Historia y estructura del poder mundial: la casa Rothschild y el sionismo financiero

V.- La Casa Rothschild

Muchas teorías se han elaborado sobre la dinastía de banqueros Rothschild, que se encuentra detrás de muchos de los miembros más importantes del Club Bilderberg (Franco Bernabè, Marcus Agius, John Kerr, John Micklethwait, Zanny Minton Beddoes, por ejemplo e incluso el mismo Kissinger que actúa de enlace con los intereses del clan Rockefeller) y del Estado de Israel, siendo de hecho ideadores y fundadores del mismo (recordar la Declaración Balfour de 1917 entre el gobierno británico y Lord Walter Rothschild), sostenedores financieros (incluso donando el edificio sede del Poder Legislativo, Knesset, y el edificio sede del Poder Judicial, el Tribunal Supremo) y políticos (a través del World Jewish Congress y sus distintos lobbies).

El primer miembro de la dinastía de quien se tiene registro fue Izaak Elchanan Rothschild, nacido en 1577. Fueron desarrollando su imperio financiero internacional en las cortes de la nobleza europea a partir del siglo XVIII, especialmente a partir del nacimiento de Mayer Amschel Rothschild en 1744 quien trabajó junto a la banca Oppenheimer y luego administró las fortunas del príncipe Guillermo I de Hesse-Kassel. En las guerras napoleónicas financiaron la campaña inglesa, solo en 1815 se tiene constancia de un préstamo de 9,8 millones de libras al Duque de Wellington (unos U$S 815 millones al valor actual), según una de las varias páginas oficiales de la Dinastía: “Gracias a la financiación de los Rothschild, Wellington pudo pagar a los 209.000 soldados ingleses, holandeses y prusianos que se habían reunido en Bélgica y que posteriormente derrotaron a Napoleón en Waterloo”. Si bien la historia oficial no tiene documentación de la época para confirmarlo, se cree que hicieron una fortuna en el mercado de valores de Londres al enterarse antes del triunfo en Waterloo, debido a su red propia de mensajeros, solo se conserva la post-data de una carta del mensajero John Roworth a Lord Rothschild en la que le dice: “El Comisario White me ha informado que usted lo ha hecho bien gracias a la información temprana que tuvo de la victoria ganada en Waterloo”.

Así relata su historia la propia dinastía en The Rothschild Archive:

Mayer Amschel Rothschild nació en 1744 en la Judengasse, en Frankfurt. Su padre, Amschel Moses, tenía un negocio de comercio de bienes y cambio de divisas. Era un proveedor personal de monedas coleccionables del Príncipe de Hesse. Con la ayuda de familiares, Mayer Amschel consiguió un aprendizaje con Jacob Wolf Oppenheimer, en la empresa bancaria Simon Wolf Oppenheimer en Hannover, en 1757, donde adquirió conocimientos útiles en comercio exterior y cambio de divisas, antes de regresar al negocio de sus hermanos en Frankfurt en 1763. Se convirtió en comerciante de monedas raras y ganó el patrocinio del inmensamente rico príncipe heredero Guillermo I de Hesse (1743-1821), que también había patrocinado anteriormente a su padre. Su negocio de monedas creció hasta incluir varios patrocinadores principescos y luego se expandió mediante la prestación de servicios financieros. En 1769, Mayer Amschel ganó el título de ‘Agente de la corte’, administrando las finanzas de Wilhelm I, quien se convirtió en Wilhelm IX, Landgrave de Hesse-Kassel a la muerte de su padre en 1785. El negocio se expandió rápidamente después de la Revolución Francesa cuando Rothschild manejó los pagos. de Gran Bretaña para el alquiler de mercenarios de Hesse. En 1806, Napoleón invadió Hesse en respuesta al apoyo de Wilhelm IX a Prusia. Ante el avance del ejército de Napoleón, Wilhelm IX se vio obligado a exiliarse en el Ducado de Holstein. El dilema de cómo ocultar sus arcas a las fuerzas de de ocupación fue resuelto por Carl Friedrich Buderus (1759-1819), su asesor financiero, quien recomendó que todas sus acciones fueran confiadas a la Casa de Rothschild porque estaban en la mejor posición para proteger sus fondos, y por lo tanto confió parte de su vasta fortuna a Mayer Amschel Rothschild para su custodia. Mayer se volvió hacia su hijo, Nathan, en Londres. Nathan invirtió 550.000 libras esterlinas de los fondos de Wilhelm IX en valores y lingotes del gobierno británico. Estas inversiones resultaron extremadamente lucrativas y, cuando Guillermo IX regresó del exilio, habían acumulado un interés considerable. La reputación de confiabilidad y astucia en la gestión financiera de los Rothschild estaba firmemente establecida. Desde 1807, bajo la influencia de Buderus, las extensas transacciones financieras de Wilhelm IX fueron manejadas en gran parte exclusivamente por la Casa Rothschild, y hasta la expulsión del ejército francés del Electorado de Hesse en 1813, Buderus, en nombre de Wilhelm IX, utilizó los servicios de los Rothschild para realizar discretamente transacciones financieras en toda Europa. En estos primeros años del siglo XIX, Mayer Amschel Rothschild consolidó su posición como principal banquero internacional de Wilhelm IX y comenzó a emitir sus propios préstamos internacionales, tomando prestado capital del Landgrave. También se benefició de la importación de bienes para eludir el bloqueo continental de Napoleón. Como resultado de estos tratos, Mayer Amschel amasó una fortuna nada despreciable y, en 1810, cambió el nombre de su empresa MA Rothschild und Söhne, estableciendo una sociedad con sus cuatro hijos todavía en Frankfurt (su hijo Nathan Mayer Rothschild (1777-1836) habiendo ya estableció un negocio en Manchester y Londres). El negocio cada vez más exitoso de Nathan Mayer Rothschild proporcionó un modelo para sus hermanos en Frankfurt. En 1812, James Mayer Rothschild (1792-1868) estableció una casa bancaria en París. Salomon Mayer Rothschild (1774-1855) se instaló en Viena en 1820. Carl Mayer Rothschild (1788-1855) se instaló en Nápoles en 1821, dejando a Amschel Mayer (1773-1855) para dirigir el banco de Frankfurt. A partir de estas raíces, el negocio bancario Rothschild se extendió por gran parte de Europa convirtiéndose en los banqueros internacionales más exitosos de la época. El negocio bancario principal está hoy en manos de la séptima generación de Rothschild.

A partir de 1816 las distintas ramas de la familia reciben títulos nobles de “barones” por parte del Imperio Austro-Húngaro (Casa de Habsburg) y la Corona Británica. Ya para 1825 la familia Rothschild pudo ofrecer préstamos suficientes al Banco de Inglaterra para evitar una crisis financiera. Jugaron un rol importante en la independencia del Brasil de Portugal, aportando al gobierno brasileño el dinero necesario para su reconocimiento.

Aldred de Rothschild dirigió personalmente el Banco de Inglaterra desde 1868 a 1889. Los Rothschild fueron unos de los más importantes financistas tanto de la Reina Victoria (1837-1901) de Gran Bretaña (quien asumió el título de “Protectora de los Judíos”), como de su primer ministro Benjamin Disraeli, del Rey Eduardo VII (su sucesor y Gran Maestre masónico de la Gran Logia Unida de Inglaterra), y del Rey Luis Felipe I (1830-1845) de Francia.

La rama de Nápoles tuvo relaciones con el Banco Vaticano y se cuenta que en 1832 muchos se asombraron al ver que a Carl von Rothschild no se le reclamaba besarle los pies al Papa Gregorio XVI como se le exigía al resto de sus interlocutores (incluidos los reyes).

En 1873 fundan Rio Tinto, una de las corporaciones mineras más importantes desde ese momento hasta hoy.

En la actualidad además de disfrutar de plantaciones de viñedos y bodegas alrededor del mundo (Israel, China, Francia, EEUU, Chile) y haber donado más de 60.000 obras de arte a distintos museos, conservan una red de cientos de palacios, mansiones y hasta castillos con estilo gótico en distintos países del mundo. Muchos de los cuales hasta se han dado el lujo de donarlos a universidades e instituciones públicas.

Sobre su relación con la Masonería, los mismos Rothschild afirman:

“Los miembros de la familia Rothschild han estado involucrados con los francmasones, una organización fraternal cuyos miembros están preocupados por los valores morales y espirituales, el auto-mejoramiento, y ayudar a sus comunidades con esfuerzos caritativos”.

“Los Rothschild comenzaron a adquirir grandes propiedades en Buckinghamshire en la década de 1840. En 1836, la viuda de Nathan Mayer Rothschild, Hannah (1783-1850), compró algunos acres de tierra en Mentmore en Buckinghamshire para que sus hijos pudieran hacer ejercicio saludable fuera de la ciudad. En 1850 Mayer compró la mansión de Mentmore por £ 12,400 y encargó a Joseph Paxton y su yerno George Stokes para construirle una casa. En 1900, diferentes ramas y generaciones de la familia poseían miles de acres, por lo que el Valle de Aylesbury casi se convirtió en un enclave Rothschild, la propiedad más famosa de Waddesdon Manor, construida por el Barón Ferdinand de Rothschild (1839-1898)”.

Para 1870 estuvieron entre los principales financistas del Movimiento Sionista, quedando registro de los 500.000 francos anuales que la rama francesa le otorgaba a la Alliance Israélite Universelle. Ya en el siglo XX, el Barón Edmond de Rothschild (rama francesa de la familia) fue el patrocinador de los primeros emplazamientos sionistas en Palestina (un siglo más tarde es la banca Goldman Sachs, muy cercana a la Rothschild, la que ahora financia los asentamientos sionistas ilegales en territorios palestinos) y fue luego el destinatario de la Declaración Balfour

En 1924 el Barón Rothschild estableció la Palestine Jewish Colonisation Association con la que adquirió 125.000 acres para colonizaciones. La página oficial dice: “Cuando Edmond murió en París en 1934, dejó un legado que incluía la recuperación de casi 500.000 dunams (50.000 hectáreas) de tierra y casi 30 asentamientos”. Ya con el Estado de Israel fundado, la Casa Rothschild financió gran parte de los edificios públicos como los del Parlamento (Knesset) y la Corte Suprema.

También el poder financiero de la Banca Rothschild se encuentra detrás de la Reserva Federal de los EEUU, la institución privada encargada de emitir dólares a nivel global. Bancos e industria armamentista, guerras interminables y control de recursos estratégicos se encuentran detrás de los poderosos lobbies sionistas (el AIPAC, la organización masónica B’nai B’rith, la Anti-Defamation League, el World Jewish Congress -fundado en 1897 por uno de los padres del sionismo, Theodor Herzl-, etc.) que controlan y financian a gran parte de la política norteamericana. Actualmente el Presidente de la junta directiva del World Jewish Congress, la principal entidad sionista mundial, es el Barón David René de Rothschild.

La etimología del nombre “Israel” es discutida: la palabra yiSRaEL tiene relación con el verbo hebreo leSRot, que significa ¨luchar¨. Israel es descripto en el Génesis “Satitah im Elohim”, o sea, “Lucha contra Dios”. Tras la lucha entre Jacob y el ángel enviado por Dios, dice el Génesis en 32,29: “En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has sido fuerte contra dios y contra los hombres, y has vencido”. Mientras algunos autores traducen esta expresión como “Lucha con Dios”, otros mantienen el sentido original de “contra Dios” y lo explican como una relación dialéctica de enfrentamientos del pueblo hebreo con Dios, como de hecho se refleja en buena parte de la Biblia, siendo constante la amonestación de profetas y hasta del propio Jesucristo.

El periodista y analista francés Thierry Meyssan explica de la siguiente manera los orígenes del Sionismo:

A mediados del siglo XVII, los calvinistas británicos se reagruparon alrededor de Oliver Cromwell y cuestionaron la fe y la jerarquía del régimen imperante en Gran Bretaña. Después de derrocar la monarquía anglicana, el «Lord protector» pretendió permitir al pueblo inglés alcanzar el estado de pureza moral necesario para atravesar una tribulación de 7 años, acoger el regreso de Cristo y vivir apaciblemente con él durante 1000 años (el «Millenium»). Para ello, según su interpretación de la Biblia, había que dispersar a los judíos por todo el mundo, reagruparlos después en Palestina y reconstruir allí el templo de Salomón.

Bajo esa perspectiva, Oliver Cromwell instauró un régimen puritano, anuló en 1656 la medida que prohibía a los judíos instalarse en Inglaterra y anunció que su país se comprometía a crear en Palestina el Estado de Israel.

Al ser derrocada la secta de Cromwell, al final de la «Primera Guerra Civil Inglesa», y resultar muertos o exilados sus partidarios, se restableció la monarquía anglicana y esta abandonó el sionismo –o sea, el proyecto de creación de un Estado para los judíos. Pero resurgió en el siglo XVIII, con la «Segunda Guerra Civil Inglesa» –así se denomina en los manuales de Historia de la enseñanza secundaria del Reino Unido– que el resto del mundo conoce como la «Guerra de Independencia de los Estados Unidos» (1775-83). Contrariamente a lo que todo el mundo cree, esa guerra no se basó en los ideales de la Ilustración, que más tarde animaron la Revolución Francesa, sino que fue financiada por el rey de Francia y se libró por motivos religiosos y al grito de «¡Nuestro Rey es Jesús!».

George Washington, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin, por sólo mencionarlos a ellos, se presentaron como los sucesores de los partidarios exilados de Oliver Cromwell. Lógicamente, Estados Unidos retomó el proyecto sionista.

En 1868, la reina Victoria designó como primer ministro de Inglaterra al judío Benjamin Disraeli, quien propuso conceder algo de democracia a los descendientes de los partidarios de Cromwell para poder apoyarse sobre todo el pueblo y extender por el mundo el poder de la Corona.

Fue sobre esa base sionista que el Reino Unido restableció relaciones con sus ex colonias de América, ya convertidas en Estados Unidos, al término de la «Tercera Guerra Civil Inglesa», denominada en Estados Unidos como «American Civil War» y en Europa continental como la «Guerra de Secesión» (1861-1865), en la que salieron vencedores los WASP (White Anglo-Saxon Puritans) sucesores de los partidarios de Cromwell.

O sea, casi hasta el final del siglo XIX, el sionismo es un proyecto exclusivamente puritano y anglosajón al que se suma sólo una élite judía. Pero es firmemente condenado por los rabinos, quienes interpretan la Torah como una alegoría y no como un plan político.

Entre las consecuencias actuales de esos hechos históricos está el que haya que reconocer que el sionismo, además de plantear como objetivo la creación de un Estado, también sirvió de base a la fundación de Estados Unidos. A partir de esa conclusión, la cuestión de saber si las decisiones políticas de ese conjunto se toman en Washington o en Tel Aviv deja de tener relevancia. La misma ideología controla el poder en ambos países. Por otro lado, al ser el sionismo el elemento que permitió la reconciliación entre Londres y Washington cuestionarlo es atacar la base misma de esa alianza, la más poderosa del mundo.

Theodor Herzl era un admirador del comerciante de diamantes Cecil Rhodes, el teórico del imperialismo británico y fundador de Sudáfrica, de Rhodesia (a la que incluso dio su nombre) y de Zambia (ex Rhodesia del Norte).

El 2 de noviembre de 1917, el ministro británico de Relaciones Exteriores, Lord Balfour, envió a Lord Walter Rothschild una carta abierta en la que se comprometía a crear un «hogar nacional judío» en Palestina. El presidente estadounidense Woodrow Wilson incluyó la creación de Israel entre sus objetivos de guerra oficialmente reconocidos (es el n° 12 de los 14 puntos presentados al Congreso de Estados Unidos el 8 de enero de 1918).

Desde su admisión en la ONU, Israel ha violado constantemente las sucesivas resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad sobre la cuestión israelo-palestina. Sus vínculos orgánicos con dos de los miembros del Consejo de Seguridad con derecho de veto han mantenido a Israel fuera del alcance del derecho internacional. Israel se ha convertido así en un Estado offshore gracias al cual Estados Unidos y el Reino Unido pueden darse el lujo de fingir ser Estados que respetan el derecho internacional, cuando en realidad lo violan a través de ese seudo Estado.

Creer que la cuestión de Israel es un problema exclusivo del Medio Oriente es un error total y absoluto. Hoy en día, Israel opera militarmente en todo el mundo, como agente del imperialismo anglosajón. En Latinoamérica fueron agentes israelíes quienes organizaron la represión durante el intento de golpe de Estado contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez, en 2002, y también en Honduras durante el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, en 2009. En África, había agentes israelíes por todos lados durante la guerra de los Grandes Lagos y fueron ellos quienes organizaron la captura de Muammar el-Kadhafi. En Asia, agentes israelíes dirigieron el asalto y masacre contra los Tigres Tamiles, en 2009, etc. En cada ocasión, Londres y Washington juran que nada tienen que ver con lo sucedido. Por otro lado, Israel controla numerosas instituciones mediáticas y financieras, como la Reserva Federal estadounidense.

Estos lazos ayudan a comprender el siempre estrecho vínculo de EEUU con Israel (más allá de que Israel sirva de gendarme militar en Medio Oriente para el imperio global, incluso con capacidad nuclear), el poder político y financiero de los lobbies pro-Israel en EEUU que influencian su política internacional promoviendo sus vertientes más belicistas, la ayuda militar que Israel recibe de EEUU por miles de millones de dólares cada año y el permanente apoyo de la potencia imperial en todas las votaciones en la ONU, evitando que se castigue a este Estado por sus constantes masacres con bombardeos en Gaza, crímenes de guerra, apartheid y acciones de terrorismo de estado en contra del pueblo palestino

Solo en los ataques de 2014, Israel asesinó a 2300 personas en Gaza, 3/4 partes de los cuales eran civiles, mujeres, niños y ancianos en su mayoría. Estos ataques han sido sistemáticamente condenados por la Comisión de DDHH de la ONU e incluso por organismos de DDHH dentro de Israel.

Sobre la relación de EEUU con Israel, compartimos las palabras de Juan Gelman:

“Un estudio del Servicio de Investigaciones del Congreso norteamericano registra que
en el período 1949-1996 el monto de la ayuda estadounidense a Israel ascendió a 62.500 millones de dólares. En el mismo período, la ayuda –o lo que sea– que EE.UU. destinó a los países del Africa subsahariana, América Latina y el Caribe todos juntos fue de 62.297,8 millones de dólares, suma escasamente inferior a la recibida por un solo país que tiene menos habitantes que Hong Kong. Según la Oficina de Documentación Demográfica de Washington, a mediados de los años ‘90 la población total de las naciones subsaharianas era de 568 millones de habitantes y la ayuda norteamericana que recibieron, de 24.425,7 millones de dólares en el período considerado, es decir, 2,99 dólares por habitante. Los países de América Latina y el Caribe obtuvieron en conjunto y en idéntico lapso 38.254,4 millones de dólares, es decir, 79 dólares por habitante. En el mismo período la ayuda para 5,8 millones de israelíes fue de 10.775, 48 dólares per cápita. Por cada dólar que EE.UU. destinó a un africano, gastó 250,65 para un israelí. (…) En cuanto a los préstamos, las autoridades israelíes aducen que nunca han dejado alguno impago. Tienen razón: Washington nunca les ha reclamado que los paguen. De hecho, son donaciones encubiertas, a veces de manera explícita. EE.UU. mantiene esta costumbre desde el año mismo de la creación del Estado de Israel. (…) Richard H. Curtiss, autor de una investigación sobre el tema, señala: “En suma, sea que la ayuda a Israel asuma la forma de un préstamo o bien de una donación, su importe nunca regresa al Tesoro de Estados Unidos” (…) ¿Será por eso que en una tempestuosa reunión del gabinete israelí que tuvo lugar el 3 de octubre de 2001 Sharon exclamó: “Quiero decirles algo muy claramente, no se preocupen por EE.UU. Nosotros controlamos a EE.UU. y los estadounidenses lo saben”? Así lo informó Radio Israel (Kol Yisrael) y nunca fue desmentida”.

El avance territorial de Israel sobre los territorios palestinos hubiera sido imposible sin la complicidad de los EEUU.

Luego de dominar las finanzas mundiales durante el siglo XIX, los siglos XX y XXI encuentra a los Rothschild ramificados en líneas dinásticas en Inglaterra, Francia, Italia y Austria. Coherente con su estrategia de pasar desapercibidos a partir del siglo XX, a pesar de que hoy las oficinas de la Banca Rothschild se expanden en más de 40 países alrededor del mundo, la participación de los Rothschild en Bilderberg se da de modo encubierto, a través de Franco Bernabè, John Kerr, John Micklethwait, Zanny Minton Beddoes, Marcus Agius, George Soros (aunque este último, al parecer, se ha desplazado hacia el entramado de los Rockefeller). No obstante varios miembros de la dinastía Rothschild partiparon en Bilderberg de modo directo en los años:
-1998 Evelyn de Rothschild, presidente de N.M. Rothschild and Sons, presidente de The Economist (1972–1989) y director de IBM (1972–1995)
-1995 Emma Rothschild
-1983 Evelyn de Rothschild
-1977 Baron Edmond de Rothschild, miembro del comité directivo de Bilderberg

En el caso de la Trilateral Commission, órgano fundado en 1973 por David Rockefeller para la coordinación del capitalismo entre EEUU, Europa y Japón (y hoy suma a China), a diferencia de Bilderberg, la mayoría de sus participantes son intelectuales y referentes de Think Tanks, más que empresarios, si bien no pueden faltar representantes de la Banca Rothschild y Shell, entre otros.

Miembros del Comité Ejecutivo de la Comisión Trilateral:

Alfonso Cortina, Nigel Higgins, Lord Kerr of Kinlochard, Panagis Vourloumis.

 

La Banca Rothschild también está detrás del denominado Grupo Inter-Alpha. Este grupo formado en 1971 consiste de 11 bancos:

Santander (España), Royal Bank of Scotland (Escocia), Intesa Sanpaolo (Italia), Societe Generale (Francia), Commerzbank (Alemania), ING (Países Bajos), KBC (Bélgica), Nordea (Suecia), Banco Nacional de Grecia, Banco Espirito Santo de Portugal, AIB de Irlanda.

La Banca Rothschild detrás de BlackStone

De acuerdo al profesor de la Universidad Autónoma de México (UNAM) Alfredo Jalife Rahme, especialista en relaciones internacionales y geopolítica, tanto BlackRock como BlackStone serían propiedad de la Banca Rothschild. También así lo afirma la cadena rusa RT y ha trascendido a los medios financieros cómo comparten e intercambian sus directivos

De hecho, Lord Jacob Rothschild figura como miembro del Consejo Consultivo Internacional de Blackstone;

Stephen Schwarzman a su vez actúa de puente entre las economías de EEUU y China, manteniendo un diálogo fluido tanto con el presidente chino Xi Jin Ping como con el anterior presidente norteamericano Donald Trump, de quien es presidente del consejo asesor conocido como Strategic and Policy Forum (junto a Larry Fink de BlackRock). En china, ha fundado recientemente el importante think tank, Schwarzman College, que funciona en la Tsinghua University con el objetivo de formar líderes que ayuden a la cooperación entre ambos países y la “estabilidad geopolítica”. Schwarzman es miembro de la logia de Yale, Skull & Bones (a la que también pertenecen George Bush y John Kerry, entre otros).

Los miembros del Strategic and Policy Forum parecen un Bilderberg con menos miembros:

Stephen A. Schwarzman (Forum Chairman), Chairman, CEO, and Co-Founder of Blackstone; Paul Atkins, CEO, Patomak Global Partners, LLC, Former Commissioner of the Securities and Exchange Commission; Mary Barra, Chairman and CEO, General Motors; Toby Cosgrove, CEO, Cleveland Clinic; Jamie Dimon, Chairman and CEO, JPMorgan Chase & Co; Larry Fink, Chairman and CEO, BlackRock; Bob Iger, Chairman and CEO, The Walt Disney Company; Rich Lesser, President and CEO, Boston Consulting Group; Doug McMillon, President and CEO, Wal-Mart Stores, Inc.; Jim McNerney, Former Chairman, President, and CEO, Boeing; Adebayo Ogunlesi, Chairman and Managing Partner, Global Infrastructure Partners; Ginni Rometty, Chairman, President, and CEO, IBM; Kevin Warsh, Shepard Family Distinguished Visiting Fellow in Economics, Hoover Institute, Former Member of the Board of Governors of the Federal Reserve System; Mark Weinberger, Global Chairman and CEO, EY; Jack Welch, Former Chairman and CEO, General Electric; Daniel Yergin, Pulitzer Prize-winner, Vice Chairman of IHS Markit.

La conexión con China

En los últimos años, [al menos entre 2011 y 2018] la Casa Rothschild parece alejarse del proyecto globalista del grupo Rockefeller / Wall Street y estaría más bien apostando a una convergencia hegemónica con China y Rusia en un G3 mundial. Este proyecto, más “proteccionista” incluye volcar fondos a la economía real (básicamente infraestructura) y llevar a la quiebra a los bancos de la competencia a partir de no rescatar sus activos tóxicos cuando ocurra el estallido de la siguiente burbuja financiera. Esta idea es compartida por Donald Trump quien ha recibido del fondo Blackstone de los Rothschild promesas por inversiones en infraestructura por más de U$S 100.000 millones y se ha mantenido como un firme aliado al sionismo (ejemplificado en el traslado de la Embajada de EEUU a Jerusalem, medida que fue primeramente anunciada por Trump en un encuentro de Blackstone en el que participaba Ronald Lauder, presidente del WJC).

De acuerdo a lo explicado oficialmente por la banca Rothschild, las relaciones con China se iniciaron ya en 1830 y fue esta banca una de las primeras en volver a establecer relaciones en 1953, luego de la revolución de Mao Tse Tung.

La conexión de China con el sistema de poder de los Rothschild está configurada por el entrelazamiento financiero. La China Investment Corporation (CIC) es la encargada de administrar gran parte de las reservas chinas de divisas. Para 2015, la CIC informaba administrar 813 mil millones de dólares. Si bien su Junta Directiva está conformada por funcionarios chinos, son miembros del Consejo Asesor : John Thornton (directivo de Goldman Sachs, HSBC y Barrick Gold y miembro honorario del Schwarzman College) y John Mack (directivo de Morgan Stanley).

A partir de 2013, la Banca Rothschild ha anunciado que redistribuirá parte de sus reservas de oro (controlan una parte importante de las reservas mundiales de ese metal) hacia China. En su página oficial se afirma: “Las empresas familiares Rothschild pueden trazar su primer contacto con China hasta la década de 1830. La nuestra fue una de las primeras instituciones empresariales occidentales en restablecer relaciones después de 1953”, o sea, a solo 4 años de comenzada la revolución comunista de Mao.

El 26 de marzo de 2014, supervisado por el presidente Xi Jinping y el presidente Francois Hollande, Wang Tianyi, presidente de China International Industrial & Commerce (CIIC) y el presidente de Rothschild, David Rothschild, firman un acuerdo de cooperación.

Ya en 2015, Gran Bretaña es la primera nación del G7 que se une al AIIB, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras: “La Casa Blanca ha expresado su preocupación sobre la decisión de Reino Unido de participar en la creación de una nueva institución financiera impulsada por China, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (AIIB, en sus siglas en inglés), que Washington teme que aspire a competir con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Desarrollo Asiático. ‘Nos preocupa la tendencia [de Reino Unido] hacia el acuerdo constante con China, que no es la mejor manera de enfrentarse a una potencia emergente’, ha declarado un oficial estadounidense al Financial Times“, afirmaba El País de España el 13 de marzo de 2015 en el artículo “El apoyo británico a un proyecto chino agita el orden financiero global”.

Finalmente, el 20 de octubre de 2015, Xi Jinping firma los acuerdos con Gran Bretaña en Londres, en un encuentro que incluyó pasear en el carruaje real con la reina Isabel II y dormir en su mismo palacio. Entre otros acuerdos se selló el pacto para la futura emisión de petroyuanes con respaldo en oro y su comercialización a través del sistema financiero de Londres, lo que le posibilita a China ir desplazando al petrodólar norteamericano. Este encuentro fue presentado por El País de España como “La visita de Xi abre una ‘era dorada’ entre China y Reino Unido”.

El otro gran nexo financiero entre China, la Corona inglesa y los Rothschild es el Banco HSBC (Hongkong and Shanghai Banking Corporation), que luego de la Guerra del Opio se instala con sedes en Hongkong y en Shanghai que han venido funcionando de manera ininterrumpida desde 1865. El domo central del edificio histórico en Shanghai presenta una profusa simbología masónica (con un estilo similar a la cúpula de la Gran Logia Unida de Inglaterra en Londres: la estrella de cinco puntas, la estrella de David, el sol y la luna, el zodíaco, etc.)

[No obstante las cosas quizás hayan cambiado entre 2018 y 2019. Se sabe que los Rothschild han patentado kits de detección de covid-19 – con ese mismo nombre – al menos desde 2017 y que tienen su propio proyecto global conocido como Nueva Jerusalen, en alianza con los Winsord. La gran pregunta es, ahora con todas las cartas sobre la mesa, ¿cuál es exactamente su relación con China? ¿de conveniencia? ¿de control hacia el país asiático? ¿siguen siendo los Rothschild el “estado profundo” de China? ¿han tomado el control otras facciones, como la de Xi Jinping? ¿cuál es el papel real de China en la “crisis sanitaria del covid? ¿víctima, verdugo, o ambas a la vez?]

El ascenso definitivo al poder de los Rothschild

A cinco hermanos de la rama austríaca de la familia se les otorgaron baronías hereditarias del Imperio de los Habsburgo por el Emperador Francisco I de Austria en 1816. La rama británica de la familia fue elevada a la nobleza por la reina Victoria.

En el siglo XIX, la familia Rothschild de Nápoles construyó estrechas relaciones con el Banco del Vaticano, y la asociación entre la familia y el Vaticano continuó en el siglo XX. En 1832, cuando el Papa Gregorio XVI se entrevistó con Carl Mayer von Rothschild, los observadores se sorprendieron de que los Rothschild no estaban obligados a besar los pies del Papa, como se requiere a todos los demás visitantes del Papa, entre ellos los monarcas.

Tras la muerte de James de Rothschild en 1868, Alphonse Rothschild, su hijo mayor, se hizo cargo de la administración del banco de la familia y fue el más activo en el apoyo al proyecto de Eretz Israel. Durante la década de 1870 la familia Rothschild contribuyó con cerca de 500.000 francos por año a la Alianza Israelita Universal. El Barón Edmond James de Rothschild, el más joven de los hijos de James de Rothschild fue un gran benefactor y patrocinó la creación de la primera colonia en Eretz Israel en Rishon LeZion en 1882. También compró a los terratenientes otomanos otros terrenos que ahora constituyen el Estado de Israel. En 1924, fundó la Asociación de Colonización Judía, que adquirió más de 22,36 km² de tierras y creó proyectos empresariales. Tel Aviv tiene un sendero, el Boulevard Rothschild, que lleva su nombre así como diversas localidades en todo Israel, como el Edmond de Rothschild Park en Boulogne-Billancourt, Metula, Zikhron Ya’aqov, Rishon LeZion y Rosh Pina. Los Rothschild también jugaron un papel importante en la financiación de algunas de las infraestructuras gubernamentales de Israel. James Armand de Rothschild financió el edificio de la Knesset como donación al Estado de Israel y el edificio del Tribunal Supremo de Israel fue donado a Israel por Dorothy de Rothschild. Fuera de la cámara presidencial se exhibe la carta que la Sra. Rothschild escribió a quien fuera Primer Ministro de Israel en ese momento, Shimon Peres, expresando su intención de donar un nuevo edificio para la Corte Suprema.

La Declaración Balfour

Según la página oficial The Rothschild Archive: “A partir de 1916, los británicos esperaban que, a cambio de su apoyo al sionismo, este los ayudara a financiar los crecientes gastos de la Primera Guerra Mundial, que se hacía cada vez más oneroso. Más importante aún, los encargados de la formulación de políticas en el Ministerio de Relaciones Exteriores creían que se podía convencer a los sionistas para persuadir a los Estados Unidos de que se unieran a la guerra. En este momento, había muchos sentimientos pro-sionistas por parte de la élite política y el Establishment. Muchos de los líderes de Gran Bretaña, incluido el primer ministro David Lloyd George, y el propio Balfour, eran cristianos-sionistas profundamente religiosos”.

Finalmente el acuerdo se realizó, el sionismo obtuvo la promesa británica de cederles Palestina y EEUU ingresó en la Primera Guerra Mundial, dando vuelta su resultado y terminando en la ruina del Imperio Alemán, conducido por la Casa Hohenzollern, del Imperio Ruso, conducido por la Casa Romanov, del Imperio Otomano de la Casa de Osmán y del Imperio Austro Húngaro, conducido por la histórica Casa Habsburgo. Las negociaciones formales del acuerdo comienzan a principios de 1917. Para la primavera de ese año, EEUU declara la guerra. Para noviembre ya envía contingentes importantes de tropas, coincidentemente con la finalización del acuerdo.

Dentro de EEUU el sionismo contaba con la figura de Bernard Baruch, un personaje que desempeñó durante la primera mitad del siglo XX un rol similar al de Henry Kissinger durante la segunda. Basta mencionar que fue un asesor clave de 5 presidentes norteamericanos y realizó negocios con la URSS tras la revolución de 1917 (desarrollo de fábricas de acero, tractores, automóviles, blindados). Especulador financiero y banquero, Baruch tenía importantes inversiones en la industria militar.

Baruch financió la campaña presidencial de Woodrow Wilson (el presidente bajo cuya administración se crea la Reserva Federal, el “banco central” privado de los EEUU) y fue su asesor a través de la Comisión Asesora del Consejo de Defensa Nacional y como presidente de la War Industries Board (WIB) (Comité Industrial Militar). Se cuenta que anticipándose a la crisis bursátil de 1929, vendió todas sus acciones un año antes. Ya para la Segunda Guerra Mundial, Baruch asesoró a Franklin D. Roosevelt y a Harry Truman. Tras esta última conflagración bélica, Baruch controló el desarrollo del programa nuclear de los EEUU y se debe a él la acuñación del término “Guerra Fría”. Stalin se distancia de Baruch cuando este último se opone a que la URSS disponga de armas nucleares y Stalin sigue adelante con su proyecto atómico.

La declaración formal, conocida como Declaración Balfour, finalmente se hizo pública en noviembre de 1917

El sionismo cristiano evangélico fundamentalista

Un sentido de la historia, de la poesía y de la moralidad impregnó a los Cristianos Sionistas que,hace más de un siglo, comenzaron a escribir, planear y organizar la restauración de Israel“.
-Benjamin Netanyahu, 6 de febrero de 1985.

No solo la banca Rothschild participó de las tratativas para la instalación del Estado de Israel: también las bancas norteamericanas Rockefeller y JP Morgan. Lo hicieron a través del reverendo protestante sionista William Blackstone, en lo que se conoció como el “Memorial Blackstone”, una petición de 1891 al presidente de EEUU, Benjamin Harrison, solicitando la creación del Estado de Israel en Palestina. En la misma Blackstone incluyó las firmas de los influyentes John D. Rockefeller y J. P. Morgan, el futuro presidente William McKinley y los editores de los periódicos Boston Globe, New York Times, Chicago Tribune, Philadelphia Inquirer, y el Washington Post. Por este motivo muchos consideran a Blackstone como uno de los padres del sionismo, junto a Theodor Herzl. Un segundo Memorial Blackstone fue presentado en 1917 al presidente norteamericano Woodrow Wilson, quien luego le hizo saber al gobierno inglés su simpatía con la Declaración Balfour.

Gran parte de los grupos evangelistas fundamentalistas de EEUU son sionistas, defienden las políticas del Estado de Israel como si de un Estado elegido por Dios se tratase y tratan a la Iglesia Católica y al resto de iglesias no-sionistas como manifestaciones demoníacas a combatir. Entre ellos, Jerry Falwell, el fundador de la Iglesia Bautista Thomas Road en Lychburg y cofundador de la Moral Majority, Christians United for Israel (CUFI), la International Christian Embassy in Jerusalem, John Hagee, Pat Robertson, Billy Graham y otros.

Según el periodista Thierry Meyssan (en 2006): “En un país cuyos ciudadanos abandonan los partidos políticos para integrarse a las iglesias evangélicas, el condicionamiento de la opinión pública empieza por la manipulación de los creyentes. Paralelamente a la preparación de la ofensiva contra el Líbano, el Pentágono y el ejército israelí montaron el CUFI, una federación que reúne a los cristianos sionistas y cuyo objetivo es transformar a 50 millones de adeptos de las iglesias evangélicas en militantes a favor de la guerra (…) Históricamente, el sionismo es un fenómeno cristiano desde mucho antes de ser judío. Los cristianos sionistas se creen un segundo pueblo elegido y piensan que su destino está ligado al del pueblo judío. Para ellos, el regreso de Cristo se producirá únicamente cuando los judíos se hayan reagrupado en Palestina. Para propiciar el fin de los tiempos tendrían por tanto que volver a crear un Estado para los judíos sin tener miedo a provocar cataclismos apocalípticos”.

Sigue Meyssan: “En agosto de 1985, la Embajada organiza con las autoridades del régimen del apartheid el primer Congreso Mundial de Cristianos Sionistas. El congreso tuvo lugar en Basilea (Suiza) en la misma sala en que Theodor Herzl había creado el movimiento judío sionista 98 años antes. En octubre de 2003, los cristianos sionistas sellaron su alianza con los neoconservadores en el marco de la Cumbre de Jerusalén, en presencia de Ehud Olmert y de Benjamín Netanyahu. Finalmente, el 5 de enero de 2004, el buró de la Cumbre de Jerusalén creó un grupo ad hoc de 14 miembros del parlamento israelí bajo el nombre de Christian Allies Caucus. Todas estas operaciones se han desarrollado con ayuda de la Fellowship Foundation, organización particularmente discreta que supervisa y financia desde el Pentágono una pléyade de iglesias evangélicas a través del mundo“.

Hoy, Jerry Falwell, que llama al Cinturón Bíblico estadounidense el Cinturón de Seguridad de Israel, calcula que existen 70 millones de sionistas cristianos y 80.000 pastores sionistas cuyas ideas son diseminadas por 1.000 emisoras cristianas de radio y 100 cadenas cristianas de televisión. Constituyen de forma clara una facción dominante del Partido Republicano y representan un cuarto de sus votantes.

Los horrores de la Segunda Guerra Mundial generaron las condiciones ideales para la inmediata creación del Estado de Israel, solo a 3 años de finalizada la misma. Esto dio inicio a la Nakba, con el desplazamiento forzado de alrededor de 700.000 palestinos de su tierra.

Ya concretada la fundación del Estado, los Rothschild buscaron salir de la esfera pública y adoptaron el bajo perfil.

En el año 2012 hicieron pública su relación con la Dinastía Rockefeller, mediante una unión de negocios financieros. Esta relación ha tenido sus idas y vueltas, momentos de sociedad y momentos de enfrentamientos. Analistas rusos, como Andrei Fursov, sostienen que la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, fue un triunfo de los Rockefeller sobre los Rothschild. En 2012, Jacob Rothschild, de la rama inglesa de la familia, adquirió el 37% de Rockefeller Financial Services, lo que algunos interpretan como un reconocimiento de una derrota relativa a nivel global de los Rockefeller hacia los Rothschild (+info).

Sobre la alianza de la rama británica de los Rothschild con los Rockefeller en 2012, dice el analista e historiador ruso, Andrei Fursov:

“Los rating de los súper ricos mundiales publicados por “Forbes”, Bloomberg etc., sirven para engañar a la plebe. ¿Pero qué son los 60-70 mil millones de Gates, de Buffet? Las principales riquezas son las familiares, las que se fueron acumulando durante siglos. La fortuna conjunta de los Rothschild, según los cálculos más prudentes de los expertos, supera los 3,2 BILLONES de dólares (“trillones” en ruso, dado que utilizan la escala anglosajona – N. del T.). Pero nadie lo sabe con certeza. No se han dedicado a acumular el patrimonio durante siglos para darlo a conocer. En 1818 los banqueros Rothschild por primera vez doblegaron a los gobiernos europeos. A lo largo de todo el siglo XIX fueron considerados como la familia más rica del planeta. Los Rockefeller por lo visto tienen un billón menos. El fundador de la dinastía, John, fue el primer mil-millonario del planeta en dólares. Y el hombre más rico que jamás ha vivido sobre la tierra. La revista “Forbes” valoró su fortuna de entonces en $ 318 mil millones según el curso del dólar de finales de 2007. Compárelo con Gates, con Buffet, con Slim… pordioseros”.

“Rothschild y Rockefeller. Espero que le haya quedado claro que para cada clan por separado los 40 mil millones son una suma ridícula. Así que afirmar, como han hecho algunos economistas de fama, que pensaban enfrentarse a la crisis con 40 mil millones repartidos entre los dos, me parece ingenuo. Si fuera cierto, la reunión de una suma tan pequeña para diversificar los riesgos demostraría la debilidad de ambas familias. En tal caso difícilmente harían pública semejante noticia. Otro detalle extraño de la sonada alianza fue el reparto del capital. Los Rockefeller invirtieron en el trust 37 mil millones, los Rothschild tan solo 3 mil millones. Pero son ellos los que mandan. El acuerdo fue firmado por David Rockefeller, el reconocido cabeza de familia (quien murió en 2017), y por Jacob Rothschild, quien, por decirlo suavemente, no es “la principal autoridad en su familia”. En mi opinión, la victoria de los Rothschild sobre los Rockefeller. Todo el siglo XX, entre otras cosas, ha transcurrido bajo el signo de la lucha entre estas dos familias. A principios del siglo, arriba estaban los europeos Rothschild. Pero los Rockefeller ganaron dos guerras mundiales. Y por añadidura la URSS. Los Rothschild habían llegado a Rusia todavía con los zares. Sus competidores les apartaron con Stalin, financiaron los primeros planes quinquenales, la industrialización. David Rockefeller tuvo encuentros con Kruschev, Kosiguin, Gorbachev… Durante la segunda mitad del siglo XX, los Rothschild han estado preparando la revancha. Y, por fin lograron sus objetivos. Lo cual no quiere decir que los Rockefeller están acabados. La dura lucha competidora entre las primeras veinte familias mundiales nunca acaba trágicamente, con el exterminio físico de los rivales, como ocurrió con el clan de los Kennedy, que ni siquiera entraba en el primer centenar. En la primera “veintena” por lo general se alcanza el “armisticio del agua”. El término está cogido del libro de Kipling sobre Mowgli. ¿Se acuerda? Hay sequia en la jungla, el elefante con la trompa anuncia el armisticio, el antílope bebe agua con avidez al lado del tigre, sin temer el ataque del depredador. En la jungla de piedra también hay su “armisticio del agua”. Me recuerda la simbólica portada del libro de Alexandr Zinóviev “Cumbres Hendidas” – dos ratas se están estrangulando con las patitas derechas, mientras que se dan el apretón con las izquierdas. La ilustración refleja perfectamente la situación en la cumbre del poder mundial”.

La Rama Napolitana de los Rothschild

La rama de Nápoles de los Rothschild generó a partir de 1822 relaciones con la histórica casa de banqueros Medici (el banco Medici de Florencia fue fundado en 1397). Carl von Rothschild se asoció con Luigi de Medici, director de la Secretaría de Hacienda del Reino de Nápoles, o sea, ministro de Finanzas del Reino, constituyéndose en la principal casa bancaria en la región.

Para 1826, Carl von Rothschild recibió en su “villa de Nápoles” a Leopoldo de Saxe-Coburg, el futuro Rey de Bélgica. En 1829 fue designado cónsul general de Sicilia. En 1832, von Rothschild, a pesar de practicar el judaísmo, recibió la condecoración de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, con el nuevo papa, Gregorio XVI.

El banco CM de Rothschild & Figli financió con préstamos a los Estados Pontificios, a los reyes de Nápoles, al Ducado de Parma y al Gran Ducado de Toscana.

Las relaciones con la rama inglesa de la familia no habrían continuado en buenos términos y no habrían podido adaptarse al proceso de unificación de Italia, cerrando el banco en 1863.

Distintos autores sugieren que esta conexión con la antigua familia Medici, una de las principales familias financieras del Renacimiento, podría indicar que los Rothschild pasaron a ser testaferros de sus fortunas centenarias. La familia Medici ha tenido varios papas de la Iglesia (Leo X, Clemente VII, Leo XI), así como ducados y principados varios. Actualmente está representada por el príncipe Ottaviano de’ Medici Ottaviano di Toscana, nacido en 1957 y el príncipe Giuliano de’ Medici di Toscana di Ottajano, nacido en 1974. Los Ottaviano, a su vez, descienden de la gens Octavia de la Antigua Roma, antepasados de la dinastía de emperadores romanos Julio-Claudiana.

Las relaciones de los Rothschild con la Nobleza Negra vienen desde hace tiempo. Actualmente, David Rene de Rothschild, cabeza de la Rama Francesa y presidente del Congreso Judío Mundial, está casado desde 1974 con la princesa Olimpia de Aldobrandini. La familia Aldobrandini está conectada con la históricas familias Borghese y Farnese. Ippolito Aldobrandini, fue en 1592 el papa Clemente VIII.

La relación de los Rothschild con Karl Marx

Paul H. Koch, en su libro «Illuminati» (Editorial Planeta; Bs. As.; 3ra Edición; 2005; Pág. 11), explica: «El dato que no suelen recoger las enciclopedias, aunque los originales se guarden en las colecciones de documentos del British Museum, es que fue Nathan Rothschild quien firmó los cheques de la llamada ‘Liga de los Hombres Justos’, con los que Marx fue gratificado por la elaboración de sus famosas obras».

Esta relación también había sido apuntada por el anarquista, y ex compañero de Marx en la Primera Internacional, Mikhail Bakunin.

En su «Carta a los internacionales de Bolonia», de diciembre de 1871, en el contexto de un creciente antagonismo con grupos judíos, Bakunin identifica a Marx como una expresión de los mismos y señala la relación de éste con los Rothschild: “…como son los judíos en todos los lugares, agentes de comercio, académicos, políticos, periodistas, en una palabra, correctores de literatura, a la vez intermediarios de las finanzas, ellos se apoderan de toda la prensa de Alemania, comenzando por los periódicos de los monárquicos más absolutistas hasta de los periódicos absolutistas radicales y socialistas, y desde hace mucho tiempo reinan en el mundo del dinero y de las grandes especulaciones financieras y comerciales: de esa forma, teniendo un pie en el banco, acaban de colocar en estos últimos años el otro pie en el socialismo y han posado sus nalgas en la literatura cotidiana de Alemania. Puede Usted imaginarse la literatura nauseabunda que sale de esto. Bien, todo este mundo judío que forma una única secta explotadora, una especie de sanguijuela de la gente, un parásito colectivo devorador y organizado, no sólo a través de las fronteras de los Estados, sino de todas las diferencias de opiniones políticas, el mundo está actualmente, en gran parte por lo menos, a disposición de Marx por un lado y de los Rothschild por el otro. Yo sé que los Rothschild, como reaccionarios que son, aprecian mucho los méritos del comunista Marx y, a su vez, el comunista Marx se siente inevitablemente arrastrado, por una atracción instintiva y una admiración respetuosa, en la dirección del genio financiero de los Rothschild. La solidaridad judía, esta solidaridad tan fuerte que se mantuvo a lo largo de toda la historia, los une. Esto debe parecer extraño. ¿Qué pueden tener en común el socialismo y el gran banco? Es que el socialismo autoritario o comunismo de Marx busca una fuerte centralización del estado, y allí, donde exista la centralización del estado, debe haber necesariamente un Banco Central del Estado, y allí, donde existe tal banco, los judíos siempre estarán seguros de no morir de frío o de hambre».

Estas expresiones de Bakunin, que en la actualidad serían acusadas de antisemitismo, no diferían de las expresadas por el propio Karl Marx en su temprana obra de 1843, “Sobre la cuestión judía”, en la que decía:

“¿Cuál es el fundamento secular del judaísmo? La necesidad práctica, el interés egoísta. ¿Cuál es el culto secular practicado por el judío? La usura. ¿Cuál su dios secular? El dinero. (…) El judío se ha emancipado a la manera judaica, no sólo al apropiarse del poder del dinero, sino por cuanto que el dinero se ha convertido, a través de él y sin él, en una potencia uníversal, y el espíritu práctico de los judíos en el espíritu práctico de los pueblos cristianos. Los judíos se han emancipado en la medida en que los cristianos se han hecho judíos. (…) La contradicción existente entre el poder político práctico del judío y sus derechos políticos, es la contradicción entre la política y el poder del dinero, en general. Mientras que la primera predomina idealmente sobre la segunda, en la práctica se convierte en sierva suya. (…) El monoteísmo del judío es, por tanto, en realidad, el politeísmo de las muchas necesidades, un politeísmo que convierte incluso el retrete en objeto de la ley divina. La necesidad práctica, el egoísmo, es el principio de la sociedad burguesa y se manifiesta como tal en toda su pureza tan pronto como la sociedad burguesa alumbra totalmente de su seno el Estado político. El Dios de la necesidad práctica y del egoísmo es el dinero. El dinero es el celoso Dios de Israel, ante el que no puede legítimamente prevalecer ningún otro Dios. El dinero humilla a todos los dioses del hombre y los convierte en una mercancía. El dinero es el valor general de todas las cosas, constituido en sí mismo. Ha despojado, por tanto, de su valor peculiar al mundo entero, tanto al mundo de los hombres como a la naturaleza. El dinero es la esencia del trabajo y de la existencia del hombre, enajenada de éste, y esta esencia extraña lo domina y es adorada por él. El Dios de los judíos se ha secularizado, se ha convertido en Dios universal. La letra de cambio es el Dios real del judío. Su Dios es solamente la letra de cambio ilusoria.  (…) El judaísmo llega a su apogeo con la coronación de la sociedad burguesa; pero la sociedad burguesa sólo se corona en el mundo cristiano. Sólo bajo la égida del cristianismo, que convierte en relaciones puramente externas para el hombre todas las relaciones nacionales, naturales, morales y teóricas, podía la sociedad civil llegar a separarse totalmente de la vida del Estado, desgarrar todos los vínculos genéricos del hombre, suplantar estos vínculos genéricos por el egoísmo, por la necesidad egoísta, disolver el mundo de los hombres en un mundo de individuos que se enfrentan los unos a los otros atomística, hostilmente. (…) La emancipación social del judío es la emancipación de la sociedad del judaísmo”.

Al igual que ocurriría con Bakunin, actualmente también se tildaría de “antisemita” semejante texto del judío Karl Marx.

Si se cree en la acusación de Bakunin de un Marx financiado por los Rothschild, entonces resulta sencillo comprender por qué basó toda su obra posterior en promover el enfrentamiento entre la clase capitalista industrial y el proletariado, relegando a un segundo plano casi intrascendente el análisis del poder financiero. En el agudo análisis de Marx del capitalismo, los Rothschild, dinastía central detrás de las finanzas del Imperio Británico, no aparecen. Imperio Británico que conocía de cerca ya que en él residió durante sus últimos 34 años, mientras estuvo exiliado en Londres.

Antisionismo no es “antisemitismo”

El sionismo, financiado por los Rothschild, no es “un nacionalismo más”, ya hemos demostrado el poder del que dispone este movimiento político internacional y el efectivo lobby sobre el Imperio de los EEUU e Inglaterra.

La mejor forma (y la más eficiente) de atacar a cualquiera que revele y cuestione este inmenso dispositivo de poder detrás del Sionismo Financiero, es acusar a quien lo haga con el mote de “antisemita” cuando es más que claro que es una estructura de poder financiero montada por unas pocas familias dinásticas (como la Rothschild con sus distintas ramas) que se escudan precisamente en esos prejuicios para no ser criticadas. 

De hecho, una parte importante de la población judía mundial se opone al sionismo y a las atrocidades del Estado de Israel.

Fausto Frank