Una ola de resistencia recorre el mundo

Ayer (20/11/21) el gobierno francés anunció el envío de vehículos blindados y refuerzos policiales al archipiélago de Guadalupe, en el Caribe, ante el recrudecimiento de los altercados protagonizados por el movimiento sindical contra la vacunación obligatoria y el pasaporte sanitario, que ha convocado una huelga general.

Hasta el martes el prefecto, Alexandre Rochatte, ha impuesto el toque de queda entre las 6 de la tarde y las 5 de la madrugada. Las escuelas están cerradas y las barricadas hacen imposible desplazarse por las calles. La situación se ha vuelto insurreccional, recordando la larga huelga general de 2009, con piquetes de jóvenes, casi siempre encapuchados.

Al bloqueo desde hace cuatro días de las carreteras de acceso al hospital universitario de la capital Pointe à Pitre, se han añadido disturbios por las noches. Las manifestaciones de protesta se han trasformado en enfrentamientos por las calles entre los trabajadores y la policía antidisturbios, con incendios de vehículos y edificios, saqueos de comercios, con cuatro joyerías completamente desvalijadas, disparos y lanzamientos de mortero y ácido contra la policía.

Los ministros de Interior, Gérald Darmanin, y Ultramar, Sébastien Lecornu, condenaron en un comunicado “con la mayor firmeza” la violencia de las últimas horas y señalaron que han decidido enviar a 200 policías y gendarmes en los próximos días para “restablecer el orden”. Por su parte, el fiscal, Patrick Desjardins, anunció la apertura de dos sumarios por daños, incendios y robos cometidos por bandas organizadas.

Las protestas están organizadas por varios sindicatos, como UGTG y LKP, que denuncian la obligación para los trabajadores y, especialmente, para los sanitarios, en vigor en toda Francia, de que presenten un certificado de vacunación para entrar a trabajar.

Uno de los dirigentes sindicales más conocidos es Elie Domota, portavoz del LKP ( Liyannaj Kont Pwofitasyon, “Movimiento contra la Explotación” en criollo). “Tenemos cientos de trabajadores que han recibido cartas de suspensión de sus contratos de trabajo, cartas de suspensión de sus salarios, porque no están vacunados”, explicó. “Decimos que no. Es un desafío a las libertades fundamentales, al derecho al trabajo, al acceso a la sanidad”.

“Mientras llevamos cuatro meses pidiendo… sin respuesta, nos vemos obligados a salir a la calle para hacernos oír”, continúa Domota. “No vamos a detener nuestro movimiento”. El prefecto ya se ha negado a hablar con ellos.

Más allá de la obligación para los sanitarios, el pasaporte sanitario es necesario en Francia para muchos actos cotidianos de la vida social como ir al cine, a un espectáculo o a un teatro, pero también para tomar algo en un bar, un café o un restaurante.

Desde que se impusieron esas reglas sobre el pase sanitario para incitar a la vacunación a partir del pasado mes de julio, en los coloniales se ha generado una fuerte oposición, con incendios y protestas en la calle.

En agosto quemaron en Martinica un vacunódromo y una farmacia.

En las colonias la mayor parte de la población desconfía de las vacunas. En Guadalupe o en Martinica apenas una tercera parte de la población ha completado la pauta de vacunación y en la isla de la Reunión, en el Océano Índico, no llega al 60 por ciento.

Una manifestación contra el confinamiento que comenzó el viernes por la tarde, a las 20 horas, en la Coolsingel, la principal arteria del centro de Rotterdam, en Holanda, acabó en violentos disturbios.

La policía hizo varios disparos con fuego real que alcanzaron al menos a 7 manifestantes, informó un portavoz de la ciudad portuaria en un comunicado (1). “Hay heridos relacionados con los disparos”, reconoció la policía, que también utilizó cañones de agua para dispersar a los manifestantes. Además, detuvieron a 20 manifestantes (2).

Tras las primeras cargas policiales, la situación se hizo incontrolable, dice el diario Algemeen Dagblad (3). La principal estación ferroviaria tuvo que cerrar. El alcalde de Roterdam, Ahmed Aboutaleb, describió los disturbios como una “orgía de violencia”.

Horas antes de la manifestación el gobierno prohibió el uso de pirotecnia por segundo año consecutivo, a pesar de lo cual los manifestantes lanzaron petardos, cohetes y fuegos artificiales.

Al menos un coche de policía fue incendiado y otros fueron dañados por los manifestantes. Los bomberos también fueron golpeados mientras apagaban el fuego. Incendiaron varias instalaciones y agredieron a un periodista, al que destruyeron la cámara.

El Ayuntamiento declaró una “orden de emergencia” al menos hasta la madrugada, lo que prohíbe la presencia de personas en varias estaciones ferroviarias y calles del centro de la ciudad. El gobierno trasladó a Rotterdam unidades de refuerzo procedentes de todo el país para contener a los manifestantes. Policías a caballo y en furgonetas patrullaron las calles durante toda la noche. Acordonaron varios lugares para buscar pruebas, encontrando un dedo humano visible en una acera.

Las tensión es máxima ante las manifestaciones convocadas para hoy en Ámsterdam y la ciudad sureña de Breda. Los medios locales esperan que asistan miles de manifestantes.

El gobierno tiene previsto comenzar a administrar la tercera dosis de la vacuna el mes próximo.

Holanda fue el primer país de Europa occidental en restablecer el confinamiento la semana pasada, con el gobierno anunciando al menos tres semanas de restricciones en restaurantes, tiendas y eventos deportivos.

El país conoce la ola de manifestaciones y protestas más violentas desde hace 40 años. En marzo se produjo un ataque con explosivos contra un laboratorio que realiza pruebas de coronavirus.

Los manifestantes también se enfrentaron a la policía en La Haya el fin de semana pasado tras el anuncio del nuevo confinamiento. Se produjeron 15 detenciones.

A principios de este año, Roterdam también fue escenario de protestas violentas contra el toque de queda, y se registraron fuertes enfrentamientos entre la policía y manifestantes que se dieron cita durante varios días después de que el gobierno anunciara un toque de queda. El número de tenidos ascendió a 300.

Decenas de miles de personas han salido este sábado a la calle en Roma (Italia), Viena (Austria), Zagreb (Croacia), Copenhague (Dinamarca) además de las ya mencionadas protestas de Róterdam (Países Bajos) y las colonias francesas, para protestar contra las “medidas antipandemia” impuestas por los gobiernos, que básicamente se resumen en confinamientos, vacunas obligatorios en algunos lugares, segregación de los no vacunados, en otros, y diversas restricciones.. En la capital austriaca se han manifestado por el confinamiento decretado por el Gobierno a partir del lunes y el anuncio de que se prepara una ley que hará obligatoria la vacunación contra la covid-19 el próximo febrero. Millares de daneses ha protestado contra la reinstauración del certificado covid para acudir a lugares de ocio. Y, en la ciudad holandesa la protesta se transformó en la madrugada del sábado en un estallido de violencia inusitada. Al menos siete personas resultaron heridas —entre policías, manifestantes y un periodista que cubría los hechos y fue atacado por los segundos— y hubo medio centenar de arrestos.

Las medidas están soliviantando a la población. En Austria, varias manifestaciones han recorrido tramos del centro histórico de la capital, que han realizado también concentraciones en distintos puntos, una forma de marcar presencia y, al mismo tiempo, bloquear el corazón de la ciudad. Un gran despliegue policial (13.000 agentes, según los medios austriacos) ha vigilado las protestas para reaccionar ante posibles incidentes y por megafonía se advertía constantemente de que era obligatorio llevar la mascarilla FPP2, que muchos asistentes no se han puesto hasta ser apercibidos. Tras un arranque tranquilo animado por música popular, se ha producido algunos incidentes y al menos cinco detenciones. Entre los motivos de esas denuncias ―según el diario Der Standard― está el empleo de estrellas de David con la palabra “no vacunado” por parte de los asistentes a la protesta. Según el mismo medio, ha habido choques con la policía, cuyo sindicato mayoritario se ha negado a realizar los controles que exige el gobierno a los no vacunados. Las autoridades estiman – muy a la baja, como suele ser habitual en las manifestaciones – que entre 35.000 y 40.000 personas han participado en la protesta de Viena, salpicada por eslóganes como “resistencia” y “corona fake”, entre otros. En este país, además del sindicato de policías también el de soldados se ha unido a la protesta, el presidente de la Unión Federal de fuerzas armadas FGÖ, Manfred Haidinger, también está alzando la voz y fortaleciendo la resistencia a las medidas. En una circular a los miembros con el tema “Por la libertad y la dignidad humana”, afirma en nombre del sindicato que participarán en la manifestación por los derechos y libertades fundamentales el 20 de noviembre en Viena para “mostrar la bandera”. Por si fuera poco, se señala que incluso en confinamiento TODOS pueden participar en la manifestación. La cosa se le pone difícil al gobierno austríaco cuando hasta sus perros de presa se le rebelan.

Decenas de miles de personas, se han manifestado este sábado en el centro de Zagreb contra las medidas represivas gubernamentales para “reducir los contagios de coronavirus”. “Libertad”, “Vacunad a vuestras madres, dejad a nuestros niños en paz”, “Stop a los certificados covid”, “No vais a vacunar a nuestros hijos” y “Croacia libre” eran algunos de los lemas de las pancartas. La multitud acusó también de “traidor” al primer ministro conservador, Andrej Plenkovic. La principal exigencia de los manifestantes es que el Gobierno anule la obligación, en vigor desde el martes, de mostrar el certificado covid (de vacunación, haber pasado la enfermedad o un test negativo) a la entrada en todas las instituciones públicas, como correos, oficinas municipales, comisarías de policía o centros sanitarios. En Croacia, solo un 46% de la población está vacunada con la pauta completa. En Austria el 38% de la población adulta no está vacunada. En Francia el 50%… Parece que las medidas más restrictivas se imponen donde la gente no quiere pasar por el aro. En otros sitios donde la gente es más obediente (España, Portugal,…) la cosa está más laxa, por qué será.

A estas protestas se han añadido otras multitudinarias en Australia, Nueva Zelanda, Suiza, Sudáfrica, England, Escocia, Lituania, Japón, Taiwan, Corea del sur, India, Noruega, Bélgica (con graves disturbios también, al igual que Holanda) Finlandia, Suecia, Dinamarca, Hungría, Portugal, Georgia, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Panama, Peru, Alemania, Estados Unidos y Canadá en una jornada del 20 de noviembre que se ha caracterizado por ser un día internacional de lucha contra la plandemia y su dictadura. 

Es curioso la ausencia de protestas de este tipo en el reino de españa, donde sin embargo, como honrosa excepción, tuvo lugar una manifestación el día 13 de noviembre en Barcelona, contra lo que nos puede llegar y ya nos está llegando (vacuna obligatoria, pasaporte sanitario,…), que bajo el lema “Contra Toda Autoridad” reunió a más de 500 personas. Nada que parece que por estos lares a la gente o le da igual lo que pasa o le parece bien el Nuevo Orden Mundial. ¿Dónde quedaron los rebeldes y revolucionarios? Al parecer vacunándose.

 

Notas

(1) https://www.telegraaf.nl/nieuws/1246093857/rellen-bij-protest-tegen-2-g-beleid-in-rotterdam

(2) https://nltimes.nl/2021/11/19/police-fire-gunshots-rotterdam-covid-measures-protest-several-hurt

(3) https://www.ad.nl/binnenland/rellen-in-rotterdam-gewonden-door-geloste-schoten-noodbevel-van-kracht~a33064c8/

 

Fuentes

mpr21

El país

La vanguardia

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