Al servicio del poder: orígenes y entresijos de la Ciencia

Louis Álvarez ganó el Premio Nobel en 1968 por su invención y uso de la cámara de burbujas, un instrumento para detectar la desintegración de partículas. Era un aparato que cabía cómodamente en una mesa. Hoy en día se puede construir una usted mismo, si lo desea. Pero en las décadas siguientes los aceleradores de partículas se convirtieron en enormes instalaciones (CERN, SLAC) que requerían el tipo de propiedad inmobiliaria que sólo los gobiernos y las grandes instituciones, de hecho los consorcios de instituciones, pueden asegurar. Los artículos científicos pasaron a tener, no un puñado de autores, sino cientos. Los científicos se convirtieron en científicos-burócratas: actores institucionales expertos en la obtención de subvenciones gubernamentales, la gestión de plantillas extensas y la construcción de imperios de investigación.

Inevitablemente, un entorno así seleccionaba ciertos tipos humanos, los que encontrarían atractiva esa vida. Se requería una buena dosis de arribismo y talento político. Tales cualidades son ortogonales, digamos, a la verdad-motivo subyacente de la ciencia.

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Pasteur el impostor

En 1878, Pasteur ordenó a su familia que NUNCA REVELARA EL CONTENIDO DE SUS CUADERNOS DE LABORATORIO PRIVADO. Durante más de un siglo, sus instrucciones fueron honradas.

Los cuadernos permanecieron en manos de su familia y sus descendientes. En 1964, el nieto y último descendiente directo de Pasteur, el Dr. Pasteur Valery-Radot, legó la gran mayoría de la colección familiar a la Biblioteca Nacional. Sin embargo, el acceso a estos documentos permaneció limitado hasta la muerte de este último en 1971.

Durante más de 20 años, Geison se ha dedicado a descifrar la escritura fina y apresurada de Pasteur.

Lo que emerge de él es impactante por decir lo menos. Pasteur destruyó a un rival robándole su propia investigación y presentándola como suya.

Pasteur conocido en la alta sociedad y que frecuentaba Napoleón III, quien le contrató como científico, recibe crédito por el trabajo del otro investigador. Dichos trabajos del otro se centraron en la fermentación (gérmenes y aseptización).

El otro investigador, al final de sus notas, CONCLUYE: LA EXPERIENCIA DE VACUNACIÓN, ACEPTABLE CON ANIMALES, ES SIN EMBARGO PENAL EN EL HOMBRE …

Su asistente, Adrien Loir, sabía todo esto en ese momento. Gritó en escándalo. Fue llamado envidioso y celoso.

Loir sabía que los animales que Pasteur realmente había vacunado estaban todos muertos.

Los que había utilizado para su brillante manifestación (2 de junio de 1881, en Pouilly-le-Fort), frente a la prensa y muchos dignatarios, habían sido vacunados con agua destilada.

La experiencia tenía que probar la declaración hecha anteriormente, es decir: la inoculación de una enfermedad, en pequeñas cantidades, protege contra el ataque de esta misma enfermedad más adelante.

Durante este tiempo, Antoine Béchamp, profesor de Pasteur (químico) en la Sorbona, comienza el experimento (30 años de investigación) en el laboratorio. Su alumno está demasiado ocupado manteniendo su propia leyenda y haciendo sus propias estadísticas sobre las vacunas (las suyas), en la rue d’Ulm. No admitiría a nadie para verificar sus afirmaciones.

Béchamp dirá, al final de su investigación, que la vacunación es la aberración más mortal que existe para la humanidad.

El Dr. Joseph Tissot se hará eco en 1946 al publicar el resultado de más de veinte años de investigación bajo el título: Constitución de organismos animales y vegetales y causas de las enfermedades que los afectan. Entendió que inmunidad es una palabra inventada por la medicina para tratar de explicar la teoría de la vacuna sin fundamento y la de los anticuerpos. La interpretación de los síntomas en relación con los agentes externos conduce a los dogmas pasteurianos en los que se basa la microbiología.

Estos dogmas incluyen: panspermia atmosférica, monomorfismo bacteriano, aspiración de los vivos y transmisión hipotética o contagio de la enfermedad. En esta primera división, en la segunda, el reinado de especialistas se conforma con la especificidad de las enfermedades cuyo tratamiento conduce a la química de las drogas y las cirugías abusivas. Esta especificidad de los pacientes inclina el sistema para estandarizar a los pacientes (¡números!).


Paul Boullier publicó en 1887 un pequeño volumen (La verdad sobre Pasteur) donde lo bautiza sarcásticamente como el ilustre erudito y donde describe las acciones del charlatán. Boullier es veterinario. Asiste impotente a las hecatombes de animales vacunados. No tiene apoyo político. Amenazado, se refugia en silencio.

Paul Combes, presidente de la Unión Científica Internacional, está de acuerdo con Bouiller. Él ha sabido durante mucho tiempo que la sudoración es el único tratamiento racional para la rabia en humanos (un hecho extremadamente raro), como lo ha demostrado en muchas ocasiones el Dr. Buisson, especialista en el tema, quien está sorprendido que una enfermedad tan rara se generalizara de repente.

Afirma que Pasteur creó el miedo a la rabia; rabia inoculada a sí mismo; que sus estadísticas son falsas y que el único resultado positivo obtenido por este pseudo científico fue llenar sus bolsillos.

Enumera las virtudes de Pasteur: coraje (que lo hizo huir a Copenhague frente a la epidemia que él mismo propagó), modestia (que nunca le impidió proclamarse un gran científico), en medio de la academia, y cubrirse con adornos decorativos en el pecho y la espalda; la gentileza, que provoca en él ataques de ira y ataques de apoplejía ante la más mínima oposición que encuentra; y sobre todo la falta de interés que nos muestra amargado con la cura, atiborrándose de subsidios, pensiones, suscripciones.

Este siervo del imperio, se convirtió en oportunista, jesuita y masón, que prostituye la ciencia por dinero, ha inoculado a la población con la enfermedad más terrible que existe: ¡el MIEDO!” escribe Bouiller.

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El gobierno español aprueba un software de ‘policía predictiva’ para repremir y detener personas ‘antes de cometer el delito’

Diego Herchhoren

En el mismo mes en que el Gobierno y las Comunidades Autónomas van goteando una «relajación» de las medidas represivas impuestas desde hace más de un año, el Ministerio del Interior dirigido por el ex juez Fernando Grande-Marlaska ha anunciado la autorización en España de un software que cruza múltiples bases de datos para la lucha contra el delito «antes del delito».

Base de datos multinacional

El Gobierno (siguiendo los pasos de EE.UU) va a hacer realidad la descripción realizada en las películas de ciencia ficción distópicas como Minority Report. El Ministerio del Interior ha aprobado el uso de este sistema integrado de bases de datos para así «prevenir» los delitos antes de que sucedan mediante la combinación de vigilancia generalizada, tecnologías de predicción de comportamiento, minería de datos, tecnología precognitiva y programas de soplones familiares y del vecindario que permitan a la policía capturar posibles delincuentes antes de que puedan cometer los delitos que «previsiblemente» cometerán.

España compartirá con el resto de países firmantes del Tratado de Prüm (conocido como Schenguen III) imágenes de los rostros de personas sospechosas que, o bien tengan antecedentes penales o bien estén incluidos en algún fichero reservado de la policía (los llamados genéricamente «antecedentes policiales»), y que en combinación con sistemas de Inteligencia Artificial, servirá para elaborar los atestados e informes de la Policía.

Ejemplo: si usted ha sido detenido en alguna ocasión -aunque no haya sido condenado-, y luego acuda a una manifestación no autorizada, donde se le ha reconocido vía reconocimiento facial, y luego ocurra un delito a poca distancia, sepa que puede ser detenido.

Esta tecnología permite así cruzar información de las personas que obran en dichas bases de datos con las que se captan mediante cámaras fijas a pie de calle, comercios, edificios públicos o drones policiales, incluyendo los sistemas de reconocimiento facial. Las Delegaciones del Gobierno, que son las que tendrán que autorizar su uso, implantarán esta tecnología para su aplicación en espectáculos multitudinarios de prácticamente cualquier tipo, como manifestaciones, partidos de fútbol, conciertos, etc.

Cualquiera puede colaborar

Esto implica que cualquier sistema de videovigilancia registrado en la Agencia de Protección de Datos pueda ser utilizado, llegado el caso, para esta actividad. Bares, comunidades de vecinos o vigilantes de circuitos cerrados de televisión pueden así convertirse en soplones policiales.

Al igual que en la Alemania Nazi, el programa tiene como finalidad reducir el personal estatal destinado a las funciones de vigilancia y espionaje, para que sean las propias personas vigiladas quienes informen de sus vecinos.

Esto es lo que los propios alemanes que vivieron el fascismo descubrieron rápidamente: no tendrás que hacer nada ilegal o desafiar la autoridad del Estado, porque serás señalado como alguien sospechoso, etiquetado como enemigo y probablemente encerrado como un criminal peligroso.

De hecho, todo lo que tendrá que hacer cualquiera de las víctimas de este nuevo software es usar ciertas palabras de activación, navegar por Internet, comunicarse usando un teléfono móvil, conducir un coche, hospedarse en un hotel, comprar materiales en una ferretería, tomar lecciones de vuelo o navegación, parecer sospechoso a un vecino o cuestionar la autoridad del gobierno.

El proyecto Magneuron y las nanopartículas magnéticas en las células controladas a distancia

Desde hace semanas, personas recién vacunadas sufren un extraño fenómeno, sus brazos quedan imantados. Los medios de comunicación dicen que los cientos de videos que corren por ahí de estos brazos imantados son falsos, y que el cuerpo humano no se puede magnetizar. Claro que también dicen que las vacunas son seguras, y que no contienen, aunque haya más de 15 mil muertos solo en Europa y EE.UU, oficialmente 5400, que son los reconocidos por la ONU . Sin embargo investigando un poquito…

Bajo el título “Cómo hacer crear neuronas con imanes y nanopartículas“, descubrimos tesoros. La cosa se presenta bajo el pretexto de ayudar a los enfermos de Parkinson, y las reformas de las leyes sobre bioética harán el resto. En particular, se nos dice que:

El proyecto MAGNEURON pretende desarrollar una nueva tecnología de activación magnética de las funciones celulares para tratar la enfermedad de Parkinson. El concepto innovador de nuestra tecnología consiste en controlar a distancia el comportamiento de las células mediante nanopartículas magnéticas biofuncionalizadas.

Las nanopartículas son objetos muy pequeños, en el rango de los nanómetros, generalmente conocidos por ser nocivos. Al unir a su superficie biomoléculas específicas, es posible interactuar con moléculas celulares para dar señales específicas a las células.

Mediante el uso de nanopartículas magnéticas, es posible utilizar dispositivos magnéticos para actuar sobre ellas a distancia y desencadenar respuestas celulares.

Para afrontar al reto del control remoto de las neuronas, proponemos el uso de nanopartículas magnéticas biofuncionalizadas diseñadas para funcionar como “puntos calientes” intracelulares que indicarán a la maquinaria celular lo que debe hacer. Una vez liberadas en el citoplasma de las neuronas, estas nanopartículas magnéticas activarán reacciones bioquímicas específicas en el interior de las células en respuesta a los campos magnéticos externos, de manera que las nanopartículas promoverán y dirigirán el crecimiento de los brazos de las neuronas.”

El principio de esta tecnología consiste una reprogramación celular con un objetivo muy loable: curar. Pero ¿qué impediría que se utilizara en otras circunstancias? Cabe destacar que las llamadas células aumentadas son controlables a distancia (por control remoto).

Es una herramienta magnética que se comunica con las nanopartículas magnetizadas. En nuestro entorno, ¿podría esta herramienta estar representada por las antenas 5G, que nos introducirían de forma abrupta y brutal en el mundo del Internet de los Humanos?

Los científicos de la Universidad de Washington esperan que en el futuro se produzca una mejora significativa de esta tecnología de comunicación cerebro-cerebro para enviar información más compleja de una persona a otra. Andrea Stoco señala que “Internet es una forma de conectar ordenadores, y ahora puede ser una forma de conectar cerebros.”

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Coronavirus y vacunas para financiar la carrera de armas biológicas

 

La Guerra biológica, posible causa de epidemias.

Fauci, director del NIAD (Instituto Nacional de Enfermedades, perteneciente al NIH, Instituto Nacional de Salud) de EE.UU ha reconsiderado el origen del COVID-19 dejando la posibilidad de que pudo haber sido elaborado en el laboratorio de Wuhan. Antes de esto, ante el Congreso de EE.UU. negó la participación con fondos a China y luego admitió la participación en el experimento con China, para ganancia de función del virus.
https://www.bitchute.com/video/KE6fY8nowsnA/

La guerra biológica no puede excluirse de las posibles causas de epidemias mortales y costosas.
El Projecto neoconservador for New American Century (PNAC), la fuerza ideológica detrás de la política exterior de la administración Bush y ahora Biden, declaró en su manifiesto Rebuilding America’s Defenses (2000) que “las formas avanzadas de guerra biológica que pueden ‘apuntar’ a genotipos específicos pueden transformar la guerra biológica del reino del terror a una herramienta políticamente útil “. Anteriormente, esos esfuerzos de “bombas étnicas” biológicas se habían producido principalmente en la Sudáfrica y Rhodesia de la era del apartheid; el PNAC se basa en la idea israelí de la “bomba etnográfica” de apuntar a rasgos genéticos específicos entre las poblaciones objetivo. Justamente ahora que viene una inyección nueva de Israel, estar atentos.

https://archive.org/details/RebuildingAmericasDefenses/page/n13/mode/2up

La evidencia sugiere que algunos brotes de enfermedades intomológicas, anti-animales y de cultivos  pueden involucrar el despliegue previo en “programas biológicos” e “investigación”.

El ántrax, por ejemplo. A pesar de las preocupaciones posteriores al 11 de septiembre, las bacterias continúan siendo “investigadas”. En mayo de 2015, el Pentágono confirmó que su laboratorio en Utah había enviado “inadvertidamente” muestras de ántrax en vivo a una de sus bases militares en Corea del Sur. En abril pasado, grupos cívicos y residentes salieron a la calle para protestar contra los experimentos con agentes biológicos , que supuestamente Estados Unidos estaba llevando a cabo en el puerto 8 de Busan. Las estimaciones presupuestarias del Pentágono sugieren que el proyecto estaba en curso con fondos reservados para pruebas de agentes vivos.

Estos temas siguen siendo sensibles en el este de Asia, a la luz de la guerra biológica de Estados Unidos contra los norcoreanos y chinos en la década de 1950 y la geopolítica contemporánea. Los agentes biológicos tienen funciones de doble uso. Como las nuevas tecnologías, pueden salvar pero también incapacitar y destruir vidas humanas.

Peste porcina asiática: epidemias frente a geopolítica

La peste porcina asiática (PPA) es una fiebre hemorrágica de los cerdos con tasas de mortalidad cercanas al 100 por ciento y grandes pérdidas económicas. Históricamente, el primer brote de peste porcina africana tuvo lugar en Kenia en 1907 y el primero fuera de África en Portugal en 1957. Esa es la historia oficial.

En realidad, a principios de los años 50, varios virus, incluida la PPA, estaban disponibles en Fort Terry, una instalación de guerra biológica estadounidense en Plum Island, Nueva York. Entre la década de 1960 y finales de la de 1990, Cuba acusó a Washington de diez ataques de guerra biológica luego de graves brotes de enfermedades infecciosas. Ninguno fue probado de manera concluyente, pero es muy probable que ocurrieran varios. En 1971, a los cerdos de la granja porcina de La Habana se les diagnosticó el virus de la PPA, lo que provocó el sacrificio de medio millón de cerdos. Mientras Cuba sufría escasez de alimentos, la ONU calificó el brote como el “evento más alarmante” de 1971.

La debacle siguió siendo un misterio hasta 1977, cuando Long Island Newsday informó que el virus fue entregado desde una base del ejército estadounidense; el sitio de operaciones encubiertas conjuntas del Ejército y la CIA en la Zona del Canal de Panamá. La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) negó su participación. Sin embargo, el historiador de la guerra biológica Norman Covert ha afirmado que la CIA tuvo acceso a los laboratorios.

Después de la Guerra Fría, la amenaza de la PPA parecía haberse desactivado. Pero cuando una serie de “revoluciones de color” despegó en Europa del Este, en países seleccionados para la ampliación de la OTAN, la peste porcina africana en 2007 se extendió a Georgia en el Cáucaso y luego a países vecinos, incluidos Armenia, Azerbaiyán y varios territorios de Rusia.

Después de una década de relativa tranquilidad, el primer brote de peste porcina africana en China se informó en Shenyang en agosto de 2018. Se pensaba que había llegado a China a través de Rusia o Europa del Este; es decir, a través de los países con “revoluciones de color”.

El momento es intrigante. En China, la propagación de la peste porcina africana comenzó con la guerra comercial de Estados Unidos después de mediados de 2018. Como resultado, las ventas de carne de cerdo de EE. UU. A China fueron más de tres veces más caras la primavera pasada que el año anterior, a pesar de los aranceles de represalia de EE. UU. Los más de 400 millones de cerdos de China representan la mitad del total mundial. La peste porcina africana es una gran amenaza para la seguridad alimentaria mundial.

Biobombas étnicas, brotes no endémicos

Después de la Guerra Fría, el Programa Cooperativo de Reducción de Amenazas Nunn-Lugar (CTRP) se creó presumiblemente para mantener la infraestructura química y nuclear de la ex Unión Soviética lejos de naciones rebeldes y terroristas. Pero a medida que el Congreso en 1996 comenzó a expandir el programa internacionalmente, también lo hicieron los esfuerzos para capitalizar sus usos ofensivos.

En particular, el neoconservador Project for New American Century (PNAC), la fuerza ideológica detrás de la política exterior de la posterior administración Bush, declaró en su manifiesto Rebuilding America’s Defenses (2000) que “las formas avanzadas de guerra biológica que pueden ‘apuntar’ a genotipos específicos pueden transformar la guerra biológica del reino del terror en una herramienta políticamente útil “.

Anteriormente, esos esfuerzos de “bombas étnicas” biológicas se habían producido principalmente en la Sudáfrica y Rhodesia de la era del apartheid; el PNAC se basa en la idea israelí de la “bomba etnográfica” de apuntar a rasgos genéticos específicos entre las poblaciones objetivo.

En mayo de 2007, Rusia prohibió todas las exportaciones de muestras biológicas humanas, debido a la preocupación por las “armas biológicas genéticas” dirigidas a la población rusa. Según se informa, algunas de estas instituciones, incluidas Harvard Public Health y USAID, también han recolectado material biológico en China. En octubre de 2018, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que la propagación de enfermedades virales de Georgia, incluida la peste porcina africana desde 2007, podría estar conectada a una red de laboratorios de EE. UU. En el área, donde más de 70 georgianos habían muerto en extrañas condiciones.

La red de laboratorios, una rama de la bioiniciativa Nunn-Lugar, pertenece al Programa de Participación Biológica Cooperativa (CBEP) multimillonario financiado por la Agencia de Reducción de Amenazas Cooperativas del Pentágono (DTRA). Los laboratorios de CBEP están ubicados en 25 países, incluso en Europa del Este (por ejemplo, Georgia y Ucrania), Oriente Medio, África y el sudeste de Asia. En varios lugares, se han reportado brotes de enfermedades tropicales, que no son endémicas de la zona.

A pesar de los llamamientos rusos de alto nivel para una “evaluación integral” e “inspecciones conjuntas”, las peticiones de cooperación multilateral han sido ignoradas. En su presupuesto multimillonario para 2020, la DTRA caracteriza el programa de “bioseguridad” en Asia como “el socio preferido en una región que compite contra la influencia china”.

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Tres armas de la plandemia: “virus” artificiales, 5G y vacunas

Se conoce una nueva sustancia, altamente tóxica, contenida en las vacunas covid-19. Se ha probado que algunos denominados “virus” pueden ser activados mediante ondas electromagnéticas y, para rematar, se está desplegando la red 5G que, además de tener efectos nocivos para la salud, coincide en un alto porcentaje con los lugares del mundo donde las cifras de covid-19 son más altas. Parece que “virus” artificiales, rede 5G y vacunas son tres armas de la plandemia para enfermar a la población y justificar las medidas (restricciones, chips y una nueva agenda global) de control social que anuncian un nuevo (y aun peor que el viejo) orden mundial.

Existen evidencias, aceptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que los campos magnéticos afectan al cuerpo humano.

“La ciencia siempre estuvo muy interesada en dilucidar por qué en ciertas condiciones los virus se activan y en otras no. Y hace unos 30 años estableció un impacto de esa frecuencia que hoy conocemos como 5G en la actividad del virus del herpes, que afecta al 67% de la población adulta del mundo”, reveló el fundador de la Zero Emissions Research and Initiatives (ZERI), Gunter Pauli.

Cuando el 31 de diciembre de 2019 se informó de una epidemia de casos de neumonía, de origen desconocido, en la ciudad de Wuhan, en China, poco se sabía sobre esa nueva cepa de coronavirus. Sin embargo en mayo la OMS determinó el origen animal del virus, algo que rechazaron diversos científicos -tildados en seguida de “conspiranoicos”, algo que era de esperar- como el controvertido virólogo francés Luc Montagnier, ganador del Premio Nobel por su trabajo sobre el SIDA, quien aseguró que el SARS-Cov-2 surgió cuando se insertaron genes del VIH-1 en un coronavirus de murciélago. En declaraciones a CNews France el investigador deslizó la sospecha de que la reciente instalación de 10.000 nuevas antenas 5G en distintos países podría haber contribuido “despertar” al Covid-19.

Pauli recogió el guante. Desde hace años, asesorado por un grupo de científicos, estudia la crisis ecológica que sufre el planeta ligada a la sobreexplotación, a la industria y a las nuevas tecnologías que dañan el medio ambiente, muchas veces de manera silenciosa. Es el caso de los campos magnéticos, creados por los pequeños electrodomésticos y en mayor medida por las antenas utilizadas para las telecomunicaciones.

Cuando la epidemia de Covid-19 superó las fronteras geográficas, el economista e investigador belga escribió un tuit en el que preguntaba si había disposición para buscar correlaciones, a través del método científico, e identificar así las causas y efectos de la pandemia. Tuvo cientos de miles de respuestas que dieron origen al libro “Las 100 preguntas de Gunter Pauli”.

Allí cita investigaciones científicas que describen los efectos negativos de los campos magnéticos creados por el hombre: desde estrés oxidante hasta genotoxicidad (este tipo de ondas daña la información genética de las células, que podrían causar mutaciones y, a su vez, derivar en cáncer). Para él es clave preguntarse cuál es el impacto potencial de este tipo de ondas en bacterias y virus.

“El 1997, un estudio de virólogos del Instituto Nacional Italiano de Investigación hizo una serie de ensayos con ondas de radio electromagnéticas y advirtieron que cuando el ser humano estaba expuesto a una intensidad de frecuencias de este tipo (50Hz) había un aumento de brotes de herpes. Lo sorprendente es que entonces no se hablaba de Internet ni de teléfonos móviles pero la onda de radio que aplicaron aquellos científicos es la misma que hoy se utiliza para el 5G”, explicó Pauli.

Además, señaló que una investigación anterior había demostrado que el campo electromagnético continuo de 60Hz había resultado en un aumento de los niveles de actividad viral.

“Cuando hablo de esto me dicen estoy loco. Pero toda frecuencia tiene un impacto. Obviamente, no tengo pruebas y establecer una correlación directa entre el impacto del 5G y el surgimiento del Covid-19 requiere comprobación científica. Pero no hay interés en investigarlo”, lamentó Pauli.

Si de hacer correlaciones se trata, vale aclarar que casualmente en los países donde existen mayores concentraciones de antenas destinadas a las comunicaciones de quinta generación el coronavirus hizo estragos.

China encabeza desde 2018 la carrera por el 5G: tiene una cobertura inicial de 50.000 estaciones en 50 ciudades y la primera que contó con esa tecnología fue… Wuhan. En tanto, Estados Unidos tiene la red nacional de 5G más extensa, con cobertura en más de 5.000 ciudades.

También se hicieron instalaciones en otros 17 países. Por citar solo algunos: España cuenta desde 2018 con 30 antenas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Bilbao y Valencia (y ahora también Valladolid); el Reino Unido posee cobertura en 78 poblaciones; Alemania en 50 ciudades e Italia en 33. Roma, Milán, Turín y Bolonia fueron las pioneras en junio de 2019 y este año el país europeo espera alcanzar las 100 ciudades.

“En las grandes metrópolis, como Nueva York, Berlín, París y Londres, en un kilómetro cuadrado hay un millón de conexiones inalámbricas. Estamos de acuerdo en que es un lujo, pero esa densidad de radioondas activadas exige la instalación de una gran cantidad de antenas. Y la aceptación por parte de los ciudadanos de un baño de electromagnetismo permanente, día y noche”, destacó Pauli.

En “Las 100 preguntas…” el investigador indica que la mayoría de las personas están expuestas a campos electromagnéticos y que la hipersensibilidad magnética (EHS) provoca reacciones de la pupila, cambios en el ritmo cardíaco, daño a eritrocitos (contienen una proteína llamada hemoglobina, que transporta oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo) y una alteración en el metabolismo de la glucosa en el cerebro, comprobaciones que “llevaron a recomendar que se incluya la EHS en la Clasificación Internacional de Enfermedades”.

“La frecuencia y la intensidad de la exposición a los campos magnéticos aumentó y se está acelerando con los rápidos avances en la ciencia y la tecnología, en especial con la proliferación del Internet de las Cosas. Por eso me pregunto cómo es posible que la industria de telecomunicaciones móviles no haya hecho investigaciones ni descartado, con amplios estudios científicos, el efecto negativo de las radioondas electromagnéticas”, dijo.

Todo parece indicar que la respuesta está en los millones desembolsados en torno a la licitación de frecuencias e instalación de antenas 5G en todo el mundo. Las grandes inversiones se imponen a las investigaciones. Las previsiones sobre los beneficios económicos del 5G son enormes, de acuerdo a un estudio publicado por la Comisión Europea (Identificación y cuantificación de datos socioeconómicos clave para apoyar la planificación estratégica para la introducción de 5G en Europa). Indica que el despliegue de esta tecnología, solo en los sectores de salud, transporte y suministros podría alcanzar los 62.500 millones de euros. Un volumen que se elevaría a 113.00 millones al sumar los impactos indirectos, según las estimaciones.

“Está claro que el nuevo petróleo es la captación de datos, por eso proliferan las antenas 5G. Pero es necesario preguntarse una y otra vez qué significa esto para nuestra salud y bienestar”, concluyó Pauli.

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¿Qué nos están inoculando?: Partículas metálicas en las vacunas por imanes y detectores de metales

Hemos hablado hasta la saciedad del experimento de transgénesis que nos han colado como vacuna. Hemos escrito sobre lo que se sabe y lo mucho que se intuye y deduce analizando información de variadas fuentes de los últimos años, incluida la de los propios laboratorios y la que el propio Bill Gates compartió en una de sus manifestaciones públicas en 2019, lo que anunció como vacuna ID2020 de puntos cuánticos y chips para identificar a la población. Así de claro. Vendido, eso sí, para bien, como siempre; con el fin de favorecer a los millones de desheredados que pueblan el planeta, de los que no existe registro.

Hablando de la temida e innecesaria vacuna, el viejo y entrañable médico británico Vernon Coleman trajo a colación al inefable neurofisiólogo español José Rodríguez Delgado, que trabajó en la escuela de medicina de la Universidad de Yale, experimentando con el control remoto en la conducta de animales, mediante minúsculos electrodos colocados en los cerebros de gatos, monos e incluso toros bravos. Estas investigaciones eran financiadas por la Oficina de Inteligencia Naval (ONI). Su experimento más conocido es el del toro bravo que, en el momento de embestir, fue frenado en seco accionando a distancia un botón que tenía en su mano. Delgado declaró que esto podía ser de gran utilidad en un futuro para manipular a las masas. Controlar la conducta humana es un viejo sueño de determinados sectores de los servicios secretos de todas las naciones hegemónicas. En concreto, la CIA ha trabajado en variados proyectos y subproyectos destinados a controlar la conducta humana. La mayor parte de ellos empezaron ya en los años cincuenta y permanecieron ocultos hasta que, a mediados de los setenta, el llamado “Comité Church” del Senado de los Estados Unidos denunció que algunos científicos de la Central de Inteligencia estaban llevando a cabo horribles experimentos con drogas e hipnosis.

El caso Watergate sacó a la luz muchos asuntos turbios de la CIA, entre ellos, la experimentación ilegal con humanos. Su director a la sazón, Stansfield Turner tuvo que declarar ante el Senado sobre el programa MK-Ultra. Las experiencias consistían, entre otras aberraciones, en borrado de memoria, inserción de historias no vividas, estimulación electrónica del cerebro, bombardeos de microondas y ultrasonidos, y modificación de la conducta sexual y social. En estos proyectos también trabajó Rodríguez Delgado. ¡Un angelito!

Lamentablemente, el futuro soñado por Rodríguez Delgado es nuestro presente, con métodos mucho más sofisticados en función del avance de la tecnología. Los electrodos del toro de Delgado bien pudieran ser las nanopartículas supuestamente contenidas en las vacunas, y el botón en la mano del doctor, las frecuencias de los campos electromagnéticos, especialmente la temida red 5G, aunque la 3G y la 4G tampoco son mancas, sobre todo, cuando emiten pulsos desde satélites o alguna de las centrales del HAARP. Es decir, los humanos controlados por control remoto. Vernon Coleman habla de esto de manera muy velada para que su vídeo no sea censurado. Parece una paranoia, ¿verdad? Pues, seguramente, no tanto, a la luz de lo que estamos viendo estos días con las vacunas y su reacción a los imanes, una prueba palpable del encubrimiento que existe sobre la composición de las misteriosas vacunas COVID. Se puede decir que tenemos el cuerpo del delito.

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La ciencia se refuta a sí misma: las matemáticas desmontan la teoría del contagio

Siendo niño en Bruselas, tenía un maestro al que le chiflaban las demostraciones por el absurdo. Enseñaba matemáticas, pero era frecuente verle por los cerros de Úbeda, que no le quedaban precisamente a mano. Hoy intentaría refutar la teoría del contagio. Recorrería un par de veces el largo de la pizarra negra, en silencio, antes de decir: “Suponiendo …”

Suponiendo que la epidemia de SARS COV 2, o lo que sea, sea contagiosa, por definición sabemos que se contagia de una persona a otra. Y debe ser probablemente así, porque nuestras bienintencionadas autoridades políticas, se preocupan de que llevemos puesta la mascarilla protectora hasta en medio de un páramo solitario. ¿Qué otra intención podrían tener para sabotear la economía y la salud de su propia gente?

Suponiendo que la enfermedad es contagiosa y letal, ya sabemos muchas cosas. Conocemos, por ejemplo, que se detectaron los primeros casos de Coronavirus hace 18 meses y que han transcurrido más de 13.000 horas desde entonces. Dado que en el planeta vive un número limitado de seres humanos, sólo necesitamos calcular a qué velocidad se propaga el temible virus.

Suponiendo que el Caso Índice ignora que está enfermo y contagia a otra persona en un día, la tasa de transmisión por hora es igual a 1,029302237. Al cabo de 13.000 horas (1,0293^13.000) se habría infectado no ya toda la población del planeta, sino toda la Vía Láctea. Si el contagio se produce en 48 horas (1,014545^13.000) el resultado es 33 seguido de 80 ceros y la conclusión es que hemos vuelto a contagiar a todos los extraterrestres de las galaxias vecinas.

Supongamos ahora que, como aprendices de políticos, somos inmunes a los principios de La Ciencia y deseamos salvar a toda costa la Teoría del Contagio para inocular el misterioso suero de PFIZER al mayor número de incautos. Postulamos que se produce el contagio a otra persona cada 4 días. Obtenemos una tasa de 1,007246 por hora y un resultado final de 58 seguido de 39 ceros. Pobres extraterrestres: han vuelto a caer todos, sin comerlo ni beberlo.

¿Cómo es posible? ¿Nos está mintiendo esa buena gente que nos gobierna? Suponiendo que es gente íntegra y honesta, vamos a rizar el rizo. ¡Cada 8 días! Eso reduce la tasa de contagio a 1,00361666 por hora. Con lo que 1,003666^13.000=241.123.434.200.000.000.000. No había que desesperar. Hemos vuelto a aniquilar la vida en el universo, pero ya estamos más cerca de la solución.

Suponiendo que nuestro Caso Índice desconoce que está enfermo, hace vida normal y contagia a un transeúnte en el Metro a los ¡16 días! la tasa de transmisión se reduce 1,001807 por hora. En 18 meses se han contagiado 15.528.166.666. Dos veces el planeta entero.

Pero no nos rendimos tan fácilmente. ¿Si el supuesto virus no fuera contagioso, porque iban a cerrar los bares, los cines, las salas de juego, las bibliotecas y todos esos lugares de esparcimiento y diversión que hacen la vida más agradable? ¿Por qué iban a obligarnos a llevar puesta una mascarilla poco higiénica que nos impide respirar y dejar solos a nuestros padres y abuelos? Para cuadrar los datos de contagio y muertes registrados hasta la fecha en todo el mundo, el Caso Índice debe contagiar el virus a los 20 días. Eso es absurdo, porque en tal caso, el uso de mascarilla es completamente inútil porque siempre llegará tarde. Por el mismo motivo,carece de sentido administrar el suero experimental de PFIZER cuando toda la población del planeta ya ha alcanzado la inmunidad de rebaño.

Como esto resulta absurdo, la proposición inversa queda demostrada. Si la clase política es tan corrupta y deshonesta como para engañar a sabiendas a la ciudadanía que representa, el objetivo que persiguen el confinamiento y la campaña de vacunación es dañar su salud y perjudicar su economía. Si definimos como PAZ, la lógica que busca el Bienestar y la Salud de las personas, la lógica inversa debe definirse como GUERRA.

Para alcanzar los niveles de letalidad que las autoridades anuncian, el 5% de la población tiene que haberse contagiado en un periodo previo de 18 meses. Pero eso es imposible porque contradice la premisa inicial. El contagio no estaría localizado: se habría extendido a todo el mundo.

Belge

Científicos, vacunas y WEF: triángulo del terror

El muy políticamente correcto The Telegraph no tiene miedo en causar un gran revuelo. En su edición del 14 de mayo, concedió la palabra a los miembros del grupo científico del comportamiento en tiempos de Covid para que puedan “expresaran sus arrepentimientos” acerca a los métodos ” contrarios a la ética” y “totalitarios” utilizados por el gobierno de Boris Johnson.

En un extenso artículo, The Telegraph revela que “los científicos del comité (SPI-B) que promovieron el uso del miedo para controlar el comportamiento de la gente durante la pandemia de  covid han admitido que su trabajo era “contrario a la ética” y “totalitario”.”

El SPI-B es uno de los subcomités que aconseja al Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE), dirigido por Sir Patrick Vallance, principal asesor científico de Boris Johnson.

Fue en un libro de Laura Dodsworth, que pasó un año investigando las tácticas del gobierno, titulado A State of Fear (Un estado de miedo), que trata del papel de la psicología en la respuesta del gobierno británico al covid-19, donde estos científicos expresaron su arrepentimiento.

“El SPI-B”, relata The Telegraph, advirtió en marzo del año pasado que los ministros debían elevar el “nivel percibido de amenaza personal” de Covid-19 porque “un número considerable de personas aún no se sentían suficientemente amenazadas personalmente”. Gavin Morgan, psicólogo del equipo, ha declarado: “Está claro que utilizar el miedo como medio de control no es ético. Utilizar el miedo huele a totalitarismo. No es una posición ética para ningún gobierno moderno. Por naturaleza, soy una persona optimista, pero todo esto me ha dado una visión más pesimista de la gente”. “

Y The Telegraph continúa con estas revelaciones, que describen un régimen en marcha hacia el totalitarismo:

“Otro científico del SPI-B también relató a la Sra. Dodworth: ”En marzo [de 2020], el gobierno estaba muy preocupado por el consentimiento y pensaba que la gente no querría estar encerrada. Hubo debates sobre la necesidad del miedo para propiciar el consentimiento, y se tomaron decisiones sobre cómo aumentar el miedo. La forma en que hemos utilizado el miedo es distópica. El uso del miedo ha sido definitivamente cuestionable desde el punto de vista ético. Ha sido como un extraño experimento. Al final, esto se volvió  ene su contra porque la gente se asustó demasiado”.

Otro miembro del SPI-B ha declarado: “Se podría llamar a esta psicología “control mental”. Eso es lo que estamos haciendo… está claro que intentamos hacerlo de forma positiva, pero en el pasado se ha utilizado de forma negativa”.

Uno de ellos advirtió que “la gente está utilizando la pandemia para tomar el poder e imponer cosas que de otro modo no ocurrirían… Tenemos que tener mucho cuidado con el autoritarismo que se instala”.

(…)

Además de las advertencias obvias sobre el peligro del virus, el gobierno ha sido acusado de alimentar al público con un régimen continuo de malas noticias, como las muertes y las hospitalizaciones, sin poner nunca las cifras en contexto con las informaciones sobre el número de casos que se han recuperado, o si el número de muertes diarias está por encima o por debajo de las medias estacionales.

Otro miembro del SPI-B afirmó haber estado “asombrado por la militarización de la psicología del comportamiento” durante la pandemia, y que “los psicólogos no parecieron darse cuenta cuando esto dejó de ser altruista y se convirtió en manipulador”. Tienen demasiado poder y eso los embrutece”.

Steve Baker, vicepresidente Covid Recovery Group of Tory MPs, (miembro de los diputados tories, dijo: ”Si es cierto que el Estado ha tomado la decisión de aterrorizar al público para que se conforme a las reglas, esto plantea cuestiones muy serias sobre el tipo de sociedad en la que queremos convertirnos”. ”Si somos realmente sinceros, ¿temo que la política actual del gobierno esté jugando con las raíces del totalitarismo? Sí, claro que es eso”. “

El artículo británico afirma además que “los ministros han sido acusados en repetidas ocasiones de aumentar la amenaza de la pandemia para justificar los cierres y coaccionar al público para que los cumpla, una afirmación que será examinada por la próxima investigación pública sobre la respuesta a la pandemia”.

Esta informaciones proceden del Reino Unido, pero se corresponde perfectamente con la manipulación psicológica por el miedo que ha promulgado el gobierno de Macron, Veran y compañía. La fábrica del consentimiento, llamada así por el magistral libro de Noam Chomsky, una fábrica que produce, en el sentido más estricto de la palabra, consentimiento, aceptación, sumisión, este “lavado de cerebro en libertad”, ha encontrado adeptos en una parte importante de las élites políticas occidentales actuales, pequeños tiranos en ciernes.

“No olvidemos”, advierte Chomsky, que analiza estos mecanismos de dominación, “cómo se impone siempre una ideología. Para dominar, la violencia no es suficiente, se necesita una justificación de otro tipo. Así, cuando una persona ejerce el poder sobre otra -ya sea un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un jefe- necesita una ideología justificativa, que siempre es la misma: esta dominación se hace “por el bien” del dominado. En otras palabras, el poder siempre se presenta como altruista, desinteresado, generoso. “

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“Magneto”: proteínas y campos magnéticos para controlar el cerebro y modificar el ADN

Investigadores de Estados Unidos han desarrollado un nuevo método para controlar los circuitos cerebrales asociados a comportamientos animales complejos, utilizando la ingeniería genética para crear una proteína magnetizada que activa a distancia grupos específicos de células nerviosas.

Entender cómo el cerebro genera un comportamiento es uno de los objetivos últimos de la neurociencia, y una de sus cuestiones más difíciles. En los últimos años, los investigadores han desarrollado una serie de métodos que permiten controlar a distancia grupos específicos de neuronas y sondear el funcionamiento de los circuitos neuronales.

El más potente de ellos es un método llamado optogenética, que permite a los investigadores activar o desactivar poblaciones de neuronas emparentadas en una escala de tiempo de milisegundo en milisegundo con láser de pulsos de luz. Otro método desarrollado recientemente, denominado quimiogenética, utiliza proteínas modificadas que se activan mediante medicamentos de síntesis y pueden dirigirse a tipos de células específicas.

Aunque son potentes, ambos métodos presentan inconvenientes. La optogenética es invasiva, pues requiere la inserción de fibras ópticas que emiten impulsos luminosos en el cerebro, y además, la extensión en la cual la luz penetra en el tejido cerebral denso es muy limitada. Los enfoques quimiogenéticos superan estas dos limitaciones, pero inducen generalmente reacciones bioquímicas que tardan varios segundos en activar las células nerviosas.

La nueva técnica, desarrollada en el laboratorio de Ali Güler en la Universidad de Virginia en Charlottesville, y descrita en una publicación online previa en la revista Nature Neuroscience, no sólo no es invasiva, sino que puede activar las neuronas de forma rápida y reversible.

Varios estudios anteriores han demostrado que las proteínas de las células nerviosas que son activadas por el calor y la presión mecánica pueden ser modificadas genéticamente para que sean sensibles a las ondas de radio y a los campos magnéticos uniéndolas a una proteína que almacena hierro llamada ferritina, o a partículas paramagnéticas inorgánicas. Estos métodos representan un avance importante -ya se han utilizado, por ejemplo, para regular el azúcar en sangre en ratones-, pero implican múltiples componentes que deben introducirse por separado.

La nueva técnica se basa en estos trabajos anteriores y en una proteína llamada TRPV4, que es sensible tanto a la temperatura como a las fuerzas de estiramiento. Estos estímulos abren su poro central, permitiendo a la corriente eléctrica circular a través la membrana celular; esto evoca impulsos nerviosos que se propagan a través de la médula espinal y después hasta el cerebro.

Güler y sus colegas han estimado que el momento magnético (o las fuerzas de rotación) podrían activar el TRPV4 tirando sobre su poro central, así que utilizaron la ingeniería genética para fusionar la proteína con la región paramagnética de la ferritina, así como cortas secuencias de ADN que indican a las células de transportar proteínas a la membrana de las células nerviosas y las inserten en ella.

Cuando introdujeron esta construcción genética en células renales embrionarias humanas que crecían en placas de Petri, las células sintetizaron la proteína “Magneto” y la insertaron en su membrana. La aplicación de un campo magnético ha activado la proteína TRPV1 modificada, como lo demuestran los aumentos transitorios de la concentración de iones de calcio en las células, que han sido detectadas por microscopía de fluorescencia.

A continuación, los investigadores insertaron la secuencia de ADN de Magneto en el genoma de un virus, junto con el gen que codifica la proteína verde fluorescente y las secuencias de ADN reguladoras que provocan la expresión de la construcción en tipos de neuronas especificadas. Luego inyectaron el virus en el cerebro de los ratones, apuntando a la corteza entorrinal, y diseccionaron el cerebro  de los animales para identificar las células que emitían fluorescencia verde. Mediante el uso de microelectrodos, demostraron entonces que la aplicación de un campo magnético a los cortes del cerebro activaba a Magneto para que las células produjeran impulsos nerviosos.

Para determinar si el Magneto puede utilizarse para manipular la actividad neuronal en animales vivos, lo inyectaron en larvas de pez cebra, dirigiéndolo a las neuronas del tronco y la cola que normalmente controlan una respuesta de escape. Posteriormente, colocaron las larvas de pez cebra en un acuario especialmente diseñado para el imán y descubrieron que la exposición a un campo magnético inducía movimientos de bobinado similares a los de la respuesta de escape. (En este experimento participaron un total de nueve larvas de pez cebra, y el análisis posterior reveló que cada larva contenía unas 5 neuronas que expresaban Magneto).

Los investigadores leen y escriben la actividad cerebral con luz

Un equipo de neurocientíficos de la University College de Londres ha desarrollado una nueva forma de registrar y manipular simultáneamente la actividad de múltiples células del cerebro de animales vivos mediante pulsaciones de luz.

La técnica, descrita hoy en la revista Nature Methods, combina dos neurotecnologías de vanguardia. Esto podría permitir a los investigadores prescindir de los engorrosos microelectrodos que han utilizado tradicionalmente para sondear la actividad neuronal e interrogar el funcionamiento del cerebro a nivel celular en tiempo real y con detalles sin precedentes.

Una de ellas es la optogenética. Esto implica la creación de ratones modificados genéticamente que expresan proteínas de algas llamadas canalrodopsinas en grupos específicos de neuronas. Esto hace que las células sean sensibles a la luz, lo que permite a los investigadores activar o desactivar las células, dependiendo de la proteína canalrodopsinas que expresen y de la longitud de onda de la luz utilizada. Esto puede hacerse en una escala de tiempo de un milisegundo a un milisegundo, utilizando láser de pulsos de luz enviados al cerebro de los animales a través de una fibra óptica.

La otra es la imagen del calcio. Las señales de calcio son esenciales para casi todos los aspectos de la función neuronal, y las células nerviosas muestran un aumento repentino de la concentración de iones de calcio cuando comienzan a emitir impulsos nerviosos. Mediante el uso de colorantes que emiten una fluorescencia verde en respuesta a un aumento de la concentración de calcio, combinados con una microscopía de dos fotones, los investigadores pueden detectar esta firma para determinar qué células están activadas. De este modo, pueden “leer” eficazmente la actividad de poblaciones celulares enteras en rebanadas de tejido cerebral o en cerebros vivos.

Los colorantes sensibles al calcio son inyectables, por lo que es difícil dirigirlos con precisión. Más recientemente, los investigadores han desarrollado sensores de calcio codificados genéticamente para superar esta limitación. Los ratones pueden ser modificados genéticamente para que expresen estas proteínas sensibles al calcio en grupos específicos de células; al igual que los colorantes precedentes, también son fluorescentes en respuesta al aumento de la concentración de iones de calcio en las células que las expresan.

En un último experimento, los investigadores inyectaron Magneto en el estriado de ratones que se comportan libremente, una estructura cerebral profunda que contiene neuronas productoras de dopamina implicadas en la recompensa y la motivación, y luego colocaron a los animales en un aparato dividido en secciones magnetizadas y no magnetizadas… Los ratones que expresaban Magneto pasaban significativamente más tiempo en las zonas magnetizadas que los ratones no sensibilizados, porque la activación de la proteína causaba la liberación de dopamina por las neuronas estriatales que la expresaban, por lo que los ratones se encontraban en estas zonas gratificantes. Esto demuestra que Magneto puede controlar a distancia la activación de las neuronas en el cerebro y controlar comportamientos complejos.

El neurocientífico de la Universidad de Harvard Steve Ramírez, que utiliza la optogenética para manipular los recuerdos en el cerebro del ratón, .

“Los intentos anteriores [de utilizar imanes para controlar la actividad neuronal] requerían múltiples componentes para que el sistema funcionara: inyectar partículas magnéticas, inyectar un virus que exprese un canal sensible al calor, [o] fijar la cabeza del animal para que una bobina induzca cambios en el magnetismo”, explica. “El problema de un sistema multicomponente es que hay mucho espacio para que cada pieza se descomponga”.

Este sistema es un virus único y elegante que puede inyectarse en cualquier parte del cerebro, lo que hace que sea técnicamente más fácil y menos propenso a mover campanas y silbatos”, añade, “y su equipo de comportamiento ha sido inteligentemente diseñado para contener imanes, llegado el caso, para que los animales puedan moverse libremente”.

La “magnetogenética” es, por tanto, una importante adición a la caja de herramientas de los neurocientíficos, que sin duda seguirá desarrollándose, y proporcionará a los investigadores nuevos métodos para estudiar el desarrollo y la función del cerebro.

Referencia

Wheeler, MA et al. (2016). Control magnético del sistema nervioso dirigido genéticamente. Nat. Neurosci ., DOI: 10.1038 / nn.4265

Fuentes

rustyjames

verdadypaciencia