¿Quiénes están detrás de la pandemia declarada por la OMS?

Son tantas las decisiones disparatadas tomadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a causa de su injustificada declaración de pandemia -con la aquiescencia cómplice de los gobiernos- que la sociedad tiene el derecho y la obligación de exigirle amplias explicaciones. La opacidad de todo lo ocurrido es inaudita en una sociedad que presume de contar con la mayor cantidad de información de la historia. En todo caso el quid de la cuestión está en saber quiénes están detrás de esta farsa, por qué la han creado, cómo lo han conseguido, qué pretenden y cuál es el engranaje que la ha hecho posible. Y es que lo acaecido se debe que la estructura que lo ha hecho posible lleva montándose desde hace décadas y está al servicio de grupos de poder que trabajan en la sombra.

En varios de los artículos que se han publicado (…) hemos adelantado ya bastante información que da pistas sobre quiénes están detrás de la falsa pandemia que dicen asola al planeta. Ahora bien, hablamos de un montaje de tal tamaño que vamos a tener que explicarlo de forma somera (…) dedicandonos a contar qué organismos están implicados y cómo a lo largo de varias décadas ha ido conformándose la estructura y la estrategia preparando la cobertura legal y mediática y -lo más importante- la mentalidad y el imaginario colectivo necesarios para imponerse arbitrariamente a cientos de millones de personas. Desvelaremos los nombres de las personas, fundaciones y grupos de poder que están manejando tales organismos y constituyen el poder real oculto que controla el mundo.

Se trata de un pequeño grupo que a través de numerosos organismos y personas ha ido extendiendo sus tentáculos de forma constante y estudiada hasta abarcar todo el planeta y controlar ya en el ámbito de la salud la inmensa mayoría de las instituciones sanitarias -tanto públicas como privadas- tras haber impuesto un modelo médico y sanitario uniforme, industrializado, mecanicista, reduccionista, farmacológico y, en definitiva, deshumanizado.

Hablamos de un poderoso entramado que ha logrado que los ciudadanos hayan entregado la responsabilidad sobre su salud y la de sus hijos a esa estructura de poder. Porque es la renuncia de la gente a informarse, formarse y decidir sobre su propia salud lo que ha permitido la actual catástrofe iatrogénica -de proporciones gigantescas- que vive la sociedad ya que casi todo lo que se propone es la ingesta -normalmente preventiva y paliativa que no curativa- de fármacos que mantienen a las personas enfermas el máximo tiempo posible para que consuman constantemente productos. Cuantos más mejor. Es verdad que cada vez más personas son conscientes de lo que pasa y lo están -y estamos- denunciando pero se trata aún de una minoría que es constantemente ninguneada, reprimida, acallada, descalificada, injuriada o calumniada. Y tras este breve preámbulo entremos en materia. 

EL MINISTERIO DE SANIDAD MUNDIAL

Las piezas más importantes del engranaje de poder en el área de la salud mundial lo integran los estadounidenses Centros para el Control de las Enfermedades (CDC por las siglas de Centers for Disease Control) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es formalmente la autoridad sanitaria internacional que se supone aporta la garantía institucional de credibilidad y veracidad oficial y de ahí que la inmensa mayoría acepte sin rechistar lo que postula. Solo cabe agregar en cuanto a las epidemias se refiere que la voz cantante la lleva el Servicio de Inteligencia de Epidemias (EIS por las siglas de Epidemic Intelligence Service).

El objetivo inicial por el que se creó la OMS era mejorar la salud en todo el planeta de manera natural y de hecho sus primeros pasos estuvieron destinados a difundir información sobre nutrición pero ese período duró muy poco. Apenas un decenio después la industria farmacéutica comenzó su asalto a la institución transformándola prácticamente en lo contrario de lo que era hasta el punto de crearse una comisión especial contra los micronutrientes e impedir que se usaran para prevenir y curar problemas de salud beneficiando así al mercado farmacológico que comenzó a extender su influencia hasta convertirse en lo que es ahora: una de las industrias más poderosas del mundo. Pero antes de continuar expliquemos algo importante: es necesario aprender a «traducir» el lenguaje lleno de eufemismos que todas esas organizaciones despliegan en su propaganda y, en particular, en sus páginas web. Cuando por ejemplo hablan de “desarrollo sostenible” en realidad se refieren a “negocio y explotación sin límite”, cuando hablan de “programas de salud” hablan de administrar vacunas y vender fármacos y equipamiento sanitario, cuando hablan de “acabar con el hambre” están planeando cómo extender sus organismos modificados genéticamente, cuando la Fundación Bill y Melinda Gates habla de «mejoras en la salud» está hablando básicamente de imponer vacunas aunque no lo diga abiertamente. Y así sucesivamente…

Fue en 1974 cuando la OMS dio los primeros pasos para convertirse en una especie de «Ministerio de Sanidad Mundial» haciendo suyas las recomendaciones del Informe Flexner contra las terapias naturales y lanzando un ambicioso programa llamado Salud para todos en el año 2000. Nueve años después -en 1983- la OMS proponía ya un Programa Ampliado de Vacunación (PAV) cuyo objetivo era inocular vacunas a todos los niños del mundo contra 6 enfermedades. Un año después se sumarían a esa propuesta la UNICEF, el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Fundación Rockefeller.

Cinco años después -en 1988- al entonces Director General de la OMS, Halfdan Mahler, se le ocurriría sin embargo impulsar un programa de medicamentos esenciales para países pobres y eso molestó tanto a la gran industria que le presionaron para que renunciase designándose para sustituirle a Hiroshi Nakajima quien había sido director de investigación de la multinacional farmacéutica Hoffmann-La Roche. Al año -en 1989- la ONU aprobaría la Convención de los Derechos del Niño, iniciativa aparentemente loable si no fuera porque en la práctica para lo que sirvió básicamente es para imponer vacunas infantiles y otros tratamientos.

Pues bien, toda esa estrategia sería organizada por la Fundación Rockefeller hasta el año 2000 que es cuando tomaría el relevo la Fundación Bill y Melinda Gates al lograr superarla con creces en poder e influencia.

PREPARANDO EL TERRENO

El giro decisivo en el proceso de transformación de la OMS para llegar a ser lo que es ahora -una herramienta de los grupos de poder internacional- se produciría a partir de ese momento. Concretamente durante la etapa como Director General de Lee Jong-Wook, es decir, entre 2003 y 2006. Hablamos de alguien que en 1994 pasó de la oficina de la OMS en el Pacífico Occidental con sede en Manila (Filipinas) a la sede de la OMS en Ginebra para ocupar el cargo de Director del Programa Mundial de Vacunas e Inmunización (GPV) desempeñando al mismo tiempo el cargo de Secretario Ejecutivo de la Iniciativa en pro de la Vacuna Infantil.

En su biografía oficial colocada en la página web de la OMS se dice que “pronto adquirió reputación de líder visionario y administrador riguroso. Apodado el Zar de las vacunas de la OMS por la revista Scientific American tuvo en su haber una serie de avances estratégicos en el ámbito del GPV, entre ellos un criterio más abierto para trabajar con la industria (…) y lograr un aumento de la financiación: de 15 a casi 70 millones de dólares”. Luego, tras liderar el Programa Mundial de Vacunas e Inmunización, pasaría a ser director de un departamento de la OMS denominado Alto a la tuberculosis siendo desde ese cargo -siempre según su biografía oficial- cuando “forjó lo que hoy se considera internacionalmente una de las más exitosas y dinámicas alianzas mundiales publico-privadas a favor de la salud; a saber, la Alianza Mundial Alto a la Tuberculosis”. Y añade su biografía: “Lee llevó adelante la expansión de una notable y compleja coalición de más de 250 asociados internacionales entre los que se cuentan estados miembros de la OMS, donantes, ONGs, la industria y diversas fundaciones”.
Fue pues en 2003 cuando se convertiría en Director General de la OMS pero presidiendo al mismo tiempo ¡el Consejo General de la Alianza GAVI (por las siglas en inglés de Global Alliance for Vaccines and Immunization) creada por Bill y Melinda Gates. Ello explica que durante la 58ª Asamblea de la OMS celebrada el 16 de mayo de 2005 presidida por Lee Jong-Wook ya interviniera Bill Gates para plantear lo que consideraba «las prioridades de salud de los próximos años». Es más, Gates puso como ejemplo a la Alianza GAVI presumiendo de que había conseguido “inmunizar” a cuatro millones de niños con vacunas básicas, a 42 millones de la hepatitis B, a 5 millones de la Haemophilus influenza tipo B y a 3 millones de la fiebre amarilla. Su intervención acabaría con un llamamiento a los países para que financiasen más vacunas a nivel internacional permitiéndose ya el lujo de decirles a los gobiernos de países en desarrollo lo que tienen que hacer con sus políticas de salud que fundamentalmente consisten, por supuesto, en dar prioridad a las vacunas y los fármacos.

En enero de ese mismo año -2005- Lee Jong-Wook elogiaría la «contribución» de la Fundación Bill y Melinda Gates a la inmunización global al «donar» a la OMS 750 millones de dólares.

APROBACIÓN DE DOCUMENTOS ESTRATÉGICOS

El año 2005 fue clave también por otro motivo: se aprobó el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) que entraría en vigor el 15 de junio de 2007. Se trata de un acuerdo internacional jurídicamente vinculante suscrito por 196 países, entre ellos todos los estados miembros de la OMS. Su objetivo oficial era la de «ayudar» a la comunidad internacional a prevenir y «dar respuesta a los riesgos graves para la salud pública que puedan cruzar fronteras y amenazar a la población mundial”.

Ahora bien, ¿y quién decide cuáles son esos “riesgos graves” técnicamente denominados Emergencias de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII)? Pues la decisión final corresponde al Director General de la OMS aconsejado por un Comité de Emergencias que él mismo nombra. Dicho de otro modo: a partir de la aprobación de ese documento todos los estados firmantes se comprometen a hacer lo que diga un organismo totalmente controlado hoy por la gran industria farmacéutica y capitales privados. Y basta «controlar» al Director General para que el comité que designa a dedo sea del agrado de los controladores que están en la sombra para que éstos puedan hacer lo que les plazca.

Apenas un año después se aprobaría otro elemento clave en este despliegue de poder: la Estrategia Mundial de Vacunación. En el documento Visión y Estrategia Mundial de Inmunización (GIVS) se especifica cuáles son sus objetivos: “Para alcanzar los objetivos de la GIVS los gobiernos de todo el mundo deben mantener la inmunización no sólo entre sus prioridades en materia de salud sino en un lugar privilegiado de sus programas políticos, financieros y económicos”. El coste de ese programa se calculó en 35.000 millones de dólares.

El documento añade luego: “Se han creado diferentes mecanismos de financiación para ayudar a los países de bajos ingresos a mantener y fortalecer sus programas de inmunización así como para garantizar un suministro mundial fiable de vacunas de calidad. La Alianza GAVI, por ejemplo, es una asociación entre el sector público y el privado que promueve la inmunización a gran escala en los países más pobres del mundo. La Alianza apoya la incorporación de nuevas vacunas y de vacunas infrautilizadas, la mejora de la seguridad de las inyecciones y el fortalecimiento de los sistemas de salud que prestan servicios de inmunización sistemática”.

Es decir, los países ricos no solo habían masacrado a los pobres y destruido o colonizado sus recursos naturales comprometiendo la salud y la vida de millones de personas sino que ahora se les imponía “invertir en salud” comprando más vacunas y fármacos con la excusa de que eso les ayudaría pero lo que hicieron fue causar gravísimos problemas de salud y multitud de muertos. En el leguaje de los «amos del mundo» a eso se le llama “filantropía” o “ayuda a los países en desarrollo” aunque consiste en que los gobiernos destinen buena parte de sus escasos recursos a enriquecer a una industria sanitaria insaciable.

Paralelamente se aprobarían en diferentes naciones leyes destinadas a proteger a la industria farmacéutica de posibles demandas por los efectos “secundarios” de sus productos. En España se hizo por ejemplo aprobando la Ley 29/2006 de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios en cuyo artículo 24.5 puede leerse lo siguiente: “La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios podrá autorizar temporalmente la distribución de medicamentos no autorizados en respuesta a la propagación supuesta o confirmada de un agente patógeno o químico, toxina o radiación nuclear capaz de causar daños. En estas circunstancias, si se hubiere recomendado o impuesto por la autoridad competente el uso de medicamentos en indicaciones no autorizadas o de medicamentos no autorizados, los titulares de la autorización y demás profesionales que intervengan en el proceso estarían exentos de responsabilidad civil o administrativa por todas las consecuencias derivadas de la utilización del medicamento salvo por los daños causados por productos defectuosos”.

Una sinvergonzonería que se repite ahora porque la FDA ya ha anunciado que en los fármacos y vacunas que se usen en su país para la Covid-19 hará uso de la Autorización de Uso de Emergencia, figura legal que la permite autorizar el uso de medicamentos o vacunas sin cumplir los requisitos establecidos legalmente para su aprobación y uso y, por tanto, sin que hayan pasado los controles necesarios y demostrado eficacia y seguridad. En otras palabras, ¡exime a los fabricantes de posibles demandas por los daños que pudieran producir! Nauseabundo.

GRIPE A: UNA FALSA PANDEMIA QUE NO ENGAÑÓ A NADIE

La sucesora de Lee Jong-Wook sería Margaret Chan quien se estrenó en el cargo criticando las “licencias compulsivas” para fabricar medicamentos genéricos adornando sus declaraciones con elogios a las farmacéuticas. Y lo hizo precisamente en el curso de una visita a Tailandia cuando el país estaba realizando gestiones para abaratar los medicamentos mediante la producción de genéricos. Y que la presión ejercida funcionó lo demuestra que el representante de la OMS en Tailandia, William Aldis, se vio obligado a renunciar a su cargo al declarar al diario Bangkok Post que apoyaba los genéricos.

Pues bien, fue durante el mandato de Margaret Chan cuando se cambió la definición de pandemia. A partir de entonces ya no es necesario que una enfermedad alcance unas mínimas tasas de morbilidad y mortalidad para poder ser declarada. Es de hecho lo que permitió en 2009 declarar pandemia la gripe A que se atribuye al virus H1N1. Una declaración que provocó una compra acelerada por los gobiernos de fármacos antivirales manifiestamente inútiles y peligrosos así como de vacunas que J. P. Morgan calculó en 7.000 millones de dólares solo en vacunas. Lo que costaron los polémicos retrovirales Tamiflú y Relenza -entre otros- se desconoce. Como bien saben nuestros lectores al final no hubo tal pandemia y en su mayoría esas vacunas y medicamentos jamás se utilizaron. Discovery DSALUD lo advertiría y denunciaría ampliamente que era una farsa enfrentándose durante algún tiempo en solitario a las mentiras difundidas por todos los grandes medios que, por supuesto, se limitaron a pasar de provocar el terror a guardar silencio pasando simplemente página. Ninguno reconoció que había sido engañado. Y eso que solo un año después -en 2010- se confirmó que era una falsa pandemia gracias a un artículo publicado en el British Medical Journal en el que se desveló, entre otras cosas, que la OMS había ocultado los vínculos financieros de sus asesores con las farmacéuticas Glaxo y Roche. Wolfgang Wodarg, entonces presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, acusaría directamente a la OMS de haber mentido para poder declarar tanto la supuesta pandemia de la Gripe A como la de la Gripe Aviar afirmando que solo pretendía lograr que se vendieran multitud de vacunas generando una alarma injustificada.

Aquellos escándalos debieron haber llevado a Margaret Chan a que cesara en el cargo pero como quienes la habían impelido a actuar así son quienes controlan los resortes de poder en la OMS se la propuso para un segundo mandato. Bill Gates, entusiasmado, no dudaría durante la 64ª Asamblea de la organización en “auto-felicitarse” por el trabajo que estaba realizando y volver a pontificar sobre las bondades de la fabricación e inoculación de vacunas diciendo que se trata de una “tecnología extremadamente elegante” que en la próxima década -entre 2011 y 2020- “serviría para erradicar la polio”. De hecho pronosticó que hacia 2020 habría “cinco o más vacunas disponibles para todos los niños del mundo” que estarían a disposición de todos los países. Luego pidió de forma expresa a los ministros de salud presentes que aumentasen sus presupuestos para vacunas y donaran fondos a la Alianza GAVI creada por él instando a los 193 países miembros a poner como prioridad de todos los sistemas sanitarios del planeta ¡vacunar a los niños!

LA OMS, CABEZA VISIBLE DE LA TIRANÍA SANITARIA MUNDIAL

A Margaret Chan le sustituiría como Director General de la OMS -el 1 de julio de 2017- el biólogo etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus. Ex ministro de Salud (2005-2012) y de Relaciones Exteriores (2012-2016) de Etiopía fue además presidente de The Global Fund to Fight AIDS, Tuberculosis and Malaria (GFATM por sus siglas en inglés), organización creada en 2002 para recaudar fondos con los que luchar contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis que en 2012 recibió una donación de 750 millones de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates. Hablamos de un personaje cuyo nombramiento fue puesto inmediatamente en entredicho porque fue miembro del Frente de Liberación del Pueblo Tigray -incluida en la lista estadounidense de organizaciones terroristas- que actualmente gobierna en Etiopía y ha sido acusada de crímenes contra la humanidad -incluyendo masacres contra manifestantes, esterilización de dos millones de mujeres de la etnia Amhara y genocidio de minorías así como encarcelamientos y torturas de periodistas y opositores-. Sin embargo logró finalmente el cargo ante el apoyo que recibió del Partido Comunista Chino y la Fundación Bill y Melinda Gates. Para todos quedó claro que era el “candidato adecuado” ya que los otros dos aspirantes, los doctores Sania Nishtar y David Nabarro, habían cometido la imprudencia de decir que si se les nombraba acabarían con la corrupción interna de la OMS.

Cabe añadir que Human Rights Watch le acusó en 2016 de ocultar las epidemias de cólera que hubo en su país durante su mandato como Ministro de Salud.

EL PAPEL ESTRATÉGICO DE LA OMS EN LA FALSA PANDEMIA

Hagamos ahora un breve resumen de la actuación reciente de la OMS recordando al menos que…

…manipuló los casos iniciales de neumonía en Wuhan para convertir unos problemas respiratorios conocidos y habituales con causa perfectamente identificada en una “nueva enfermedad”.

…respaldó la actuación del Gobierno chino -y lo siguió haciendo a pesar de las irregularidades manifiestas- y convirtió en oficial el anuncio de aislamiento del nuevo virus que se hizo a partir de un trabajo publicado en el BMJ y firmado por un equipo de investigadores de los CDC de China y que, como hemos explicado ya en números anteriores no cumple en absoluto con los requisitos mínimos de un aislamiento.

…lanzó la alarma de epidemia en 11 de marzo apoyándose descaradamente en falsedades.

…acogió en la web de la organización los protocolos de diagnóstico de diferentes instituciones y aunque luego decidió distanciarse diciendo que no los respaldaba de forma explícita sigue aconsejando que la población se haga unas pruebas que carecen de base científica y estudios epidemiológicos basados en ellas..

…calló ante la decisión de muchos estados de confinar a sus ciudadanos a pesar de saber que el peligro de contagio entre las personas sanas de menos de 60 años es mínimo.

…calló ante las propuestas de que la ciudadanía use mascarillas y guantes cuando la propia OMS no las recomienda.

…estableció la definición de “caso de COVID-19” de modo tan absolutamente arbitrario que permite engrosar a voluntad las cifras en cada país: “Una muerte debida a COVID-19 se define para fines de vigilancia como una muerte resultante de una enfermedad clínicamente compatible en un caso probable o confirmado de COVID-19 a menos que haya una causa alternativa clara de muerte que no pueda estar relacionada con la enfermedad COVID-19”. Y se añade: “Una muerte por COVID-19 no puede atribuirse a otra enfermedad (por ejemplo, cáncer) y debe contarse independientemente de las condiciones preexistentes que se sospechan que han desencadenado un curso grave de COVID-19”. Inaudito y vergonzoso.

…decretó las medidas que el engranaje de poder sanitario trasladaría después -a través de sus expertos- a los gobiernos, muchos de ellos -con la honrosa excepción que vienen protagonizando buena parte de los estados africanos- aliados del poder económico que financia la OMS.

Agregaremos que la OMS, autoridad mundial única con poderes para establecer el conocimiento científico-médico oficial aceptable e imponible a gobiernos y personas sentó las bases para censurar cualquier otro enfoque, interpretación, teoría o conocimiento. Para ello organizó el 13 de febrero de 2019 una reunión con los principales líderes tecnológicos a fin de que actuasen activamente contra la “desinformación”; es decir, contra todo aquel que no acepte las verdades oficiales. En la reunión estuvieron presentes representantes de Google, Facebook, Twilio, Dropbox, Verizon, Salesforce, Twitter, YouTube y Amazon así como grandes compañías relacionadas con las nuevas tecnologías como Airbnb, Kinsa, Mapbox, Apple, Lyft y Uber.

El siniestro papel de la OMS en las falsas epidemias o pandemias -y en ésta en particular- es pues claro y está documentado. ¿Y qué lugar ocupa en el engranaje global? Vea en la infografía adjunta cómo se relaciona con otras organizaciones en el concreto ámbito de la salud, la sanidad y las enfermedades para mantener el actual modelo médico hegemónico que renunció a las raíces y a la esencia de la ciencia y el arte de la medicina y es de simplificación conceptual, de dependencia de la tecnología y de alianza con la industria farmacéutica..

TÍTERES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA

Fue en 1939 cuando el Servicio de Salud Pública estadounidense se integró en la Agencia Nacional de Seguridad lo que supuso un cambio radical en su orientación y financiación. Siete años más tarde se crearían los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), una compleja estructura que crecería con los años hasta convertirse en la agencia sanitaria más poderosa del planeta ya que es la que define las enfermedades y decide cómo diagnosticarlas, tratarlas o prevenirlas.

El foco de los CDC y del sistema en general está puesto en las enfermedades contagiosas y su obsesión llega hasta el punto de que un epígrafe del documento La amenaza global de las enfermedades infecciosas y sus implicaciones para los Estados Unidos y la Federación Americana de Científicos incluye un apartado titulado Infecciosidad de las enfermedades no infecciosas.

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH por las siglas en inglés de National Institutes of Health) de Estados Unidos disponen también asimismo de un centro dedicado específicamente a enfermedades infecciosas y “biodefensa”. Y es en su seno donde se encuentra su división estrella: el Servicio de Inteligencia de Epidemias (EIS) anteriormente mencionado que desde su creación en 1951 ha entrenado a 3.600 agentes que actualmente se encuentran destinados en puestos claves sanitarios dentro y fuera de Estados Unidos.

Así lo explica en su propia página web, alojada en la de los CDC: “Los alumnos EIS se han marchado para ser directores de los CDC, científicos líderes, cirujanos generales, asesores de los directores generales y regionales de la OMS, profesores en escuelas de medicina y salud pública, responsables de salud municipales o epidemiólogos estatales. Otros muchos ocupan cargos de liderazgo en la industria, en fundaciones, en organizaciones no gubernamentales y en los medios de comunicación. Más del 30% de los epidemiólogos estatales o en grandes ciudades son alumnos EIS”. Lo dicen ellos mismos así de clarito. Sin comentarios.

Obviamente los CDC mantienen un programa gubernamental de vacunas infantiles en el que gastan más de cuatro mil millones de dólares anuales y cubre las campañas de vacunación de la mitad de los niños estadounidenses. Y como son ellos mismos los que supervisan la investigación y comercialización de las vacunas no son precisamente muy estrictos a la hora de informar de los graves problemas de salud que pueden causar. Ha leído bien: la misma agencia estatal que se encarga de supervisar la investigación de vacunas gasta en ellas cuatro mil millones de dólares.

CREADORES DE FALSAS EPIDEMIAS

La actuación de los CDC ha sido tan polémica y discutida que ya han sufrido cuatro investigaciones oficiales: el Senado estadounidense los investigó entre 2001 y 2003, el comité del senador Tom Coburn en 2007, el Inspector General del Servicio de Salud de Estados Unidos en 2008 y la Oficina de Integridad en 2014. Y todas esas investigaciones llegaron a la conclusión de que los CDC son .en palabras de Robert Kennedy Jr.un pozo negro de corrupción, una agencia que se ha convertido en subsidiaria absoluta de la industria farmacéutica, un títere de la industria”. ¡Y se trata de la agencia que establece los criterios para definir enfermedades, decidir los métodos de diagnósticos y aprobarlos y regular su prevención y tratamiento en prácticamente todo el mundo!

Se ocupan especialmente de las enfermedades consideradas infecto-contagiosas por la medicina moderna y, por tanto, de las vacunas que pretenden prevenirlas y de los fármacos utilizados en la guerra global contra los microbios que está alterando y destruyendo el microbioma de los seres vivos y provocando una catástrofe iatrogénica sin precedentes.

Desde su creación las voces de alarma de los CDC intentando desatar el pánico para justificar negocios e intervenciones extraordinarias no han cesado:

-En 1949 hablaron de posibles ataques con armas biológicas haciendo que el Gobierno federal invirtiera millones de dólares en su prevención pero el ataque nunca se produjo.

-En 1957 anunciaron una inminente epidemia de gripe y nuevamente se emplearon millones de dólares en vacunas que resultaron inútiles porque no hubo epidemia.

-En 1976 el Congreso estadounidense aprobó un programa de vacunación ante la alerta de los CDC sobre una posible epidemia de gripe española. Se vacunó a cincuenta millones de personas y hubo al menos mil casos de parálisis, daños nerviosos no cuantificados y decenas de muertes.

-En 1981 la creación del montaje SIDA salvó a los CDC de una desaparición casi segura ya que el Senado se estaba planteando reducir drásticamente su presupuesto ante tanto fracaso.

-En 1986 se aprobó la Ley de Vacunas que sirvió para desviar las demandas contra los fabricantes hacia el Gobierno pero las incontables dificultades y requisitos necesarios redujo sustancialmente las sentencias y las compensaciones por daños.

-Un estudio realizado por Peter Doshi publicado en diciembre de 2005 en British Medical Journal ya demostró que los CDC habían manipulado las estadísticas de gripe y neumonía para incluir decenas de miles de casos de neumonía en la etiqueta de gripe cuando solo se habían identificado fehacientemente 18 casos.

-Fueron los propios CDC los que fabricaron los brotes de sarampión de 2015.

-Los CDC anunciaron que habría entre 550.000 y 1,4 millones de casos de ébola a finales de enero de 2015 pero al final la OMS informó de solo 21.000 casos.

EIS/TEPHINET: RED DE CONTROL INTERNACIONAL

Y hay más organismos implicados En 1997 se creó la Red de programas de entrenamiento en epidemiología e intervenciones en salud pública (TEPHINET por las siglas en inglés de Training Programs in Epidemiology and Public Health Interventions Network). Abarca 87 programas en 165 países y su objetivo declarado es “movilizar una fuerza competente en el campo de la epidemiología para servir a la gente mediante entrenamiento estandarizado, aprendizaje experimental, calidad e intercambio de conocimientos para conectar mejor y más rápidamente a los epidemiólogos de todo el mundo”. O dicho más claramente: para extender, impulsar e imponer las directrices de los CDC y sus socios en la industria farmacéutica a todos los expertos del mundo para mayor gloria y beneficio de los grupos de poder que controlan estas agencias y programas mediante financiación y puertas giratorias.

En Europa se crearía en 2005 el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) del que es miembro como coordinador nacional de los organismos españoles Fernando Simón, actual director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y responsable máximo junto con el ministro de Sanidad de la gestión española sobre la falsa pandemia.

Además desde 1994 hay en Europa 430 graduados formados por los programas de los EIS: EPIET y EUPHEM. Están en 29 países a través de instituciones como el Robert Koch Institut de Alemania, el Instituto Superior di Sanita en Italia, la Direçao-Geral da Saúde en Portugal y el Instituto de Salud Carlos III en España donde han trabajado, se han formado o están ligados a él -de un modo u otro- la mayoría de los expertos que “asesora” hoy al Gobierno en su gestión de la falsa pandemia.

Los socios y principales financiadores de esta red de programas de imposición de criterios, enfoques, directrices y “verdades” son los CDC estadounidenses, farmacéuticas como GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson, Novartis, Pfizer y Merck, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Inernacional, USAID, PATH y la propia OMS.

En definitiva, estamos ante la última y más terrorífica de las falsas epidemias o pandemias fabricadas por el engranaje de poder descrito. Quienes lo financian y controlan -en muchos casos de forma discreta, en otros con profusión de declaraciones y apariciones públicas- es algo que procuraremos desentrañar a continuación.

El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus no es más que la cabeza visible de quienes orquestaron el montaje. Detrás hay personas, grupos de poder y numerosas organizaciones que forman parte de una gigantesca estructura cuyo engranaje lleva varias décadas desarrollándose. Es pues importante saber quiénes son, qué hacen y por qué, algo no tan sencillo de comprender ya que las informaciones fidedignas y rigurosas se mezclan de forma a veces difusa con otras que no tienen más objetivo que confundir mezclando verdades con medias verdades, falsedades y hasta tesis disparatadas, muchas de las cuales las difunden precisamente para eso quienes apoyan mediáticamente este complejo entramado.

Como es verdad que a menudo una imagen vale más que mil palabras queremos reflejar en una sola infografía la estructura global que manejan quienes se encuentran detrás del control sanitario del mundo y, por ende, tras la falsa pandemia organizada para conseguir no uno sino múltiples objetivos. Y no crea el lector que lo que vamos a explicarle es algo secreto y no publicado antes. Hay abundante información pero deslavazada, inconexa, incompleta y frecuentemente parcial y tergiversada dada a conocer por investigadores serios de todo tipo de disciplinas: economistas, empresarios, financieros, inversores, agentes de bolsa, médicos, biólogos, epidemiólogos, virólogos, genetistas, químicos, ingenieros, físicos, periodistas, sociólogos, psicólogos, políticos, militares, estadísticos, analistas de toda clase y un largo etcétera de profesionales de muchas otras especialidades. Información muy precisa y profusa publicada en artículos, informes, trabajos, libros, vídeos, blogs, webs… Es pues no ya complicado sino poco menos que imposible resumir todo ello en un par de artículos y de ahí que hayamos optado por presentar al menos un mero bosquejo de las personas y entidades que han intervenido principalmente en el gigantesco montaje que ha llevado a medio planeta a una situación caótica que encima es injustificada. Obviamente no pretendemos convencer a nadie de ello porque somos conscientes de que la inmensa mayoría de la sociedad optó hace mucho por no pensar y delegar esa responsabilidad en otros para que sean quienes les digan en qué deben creer y qué deben hacer. Aceptándolo acríticamente cuando ello se hace «desde la autoridad» y en nombre «de la ciencia». Patético pero real a todos los niveles.

Hecho este breve inciso que nos parecía necesario diremos que el poder real del mundo en la actualidad puede representarse en forma de pirámide y citando solo  aquellas personas y entidades que lo manejan a nivel visible por lo que no vamos a mencionar a los demás a fin de que no se tache este artículo de «fantasioso». Pues bien, en la cúpula de la pirámide de poder se encuentra una minoría privilegiada que sería la que en la sombra maneja los hilos -algunos los llaman los Amos del Mundo, expresión que puede ser real pero parece poco afortunada- a los que no vamos a poner «cara» ni «nombres» para ser rigurosos aunque se sabe lo que quieren y por qué atendiendo a las decisiones que los demás toman.

En el segundo escalón se sitúan las élites económicas y políticas -que tienen diferentes grados de poder-, algunas de las cuales son públicas e interestatales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales y la Organización Mundial de Comercio (OMC) y otras privadas; unas muy conocidas como el Club de Roma, el Club Bilderberg o la Comisión Trilateral y otras algo menos como el Council on Foreign Relations (CFR) -organización estadounidense fundada en 1921 con sedes en Nueva York y Washington entre cuyos miembros hay políticos de alto rango, entre ellos más de una docena de secretarios de estado estadounidenses, directores de la CIA, banqueros, abogados, profesores y figuras de los medios de comunicación que publica la revista Foreign Affairs y dirige el Programa de Estudios David Rockefeller, el Chatham House -fundado en 1920 es el equivalente británico del anterior, se conoce también como Instituto Real de Asuntos Internacionales y es una «think tank» (un laboratorio de ideas e investigación) con sede en Londres que edita la revista The World Today– y la Brookings Institution -fundada en 1916 tiene hoy entre sus principales financiadores a la Fundación Bill y Melinda Gates, al JPMorgan Chase, a la Fundación LEGO y al  Estado de Qatar.

El tercer escalón de la pirámide es el que aglutina a quienes trabajan de forma más visible pero discreta y al ser el más fácilmente identificables es sobre quienes vamos a centrarnos en este texto mientras que en la base está la masa de desinformados y adoctrinados ciudadanos que creen tener opinión propia porque han asumido las verdades oficiales sobre las que luego asientan sus decisiones y su propia vida.

ENGRANAJE MEDIÁTICO Y MAYORÍAS INDOLENTES

En la primera parte de este artículo -aparecido el pasado mes- ya dimos cuenta de uno de los tres engranajes que han permitido crear la falsa pandemia basada en el SARS-CoV-2 que se supone provoca  la Covid-19. Nos referimos obviamente al engranaje sanitario. Centrémonos pues ahora en los otros dos: el mediático y el educativo.

Como es fácil colegir el engranaje mediático lo conforman los medios de comunicación -de todo tipo e importancia- sin los cuales hubiera sido imposible imponer el relato oficial de la pandemia a la mayoría de la población y, sobre todo, expandir el miedo utilizando múltiples recursos que van desde la repetición constante de cifras de “contagios” y muertes a imágenes dignas de series post-apocalípticas. En cuanto al engranaje educativo es el que avala la actuación de los otros dos, el que «soporta» las verdades oficiales y se apoya en las instituciones educativas y académicas así como en las organizaciones sanitarias, médicas y científicas. Son quienes han justificado con explicaciones aparentemente basadas en el conocimiento científico que ha aparecido de improviso un peligrosísimo virus muy contagioso que puede llevar rápidamente a  la muerte a millones de personas, que los test para detectarlo son fiables, que las cifras de contagiados y muertos basados en ellos son creíbles, que los mejores tratamientos son los que proponen la OMS, las agencias de control de los medicamentos y los colegios médicos, que el confinamiento total de la población era necesario, que la separación interpersonal es imprescindible, que las mascarillas son útiles y no ineficaces y dañinas para la salud, que los guantes y los geles hidroalcohólicos son una buena medida, que tiene sentido haber cerrado escuelas y oficinas, que es lógico impedir que alguien pasee solo por la calle, el campo o la playa, que nadie debe bañarse en el mar, que estar en la playa puede contaminarla, que llevar un niño a un parque infantil supone arriesgar su salud y su vida… Son, en suma, quienes han dado soporte al cúmulo de medias verdades y absolutas mentiras de toda la farsa que está viviendo el mundo, quienes han convencido a la sociedad de que tantas chorradas se justificaban y son quienes ahora van a convencerla de que esta inexistente pero peligrosísima pandemia solo se acabará cuando alguien invente un fármaco que destruya a un virus que no existe o se inmunice a toda la sociedad vacunándola… aunque jamás una vacuna haya demostrado prevenir alguna enfermedad.

En fin, analizar en profundidad el engranaje educativo nos llevaría lejos de los propósitos de este artículo por lo que solo vamos a recordar que todos los estudios universitarios sobre Salud y Medicina los decidió en su día la Fundación Rockefeller y que hoy la mayor parte de las organizaciones, instituciones, asociaciones,  fundaciones y empresas sanitaras están influenciadas y condicionadas por entidades controladas por unos cuantos organismos tras los que está -entre otros- la omnipresente Fundación Bill y Melinda Gates. En cuanto al engranaje mediático uno de sus pilares fundamentales es la Open Society Foundations fundada por George Soros.

Ambas se presentan como instituciones filantrópicas que trabajan de forma altruista pero han jugado un papel clave en la falsa pandemia de la Covid-19 y en la violación generalizada y masiva de derechos y libertades. Entremos en detalles. 

LA CUMBRE GLOBAL DE VACUNAS 2020

Actualmente es casi imposible analizar algún área de salud global que no esté intervenida o directamente controlada por la Fundación Bill y Melinda Gates, bien sea de manera pública y notoria -incluso proclamándolo a los cuatro vientos-, bien sea de forma discreta.

Hace 17 años el Diario del Comité de Ayuda al Desarrollo de 2003 decía que “la mayor parte de las donaciones internacionales -994 millones de dólares (el 39% del total)- se destina al sector de la salud añadiendo: “El segundo sector en importancia es el de la educación que recibe 336 millones de dólares en donaciones”. Pues bien, tantos años después no han cambiado las prioridades, solo las cantidades. En la Cumbre Global de Vacunas que tuvo lugar en 2020 por iniciativa de la Alianza GAVI -creada por la Fundación Bill y Melinda Gates junto con la OMS y la UNICEF– se consiguieron recaudar 8.800 millones de dólares «donados» por 32 gobiernos y 12 fundaciones, corporaciones y organizaciones. ¿El objetivo? En primer lugar vacunar a 300 millones de niños y financiar la lucha contra la Covid-19; de hecho se anunció oficialmente que 567 millones de dólares iban a destinarse a sufragar la puesta a disposición de vacunas para la Covid-19 en los países de ingresos medios y bajos. Hablamos pues de decenas de millones de niños a los que pretende inocularse innecesariamente los tóxicos presentes en las vacunas a pesar de saberse que distorsionan el equilibrio interno, el desarrollo y la salud y provocan una lista interminable de trastornos; están ampliamente documentados e incluso reconocidos oficialmente ya que en países como Estados Unidos se indemniza a las víctimas de las vacunas. En cambio a las posibles víctimas de las muevas vacunas que se inoculen a esos niños no se les va a indemnizar –escaso consuelo por otra parte para aquel al que le destrozan la vida- ya que carecen de derechos y de protección legal; y por supuesto no merecerán un solo titular en ninguna cadena de televisión, emisora de radio o periódico importante de los países más desarrollados.

La cumbre se celebró en Reino Unido cuyo gobierno es por cierto el mayor donante ya que aporta cada año ¡330 millones de libras! Otros donantes habituales, además de la Fundación Bill y Melinda Gates, son los gobiernos de Noruega, Alemania y Estados Unidos.

Según la nota de prensa que se emitió tras la cumbre la bondadosa Alianza GAVI –que controlan los Gates- tuvo el “gesto” de rebajar los precios para hacer las vacunas “más asequibles” y la pentavalente que en 2015 costaba 20 dólares pasó en 2018 a “solo” 15,90. La nota se hace al final eco del alborozo de los fabricantes de vacunas que gracias a algunos gobiernos “generosos“ continuarán fabricando cientos de millones de dosis que inocular -sin tener en cuenta sus riesgos- a los pobres niños de África y Asia.

Y no es el único compromiso inquietante que salió de la cumbre porque también se acordó el establecimiento de nuevas alianzas con el Banco Europeo de Inversiones, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja para aumentar la cobertura de vacunas a nivel mundial. Todo ello en colaboración con los principales fabricantes: MSD, GSK, Innovax, Serum Institute of India y Walvax. Asimismo se cerraron acuerdos para aumentar la capacidad de suministro con la UPS Foundation, la Fundación de Vacunas e Inmunización de ELMA y Nexleaf Analitics. Todo ello con los apoyos de la Fundación Rockefeller, Laerdal Global Health y el Fondo Laerdal Million Lives así como con Airtel Nigeria, MasterCard, TikTok, Unilever, United Bank of Africa Foundation, Gamers sin Fronteras, Reed Hastings y Patty Quillin. Todas ellas entidades altruistas y filantrópicas a las que el dinero les importa poco…

ALIANZAS PARA LA “NUEVA NORMALIDAD”

Los roles de Bill y Melinda Gates incluyen interminables apariciones en medios de comunicación -por parte de ambos- con un doble objetivo: convertirse en una especie de héroes mediáticos y adalides de los desvalidos, especialmente de los niños y sobre todo de los que viven en países “pobres”. Una estrategia claramente pensada para ir puliendo día a día sus imágenes y no se les vea solo como multimillonarios avariciosos ávidos de poder. Un altruismo y preocupación por los demás que ya les ha llevado a declarar formalmente que la pantomima de la pandemia inventada de la Covid-19 no finalizará su representación -es decir, no se volverá a la “normalidad”- hasta que no se vacune a toda la población mundial.

Hasta hace pocos meses el empeño declarado de los Gates era vacunar a todos los niños del mundo pero ahora no se conforman con eso y van a por todas. Eso en una primera fase, claro, ya que el vivero de nuevos virus mortíferos es inagotable y van a poder tener el control de la sociedad durante largo tiempo.

Solo hay algo que en toda esta estudiada estrategia podría hacer fracasar la operación: la información seria, rigurosa y constatada. Y lo resolvieron de manera sencilla: controlando a los principales gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación del planeta. Y contrarrestando al resto con campañas de “desinformación” y calificando de “bulo” toda afirmación, declaración, conferencia, trabajo, estudio, libro, blog, web o libro que contradiga lo que postulan. No pueden consentir que la gente sepa la verdad sobre las vacunas así que hace tiempo se puso en marcha una operación mediática de alcance mundial que tiene por objetivo desacreditar, calumniar, difamar, injuriar y desprestigiar toda voz disonante o discordante aunque la técnica preferida es descalificar a los disidentes de las verdades oficiales llamándoles acientíficos, negacionistas, terraplanistas, antivacunas o conspiranoicos. Algo que sin embargo permite identificar fácilmente a los perros guardianes de esta auténtica cuadrilla de controladores que quieren subyugar a toda la población del planeta imponiéndoles lo que llaman la “nueva normalidad” que no es otra cosa que una situación anormal.

En España no hace falta indagar mucho para saber quiénes la apoyan porque la “nueva normalidad” la propugna el propio Pedro Sánchez al frente de todo su gobierno –“podemitas” y comunistas incluidos- así como los partidos de la oposición, especialmente Ciudadanos ya que a fin de cuentas es un partido apoyado desde su creación por las élites económicas. Claro que en España van simplemente a remolque y ya se sabe a quiénes se deben todos por lo que preguntar a nuestro presidente por qué la primera persona a la que recibió en Moncloa fue Georges Soros es superfluo. Por añadidura, Pedro Sánchez pertenece al grupo creado por la Fundación Bill y Melinda Gates denominado Goalkeepers del que son miembros presidentes de un puñado de gobiernos occidentales y cuya finalidad es extender sus tentáculos hasta los más altos responsables políticos dentro y fuera de Europa. No se olvide que en plena “pandemia” Pero Sánchez ha entregado 125 millones de euros de los contribuyentes a la fundación de Gates.

De hecho son ya muchos los políticos que apoyan públicamente esa «nueva normalidad». Es por ejemplo el caso del Gobernador de Nueva York Andrew Cuomo que el pasado 6 de mayo anunció que se incorporaba a la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar “un sistema educativo más inteligente” potenciando el aprendizaje online. Algo que quiere hacer en colaboración con Eric Schmidt que sería quien pondría la infraestructura tecnológica para el proyecto. La idea la expresaría así la conocida periodista y activista canadiense Naomi Klein: “En el futuro nuestros hogares nunca serán espacios individuales sino que formarán parte de una conectividad digital de alta velocidad con las escuelas, consultorios médicos, gimnasios y prisiones. Es un futuro en el que cada uno de nuestros movimientos, palabras y relaciones serán rastreables y extraíbles merced a la colaboración entre el Gobierno y las compañías tecnológicas”. Con Google a la cabeza por supuesto. Y es que como ya explicamos en un número anterior Google quiere ser quien forme y adoctrine a la gente en las escuelas, universidades, hospitales, consultorios e incluso a los policías y militares.

El gobernador de Massachusetts Charlie Baker ha elegido por su parte a Partners in Health -financiada por Gates y Soros y anteriormente por la Fundación Clinton- para monitorear al coronavirus a partir de los resultados de los test. Lo llamativo es que Chelsey Clinton -hija de Bill Clinton– forma parte del consejo de administración de esa entidad uno de cuyos cofundadores y actual director ejecutivo es Jim Yong Kim, asesor del ex Director General de la OMS Lee Jong-wook y a quien Barak Obama propuso como presidente del Banco Mundial, cargo que ocuparía del 1 de julio de 2012 al 31 de enero de 2019.

EL ENTRAMADO GATES

Lo que sigue es una visión sintética del complejo “entramado Gates” organizado en cinco apartados fundamentales. Una descripción pormenorizada exigiría un grueso libro y puesto que sus andanzas y actividades son suficientemente conocidas y están en las redes sociales vamos a limitarnos a esbozar aquí algunos datos constatados para que el lector pueda hacerse una idea clara del enorme poder que ha desplegado (damos entre paréntesis las cantidades documentadas entregadas a la mayoría de las organizaciones con datos obtenidos de la propia web de la Fundación Bill y Melinda Gates y de las otras fuentes que aparecen en el recuadro final de este artículo).

-Organizaciones internacionales.

El grueso de las donaciones va a organizaciones e instituciones internacionales -sobre todo del ámbito de la salud y la medicina- que reciben el dinero directamente de la Fundación Bill y Melinda Gates o a través de otras organizaciones creadas y financiadas por el matrimonio Gates, principalmente de la Alianza GAVI que ha recibido unos 3.000 millones de dólares desde su fundación. Las entidades más importantes beneficiarias son…

…la Organización Mundial de la Salud (4.300 millones de dólares les ha aportado ya).

Rotary -que se autopresenta como “una organización de servicio cuyo propósito es reunir a líderes empresariales y profesionales con el fin de prestar servicios humanitarios y contribuir a la paz en el mundo” (755 millones de dólares).

Global Fund. Fondo Mundial para la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria (750 millones).

UNICEF (300 millones de dólares).

PATH (supuesta ONG no lucrativa que trabaja en vacunas, fármacos, diagnósticos e innovaciones de dispositivos médicos).

Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) (100 millones de dólares).

Global Financing Facilities, creada en 2015 por la ONU y el Banco Mundial para impulsar objetivos de desarrollo y salud global (200 millones de dólares).

GFF for Women and Children (275 millones de dólares). Y,

Neglected Tropical Diseases (NTD) (363 millones de dólares).

-Industria farmacéutica y biotecnológica.

Otro grupo de “donaciones” relevantes van a parar a la industria farmacéutica o biotecnológica con la que Gates tiene lazos desde muy antiguo y con la que colabora estrechamente ya que son las que aportan los “suministros” para sus campañas, en especial las vacunas que Gates patrocina, financia, promociona y contribuye a llevar a cada rincón del planeta. De hecho ya en 2002 -solo dos años después de crearse la Fundación Bill y Melinda Gates– el Wall Street Journal publicó que la nueva fundación había comprado acciones en nueve grandes farmacéuticas por valor de 205 millones de dólares, una cantidad no excesivamente alta pero que indicaba la dirección en que se movería Gates en los próximos años.

Por lo que respecta a la biotecnología todo empieza con la compra de Starbuks por Bill Gates padre y Bain Capital que asesora a Gates hijo y cuya figura destacada es el senador Willard Mitt Romney. Hablamos de quien convirtió a Monsanto en lo que es actualmente “limpiando” su pasado criminal por el uso del agente naranja en la guerra de Vietnam.

Agregaremos en cuanto a la falsa pandemia actual que Gates participa en numerosos proyectos de vacuna para el presunto SARS-CoV-2 con laboratorios de primera línea como Novartis, Sanofi, Roche, GSK, Johnson & Johnson, Pfizer y Merck junto a otros menos conocidos como CSL, Novavax o Jenner Institute. Y entre ellas están las tres mayores “donantes” de la OMS: Novartis, GSK y Sanofi.

-Agencias sanitarias estadounidenses.

Otro brazo del entramado Gates es el que conforman las agencias sanitarias estadounidenses que -como hemos repetido hasta la saciedad- controlan la sanidad mundial estableciendo definiciones de enfermedad, criterios de diagnóstico y tratamiento y estrategias de prevención. Nos referimos…

…al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).

los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) (155 millones) que a su vez se conectan con los EIS y el programa internacional TEPHINET.

…los Institutos Nacionales de Salud (NIH) (recibieron 100 millones justo antes de comenzar la falsa pandemia) que dirige Anthony Fauci, polémico asesor de Donald Trump que fue en los años ochenta uno de los responsables de la creación y mantenimiento del Montaje VIH/SIDA desde el NIAID que entonces dirigía.

Biomedical Advance Research and Development Authority (BARDA), la división de la sanidad estadounidense que se encarga de las amenazas biológicas, químicas y nucleares así como de las enfermedades emergentes y su respuesta, incluyendo vacunas, fármacos y diagnósticos a través de CARB-X, organización presuntamente altruista fundada por BARDA y la Fundación Bill y Melinda Gates para “promover la calidad de vida de las personas en todo el mundo”, especialmente investigando nuevos antibióticos y vacunas.

-Instituciones académicas.

Hay tres instituciones importantes que de un modo u otro están ligadas a la falsa pandemia del coronavirus y reciben financiación importante de Gates: la Universidad John Hopkins (870 millones de dólares), el Imperial College London (79 millones de dólares solo este año) y el IHME Modeling Consortium (5 millones y medio de dólares). Estas dos últimas instituciones están ligadas a Neil Ferguson de quien hablaremos a continuación.

La Fundación Bill y Melinda Gates financia además con cantidades menores unos mil proyectos universitarios, 239 hospitales, 91 academias de ciencias y un millar de institutos de investigación.

-Medios de comunicación.

Aunque como hemos adelantado antes muchos de los grandes medios de comunicación del planeta están controlados por George Soros y la Open Society los Gates también financian algunos medios importantes, sobre todo especializados en salud. Nos referimos a la web de desarrollo global de The Guardian, BBC Media Action y la propia BBC, la cobertura mundial en salud de la American Broadcasting Company -una de las cuatro cadenas más grandes de Estados Unidos-, la cobertura de salud global de la National Public Radio y la conocida web de noticias sobre ciencia, salud, clima y pobreza Our World in Data.

Finalizamos este apartado recordando que muchas de las organizaciones mencionadas -con la propia Fundación Bill y Melinda Gates a la cabeza- son parte de lo que en su día denominamos “una coalición internacional contra la población” (lea en nuestra web –www.dsalud.com– el artículo ¿Es el objetivo real de la vacuna anti-fertilidad reducir la población mundial? que apareció en el nº 162 correspondiente a julio de 2013). En él ya explicamos que la Fundación Rockefeller dedicó enormes cantidades de dinero a financiar las vacunas anti-fertilidad durante los años sesenta dando lugar incluso a la creación en la OMS del Programa sobre Reproducción Humana cuyos socios eran -una vez más- el Banco Mundial, UNICEF, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y otros dos organismos cuya creación fue impulsada por el clan Rockefeller: el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Federación Internacional de Planificación Familiar.

Luego, durante la siguiente década, se crearía el Programa Especial de la OMS de Investigación Desarrollo y Capacitación en Reproducción Humana cuya prioridad era “investigar nuevos métodos de regulación de la fertilidad” que incluía “vacunas reguladoras de la fertilidad”. En los años setenta y ochenta del pasado siglo XX más de 650 científicos trabajaron en 60 países para “regular” la fertilidad incluyendo vacunas y esterilización. Fue en todo caso a partir del 2000 cuando las ideas eugenésicas resurgirían de la mano de Bill Gates, cuyo padre y abuelo fueron miembros destacados de la Federación Americana para la Planificación Familiar y la Sociedad Americana de Eugenesia, respectivamente.

NEIL FERGUSON, EL INSTIGADOR DE LOS ENCIERROS

Neil Ferguson, a quien ya hemos citado antes en relación con el Imperial College de Londres y el IHME Modeling Consortium, es experto en proyectar modelos informáticos y fue gracias a ellos como consiguió convencer a los gobiernos de Reino Unido, Alemania, Francia y Estados Unidos en los momentos iniciales de la falsa pandemia de sus apocalípticos vaticinios sobre el nuevo coronavirus. Fue pues -en palabras del conocido periodista Jon Rappoport– “el instigador de los encierros” y el responsable directo de que el Gobierno británico abandonara el 23 de marzo su idea de impulsar la inmunidad colectiva para pasar a la estrategia de represión y encierros. El cambio se debió a que el equipo de Ferguson le dijo al presidente Boris Johnson que la búsqueda de la inmunidad colectiva le costaría más de medio millón de vidas y sus interlocutores se creyeron tan burda amenaza…

De hecho Ferguson ya hizo predicciones apocalípticas sobre la fiebre aftosa en 2001 -durante la presidencia de Tony Blair– asegurando que morirían ciento cincuenta mil personas si no se sacrificaban seis millones de animales. Un año después predijo que la enfermedad de las vacas locas acabaría con 50.000 personas en Reino Unido y 150.000 cuando se trasmitiera a las ovejas y en realidad ¡solo se registraron 177 muertes! En 2005 volvió con sus disparatadas predicciones estimando que podrían morir doscientos millones de personas a causa de la gripe aviar y al final solo afectó a unos pocos centenares. Y en 2009 predijo la muerte de 65.000 personas en Reino Unido a causa de la gripe quedando finalmente reducidos los fallecimientos a ¡menos de 500! Lo inaudito es que todas estas predicciones apocalípticas fallidas no le llevaron a la cárcel sino que le convirtieron ¡en asesor del Banco Mundial y de numerosos gobiernos! Lo que da una idea de las verdaderas intenciones que hay tras las epidemias.

Neil Ferguson y su brazo derecho Simon Cauchemez -actual director de la unidad de modernización del Instituto Pasteur- han tenido asimismo una influencia determinante en las decisiones del presidente francés a través de Anthony Fauci, en la de Donald Trump y en la propia Ángela Merkel aunque en Alemania los encierros no han sido forzosos ya que el sentido de responsabilidad de los germanos hace que una mera indicación de su gobierno sea obedecida a rajatabla.

EL ENTRAMADO SOROS

George Soros es un judío carente de principios y ética que ha reconocido públicamente haberse enriquecido apropiándose de los bienes de otros judíos en la Alemania nazi; alega que si no se hubiera aprovechado él lo hubiese hecho otro y por tanto no tiene el menor remordimiento. Pues bien, su buque insignia es la Open Society -nombre elegido en homenaje a su profesor Karl Popper por su libro La sociedad abierta y sus enemigos– y se presenta como una organización filantrópica pero el experto Ekaitz Cancela asevera que se utiliza para luchar contra dos obstáculos: los fundamentalistas del mercado y los activistas antiglobalización jugando así a dos bandas. Mantiene un discurso público sobre la necesidad de regular la economía para garantizar su “sostenibilidad” mientras bloquea la lucha por los derechos humanos y el medio ambiente. Se sabe que entre 2012 y 2018 entregó 12 millones de euros en subvenciones a organizaciones y medios para que trasmitan o publiquen las informaciones que desea en la Unión Europea y entre ellos hay algunos españoles.

Soros ha procurado parecer un disidente del fundamentalismo económico imperante y de hecho ha llegado a presentarse como “un traidor a su clase”. Pura fachada. Es verdad que la Open Society -fundada en 1984- ha apoyado a personas y organizaciones de todo el mundo que dicen luchar por la libertad de expresión, la transparencia, la rendición de cuentas, la justicia y la igualdad pero siempre ha habido tras ello una doble intención. Algunos expertos calculan que invierte de hecho unos mil millones de dólares anuales para alterar por diferentes vías las políticas globales. Solo en Estados Unidos interviene en más de 30 grandes medios de noticias. Según un informe del Media Research Center entre 2003 y 2009 Soros se gastó “entre 48 y 52 millones de dólares en subvencionar la infraestructura mediática del país mediante financiación directa a medios de propiedad privada, distintas organizaciones de periodismo de investigación e incluso escuelas periodísticas”. Y su control e influencia va más allá de Estados Unidos; de hecho controla entidades internacionales como el Consorcio Internacional de Periodistas presente en 65 países. Tiene además lazos conocidos con la Fundación Adessium de Holanda. 

¿PERIODISMO DE «INVESTIGA…QUÉ»? 

Los tentáculos de la Open Society llegan hasta ProPública, organización de periodismo de investigación fundada en 2008 y ganadora de varios premios Pulitzer que se presenta como independiente a pesar de aceptar dinero de Soros. Open Society también financia a la organización internacional Project Syndicate. Y a Journalismfund, otra organización supuestamente independiente sin ánimo de lucro creada en 1998. Y al Center for Investigative Reporting. Y al Center for Public Integrity  que dice que “nació para servir a la democracia al revelar los abusos de poder, la corrupción y la traición a la confianza pública utilizando las herramientas del periodismo de investigación”.

¿Se va entendiendo el lenguaje de Soros?

El ya mencionado Media Research Center también desvela que la Open Society financia nada menos que ¡la Universidad de Columbia y su Escuela de Periodismo!, todo un símbolo del periodismo independiente que fue fundada por el mismísimo r en 1892; según sus datos ha recibido casi diez millones de dólares. Claro que también invierte su dinero en Europa. Ha financiado por ejemplo becas para la Universidad Centroeuropea de Budapest (Hungría) alegando que era  para “ayudar a educar a un nuevo cuerpo de líderes”.

Otra herramienta clave de Soros es el control de plataformas o grupos que se dedican al denominado fact cheking. Como Media Matters For America cuyos fines son “monitorear” y “corregir” información falsa en los medios de comunicación. Ayudas que en este caso ha hecho a través de organizaciones interpuestas como la Fundación Tides, Democracy Alliance y el Center for American Progress. Obviamente tales “verificadores” no son sino instrumentos de censura pura y dura que actúan contra todo el que se atreve a disentir de las verdades oficiales que ellos imponen.

Juan Antonio de Castro -autor del libro Soros, rompiendo España– asegura que este personaje actúa de forma mucho más discreta que los Gates pero es quien controla las “verdades oficiales” a nivel mundial. Es más, controla las recientes herramientas creadas para decidir lo que es “verdad” y lo que no, lo que debe aceptarse como “hechos” y lo que debe e interpretarse como manipulación. Y no es verdad y constituye manipulación todo lo que pone en duda lo que ellos dicen.

Solo que para lograr eso Soros optó por controlar los medios afines al partido que gobierna en cada país y los medios críticos con él usando luego la contrainformación en las redes para contrarrestar lo que puedan decir los medios minoritarios. En pocas palabras: desde hace ya tiempo -al menos en España- quienes están detrás de los grandes medios de comunicación “conservadores” son los mismos que quienes están detrás de los “progresistas”. Y a los minoritarios se les silencia, se les ningunea, se les descalifica o simplemente se les ignora porque no tienen apenas impacto en la sociedad.

EL ENTRAMADO DE ESPIONAJE Y CENSURA

Como complemento a los dos engranajes descritos y a otros grupos y redes de poder mundial es preciso mencionar lo que algún experto denomina “entramado de espionaje”. Hablamos de las empresas que controlan las comunicaciones electrónicas y las redes sociales con Google, Apple, Facebook, YouTube a la cabeza.

A lo ya dicho en el artículo que publicamos sobre Google cabe añadir algunos comentarios en relación con el periodismo de cuya crisis se alimentan tanto Google como Facebook. Puede decirse que el autor de la más importante investigación sobre las relaciones entre el capitalismo financiero -con Soros como figura destacada de un nutrido grupo de inversores internacionales- es Evgeny Morozov, bielorruso que estudiaría en la American University de Bulgaria y posteriormente haría sus prácticas en J. P. Morgan. Este autor explica que los datos son en el nuevo capitalismo un medio de producción en sí mismos y que se encuentran en manos de unas pocas empresas que a su vez emplean grandes cantidades de dinero en financiar iniciativas periodísticas en Europa. Lo hacen a través de un programa de Google News que reparte el dinero para proyectos que van desde 50.000 euros a un millón con la finalidad declarada de “contribuir a que el periodismo prospere en la era digital”; una vez más aparece el lenguaje eufemístico que ya hemos aprendido a descifrar y que bajo el discurso de corte progresista esconde claras intenciones de control y manipulación.

El caso es que entre 2015 y 2018 Google entregó más de 115 millones de euros para 559 proyectos de 30 países europeos (los tiene en https://newsinitiative.withgoogle.com/programs). De ellos 39 iniciativas españolas que recibieron globalmente entre ocho y diez millones de euros. Estas ayudas -sobre todo las de tamaño mediano y grande- se conceden de acuerdo al “impacto positivo” que tengan en el “ecosistema de noticias” y “la producción de periodismo original”, en función de su “capacidad para crear nuevas fuentes de ingresos” o con el fin de que cambien “la forma en que las personas consumen noticias digitales”. Tales son las condiciones de Google. ¿Y qué empresas españolas son financiadas –y por tanto  condicionadas- por Google? Pues podemos citarlas atendiendo a los tres tipos de proyectos ya que las “ayudas” se dividen en tres tramos: prototipos (hasta 50.000 €), medios (entre 50.000 € y 300.000 €) y grandes (entre 300.000 y 1.000.000 de euros):

Proyectos grandes: PRISA, Prisa Radio, Europa Press, El País, La Vanguardia, El independiente, La Voz de Galicia, el Grupo Heraldo, ElDiario.es y MGN.

Proyectos medios: Unidad Editorial, El confidencial, El Economista, Público, El Español, InfoLibre, Prensa Ibérica, Grupo Zeta, NacióDigital, Minushu y Spainmedia.

Prototipos: Politibot, Datadista, Revista 5W, Cuonda, Quality, 93 metros, Civio e ileon.com.

Obviamente también se controlan las redes sociales utilizando a Google, YouTube y Facebook como principales instrumentos divulgadores del discurso oficial. De hecho no dudan ya en censurar contenidos, advertir a los usuarios de las “informaciones falsas” (las que discrepan de las verdades oficiales), convencer de que la información “creíble” es la que dan las webs y plataformas que ellos controlan -por ejemplo la de la OMS o la de la manipulada y ya no creíble Wikipedia– y colaborar para todo ello con las plataformas de “fact cheking” o “verificadoras”.

El control de la información es ya casi total. Una de las últimas redes libres masivas que quedaba sin controlar fue comprada hace cuatro años por Facebook por 22.000 millones de dólares. Nos referimos a Whatsapp, red de comunicación gratuita y libre hasta hace cuatro años cuyo volumen de usuarios es ingente y la cantidad de información útil para las bases de datos y los análisis mediante algoritmos impresionante. De hecho permite controlar a la gente para saber no ya dónde está cada persona en un momento concreto sino dónde suele ir habitualmente y con quién.

Otra inmensa base de datos es la plataforma Change.org. Forma parte de Media Consortium, la fundó George Soros y su personal de dirección lo integran siempre personas cercanas a los partidos y medios “progresistas” de cada país. En el caso español el director es Francisco Polo, exdiputado del PSOE-PSC por Barcelona, Secretario de Estado para el Avance Digital hasta enero de 2020 y actualmente Alto Comisionado para la España Nación Emprendedora.

Y lo mismo podemos decir de Avaaz, organización que ya analizamos en detalle y que al igual que Change.org combina el ser una herramienta inútil que parece tranquilizar conciencias con un clic, participar del llamado “negocio de la pobreza” que ofrece servicios y productos financieros que cubran las necesidades de la población excluida -es decir, un lucrativo negocio de préstamos de usura para pobres- y servir como instrumento de recogida de datos para el entramado mediático del que estamos hablando.

“VERIFICADORES”: CENSORES EN LA RED

Terminamos hablando de las llamadas plataformas de confirmación o verificación, detección de “bulos”, “monitoreo” de información o, lo que es lo mismo, de las nuevas formas de denominar a la censura. Se trata de una red que se extiende por numerosos países: Observador en Portugal, Pagella Politica en Italia, Decrypteurs en Canadá, Maharat News en Líbano, MediaWise en Estados Unidos… y así sucesivamente.

Todo usuario de Facebook sabe que si intenta compartir con otras personas una información que discrepa de las verdades oficiales en el ámbito de la salud puede aparecerle una “advertencia” que le avisa de que la noticia es “falsa” citando al verificador presuntamente independiente Health Feedback.

Sin embargo una breve búsqueda en Internet permite comprobar que es miembro del proyecto Vaccine Safety Net liderado por la OMS cuya función es “verificar las afirmaciones científicas en los medios de comunicación” y “corregir la información errónea sobre seguridad de las vacunas contenida en la cobertura de noticias o el contenido difundido a través de las plataforma de redes sociales”. Así se afirma textualmente con inaudita desfachatez en la propia web de la OMS.

Pues bien, la organización matriz de Health Feedback es Science Feedback, socia de la International Fact Cheking Network, división del Instituto Poynter que reúne a las ya citadas fundaciones “filantrópicas” así como a Facebook, Google News, Open Society… ¿Va el lector entendiendo?

En cuanto a España debemos destacar tres “verificadores” vinculados a Georges Soros que forman parte del International Fact Cheking Network.

EFE Verifica. Se trata de un departamento de la agencia estatal de noticias EFE creado en 2018 cuyos responsables son Desirée García –periodista especializada en política- y Ramiro Fuente -que ha trabajado en Sociedad, Cultura, Tribunales, Economía y Política- por lo que no saben nada sobre Salud y Medicina.

-Maldita.es. Se autoconsidera “un medio de comunicación” dedicado al fact checking o verificación de hechos. Fundada en 2018 por sus dos codirectores –Clara Jiménez Cruz y Julio Montes- está estructurada por secciones: Maldita hemeroteca (centrada en detectar contracciones o mentiras en la comunicación política e institucional), Maldito Bulo (que pretende decidir qué información es verdad y cuál no), Maldita Ciencia (verifica la validez de la información científica), Maldito Dato (verifica informes) y Maldita Educa (para “educar” a la gente a fin de que solo admita las verdades oficiales). Lo llamativo es que sus miembros carecen de conocimientos, formación, preparación y experiencia para ello.

Newtral. Startup de contenido audiovisual fundada en enero de 2018 por su única accionista, la periodista de La Sexta TV Ana Pastor García, casada con el también periodista de la misma cadena Antonio García Ferreras.

Como puede comprobarse las tres entidades se crearon en 2018 con los mismos objetivos: descalificar toda información que se oponga a las verdades oficiales. Lo que ahora decida con lo que le hemos contado depende de usted.

Jesús García Blanca