Guerra contra los pueblos: los científicos que impulsan la vacunación quieren convertir tus alimentos en vacunas de ARNm

La agenda mundial para vacunar a cada hombre, mujer y niño está llegando a su plato de comida. Un equipo de científicos de la Universidad de California, en Riverside, está estudiando la forma de convertir vuestras tiendas de comestibles en vacunas de ARNm. Con el fin de combatir la “indecisión de la vacuna” entre la población, estos científicos quieren introducir las proteínas espigas del coronavirus [proteína Spike] en todos los alimentos. Este experimento podría dar lugar a un nuevo paradigma de vacunación que daría a las grandes farmacéuticas un control total sobre el suministro de alimentos, ya que intentan modificar genéticamente los alimentos para inundar a la población con más proteínas espigas de coagulación de la sangre.

¿Será la razón por la que el inversor en transgénicos y vacunas Bill Gates está comprando tierras de cultivo en todo Estados Unidos? ¿Todas las vacunas actuales y los cientos de futuros experimentos de vacunas se harán a través del suministro de alimentos?

La modificación genética de los alimentos podría utilizarse pronto para vacunar a la población

Es probable que el futuro de la guerra biológica y la experimentación humana se realiza a través del suministro de alimentos y será presentado sin peligro. Modificando el citoplasma de las plantas comestibles, los científicos esperan introducir toxinas de proteínas espigas extrañas  en su sus alimentos. Estos científicos que se dedican a la vacunación ya están experimentando con plantas de lechuga y espinacas para desarrollar una nueva especie de vegetal verde que pueda vacunar a la gente con más frecuencia y de forma menos invasiva. Estas nuevas variedades de hortalizas también pueden cultivarse en casa. Los científicos están trabajando en una forma de cuantificar la dosis exacta de proteínas espigas en una planta, al tiempo que demuestran que la planta puede replicar suficiente ARNm para superar el suministro actual de vacunas.

“Lo ideal sería que una sola planta produjera suficiente ARNm para vacunar a una sola persona”, dijo Juan Pablo Giraldo, investigador principal y profesor asociado del Departamento de Botánica y Ciencias Vegetales de la UCR. “Estamos probando este enfoque con espinacas y lechugas y tenemos el objetivo a largo plazo de que la gente lo cultive en sus propios jardines”, añadió. “Los agricultores también podrían llegar a cultivar campos enteros”.

Giraldo se esfuerza por demostrar que las vacunas de ADN que contienen ARNm pueden integrarse con éxito en las células vegetales. Para ello, los investigadores pretenden alterar el cloroplasto de la célula vegetal. El cloroplasto absorbe la energía del sol y la convierte en azúcar y otras moléculas que la planta necesita para crecer. Los científicos quieren interferir en este proceso natural e instruir al citoplasma para que genere proteínas espigas y otras moléculas extrañas que puedan introducirse como antígenos en los seres humanos.

Giraldo y su equipo ya han demostrado que el cloroplasto es capaz de expresar genes extraños que no forman parte del diseño natural de la planta. Esta modificación genética se logró encerrando material genético extraño en una carcasa protectora y luego insertándolo en las células de la planta. El objetivo es introducir estos OMG en los seres humanos para que su sistema inmunitario pueda ser programado para luchar contra antígenos y secuencias virales que los científicos han preseleccionado y diseñado.

¿Se avecina un nuevo paradigma de vacunas a base de los alimentos?

En la Universidad de California en San Diego, Nicole Steinmetz ya ha desarrollado nanotecnologías capaces de introducir material genético en el cloroplasto de las plantas. Steinmetz manipula nanopartículas de virus vegetales y las reutiliza para introducir genes extraños en las células de las plantas.

Este no es el único experimento de vacunas comestibles que se está llevando a cabo. Científicos de la Universidad de Ottawa llevan más de un año trabajando en una vacuna comestible contra los coronavirus.

El Hospital de Ottawa ya está probando el primer prototipo. Esta vacuna comestible expresa antígenos virales en el interior de las plantas de lechuga y espinacas. Su objetivo es suministrar las proteínas espigas al cuerpo humano sin alterar la síntesis proteica de las células humanas. El suministro actual de vacunas debe mantenerse refrigerado a temperaturas extremadamente bajas. Si este esfuerzo de investigación puede demostrar la administración de proteínas espigas en todo el suministro de alimentos, el suministro actual de vacunas podría ser eliminado en favor de un nuevo paradigma de vacunación alimentaria. Este experimento podría alterar para siempre el suministro de alimentos, transformado los alimentos sanos y curativos en campos de juego de guerra biológica que los mundialistas pueden utilizar para explotar a la raza humana.

Lance Johnson (globalresearch)

 

Fuentes:

CTVNews.ca

NaturalNews.com

News.ecr.edu