Lo que realmente es el Gran Reinicio

Los miembros de las parasitarias élites occidentales son quienes están detrás del Gran Reinicio, en cuya agenda (ya analizada sobradamente en este blog) se incluyen la covid-19 y la vacunación como herramientas para instaurar una dictadura tecno-santaria que dirija la imposición de un nuevo modelo económico. Los representantes de los tres proyectos globales de la élite occidental —Nueva Babilonia (Nueva York), Nueva Jerusalén (Londres) y el Vaticano (controlado actualmente por los jesuitas) — refrendaron de manera pública su alianza para impulsar la agenda maltusiana del fascismo verde, más conocida como Gran Reinicio, disfrazándola de iniciativa para “redefinir el capitalismo” y “aprovechar el sector privado para crear un sistema económico más inclusivo, sostenible y confiable” a través del “Consejo para un Capitalismo Inclusivo”.

Esto es prácticamente lo mismo que dijeron Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, y el Príncipe de Gales, al presentar la iniciativa del Gran Reinicio como “una oportunidad para re-imaginar el capitalismo y construir una mejor economía basada en conceptos de sustentabilidad”.

Y para refrendarlo, la asociación con el Vaticano ahora ha puesto al grupo “bajo la guía moral” del Papa Francisco y el Cardenal Turkson.

Esta alianza ha decidido, para impulsar su agenda, la formación de un Consejo formado por un grupo principal de globalistas conocidos como los Guardianes del Capitalismo Inclusivo (sic), que se reunirán anualmente con el Papa y el cardenal Peter Turkson.

Los miembros de este Consejo incluyen directivos de la Fundación Ford, Johnson & Johnson, Mastercard, Bank Of America, la Fundación Rockefeller, Merck, y el gobernador del Banco de Inglaterra (y fiel servidor de la corona británica), Mark Carney, entre otros. La fundadora del Consejo y socia directiva de esta organización es Lynn Forester de Rothschild.

Según la Revista Proceso, la lista de empresarios que forman parte de esta iniciativa está compuesta por:

Marc Benioff, presidente, director ejecutivo y fundador de Salesforce; Edward Breen, presidente ejecutivo de Dupont; Sharan Burrow, secretaria general de International Trade Union Confederation; Mark Carney, gobernador del banco de Inglaterra, asesor financiero de COP26 para el Primer Ministro y representante especial de las Naciones Unidas para Acción Climática y Finanzas; Carmine Di Sibio, presidente y director ejecutivo global de EY; Brunello Cucinelli, presidente ejecutivo y director creativo de Brunello Cucinelli S.p.A; Roger Ferguson, presidente y director ejecutivo de TIAA; y Lady Lynn Forester de Rothschild, fundadora y socia directiva de Inclusive Capital Partners.

También figuran Kenneth Frazier, presidente de la junta y director ejecutivo de Merck & Co., Inc; Fabrizio Freda, presidente y director ejecutivo de The Estée Lauder Companies; Marcie Frost, directora ejecutiva de CalPERS; Alex Gorsky, presidente de la junta y director ejecutivo de Johnson & Johnson; Angel Gurria, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos; Alfred Kelly, presidente y director ejecutivo de Visa Inc; William Lauder, presidente ejecutivo de The Estée Lauder Companies; Bernard Looney, director ejecutivo de BP; Fiona Ma, tesorera del Estado de California; Hiro Mizuno, miembro de la junta de Principles for Responsible Investment; y Brian Moynihan, presidente de la junta y director ejecutivo de Bank of America.

Por último, aparecen Deanna Mulligan, presidente y directora ejecutiva de Guardian Life Insurance Company de America; Ronald P. O’Hanley, presidente y director ejecutivo de State Street Corporation (uno de los “4 fantásticos”, los 4 fondos de inversiones más importantes del mundo); Rajiv Shah, presidente de la Fundación Rockefeller; Tidjane Thiam, miembro de la junta de Kering Group; Darren Walker, presidente de Ford Foundation; Mark Weinberger, expresidente y director ejecutivo de EY y miembro de la junta de J&J, MetLife y Saudi Aramco; Ajay Banga, presidente y director ejecutivo de Mastercard, u Oliver Bäte, presidente de la junta directiva de Allianz SE.”

Realmente es el Gran Reinicio está impulsado por el imperio angloamericano y sus aliados. Se trata de un intento de la City de Londres, Wall Street y varios bancos centrales importantes de consolidar un control total sobre todas las inversiones financieras en beneficio de los súper ricos a expensas de las clases medias y los pobres de todo el mundo. La ‘transición ecológica’ que venden significa una destructiva absorción financiera de las economías, siendo el color ‘verde’ sólo el estandarte de su propósito de saqueo.

Lo llaman el ‘Gran Reseteo, Gran Reajuste o Gran Reinicio’. Con el pretexto de reconstruir la economía mundial después de la pandemia de COVID-19, los principales banqueros privados y multimillonarios pretenden llevar a cabo un ‘cambio de régimen’, por el cual la política monetaria y fiscal será decidida totalmente por los bancos centrales privados y los principales actores financieros directamente. En esta fase final de la política neomaltusiana de décadas a favor de los especuladores, consolidarían el control final sobre todas las inversiones y las canalizarían por completo hacia las ‘tecnologías verdes’, y la industria bio- tecnológica y farmacéutica, dejando morir el tejido de la economía productiva, en particular la industria y la agricultura, sustituidas por una tecno-economía virtual/digital, lo que no sólo llevaría a la quiebra de las empresas capitalistas convencionales (las más poderosas controladas por estos grandes bancos centrales privados y fondos de inversión), debido a la globalización, tecnologización, interdependencia económica y desposesión de los trabajadores de sus antiguas habilidades de producción real, sino también y de manera más dramática, de todos estos millones de trabajadores del mundo, que ya ni siquiera tendrían medios de producción que tomar en un, tan hipotético como fantaseoso, proceso revolucionario.

Si este plan, promovido por el Foro Económico Mundial con una serie de conferencias sobre el “Gran Reseteo“, tiene éxito, significará el fin de los actuales estados-nación industrializados del llamado sector avanzado, y la muerte – por las causas ya explicadas – de literalmente millones, y luego miles de millones, de personas en los países en desarrollo. Existe una relación directa entre la productividad de una economía, incluida la densidad de flujo de energía de sus procesos productivos, y el número de seres humanos que puede sostener, independientemente de que esa economía suponga la explotación de miles de millones de seres humanos en beneficio del sistema económico capitalista, como viene sucediendo desde hace siglos. Si toda la economía mundial se “descarboniza”, en lo que Schellnhuber y sus asociados ya llamaron hace años la “Gran Transformación de la Economía Mundial”, incluyendo la salida de la energía nuclear, entonces el número de personas que puede sostenerse, si se conserva el actual modelo de producción capitalista o se sustituye por el Gran Reinicio, apenas superará los mil millones. ¿Y qué pasa con los otros seis  mil quinientos millones? Este enfoque, si no se invierte, sólo puede conducir al desastre para las poblaciones y a una nueva guerra mundial.

En resumidas cuentas, no es suficiente con detener la agenda del Gran Reinicio, sino que también es imprescindible terminar de desmantelar el actual sistema capitalista para llevar a cabo un modelo de vida al servicio de las personas y los ecosistemas y no de la economía o lo que eufemísticamente llaman la civilización.

Una parte integral del “Gran Reinicio” es el plan para introducir las criptodivisas y la digitalización de las monedas. Este cambio permitiría, a través de las modernas tecnologías – sobre todo de la IA – la vigilancia total de todos los datos personales en cualquier campo de la actividad económica, completando lo que ya está en marcha con la vigilancia de los servicios de inteligencia de las mayores potencias mundiales, principalmente la NSA y GCHQ.

Si la sociedad continúa operando en beneficio de una élite privilegiada, en este caso financiera, esta digitalización de las monedas se utilizará para devaluar la deuda impagable acumulada a través de las amortizaciones y la inflación, como ocurrió en Alemania en 1923. El pueblo y la propia economía productiva serán saqueados. La destrucción del capitalismo y la detención del Gran Reinicio sólo pueden encontrar aplicaciones útiles si la sociedad se orienta hacia el beneficio del bien común.

El actual esfuerzo por establecer un control total sobre la política monetaria y fiscal, dando el control a los bancos centrales en el marco del “Gran Reajuste” e imponiendo un “New Deal” verde, se basa en los mismos principios fascistas que la política del presidente del Reichsbank de Hitler, Hjalmar Schacht, y debe ser absolutamente rechazado.

Fuentes:

Proceso — El Vaticano promueve una alianza con líderes empresariales para impulsar un “capitalismo inclusivo”.

Vaticano — Discurso del Santo Padre Francisco al Consejo para un Capitalismo Inclusivo.

Catholic News Agency — Council for Inclusive Capitalism launches partnership with Vatican.

Fortune — Big companies join Vatican-affiliated council pledging inclusive capitalism.

LaRouche PAC — Larouche: Resolución para una resistencia mundial al fascismo global y detener la toma de control de la banca central.

Mente Alternativa.