la biología y la tecnología no humanas, también conocido como transhumanismo.

Transcripción de parte de la entrevista del doctor Malone con Glenn Beck:

Doctor Robert Malone: No es una conspiración, el transhumanismo. Hablan de las vacunas de ARN (ARNm) como un punto de entrada, abriendo ese espacio desde un punto de vista ético y de otro tipo. Por lo tanto, eso es parte la razón por la cual        estos productos en particular (vacunas de ARNm), están relacionados con esa agenda transhumanismo.

Glenn Beck: Explique a los que no saben qué es el transhumanismo, explíquelo, desglóselo…

Doctor Robert Malone:  El transhumanismo es el conjunto de tecnologías, creo que es la mejor manera de decirlo, en torno a la idea de la modificación mecánica y biológica de los seres humanos.

Por definición, las vacunas de ARNm son el epítome de la tecnología de armas biológicas

La “tecnología de vacunas” de ARNm es una tecnología de armas biológicas que se inventó y se está utilizando para forzar la fusión de la biología humana con la biología y las tecnologías no humanas. En 2017, se presentó una patente parcialmente propiedad de los NIH para el uso de la tecnología de vacunas de ARNm como arma biológica.

Por definición, las “vacunas” de ARNm son el epítome de la tecnología de armas biológicas y se están utilizando para destruir a la especie humana, el homo sapiens. La destrucción intencionada (exterminio) de la especie humana utilizando tecnología de ARNm es un acto de guerra biológica.

La fusión de los humanos con la tecnología y el exterminio de la especie humana son puestos en práctica por el presidente Biden

El 12 de septiembre de 2022, el presidente Biden firmó la Orden Ejecutiva, Advancing Biotechnology and Biomanufacturing Innovations for a Sustainable, Safe, and Secure American Bioeconomy.(“Impulsar las innovaciones en biotecnología y biofabricación para una bioeconomía estadounidense sostenible, segura y protegida”).

La Orden Ejecutiva estipula: “Necesitamos desarrollar tecnologías y técnicas de ingeniería genética (software de ARNm) para poder escribir circuitos para las células y programar de forma predecible la biología del mismo modo en que escribimos un software y programamos los ordenadores”.

Las “tecnologías de ingeniería genética que pueden programar y controlar las células dentro de los cuerpos de los estadounidenses de la misma manera que un programa de software determina la funcionalidad y la capacidad de respuesta de un ordenador”, ya han sido desarrolladas e “instaladas” en la mayoría de los estadounidenses; se llaman vacunas COVID-19 de ARNm.

Según la patente de Moderna (disponible en su sitio web actual), las “vacunas” de ARNm contienen “nanopartículas autoensambladas que pueden ser totalmente programables”.

¿Nos están manipulando para que creamos que modificar genéticamente a los humanos con tecnología es algo bueno?

Pfizer, la FDA y muchos líderes han mentido al pueblo estadounidense porque han sido manipulados para que sigan una agenda que incluye forzar mutaciones genéticas en el genoma humano y reprogramar la función celular de las células de nuestro cuerpo, incluyendo la producción de proteínas dañinas en forma de espigas.

Cuando la FDA se reunió con Pfizer y el resto de la industria el 22 de octubre de 2020, revisaron los resultados clínicos perjudiciales del uso de inyecciones de ARNm COVID-19 en adultos y niños.

Estos no son efectos secundarios de una vacuna, estas son las consecuencias previstas de un arma biológica. La tecnología de ARNm está causando un nivel sin precedentes de enfermedad, discapacidad y muerte, porque eso es lo que hacen las armas biológicas.

El Informe Kingston. La verdad gana.

Se requiere experiencia e inteligencia para ganar una guerra de inteligencia

El Teniente General Krillilov, Jefe Militar Ruso de Guerra Nuclear y Biológica, cita mi análisis médico-legal en su más reciente informe global sobre el papel de Pfizer en el uso de armas biológicas de tecnología de ARNm contra civiles bajo la apariencia de “vacunas seguras y eficaces” y ha iniciado un proceso penal global contra Pfizer. El teniente general Krillilov cita mi trabajo y afirma que las vacunas de ARNm son, por definición, agentes de guerra biológica según el 18 USC 175.

Llevo dos años librando esta guerra psicológica para educar a los estadounidenses y a los funcionarios de nuestro gobierno. Si quieres que Estados Unidos tome el control de esta pesadilla de la guerra biológica, por favor, ponte en contacto con los líderes del gobierno y poderosos influyentes de los medios de comunicación para pedirme que presente las pruebas que pueden derribar a Pfizer y detener la plataforma tecnológica del ARNm en seco. Puede ponerse en contacto conmigo a través de patriots@mifight.com.

La bondad interior

A menudo la gente me pide consejo sobre suplementos y tratamientos médicos. Yo no puedo hacer recomendaciones médicas para usted, pero para mí, sé que la reducción del nivel de ácido en su cuerpo y tomar un suplemento que contiene zeolita puede ayudar a eliminar los metales tóxicos de su cuerpo. Yo personalmente utilizo estos productos para desintoxicar (Extracto Corporal Puro (Zeolita), Super Jugo Verde, Super Fibra Orgánica, Super Proteína Orgánica).

karenkingston

PRESIONES Y FRENOS A LA GEOINGENIERÍA


Silvia Ribeiro

Esta semana, un reconocido científico nigeriano, el profesor Chukwumerije Okereke, publicó un artículo en el New York Times que denuncia como promotores de la geoingeniería presionan a países africanos para avanzar propuestas de manipulación climática en el continente. Okereke, un autor del IPCC (Panel de expertos sobre cambio climático), tituló la nota ‘Mi continente no es su laboratorio climático gigante’.

Refiere también los experimentos de geoingeniería que una empresa estadounidense hizo en México y apoya el anuncio del gobierno nuestro país de prohibir dichos experimentos (NYT, 18/04/23 https://tinyurl.com/2skkntjy).

Okereke revela que representantes de la ONG ‘Carnegie Climate Governance Initiative’ (abreviada C2G), se presentan como neutrales frente a la geoingeniería, pero insistieron a negociadores climáticos de África que “las tecnologías para bloquear parte de los rayos solares serían un método rápido y barato para bajar la temperatura producto del calentamiento global y que los países más pobres serían quienes más podrían ganar con ello.”

Como experto en cambio climático, Okereke advierte que estas propuestas de manipulación ambiental son extremadamente riesgosas y especulativas, y se opone enérgicamente a que se use su continente como campo experimental. Agrega que aun si la geoingeniería solar cumpliera sus promesas teóricas de bajar la temperatura en alguna parte, podría exacerbar la sequía, inundaciones y otros desequilibrios climáticos en otras regiones, amenazando la subsistencia de millones de personas.

Agrega que es una batalla desigual, porque quienes promueven la geoingeniería son apoyados por Bill Gates y otros milmillonarios. George Soros anunció recientemente que sumará su apoyo a la geoingeniería solar. Otras ONG, como la Iniciativa Degrees –financiada por la fundación de Dustin Moskovitz, cofundador de Facebook– dice que quiere poner a los países en desarrollo en el centro del debate sobre geoingeniería solar.

En realidad, afirma Okereke, es una forma de entrar por la puerta de atrás para generar investigación que justifique convertir a África en un campo experimental de geoingeniería. Organizaciones de la sociedad civil de varios países de África llamaron a no permitir estos experimentos (https://tinyurl.com/yv2wvbsc).

Las dos ONG mencionadas –C2G y Degrees Initiative– están también muy activas en América Latina. Representantes de Degrees Initiative estuvieron la semana pasada en México para promover que se hagan estudios sobre los impactos que podría tener la aplicación de algunas técnicas de geoingeniería solar sobre México y América Central. No proponen financiar estudios abiertos sobre cambio climático y qué tipo de respuesta sería mejor en cada país, a partir de sus propias condiciones y prioridades, sino estudios estrechos sobre los riesgos o beneficios de la aplicación de geoingeniería solar comparada a los riesgos del cambio climático. Al respecto, Okerere comentó: Podría nombrar 100 cosas que el mundo puede hacer para frenar el (supuesto) cambio climático y ninguno de ellas sería geoingeniería (https://tinyurl.com/2j9hevmw).

Las medidas anunciadas por México en enero 2023 de no permitir experimentos de geoingeniería solar en su territorio han tenido resonancia en los medios masivos a nivel global, así como en las discusiones globales sobre geoingeniería. Varios países de América Latina y África evalúan esto como forma de proteger a sus países contra la experimentación de geoingeniería. Los experimentos ilegales en México mostraron que cualquier empresa puede tomar la investigación de los geoingenieros que dicen hacer estudios sólo de laboratorio y aplicarla con fines comerciales en los países que no los detengan. La empresa Make Sunsets que actuó en México declaró basarse en la investigación de David Keith de la Universidad de Harvard (https://tinyurl.com/yp9cjn3r).

Esta semana Conacyt, INECC y Semarnat convocaron ahora al foro La geoingeniería en México, reflexiones desde el principio precautorio y la justicia climática, como parte del proceso de discusión hacia la concreción legal de las medidas de precaución anunciadas anteriormente. Participaron representantes de esas dependencias, del ámbito académico y de sociedad civil (http://bit.ly/3JHy6pB).

Los impactos de la crisis climática son de gran preocupación, pero las propuestas de geoingeniería no atienden sus causas, sino que generan nuevos riesgos, dependencia y amenazas a la soberanía, señalo Agustín Ávila Romero, encargado de INECC. Estudios científicos muestran que la geoingeniería solar que propone inyectar dióxido de sulfuro en la estratósfera, requeriría renovar esas inyecciones por décadas y tendría efectos desiguales, con regiones que sufrirían más sequía o inundaciones. Su finalización repentina –por razones políticas o económicas– causaría una subida abrupta de temperatura que sería peor que antes de iniciarla. Son riesgos inaceptables. En un comunicado conjunto, las tres instituciones reafirmaron que no se permitirán experimentos de geoingeniería solar en México (https://bit.ly/3KUfvGb).

Un interrogante que surgió en el foro es sobre la siembra de nubes, una forma de modificación del tiempo promovida por otros sectores de gobierno. Esto tiene otros impactos que deben ser analizados (https://tinyurl.com/3hebkyfy).

La teología de la medicina

Thomas Szasz

La vida humana -esto es, una vida de autoconciencia y vigilia- es inimaginable sin sufrimiento. Sin dolor y pesar no podría haber placer y goce; así como no podría existir vida sin muerte, salud sin enfermedad, belleza sin fealdad, riqueza sin pobreza, y así sucesivamente con las incontables experiencias humanas que clasificamos en deseables e indeseables. Todos nuestros esfuerzos -morales, médicos, políticos y personales- se dirigen a reducir al mínimo las experiencias indeseables y a incrementar al máximo as deseables. Sin embargo, lo que complica la vida humana es el hecho de que muchas de las cosas que consideramos deseables entran en conflicto con, o sólo pueden asegurarse a costa de, otras que también consideramos deseables. Por ejemplo, comer o beber agradablemente suele entrar en conflicto con la propia salud, el placer sexual tropieza a menudo con la dignidad, la libertad entra en conflicto con la seguridad, y así sucesivamente. Por eso, la búsqueda de alivio ante el sufrimiento, aunque pueda parecer razonable, no puede ser una meta personal o política incondicionada. Y, si hacemos de ella semejante meta, es seguro que desembocará en mayor y no en menor sufrimiento.

En el pasado, la mayor desgracia para el mayor número fue causada precisamente por aquellos programas políticos cuya meta era el alivio más radical del sufrimiento para el mayor número de seres humanos. En los países sometidos al sistema comunista, donde los esfuerzos por aliviar el sufrimiento no se veían contrarrestados por ninguna otra fuerza efectiva, el comunismo había logrado ser la mayor fuente de sufrimiento; en el Occidente llamado libre, donde el “terapeutismo” ha conseguido un poder no contrapesado por fuerza eficaz alguna, la medicina ha logrado convertirse en una de las mayores fuentes de sufrimiento.

Cómo la medicina, el arte de curar, se ha transformado de aliado en adversario del hombre, y cómo pudo hacerlo precisamente durante aquellas mismas décadas en que su capacidad de curar alcanzaba las cotas más altas de toda su historia, es un relato cuya narrativa debe esperar otra ocasión y quizá incluso otro narrador. Bastará aquí advertir que no hay nada nuevo en el hecho de que, para los asuntos humanos, el poder de hacer el bien suele tener como contrapeso -si es que no se ve excedido por él- el poder de hacer el mal; que la ingenuidad humana ha creado, especialmente en las instituciones legales y políticas anglosajonas, sistemas que se han demostrado útiles a la hora de dividir el poder para hacer el bien en dos componentes básicos, a saber: bien y poder, y que esas soluciones institucionales y los principios morales que encarnan han procurado promover el bien, privando a sus productores y suministradores del poder sobre aquellos que desean escribir o rechazar sus servicios.

El monumento más destacado a ese esfuerzo por parte de los legisladores de proteger a sus súbditos ante aquellos que podrían hacerles un bien, incluso aunque significase matarles, es la cláusula de la Primera Enmienda garantizando que «el Congreso no promoverá ley alguna que respete el establecimiento de una religión o que prohíba el libre ejercicio de la misma».

Permítanme indicar brevemente cómo creo que esa garantía, y los principios morales y políticos que encarna, se aplica a nuestra situación contemporánea. Todos reconocen hoy la realidad del sufrimiento espiritual, es decir, el hecho de que los hombres, mujeres y niños pueden y suelen estar angustiados por no poder encontrar ni dar significado a sus vidas o porque no pueden ni aceptar ni crear pautas satisfactorias para regular su conducta personal. Aunque estas circunstancias desembocan en un inenarrable sufrimiento, nadie en los Estados Unidos -y aún menos ninguna autoridad judicial o legal- pretendería que semejante infelicidad justificara la imposición, a la fuerza, de ciertas creencias y prácticas religiosas a los sufrientes. Semejante intervención, aunque demostrase ser «útil» para el alivio del sufrimiento, violaría la garantía de la Primera Enmienda contra el «establecimiento de religión». Intento mostrar que ese principio se aplica, y debiera aplicarse, también a las intervenciones médicas, llamadas terapéuticas.

En otras palabras, mantengo que el sufrimiento provocado pro la enfermedad -prescindiendo de si es una enfermedad corporal efectiva o una supuesta enfermedad mental- no puede, en la ley americana, servir de pretexto para privar a una persona de libertad, aunque el encarcelamiento se llame hospitalización y aunque la intervención se llame tratamiento. Sostengo que semejante uso del poder estatal -ya sea racionalizado como un despliegue necesario del poder policial, o como aplicación terapéutica del principio de parens patriae- es contrario a las ideas e ideales consagrados en la Primera Enmienda de la Constitución. Para admitir este argumento, no necesitamos considerar qué podría, o debería, hacer el Estado a ciudadanos que no están sufriendo para hacer algo por aquellos que sí lo están. Los que gozan de seguridad social, o de jubilaciones, no están sujetos al poder judicial del Estado: no son encarcelados ni forzados a someterse a tratamientos médicos. Sin embargo, debemos considerar lo que está sucediendo en los Estados Unidos -y, naturalmente, en todos los demás lugares- a personas que están sufriendo, o que se supone que están sufriendo, para ayudarles de modo manifiesto. Es especialmente en este punto donde la teología de la medicina -y especialmente la teología de la psiquiatría y de la terapia- se impone clara y ampliamente. ¿Cómo triunfó la medicina allí donde fracasó la religión? ¿Cómo ha sido capaz la terapia de franquear el muro que separa la Iglesia del estado allí donde fue incapaz de hacerlo la teología?

Dicho brevemente, la medicina ha sido capaz de lograr lo que no pudo la religión, ante todo mediante una violación radical de nuestro vocabulario, de nuestras categorías conceptuales; y, en segundo lugar, subvirtiendo nuestros ideales y desplazando el poder de las instituciones dedicadas a protegernos al de quienes nos ayudarán tanto si lo queremos como si no. Ya lo hicimos con los negros. Ahora nos lo estamos haciendo unos a otros, prescindiendo de credo, color o raza. ¿Cómo se justifican y se hacen posibles las intervenciones psiquiátricas voluntarias, y las muchas otras violaciones médicas de la libertad individual? Llamado a las personas pacientes, llamando al encarcelamiento hospitalización, y a la tortura terapia; llamando a los individuos que no se quejan sufrientes, a los médicos y a los profesionales de salud mental, que infringen su libertad y su dignidad, terapeutas, y, a las cosas que estos últimos hacen a los primeros, tratamientos.

Por eso, términos como salud mental y derecho al tratamiento encubren hoy con tanta eficacia el hecho de que la psiquiatría constituye una servidumbre involuntaria. Las personas sufren. Desde luego. Y ese hecho -según médicos y pacientes, abogados y laicos- basta hoy para justificar el que se les llame y considere pacientes. Lo que, en otros tiempos, sucedió gracias a la universalidad del pecado, sucede hoy gracias a la universalidad del sufrimiento; hombres, mujeres y niños se convierten -quieran o no, les guste o no- en los pacientes-penitentes de sus médicos-sacerdotes.

Y, sobre el paciente y el médico, se levanta ahora la Iglesia de la Medicina, cuya teología define los papeles y las reglas de juego que han de jugar, así como sus leyes canónicas llamadas hoy salud pública y leyes de salud mental, imponiendo su conformidad con la ética médica dominante. Mis criterios sobre ética médica dependen ante todo de la analogía entre religión y medicina, entre nuestra libertad, o su carencia, a la hora de aceptar, o rechazar, cualquier intervención teológica y terapéutica.

Parece obvio que cuanto más se atribuya un mayor valor a la religión que a la libertad, más se intentará vincular la religión al Estado y fomentar las prácticas teológicas mediante la coacción estatal; asimismo, cuanto más se atribuya un mayor valor a la medicina que a la libertad, más se intentará vincular la medicina al Estado y fomentar prácticas terapéuticas mediante la coacción estatal.

La cuestión es así de simple, pero inexorable: cuando la religión y la libertad entran en conflicto, las gentes deben elegir entre teología e independencia; y, cuando la medicina y la libertad entran en conflicto, deben elegir entre terapia e independencia.

Si los norteamericanos se viesen enfrentados hoy a esta lección y si valoraran la religión tanto como valoran la medicina, intentarían sin duda reconciliar lo irreconciliable, llamado al encarcelamiento en instituciones eclesiásticas derecho a asistir a la iglesia, y a la tortura en el potro derecho a practicar los rituales de la propia fe. Si estos términos se aceptasen como los adecuados a las prácticas que nombran, el ritual religioso obligatorio y la persecución religiosa podrían considerarse constitucionales. Los sometidos a semejantes prácticas podrían entonces clasificarse entre las personas garantizadas en su derecho a la religión, y quienes se opusieran a semejantes violaciones de los derechos humanos podrían ser barridos como sediciosos del compromiso de una sociedad libre con la práctica de la libertad religiosa.

Los norteamericanos podrían entonces mirar hacia adelante, esperando con ansiedad los números siguientes del Times y del Newsweek que celebrarían por todo lo alto el último progreso de la investigación religiosa. Sin embargo, quizás no sea todavía demasiado tarde para recordar que fue el respeto por la cura de almas, asumido y practicado libremente, o no, lo que inspiró a los autores de la Constitución a la hora de suprimir el poder secular clerical. Era suficiente, y supongo que razonable, considerar que los teólogos dispusieran únicamente del poder espiritual, pues no necesitan otra cosa para desempeñar sus tareas. Asimismo, el respeto que siento por la cura de los cuerpos (y de las «mentes»), asumido y practicado libremente, es lo que me inspira a pedir que se prive a los médicos del poder inherente a su conocimiento científico y a sus capacidades técnicas, pues no necesita nada más para el desempeño de sus tareas