Introducción
“COVID
es fundamental porque esto es lo que convence a las personas de
aceptar, de legitimar, la vigilancia biométrica total”. — Yuval
Noah Harari, Foro Económico Mundial.
Usando
la narrativa falsa del “virus COVID” como tapadera, los
parásitos privilegiados y locos por el poder que roban la riqueza
del mundo han acelerado drásticamente su plan de larga data para
crear un imperio global único que esté completamente bajo su mando.
Este
imperio global único empleará en última instancia los servicios
de todas las instituciones transnacionales del planeta para
regular y controlar todos los aspectos de la vida humana.
Es
un imperio global dirigido por un club exclusivo, quizás de 8.000 a
10.000 miembros, cuyos miembros no prometen lealtad a ninguna bandera
nacional, que se ven a sí mismos como superiores a sus compatriotas
y que son indiferentes a la ideología política mientras puedan.
controlar la estructura política desde dentro. Su objetivo es
borrar todas las fronteras nacionales y están en camino de triturar
las constituciones de cada nación-estado.
Se
trata de un imperio global que, a diferencia de antaño, no necesita
un ejército permanente para librar una guerra en un campo de batalla
contra un imperio contrario. Porque, en esta era del imperio
global único, el enemigo que se está sometiendo somos todos y cada
uno de nosotros.
Esa
misión se está logrando a través de una sofisticada campaña de
guerra de información, que está diseñada para vogilary manipular
cada uno de nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Es
importante destacar que este ataque ofensivo contra nosotros tiene la
intención de suprimir y acabar con la libertad en todos los aspectos
de nuestras vidas: la libertad económica; libertad política
(particularmente la libertad de impartir y recibir información y de
aceptar o rechazar información); libertad de movimiento
físico; libertad de decisión en salud; y, sobre todo, la
independencia para pensar por nosotros mismos, lo que se puede llamar
libertad mental.
Si
buscaran un lugar donde el gobierno respetara los derechos inherentes
e inalienables de los ciudadanos, ¿podrían encontrarlo en algún
continente?
¿Irían
a Canadá, un país de la Commonwealth?
¿Se
aventurarían hasta los dos países más meridionales de la
Commonwealth, Nueva Zelanda y Australia?
¿Huirían
a Estados Unidos, ostensiblemente libre? ¿O a un país de la Unión
Europea controlado por Estados Unidos?
¿Por
qué no trasladarse a uno de los países BRIC, como Brasil, Rusia o
la India? (No, probablemente no se sentirían tentados por
China).
Una
forma de responder a estas preguntas es analizar las actuales
condiciones políticas y económicas de los países mencionados y
determinar el “factor libertad” -o la falta de él- en cada
uno de ellos.
Una
mirada a la Commonwealth 2023
Canadá
en 1957, era una tierra de oportunidades y abundancia. Una familia de
clase media con dos hijos y un solo sueldo podía tener una casa, dos
coches y quizá una casa de veraneo.
En
1963 una casa unifamiliar valía 10.000 dólares, en enero de 2023,
el precio medio de venta de una vivienda unifamiliar en Canadá era
de 612.204 dólares. Si pagamos la mitad del precio, tendremos que
pagar la asombrosa cantidad de 306.000 dólares por adelantado y
luego pagar los 306.000 dólares restantes en los próximos cinco
años.
Eso
supone unos 61.200 dólares anuales de pagos hipotecarios, sin
incluir los intereses. Teniendo en cuenta el coste de la comida, la
ropa y el combustible -unos 40.000 dólares más al año para una
familia media de cuatro miembros-, necesitaríamos ganar unos 100.000
dólares al año, más unos 100.000 dólares para cubrir los
impuestos sobre la propiedad y la renta, así como los intereses
hipotecarios.
Así
que tendríamos que ganar unos 200.000 dólares al año antes de
impuestos para llevar un estilo de vida relativamente moderado, pagar
la hipoteca, los impuestos y los gastos básicos ¿Es esto posible
hoy en día? No lo creo.
La
verdad es que en Canadá, como en la mayoría de los países del
mundo, el coste de la vida se ha disparado. La amplia clase media que
existió en Canadá y en la mayoría de los países occidentales
entre los años 50 y 80, tres décadas en las que el trabajador medio
podía ser propietario de su vivienda, está desapareciendo.
La
rápida inflación ha erosionado el poder adquisitivo de los dólares
canadienses y estadounidenses, mientras que el coste de la vivienda
ha subido cada vez más. Peor aún, el aumento de los precios de la
energía, los alimentos, los artículos domésticos y la asistencia
sanitaria han contribuido a una espiral inflacionista que está
agravando una caída ya significativa de los salarios reales.
En
la escena política, la conducta actual del gobierno canadiense es
prácticamente irreconocible a la de su predecesor en la década de
1950. El régimen actual de Canadá, como la mayoría de las llamadas
“democracias liberales occidentales”, ha mostrado desprecio
por la verdad y la libertad individual desde que la pseudopandemia se
desató en el mundo en marzo de 2020.
Al
igual que la mayoría de los países, los gobiernos federal y
provinciales de Canadá han aplicado medidas censurables contra el
COVID -confinamiento, distanciamiento físico, enmascaramiento,
cuarentena, códigos QR y mandatos experimentales de terapia génica
con ARNm- para combatir el llamado “virus mortal del COVID”.
Cuando
canadienses de toda condición se rebelaron pacíficamente contra la
violación de sus derechos inalienables y constitucionales formando
el Convoy de la Libertad de los Camioneros y participando , el
régimen tomó represalias. Lleno de rencor, el matón Trudeau
encontró una forma extrema de privar a los manifestantes de su
derecho a reunirse pacíficamente. El 14 de febrero de 2022, invocó
la Ley de Emergencias, por primera vez en la historia de Canadá.
La
invocación de la Ley de Emergencias permitió a la policía de
Ottawa y a la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) desmantelar por
la fuerza la manifestación pacífica de varios miles de personas que
llevaba celebrándose cuatro semanas en la capital del país. A pesar
de su orden, respeto y no violencia, estos ciudadanos desarmados
fueron golpeados por brutales agentes armados con fusiles. Dos
manifestantes ancianos fueron pisoteados por caballos de la policía,
y los periodistas fueron rociados con gas pimienta y tiroteados.
Bajo
el pretexto de una legislación de emergencia, el gobierno federal
llegó a congelar las cuentas bancarias de algunos canadienses que
habían organizado o apoyado financieramente el convoy.
Después,
el 27 de abril de 2023, más de un año después de que se disolviera
la manifestación, el proyecto de ley C-11, oficialmente conocido
comoLey
sobre la Difusión en línea,
se convirtió en ley. Los cobardes senadores canadienses votaron a
favor a pesar del fracaso de todas las enmiendas que habían
recomendado previamente. La nueva ley pondrá en marcha una
legislación de censura radical en Internet que silenciará a los
canadienses ordinarios en las plataformas de medios sociales.
En
resumen, Canadá ha perdido por completo su sentido de la humanidad.
La compasión y la bondad por las que los canadienses son conocidos
en todo el mundo, todavía existen, pero están siendo suprimidas y
enterradas bajo una montaña de mentiras propagadas por el gobierno y
sus manipuladores, que son parte integrante de la dictadura global
antes mencionada.
Los
dirigentes de las otras cincuenta y cinco naciones de la Commonwealth
no han encontrado excusa para seguir la congelación de cuentas
bancarias de Canadá, pero algunas de ellas han adoptado medidas
especialmente salvajes para erradicar una supuesta nueva enfermedad
llamada COVID-19.
El
gobierno australiano no sólo ha impuesto toques de queda,
mascarillas, distanciamiento físico y cierre de la economía
mediante confinamientos, sino que también ha ordenado al ejército
que patrulle las calles de las ciudades durante estos confinamientos.
En los Territorios del Norte, los soldados evacuaron por la fuerza a
los residentes sospechosos de padecer la temida enfermedad y los
trasladaron a
campos de cuarentena
En
dos grandes ciudades australianas, puede que las marionetas políticas
controladas por los oligarcas mundiales no hayan congelado las
cuentas bancarias de los manifestantes del confinamiento, pero sí
ordenaron a la policía con equipo antidisturbios que acudiera a las
manifestaciones de Melbourne
y Sydney,
donde dispararon balas de goma contra fugitivos desarmados y rociaron
con gas pimienta la
cara de una mujer de 70 años que se había caído y yacía indefensa
en la calle.
Del
mismo modo, Nueva Zelanda se ha transformado en un auténtico estado
policial, imponiendo arrestos domiciliarios y zonas de cuarentena en
toda la ciudad. Cualquiera que sea sorprendido incumpliendo las
draconianas órdenes del gobierno corría el riesgo de ser detenido e
incluso encarcelado. En marzo de 2023, por ejemplo, el pastor Billy
Te Kahika y su colega Vincent Eastwood fueron condenados
a
cuatro y tres meses de cárcel, respectivamente, por organizar y
participar ilegalmente en una manifestación frente a TVNZ.
Además
de aplicar despiadadas medidas COVID similares a las de Australia, la
primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha impuesto
arbitrariamente la “vacunación” a funcionarios de la
sanidad pública, farmacéuticos, barberos, profesores y empelados de
servicio de apoyo comunitario.
El
gobierno del
Reino Unido,
aunque no tan severo como sus homólogos australiano o neozelandés,
se ha comportado sin embargo de forma represiva y censurable en sus
esfuerzos anti-COVID. Se ha ordenado a la policía que limite
las reuniones
a
seis personas en pubs, restaurantes, cines y zonas al aire libre.
Al
igual que sus socios de la Commonwealth, Gran Bretaña no ha dudado
en utilizar tácticas dudosas para manipular a una parte de su
población. Su “nudge
unit“,
creada por la Oficina del Gabinete en 2010, aplica los
principios de la ciencia del comportamiento, es decir, la presión de
la propaganda, para orientar las políticas públicas en todos los
ámbitos, desde el pago de impuestos hasta el aislamiento de
viviendas. Durante la plandemia, esta “unidad nudge”, que
no rinde cuentas y carece de ética, atemorizó a la población, la
avergonzó y la convirtió en chivo expiatorio para que se inyectara
COVID.
No
hay que olvidar que el Reino Unido es el hogar de uno de los mayores
tecnócratas del mundo, el recientemente coronado Rey Carlos III. En
enero de 2020, el príncipe Carlos volvió a Davos por primera vez en
treinta años para dirigirse a una reunión anual del Foro Económico
Mundial (FEM), que celebraba entonces su 50 aniversario ¿Y qué tema
abordó este pseudoambientalista? Por supuesto, de su pasión por la
descarbonización
y otras iniciativas de desarrollo sostenible,
que debía saber que estaban diseñadas para empobrecer aún más a
los pobres y enriquecer aún más a Su Alteza Real y a sus codiciosos
amiguetes de todo el mundo.
CONCLUSIÓN:
No encontrarán libertad económica, libertad política, libertad
física, libertad sanitaria ni libertad mental en los países
actuales de la Mancomunidad de Naciones.
Nos
detenemos aquí para preguntarnos: ¿quiénes son los actores que
leen sus líneas del mismo guión global e interpretan papeles
idénticos como ejecutores del gobierno mundial emergente?
En
Canadá, los actores más notables son el Primer Ministro Justin
Trudeau y la Viceprimera Ministra Chrystia Freeland. Ambos
son lacayos de Klaus Schwab y graduados de su academia Young
Global Leaders (YGL), el brazo de adoctrinamiento del Foro Económico
Mundial (FEM).
Otras
personajes en este drama en curso – graduados de YGL – incluyen a la
antigua dictadora ex primera ministra de Nueva Zelanda que pasó a
ser estudiante de Harvard, el igualmente despótico presidente
francés Emmanuel
Macron,
el primer ministro ruso – presidente desde 1999 – Vladimir Putin, y
los tiranos de la tecnología Bill
Gates y Mark Zuckerberg.
Según una fuente,
hay unos 3.800 YGL, y hay más.
La
principal razón de ser de los YGL, al parecer, es llevar a cabo las
iniciativas del Gran
Reinicio
y
la
Cuarta
Revolución Industrial
del
FEM. La agenda del FEM cuenta con el apoyo del secreto
Grupo Bilderberg,
de
los despobladores maltusianos del Club
de Roma eugenésico
y, sobre todo, de la organización mundial que dio origen al FEM: las
Naciones Unidas.
A
través de su Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC)
y
su siniestra Agenda
2030
-esta
última con sus admirables, pero en realidad carcelarios, Objetivos
de Desarrollo Sostenible
(ODS)-,
la ONU ha establecido un sistema diseñado para someter a toda la
población del planeta
convirtiendo a cada ser humano en un siervo feudal, un esclavo
tecnocrático y un transhumano que come insectos y carne sintética…
¡o tierra
vegetal!
Los
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 se están
implementando en todo el mundo gracias al gran reseteo del CEM y su
transhumanista Cuarta Revolución Industrial.
Y
la implementación de estos ODS está siendo impulsada por muchos
bancos centrales, incluyendo el Banco de Inglaterra, el Banco de
Canadá, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco Popular de China
(BPC), el Banco Central de la Federación Rusa (BCR) y la Reserva
Federal de Estados Unidos (la Fed). Estos bancos centrales y los de
otros países coordinan sus esfuerzos con lo que el autor de Tragedy
and Hope, Carroll Quigley, denominó la “cima” de la
red de bancos centrales, el Banco de Pagos Internacionales (BPI), con
sede en Basilea (Suiza).
Los
banqueros centrales pretenden implantar en todos los países del
mundo el mecanismo de control social más amplio y opresivo jamás
ideado: la Moneda Digital de los Bancos Centrales (CBDC, por sus
siglas en inglés) (inicialmente cada país tendrá su propia CBDC,
pero es lógico que con el tiempo se fusionen en una única moneda
digital global).
La
implantación de las CBDC, combinada con el despliegue de un sistema
de identificación digital país por país, supondrá la sentencia de
muerte para la libertad humana. Los bancos centrales venderán las
CBDC y las tarjetas de identificación digital al público
desinformado como garantía de anonimato y protección de los datos
de los usuarios. Sin embargo, esta retórica sólo será un engaño
diseñado para enmascarar las intenciones maliciosas y las tendencias
dictatoriales de esta monumental red de control.
De
las 208 naciones con bancos centrales, 119
están
desarrollando actualmente su propia forma de moneda digital.
Lo
que nos lleva a los Estados Unidos de América, su Banco de la
Reserva Federal que todo lo ve, todo lo sabe, todo lo controla y sus
otras formas de encarcelamiento y esclavitud.
Un
vistazo a Estados Unidos en 2023
Además
de la implantación prevista de las CBDC emitida por la Reserva
Federal, hay un movimiento en marcha para lanzar una identidad
digital a escala nacional en Estados Unidos.
Las
senadoras estadounidenses Kyrsten Sinema (Arizona) y Cynthia Lummis
(Wyoming) han presentado el proyecto de ley 884 del Senado, también
conocido como «Improving
Digital Identity Act of 2023»
( Ley de Mejora de la Identidad Digital de 2023). Si este proyecto es
aprobado por ambas cámaras y convertido en ley, todos los
estadounidenses estarán obligados a tener una identificación
digital válida si quieren conectarse a internet, abrir y gestionar
una cuenta bancaria, obtener un pasaporte y acceder a la sanidad. De
hecho, la idea es imitar el sistema de calificación social que
utiliza el gobierno chino para vigilar y controlar a sus ciudadanos.
Es el mismo sistema que el FEM está tan interesado en implantar en
el resto del mundo.
La
SB 884 es la prueba más reciente, clara e inquietante de la
colaboración público-privada del gobierno estadounidense con las
grandes empresas tecnológicas. Demuestra la intención del gobierno,
controlado por las empresas, altamente centralizado y preocupado por
la seguridad, de vigilar los movimientos de toda la población
estadounidense.
Por
supuesto, el panóptico creado por la Ley de Mejora de la Identidad
Digital permitirá a las agencias federales y estatales
estadounidenses no sólo vigilar las acciones de todo el mundo, sino
también bloquear, silenciar y condenar al ostracismo a los
disidentes que discrepen de la narrativa oficial. Todos los niveles
de gobierno podrán censurar abierta, activa y legalmente a los
ciudadanos e ignorar sus derechos codificados en las constituciones
de Estados Unidos y sus 50 estados.
Esto
es exactamente lo que Google y su YouTube, Meta y su Facebook,
Twitter y otras plataformas de medios sociales han hecho a sus
usuarios en sus intentos de silenciar a cualquiera que presente
hechos inconvenientes sobre COVID o cualquier otro programa
políticamente sensible.
Para
aquellos de ustedes que piensan que el Estado de Florida es un
brillante ejemplo de preservación de la libertad y los derechos
humanos, piensen de nuevo. El gobernador Ron
DeSantis
acaba de dejar
de lado
el
proyecto
de ley 222
del
Senado de Florida, la Ley de Protección de la Libertad Médica. Este
proyecto de ley habría puesto fin a toda discriminación contra los
no vacunados, a todos los mandatos de vacunación existentes y
futuros, y a todos los pasaportes de vacunación existentes y futuros
para todos los floridanos, independientemente de las vacunas
impuestas por el gobierno federal o los eugenistas de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) – que, como la FEM, está aliada con la
ONU.
En
cambio, el gobernador DeSantis está promoviendo laSB
252,
que pondría fin a los requisitos de vacunas y pasaportes solo para
las “vacunas COVID-19” existentes. Con la SB 252, los
ciudadanos de Florida no estarían protegidos de futuras “pandemias”,
futuros requisitos de vacunas o futuros requisitos de pasaportes de
vacunas.
Así
que, en el futuro, cuando el director (léase: dictador) de la OMS
declare una nueva pandemia en virtud de los vagos requisitos
estipulados en el próximo nuevo “tratado
mundial sobre pandemias“
-sin ni siquiera una pizca de prueba de la existencia de una
enfermedad contagiosa-, los floridanos tendrán que ceder su
autonomía corporal a toda una nueva serie de mandatos draconianos.
De
alguna manera, Estados Unidos es el peor del mundo cuando se trata de
negar a los ciudadanos el derecho a tomar sus propias decisiones
sanitarias y salvaguardar su soberanía mental y física. De hecho,
además de trabajar durante muchos años en estrecha colaboración
con los ideólogos transhumanistas de la OMS, la Fundación
Rockefeller, el FEM y otras agencias de la ONU, el gobierno federal
estadounidense ha estado en el epicentro del desarrollo, las pruebas
y el despliegue de “contramedidas” experimentales de
terapia génica con ARNm. Esta investigación y los productos
resultantes han tenido efectos perjudiciales para la vida no sólo de
los estadounidenses, sino de personas de todo el mundo.
En
retrospectiva, recordamos que a principios de 2020, el gobierno de
EE.UU., como parte de la Operación Warp Speed (OWS), trabajó mano a
mano con el Departamento de Defensa (DoD) y su rama “US Army
Contracting Command”, así como el Consejo de Seguridad Nacional
(NSC) y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico
Avanzado (BARDA), para conceder contratos de desarrollo clínico y
fabricación a empresas de biotecnología y biotecnología, para
conceder contratos de desarrollo clínico y fabricación a cada uno
de los fabricantes de “vacunas” –
Pfizer,
Moderna,
Astrazeneca,
Novavax,
GlaxsoSmithKline
(GSK)
y Jansen
– incluso antes de que las peligrosas terapias genéticas
experimentales COVID-19 se desplegaran en los 50 estados de EE.UU. y
en el resto del mundo.
El
Ministerio de Defensa ha llegado a diseñar, supervisar y organizar
los ensayos clínicos altamente sensibles de estos productos
experimentales. Estos pasos suelen darlos los propios fabricantes de
vacunas. Tradicionalmente llevan años y años, mientras que los
ensayos de COVID-19 se realizaron aparentemente en cuestión de
semanas.
CONCLUSIÓN:
No encontrarán libertad económica, libertad política, libertad
física, libertad sanitaria ni libertad mental en los actuales
Estados Unidos de América.
Pero,
¿y en la Alemania actual o a la parte alemana de Suiza? ¿O en
Francia? ¿O en los Países Bajos? ¿O en Austria en la década de
2020? ¿Encontrarán algún atisbo de libertad en los países de la
Unión Europea?
Una
mirada a la UE en 2023
La
respuesta es sencilla: ¡No! La UE es un fracaso económico, político
y social premeditado.
De
hecho, la UE no fue concebida por los ciudadanos de ninguna nación
europea, sino por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Club
de Roma de David Rockefeller. La razón por la que crearon la UE era
dolorosamente obvia: para las agencias de inteligencia y los
eugenistas declarados es más fácil controlar una entidad más
grande, dependiente, comprometida e impotente que controlar numerosos
Estados nacionales soberanos, más pequeños y aún independientes.
Los
dirigentes -si se les puede llamar así- de las naciones europeas son
marionetas de la UE. Como tales, están haciendo todo lo que está en
su mano para desindustrializar y destruir sus respectivas economías.
Como acabo de decir, los gobiernos nacionales y regionales
debilitados son mucho más fáciles de integrar en un imperio global
que los fuertes e independientes. Los dirigentes de Alemania,
Francia, Austria, España, etc. deben saberlo, lo que significa que
corrompidos hasta la médula.
He
aquí un ejemplo sorprendente. Los llamados jefes de Estado europeos
insisten en que están protegiendo la soberanía y la seguridad
nacional de sus propios países al imponer sanciones económicas a
Rusia a petición de Washington. Afirman que estas sanciones están
diseñadas para dañar al gran oso feroz que se atrevió a atacar a
Ucrania, controlada por la OTAN.
Pero
esto no es cierto. De hecho, las sanciones están diezmando sus
propias economías y a sus propios pueblos. La escasez de energía,
el aumento de los precios de los productos básicos, la escasez de
alimentos y el aumento de los tipos de interés en toda Europa son
todos resultados previstos de estas sanciones. Repito: los líderes
de Alemania, Francia, Austria, España, etc. deben saber esto, lo que
significa que han sido corrompidos hasta la médula.
También
pretenden que la estructura de gobierno central de la UE en Bruselas
es una “democracia representativa”. No, no lo es. Está muy
lejos de serlo. En el corazón de esta estructura se encuentra la
Comisión Europea (CE), el órgano ejecutivo de la UE formado por
funcionarios no elegidos. La actual Presidenta de la CE, la
notoriamente corrupta Ursula von der Leyen, establece la política de
toda la UE a puerta cerrada. Una vez que la Comisión Europea ha
formulado una nueva política, es sólo cuestión de tiempo que los
burócratas del Parlamento Europeo la aprueben.
El
secreto, la falta de transparencia y la falta de responsabilidad son
las consignas. La CE es una farsa y un fracaso en toda regla.
Del
mismo modo, la supuesta independencia del
Banco Central Europeo
(BCE)
es una farsa. Aunque en su página web se afirma que el BCE “no
está autorizado a solicitar ni aceptar instrucciones de las
instituciones u organismos de la UE, de ningún gobierno de un Estado
miembro ni de ningún otro organismo”, el BCE está muy influido
por el banco que lo creó en 1999: el BPI.
Y,
al igual que el BPI, las operaciones cotidianas del BCE se mantienen
en secreto. Nunca emite un comunicado de prensa tras una reunión de
política monetaria de su Consejo de Gobierno, a pesar de las
reiteradas resoluciones del Parlamento Europeo exigiendo que lo haga.
Además,
su estructura, modus operandi y falta de rendición de cuentas
reflejan los del BPI. En resumen, es difícil imaginar una
institución más antidemocrática que el BCE. Sin embargo, es en
este banco en el que se pide a los países de la zona euro que
confíen ciegamente a la hora de formular su política monetaria.
Esto es sencillamente alucinante.
Con
una estructura tan autocrática ya en marcha, fue muy fácil para los
miembros de la CE tragarse la tesis de la “pandemia”
haciendo tratos de trastienda con las empresas farmacéuticas para
comprar millones de dosis de la “vacuna” COVID-19 y
recomendando a todos los Estados miembros que aplicaran las medidas
criminales previstas por el COVID-19.
Del
mismo modo, fue fácil persuadir a los Estados miembros de la UE para
que permanecieran en silencio después de que Washington, el
verdadero poder detrás de la OTAN, cometiera un flagrante acto de
guerra contra ellos al destruir el gasoducto Nord Stream 2.
Antes
hemos hablado de algunos de los graduados de la academia YGL de Klaus
Schwab, mencionando el nombre de un antiguo alumno europeo, el
francés Macron. Otros Jóvenes Líderes Globales que han escalado
posiciones políticas en Europa son la ex canciller alemana Angela
Merkel y el actual canciller alemán Olaf Scholz. Sin
ir más lejos: la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der
Leyen, que forma parte del Consejo de Administración del FÉM.
No
es de extrañar que los Estados miembros de la UE sigan el ejemplo de
Estados Unidos implantando un sistema de identificación digital
basado en el modelo chino de esclavitud y encarcelamiento.
Croacia
tiene previsto ser el primer miembro de la UE en implantar este
verano el sistema de identificación digital para los viajeros que
vuelen entre Zagreb y Helsinki. El “proyecto
piloto” utiliza Verify 365, con sede en el Reino Unido,
para fusionar las identidades electrónicas de los pasajeros con el
nuevo sistema de monedero digital MyID. Como siempre, el sistema se
promociona entre el público como “una forma segura y cómoda de
demostrar quién eres”.
Afortunadamente,
algunos ciudadanos de países de la UE se están levantando para
desafiar a la oligarquía gobernante. En los Países Bajos, por
ejemplo, miles de agricultores holandeses se han rebelado contra el
descabellado plan de su gobierno de reducir las emisiones de
nitrógeno cerrando permanentemente más de 11.000 granjas. Los
agricultores han creado su propio movimiento político, el Movimiento
de Agricultores y Ciudadanos -o BoerburgerBeweging (BBB)-, que
recientemente triunfó en las elecciones
regionales tras meses de protestas generalizadas con tractores
[Paradójicamente este nuevo partido está liderado por una directiva
de Bayer Holanda, e incluso tiene su sede fiscal en las oficinas de
la multinacional: parece que las urnas nuevamente juegan malas
pasadas].
Luego
están los millones de ciudadanos descontentos que salen regularmente
a las calles de París y otras grandes ciudades francesas para
protestar contra diversas “reformas” económicas y
políticas. Su queja inicial por la subida del impuesto sobre los
carburantes (¿recuerdan el movimiento de los chalecos amarillos en
2019?) se ha convertido en una revuelta contra la decisión del
“monarca” Macron de elevar la edad legal de jubilación de
62 a 64 años. La invocación del artículo 49.3 por parte de Macron
-por undécima vez durante su “reinado”- le permitió
saltarse a la Asamblea Nacional (la cámara baja del Parlamento
francés). El 1 de mayo degeneraron
las manifestaciones contra esta injusticia percibida.
Hay
que reconocer que estas manifestaciones masivas son pasos positivos.
Sin embargo, no se producirá ninguna liberación importante de los
europeos de sus propios gobiernos hasta que se haya desmantelado todo
el edificio de la UE. Sólo entonces los pueblos de todas las
naciones europeas estarán verdaderamente liberados de los grilletes
del establishment de Washington, que dicta todos los aspectos
-militares, económicos y de otro tipo- de sus vidas.
CONCLUSIÓN:
No encontrarán hoy libertad económica, libertad política, libertad
física, libertad sanitaria ni libertad mental en los países de la
Unión Europea.
Para
ser justos, debemos señalar que los mecanismos totalitarios de
control y vigilancia, como los carnés de identidad digitales y las
CBDC, no son patrimonio exclusivo de los países occidentales. Si nos
aventuramos en los países del Este, nos encontraremos exactamente
con el mismo entramado de control que se está desarrollando, con los
mismos actores globalistas e imperialistas al timón, todos ellos
asegurándose de que el Este, al igual que el Oeste, permanezca bajo
su dominio.
Un
grupo de naciones que no es ni Oriente ni Occidente geográficamente,
pero que ha formado un bloque para contrarrestar la dominación de
Estados Unidos y sus aliados, es lo que el ex economista jefe de
Goldman Sachs Jim O’Neill ha denominado los BRICS (Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica).
Me
pregunto: ¿encontrarán un remanso de libertad en uno de los países
BRICS? Pronto lo sabremos.
Una
mirada a los BRICS en 2023
Innumerables
expertos y periodistas de los medios de comunicación alternativos
han opinado que los países BRICS -en particular Rusia, China e
India- lideran una cruzada antiglobalización, antigobierno global y
antiimperio mundial.
Nada
más lejos de la realidad.
He
aquí algunas pruebas de su falta de comprensión de la realidad
geopolítica:
–
Todos los países BRICS están firmemente comprometidos con la Cuarta
Revolución Industrial
del
FEM y la Agenda
2030 de
la ONU, en particular sus ODS
[Objetivos
de Desarrollo Sostenible].
–
Los bancos centrales de
Brasil,
Rusia,
India,
China
y
Sudáfrica
están
avanzando en sus planes para poner en marcha sus CBDC programables lo
antes posible. De estos cinco bancos centrales, el Banco
Popular de China
(PBC)
y el Banco
de la Reserva de la India (RBI)
están considerando fijar fechas de caducidad para sus CBDC.
–
Los
BRICS no están desafiando la hegemonía económica de Occidente. Sus
iniciativas financieras están profundamente vinculadas al Banco
Mundial y al FMI.
Por consiguiente, deben considerarse estrechamente vinculados al
establishment de Washington, no en conflicto con él (a pesar de las
apariencias en sentido contrario).
En
lo que respecta a la COVID-19, Xi Jinping de China y Vladimir
Putin de Rusia fueron los primeros en establecer un estado de
vigilancia de la bioseguridad.
De
hecho, desde que se anunció la alerta plandémica a principios de
2020, el Kremlin ha sido cómplice, junto con Occidente, de la
aplicación de medidas nocivas antihumanas y antisanitarias bajo la
dirección de la tiranía sanitaria de la OMS.
Por
ejemplo, el presidente Putin y su ministro de Sanidad (y miembro
del Consejo Ejecutivo de la OMS)
Mikhail
Albertovič Murashko han
promovido la vacunación
masiva.
Su inyección Sputnik V es prácticamente idéntica a la del gigante
farmacéutico británico-sueco AstraZeneca. De hecho, el Russian
Direct Investment Fund (RDIF) (Fondo Ruso de Inversión Directa)
(RDIF) -el fondo del Kremlin que está financiando Sputnik V- firmó
un memorando
de cooperación
con
AstraZeneca en diciembre de 2020.
Además,
Rusia ha introducido mandatos de vacunación para ciertas regiones
del país y vacunas
obligatorias
para
los militares.
Como
Rusia no tiene un equivalente del Sistema de Notificación de Efectos
Adversos de las Vacunas (VAERS) de los CDC estadounidenses, es
difícil saber con exactitud cuántos rusos han resultado heridos o
asesinados
por su vacuna experimental Sputnik V. Sin embargo, gracias al
Ministerio de Sanidad argentino, sabemos que de las tres “vacunas”
adoptadas por el gobierno argentino -Sputnik V, AstraZeneca y
Sinopharm (China)- la inyección de Sputnik V fue la primera en
causar reacciones
adversas,
superando con creces a las otras dos.
Los
médicos rusos conocen bien los riesgos para la salud asociados a
Sputnik V, pero el Estado los tacha de “terroristas” y los
amenaza con multas excesivas y penas de cárcel si expresan sus
preocupaciones. Temerosos de las consecuencias, la mayoría de ellos
se autocensuran.
Si
crees que la vigilancia biométrica es patrimonio exclusivo de China
y Occidente, te equivocas. Herman Gref, consejero delegado del banco
ruso Sberbank y miembro de la junta directiva del FHE (con Ursula von
der Leyden, recordarás), se ha asociado con el titán ruso de las
telecomunicaciones Rostelecom para formar Digital Identification
Technologies JV, que creará un sistema biométrico unificado para
toda Rusia.
Pronto,
los pobres, propagandizados y sin dinero de Rusia ya no podrán
acceder a ningún servicio gubernamental a menos que faciliten sus
datos
biométricos,
lo que hará innecesario el uso de códigos QR.
¿Deberíamos
sorprendernos de que Putin y sus funcionarios no restrinjan más las
libertades individuales que los tiranos de Occidente? ¿Por qué
iba a ser así? ¿Qué impide a Putin seguir los pasos de sus
predecesores? Que yo sepa, nada, a menos que el pueblo ruso empiece a
movilizarse y a protestar en masa, como hicieron sus hermanos
franceses en París.
Piensen
en ello: cuando Mijaíl Gorbachov era presidente de la antigua Unión
Soviética, era miembro declarado delClub
de Roma,
un movimiento globalista y eugenista. También se asoció con el
globalista-eugenista canadiense Maurice Strong para crear el proyecto
global de desarrollo sostenible de la Carta
de la Tierra,
junto con la Agenda
21.
Gorbachov y Strong fueron figuras clave en los primeros pasos dados
por las Naciones Unidas hacia la gobernanza mundial.
El
hecho de que la Unión Soviética se extinguiera y Gorby y Strong ya
no estén con nosotros, no es razón para suponer que el líder ruso
de los últimos veinticuatro años no persigue los mismos objetivos
globalistas. Putin no es de los que dejan que otros líderes
mundiales acaparen la atención, se lleven todas las victorias
o se hagan peligrosamente más grandes y fuertes que él.
De
hecho, Rusia y China, miembros del bloque BRICS, no son más que otra
versión del mismo entramado de control totalitario implantado por
los tecnócratas occidentales. Ninguno de los dos ofrece a sus
poblaciones la más mínima salida, la más mínima salvación de los
males de los productos biológicos, la biometría y la bioseguridad.
De
hecho, China ha sido el campo de pruebas de todos los mecanismos
totalitarios que se han desatado o se desatarán en el resto del
mundo. Durante la pseudopandemia, China puso en marcha una serie de
despiadadas medidas COVID-19: confinamientosinhumanos,
códigos
QR
obligatorios,
vigilancia
biométrica
omnipresente,
vacunación masiva obligatoria, normas de enmascaramiento forzoso y
obligatorio, y constantes
tests.
En
resumen, China es una auténtica dictadura científica, una
tecnocracia.
¿Y
qué decir de los otros tres países BRICS: Brasil, India y
Sudáfrica?
Además
de estar a bordo del vagón del FEM, del vagón de la OMS, del vagón
de las CDBC, del vagón del Banco Mundial y del FMI, y por tanto de
todo el vagón hegemónico occidental, ¿han puesto en marcha estos
tres países algún político, política o programa orientado a la
libertad que haga que mis padres quieran refugiarse allí?
En
primer lugar, Brasil. El país más grande de Sudamérica está ahora
sometido de la cábala globalista tras la elección de Luiz
Inácio Lulada Silva
(comúnmente conocido como ‘Lula’) como 39º presidente de Brasil. A
diferencia de su predecesor, Jair
Bolsonaro,
que se negó a firmar un tratado internacional sobre pandemias y se
opuso a ciertos aspectos del plan de lucha contra las enfermedades
infecciosas, Lula se adhiere plenamente a la agenda monolítica y
dominante de la OMS, la GAVI
y
el FEM.
Así
es como debe entenderse: en febrero de 2023, Lula declaró que para
que las familias sigan teniendo derecho al famoso programa Bolsa
Family (BFP), un programa social destinado a las familias más
pobres, deben vacunar a sus hijos, en particular con la terapia
génica experimental COVID-19. Si no lo hacen pierden los beneficios
que les otorga el BFP.
Por
otro lado la India. Contrariamente a lo que dicen los medios de
comunicación convencionales y alternativos, la Fundación Gates
nunca ha sido “expulsada” de la India. De hecho, ocurre
todo lo contrario. En 2006, por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda
Gates, en colaboración con el ex primer ministro indio Manmohan,
puso en marcha la Fundación de Salud Pública de la India (PHFI).
A
lo largo de los años, la PHFI ha recibido financiación de empresas
farmacéuticas (GSK, Pfizer, Johnson & Johnson), “filántropos”
(los sospechosos habituales: Bill y Melinda Gates y los Rockefeller)
y ONG (el Banco Mundial y USAID). Cuando la OMS declaró la
“pandemia” a principios de 2020, los miembros del PHFI
estaban plenamente preparados para crear, asesorar y dirigir la
national
COVID Task Force
(el
grupo de trabajo nacional Covid)
del gobierno indio. Por tanto, no es exagerado concluir que el PHFI
ha desempeñado un papel central en la orientación de todas las
medidas y políticas relacionadas con la inyección de COVID-19 en la
India.
Por
último, Sudáfrica. En estrecha colaboración con los serviles
medios de comunicación del país, el gobierno sudafricano, dirigido
por el presidente Cyril Ramaphosa, ha impuesto uno de los
confinamientos más largos y severos del continente. El impacto del
cierre de pequeñas empresas en una población que depende en gran
medida de salarios semanales de subsistencia ha sido catastrófico.
Como el Estado lleva más de un año sin pagar los subsidios a los
pobres y a los autónomos, casi una cuarta parte de las pequeñas
empresas han quebrado y el desempleo se ha disparado.
Brian
Pottinger, que escribe para UnHerd,
describe las consecuencias para los valientes que se atrevieron a
desafiar las demenciales restricciones del gobierno sudafricano:
Todo
un sector de la población fue efectivamente criminalizado: en los
cuatro primeros meses de la epidemia, 230.000 ciudadanos, el 0,4% de
la población, fueron acusados de infringir la normativa sobre
catástrofes, 311 de ellos agentes de policía. Todos los cargos
fueron posteriormente retirados: el sistema de justicia penal
sencillamente no daba abasto.
Por
tanto, es imposible justificar el modelo económico de los BRICS como
una alternativa a la globalización occidental, cuando en realidad
se trata de una forma diferente de globalización, un enfoque
diferente de la globalización.
Al
igual que el modelo occidental, el modelo BRICS es estructuralmente
inflacionista. Al igual que el modelo occidental, el modelo BRICS no
se basa en el libre mercado, sino en la política industrial. Por
último, al igual que el modelo occidental, el modelo BRICS forma
parte integrante del nuevo orden mundial internacional. Es el mismo
plan disfuncional, pero con distintos nombres.
CONCLUSIÓN:
No encontrarán libertad económica, libertad política, libertad
física, libertad sanitaria ni libertad mental en ninguno de los
países BRICS hoy en día.
Por
supuesto, hay grandes rivalidades de poder que tienen lugar en el
escenario mundial. Para el ciudadano común puede parecerle que
vivimos en un mundo multipolar, en el que las debilitadas naciones de
Occidente -dirigidas por el imperio estadounidense en declive-, a un
lado de la línea divisoria, luchan por mantener su supremacía sobre
las enérgicas naciones de Oriente -dirigidas por Rusia y China-, al
otro lado de la línea divisoria.
“Pero
abundan los ejemplos de multipolaridad”, insistes.
Lo
entiendo: está el conflicto de Ucrania, donde personas inocentes de
ambos bandos sufren y mueren innecesariamente.
Lo
entiendo: las tensiones aumentan frente a las costas de China, donde
el imperio estadounidense intenta en vano impedir la inevitable toma
de Taiwán por parte de China.
Lo
entiendo: este mismo imperio estadounidense que agoniza lentamente
está tratando febrilmente de impedir la integración económica
entre Europa y Rusia mediante la voladura del gasoducto Nord Stream
2, permitiendo a Washington mantener su dominio temporal sobre esa
región hasta que se complete su inevitable colapso económico.
Sin
embargo, a pesar del barniz de multipolaridad, existe -como mencioné
al principio de este artículo- un único imperio global que opera a
un nivel superior. O, podríamos decir, al nivel del Estado profundo.
El imperio unipolar existe fuera del campo general de
percepción de la mayoría de la población mundial. Trasciende no
sólo la división Este-Oeste, sino todas las demás divisiones entre
naciones. Ahora vamos a averiguar cómo es esto así.
El
imperio global: una prisión unipolar, un gulag digital
En
la cúspide del imperio mundial se encuentra “el banco central
de todos los bancos centrales”: el Banco de Pagos
Internacionales (BPI), altamente secreto e irresponsable. Su tarea
consiste en dirigir y coordinar la política monetaria y fiscal de
todos los bancos centrales del mundo. Así es como el BPI controla
directamente la oferta monetaria mundial e indirectamente el comercio
y las economías nacionales.
Al
ocupar una posición tan influyente y prominente, el BPI forma la
cúspide de una estructura piramidal consistente en una jerarquía de
organizaciones e instituciones en forma de escalera que conforman el
imperio global. Todas están dirigidas por lo que yo llamo la clase
de los parásitos.
Según
el gráfico de la Asociación
Público-Privada Global (G3P)
creado por el investigador y periodista británico Iain Davis, la
estructura del imperio global está diseñada de forma que la cadena
de mando va del BPI a los bancos centrales de todo el mundo y de
éstos a…
…
. los
formuladores de políticas en los think tanks. Estos
incluyen varios fondos y fundaciones Rockefeller, así como el Club
de Roma fundado por Rockefeller, la Comisión Trilateral fundada por
Rockefeller y el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) fundado por
Rockefeller. Algunos de estos think tanks no se originaron con
Rockefeller, en particular el equivalente británico del CFR, el
Royal Institute for International Affairs (RIIA), y el eugenista
empedernido Chatham House, fundado por el diplomático británico
Lionel Curtis tras la Primera Guerra Mundial.
Los
grupos de reflexión trabajan en colaboración con el BPI y los
bancos centrales para definir los objetivos de la política
internacional público-privada. Una vez formulados estos objetivos
generales, se transmiten a…
…
los distribuidores de políticas, como las Naciones Unidas fundadas
por Rockefeller, la OMS y el IPCC, el Fondo Monetario Internacional
(FMI), el Banco Mundial, destacados filántropos (me viene a la mente
la Fundación Bill y Melinda Gates), corporaciones globales y ONG.
Como
su nombre indica, los distribuidores se encargan de difundir las
políticas a gran escala, a los cuatro rincones del mundo. Se
aseguran de que las políticas también lleguen a manos de
funcionarios de menor rango, conocidos como…
…
ejecutores de las políticas. Incluyen las distintas ramas del
ejército, el poder judicial, la policía y las fuerzas de seguridad,
y cualquier otro organismo encargado de hacer cumplir la ley creado
en todos los niveles de gobierno (nacional, provincial, estatal,
local).
Estos
organismos gubernamentales encargados de velar por el cumplimiento de
la ley trabajan en colaboración con autoridades “científicas”
seleccionadas, como…
…
los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Administración de
Alimentos y Medicamentos (FDA), los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC), la Agencia Reguladora de
Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) y el Grupo de
Asesoramiento Científico para Emergencias (SAGE) del Reino Unido.
Todas
estas agencias y autoridades tienen que justificar las políticas que
deben aplicar. A menudo elaboran normas, reglamentos, órdenes y
códigos para estas políticas, que luego transmiten a las
organizaciones situadas en la parte inferior de la escala. Iain Davis
las llama
…
los “propagandistas políticos” o, en términos educados,
los gestores de la percepción. Estos medios de comunicación y
grupos de relaciones públicas, formados por medios tradicionales
(periódicos, revistas, emisoras de radio y televisión del
establishment), plataformas de redes sociales (Facebook, YouTube,
Twitter) y verificadores de hechos (Full Fact, PolitiFact, Snopes, AP
Fact Check, Poynter, etc.), trabajan junto a guerreros híbridos (77
th Brigade y HutEighteen, por ejemplo) y activistas contra el odio.
Entre estos últimos se encuentran el Southern Poverty Law Center
(SPLC), con sede en Estados Unidos, y el Center for Countering
Digital Hate (CCDH), con sede en el Reino Unido.
El
trabajo de los propagandistas consiste en persuadir al público -los
miles de millones de personas ordinarias que se encuentran bajo la
pirámide en forma de escalera- para que acepten sin pensar las
mentiras con las que se les alimenta y consientan automáticamente
las políticas represivas.
En
resumen, nunca en su historia la humanidad se ha enfrentado a un
sistema tan omnipresente de gobierno totalitario y tecnocrático.
El
objetivo de este imperio despótico es reducir, si no eliminar, las
libertades fundamentales de los seres humanos, robar nuestra riqueza,
minar nuestra fuerza física, moral, emocional y espiritual,
separarnos de nuestros amigos y familiares, y así controlarnos de
pies a cabeza, de aquí para allá y en todas partes, día y noche.
En
la sombre, el BPI y los bancos centrales ya están provocando el
colapso de varios bancos importantes (Signature, Silicon Valley,
First Republic). A partir de ahora, el número de quiebras bancarias
no hará sino aumentar. Pronto, los bancos más grandes (JPMorgan
Chase & Co.) empezarán a engullir no sólo a sus competidores
medianos y grandes, sino también a los pequeños bancos regionales y
locales.
Una
vez que los bancos centrales hayan implantado plenamente su sistema
monetario y financiero digital controlado por IA, todos seremos
rehenes de su imperio global, condenados a su prisión unipolar,
confinados en su gulag digital.
El
debilitado Imperio Americano seguirá existiendo por el momento. Pero
eso es sólo porque la clase parásita que se ha estado alimentando
de la riqueza de Estados Unidos durante siglos todavía necesita a
los militares estadounidenses para ejecutar sus órdenes -su trabajo
sucio- en el extranjero. Una vez que el Imperio estadounidense
controlado por las corporaciones haya servido a su propósito
económico y militar y ya no sea un huésped viable, esos mismos
parásitos codiciosos tendrán un festín para acabar con todos los
festines, con el objetivo de vaciar hasta la última gota a esa
nación alguna
vez fue fuerte y arrogante. Ningún imperio ha
resistido a generaciones de chupasangres. Putin también es
prescindible y desechable a los ojos de los parásitos globalistas.
No puede ganarse su favor simplemente siguiendo su agenda, aunque se
vea a sí mismo como uno de ellos. Si Rusia no tiene cuidado, será
desmembrada, pieza a pieza. Sus preciosos recursos serán arrebatados
y vendidos. Se transformará en una tierra de feudos en guerra. Los
parásitos se alimentan por igual.
Ni
siquiera la gente corriente como tú y como yo somos inmunes a la
clase parásita, que se adhiere y absorbe a todos los que están
dispuestos a convertirse en sus huéspedes. Dondequiera que estemos,
todos vivimos, en mayor o menor medida, al alcance de los tentáculos
del imperio mundial de los parásitos.
David Skripac