Armas biológicas y súper soldados: la carrera armamentista de tecnología genómica

El gobierno británico anunció recientemente la creación de una Agencia de Investigación e Invención Avanzada (Advanced Research and Invention Agency (Aria)) de 800 millones de libras (920 millones de euros), financiada por los contribuyentes. Concebida por el antiguo asesor jefe del Primer Ministro británico, Dominic Cummings, y siguiendo el modelo de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) estadounidense, la organización se centrará en parte en la investigación genómica.

La tecnología del genoma se está convirtiendo en una parte cada vez más importante de la investigación militar. Dado que el Reino Unido cuenta con algunos de los mejores centros de investigación genómica del mundo, ¿qué efecto tendrá la nueva agencia en la carrera armamentística sobre la tecnología genómica?

En 2019, Darpa anunció que quería explorar soldados editados genéticamente. También ha invertido más de 65 millones de dólares (45 millones de libras) para mejorar la seguridad y la precisión de las tecnologías de edición del genoma. Se trata de la famosa tijera molecular de  Crispr-Cas, ganadora del Premio Nobel, una herramienta que puede modificar el ADN cortando y pegando secciones del mismo.

Sin embargo, la facilidad de acceso y el bajo coste de las tecnologías basadas en Crispr han suscitado inquietudes sobre la posible modificación genética militar potencial y la militarización de los virus o las bacterias. Entre ellos, la viruela o la tuberculosis, y pueden ser extremadamente destructivos.

EE.UU. no está solo en su búsqueda militar de tecnología genómica. Rusia y China han sido acusadas de utilizar la tecnología genómica para mejorar sus capacidades militares.

El súper soldado

Universal Soldier Captain America  son sólo algunas de las películas de Hollywood que han explorado el concepto de supersoldado. A pesar de su carácter de ciencia ficción, varios países quieren explorar el potencial de estas perspectivas. Darpa pretende explorar soldados editados genéticamente para convertirlos en “fábricas de anticuerpos”, haciéndolos resistentes a ataques químicos o biológicos.

En diciembre de 2020, el entonces Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, John Ratcliffe, dijo que había pruebas de que el ejército chino estaba llevando a cabo experimentos con humanos con el objetivo de fortalecer biológicamente a los soldados. Esta afirmación se produce tras un informe del grupo de expertos sobre política de Jamestown, en el que se destacan informes que sugieren que Crispr formaría una tecnología clave en China para “mejorar la eficacia de combate de las tropas”. Sin embargo, no se dieron más detalles.

Sin embargo, no todos los países están preparados para utilizar la edición de genes o incluso la tecnología genómica para mejorar a los soldados. El comité de ética militar francés aprobó recientemente la investigación sobre el “aumento” de los soldados, como los implantes que podrían “mejorar la capacidad cerebral”. Sin embargo, el comité advirtió que no se podían cruzar ciertas líneas rojas, como la edición del genoma o la eugenesia. En palabras más sinceras de la ministra francesa de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, se trataba de “un sí a Ironman, pero un no a Spiderman” (Ironman obtiene sus superpoderes de un traje mientras que Spiderman fue mordido por una araña radiactiva).

En Rusia, el ejército está estudiando la posibilidad de dotar a su personal de pasaportes genéticos que permitan evaluar las predisposiciones genéticas y los biomarcadores, por ejemplo, para la tolerancia al estrés. Esto podría ayudar a colocar a los soldados en líneas militares apropiadas, como la Marina, el Ejército del Aire, etc. El proyecto genético también pretende comprender cómo reaccionan los soldados ante situaciones de estrés, tanto física como mentalmente.

La posición británica

Hay indicios de que el Reino Unido será más audaz y menos responsable en su investigación de defensa genética que muchos otros países. Por ejemplo, ARIA no estará sujeta a solicitudes de libertad de información, a diferencia de Darpa.

El Reino Unido también ha estado a la vanguardia de la puesta en marcha de  una tecnología no militar controvertida  y pionera en materia, como los bebés de tres padres. Y no han faltado los informes gubernamentales que han enfatizado la importancia de la tecnología genoma en el ámbito de la defensa y la seguridad.

En 2015, una revisión de la defensa nacional británica destacó la influencia que los avances de la ingeniería genética pueden tener en la “seguridad y la prosperidad”. En la reciente revisión de  Seguridad, Defensa, Desarrollo y Política Exterior 2021, el gobierno británico volvió a destacar su importancia para la “defensa y la seguridad nacionales”.

La falta de responsabilidad propuesta por Aria, combinada con la misión general del gobierno  de extender la tecnología del genoma a aplicaciones de seguridad y defensa, creará un foco de debates y discusiones. En los últimos años, científicos británicos han recibido financiación de la Darpa para investigaciones genómicas controvertidas, como la extinción genética de especies invasoras como los mosquitos o los roedores. A pesar de su promesa, esto podría tener un potencial desastroso para socavar la seguridad alimentaria y amenazar los ecosistemas de las naciones.

La posibilidad de una nueva carrera armamentística para avanzar en esta investigación sólo conducirá a soluciones más radicales y potencialmente peligrosas. Hay muchas preguntas sin respuesta sobre cómo ayudará Aria a la investigación genómica en el ámbito militar. El camino que elija el Reino Unido tendrá consecuencias duraderas sobre cómo percibimos la tecnología genómica en el espacio público.

Yusef Paolo Rabiah

Traducción: verdadypaciencia