Los aprendices de brujo

KLAUS SCHWAB, EL HOMBRE CELOFAN

Hay brujos y brujos, y en la liga de aprendices podemos empezar con nuestro educado y tristón Klaus. Así como el grupo Bilderberg es una reunión donde prima el secretismo, Klaus es la cara pública del «globalismo». Ha sido el anfitrión necesario de un tinglado muy parecido al Bilderberg Group, cuyo objetivo era el de construir, con paciencia infinita, una red de cargos de liderazgo a lo largo del mundo.

Apadrinado por el también alemán (de nacimiento) Henry Kissinger, su profesor en Harvard, consiguió pasar de ser un oscuro ingeniero a ser una rutilante estrella para los conspiranóicos del mundo.

Pero los inicios no fueron tan fáciles. Empezó sirviéndoles agua mineral a gente que en ese momento eran quienes realmente manejaban el cotarro.

El tinglado nace en 1970, cuando la Unión Europea era poco más que una unión aduanera entre Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Francia, media Alemania e Italia poco después de la publicación del «Informe Davignon», otro hombre que acabó en Bilderberg, por cierto, que proponía que Europa actuase con una sola voz a nivel internacional.

Irlanda, Dinamarca y el Reino Unido estaban negociando su entrada en ese momento, por tanto era un proyecto que interesaba a chicos como Henry Kissinger, para vigilar qué demonios pensaba hacer esta gente o simplemente para llevar las riendas.

El bueno de Klaus era un joven ambicioso que tenía que buscarse la vida, y parece que de alguna manera le encargaron montar el circo.

El metódico Klaus era el hombre idóneo para organizar una especie de campeonato europeo de charlas aburridas. Pero no todo eran sesudas peroratas, también tiene tiempo para el romance y termina casado con su secretaria, que es lo que tenía más a mano.

Un artículo de RAIR FUNDATION comentado por Ernst Wolff nos cuenta algunas cosas de los humildes inicios de este hombre:

“El WEF, que originalmente se llamó European Management Forum hasta 1987, logró reunir a 440 ejecutivos de 31 países ya en su primera reunión en febrero de 1971”, lo que, como señala Wolff, fue un logro inesperado para alguien como Schwab, que tenía muy poca experiencia internacional o profesional antes de esto. Wolff cree que la razón puede deberse a los contactos que Schwab hizo durante su educación universitaria, incluido ser alumno de nada menos que del asesor de seguridad nacional y secretario de Estado (de EE.UU) Henry Kissinger. Wolff también señala que mientras Schwab estuvo allí, “la Harvard Business School había estado en proceso de planificar un foro de gestión propio, y es posible que Harvard acabase delegándole la tarea de organizarlo”

Pero además Klaus es un chico con ideas propias, pese a que casi nunca le escucha nadie. Ese mismo año (1971) publica un librito, «Moderne Unternehmensführung im Maschinenbau«, que es unas especie de manual de estilo norteamericano de cómo aprender a bailar siguiendo los diagramas, pero orientado a las industrias de maquinaria.

El librito aborda sus ideas o mejor dicho, su idea, ya que al parecer no ha tenido otra y sigue con los mismo desde 1971.

Klaus inventó la sopa de ajo en los que el denomina «STAKEHOLDERS», una red de intereses que debe satisfacer a accionistas, prestamistas, clientes, suministradores, empleados, economía y finalmente a la sociedad y al estado.

De ahí saca un concepto al que llama «Stakeholder capitalism». Él piensa que una empresa ideal no puede estar guiada por «Capitalismo de accionistas» o «Capitalismo de estado», si no por el suyo, que es más guay, mezcla de negocio y filantropía, tema que tiene un tufillo parecido al de los tinglados de Bill Gates.

Al año siguiente consigue colocarse como profesor en la Universidad de Ginebra, y en unos pocos años, como hombre respetable, pasa a formar parte de The Swatch Group, de The Daily Mail Group y del Vontobel Holding. Y entra en el consejo del Bilderberg Club. Nuestro héroe está por todas partes.

Pero Klaus no solo es una cara bonita. También cuanta con algunos logros, pocos, si tenemos presente que en 50 años caben en un cuarto de folio:

1979 – El Foro se convierte en la primera institución no gubernamental en iniciar una asociación con las comisiones de desarrollo económico de China. Eso sucede justo al firmar el decreto de un solo hijo. Eso desembocaría en el tratado Chino-Europeo de 1985.

1988 – Los primeros ministros Andreas Papandreou de Grecia y Turgut Ozal de Turquía se embarcan en una iniciativa de paz, estableciendo una «línea directa» de crisis y prometiendo evitar la guerra. Obviamente era una operación engrasada por Kissinger.

1994 – El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shimon Peres, y el presidente de la OLP, Yasser Arafat, conversan hasta altas horas de la noche sobre la retrasada retirada israelí de Gaza y Jericó. Un asistente habló de «una atmósfera de compromiso». Otra vez podemos detectar la larga sombre del jefe.

1999 – El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, anuncia el «Pacto Mundial», para dar «un rostro humano al mercado mundial» en la reunión anual del Foro.

Annan pidió a los líderes empresariales que establecieran estándares laborales, de derechos humanos y ambientales globales y dijo: «Tenemos que elegir entre un mercado global impulsado únicamente por cálculos de ganancias a corto plazo y uno que tenga rostro humano». Como vemos, es un logro que se quedó en un brindis al sol.

2001 – El jefe de Microsoft Corp, Bill Gates, promete 100 millones de dólares para ayudar a desarrollar una vacuna africana contra el SIDA que podría estar lista dentro de cinco años. La curiosa idea de que se puede desarrollar una vacuna «africana» podría despertar alguna incertidumbre. ¿Son los «africanos» diferentes en el tema del SIDA? De todas formas, la nueva vacuna fue un fracaso, cosa que le suele pasar a nuestro caritativo Bill.

2002 – El Foro proporciona una plataforma para la creación de una Red de Recursos para Desastres, aprovechando los recursos de las empresas de la industria de la ingeniería y el transporte para ayudar con los esfuerzos de socorro en casos de catástrofre. Se trata de un nuevo brindis al sol, creando un grupo de burócratas haciendo informes que nadie lee. Eso ha dado pie a una nueva rama de las Naciones Unidas, con más burócratas solucionando problemas con más informes.

2005 – La actriz Sharon Stone recauda 1 millón de dólares en cinco minutos para la malaria en la cumbre de Davos, mientras que el británico Tony Blair compartió una plataforma con la estrella de rock Bono y el hombre más rico del mundo, Bill Gates, para prometer ayuda a África. Aparte del famoso cruce de piernas, esta actriz junto a muchos otros -Matt Damon (otro alumno de Harvard), Leonardo di Caprio, y otras caras con glamour para las que se crea el premio «Crystal Awards»– han sido los encargados de darle vidilla al tinglado de Klaus, aunque es de justicia reconocer que la lista de logros del equipo es un palmarés patético para tanta agua mineral y champagne malgastados. Nadie es perfecto …

Otro interesante artículo del periódico suizo REPUBLIC nos cuenta su triste presente, antes de la llegada de Trump, que gracias a Steve Bannon y la manía que le tiene al pobre Klaus, le puso de nuevo en el candelero.

«Nadie sabía en ese momento que vendría Trump. La gente de Schwab solo habló de “grandes cambios en el último minuto”. Se veían tan felices como niños antes de que se presentaran los regalos. Comprensible. El jefe había logrado un golpe de relaciones públicas que el Foro Económico Mundial necesitaba con urgencia. La Primera Guardia boicoteó el Congreso de Davos con una frecuencia cada vez mayor. En lugar de los primeros ministros, vinieron sus ministros, en lugar de los ejecutivos corporativos, sus directores de finanzas. Los fraseadores leen textos escritos por su departamento de publicidad; Los auto-promotores no querían lanzar los micrófonos. Incluso el habitual Bill Clinton habló en la sala de chat, el recinto ferial y el bazar. Por las noches, la gente se paraba a tomar aperitivos masticables o bebía cerveza en eventos que recordaban a las salidas de la empresa. Habían pasado los días de 1959 cuando los aperitivos bañados en oro y el Cheval blanc se servían a 1550 francos la botella. Angela Merkel apareció rápidamente en la fiesta de Burda. Incluso los manifestantes ya no querían venir a Davos. El Congreso se había vuelto demasiado aburrido para ellos.»
Pero la herramienta más útil del foro ha sido sin duda el GLOBAL LEADERS FOR TOMORROW SCHOOL, entre los que encontramos a Angela Merkel (promoción de 1992), Nicolas Sarkozy (el presidente francés de bolsillo) y Tony Blair (Reino Unido, nuestro querido miembro del pacto de las Azores), junto a Aznar, que al parecer estuvo por allí. Por una de esas casualidades, o quizá no, el pdf que debería contener información se ha esfumado de la Web.

Se sustituyó por un nuevo invento, el YOUNG GLOBAL LEADERS en el 2004, donde jovencitos ambiciosos y prometedores son puestos bajo la tutela de Klaus. Por esa incubadora han pasado gente tan «poco» sospechosa como Mark Zuckerberg, que con 19 añitos había creado en Harvard (casualidades) Facebook, David Mayer de Rothschild o Emanuel Macron.

Curiosamente, muchos de los que han pasado por allí son piezas clave en el tinglado “Agenda 2030”.

Los pesos pesados han confiado en este discreto funcionario. Con el tiempo Klaus se ha ido quedando solo, al ser el más joven, con solo 83 primaveras, ya que los que cortaban el bacalao han ido pasando a mejor vida o están a un paso de ello. De algún modo es su gran momento. Siempre que le dejen, claro.

Pero obviamente solo es un peón de algo más grande

 

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