LA HIDRA DE 3 CABEZAS (PERO NINGUNA ES UN MICROBIO): desvelando el coronavirus

Artículo (corregido) extraído de la revista Kalinov Most nº6

Kalinov Most . Revista anarquista internacional. Nº 6

 

En estos momentos, una supuesta

pandemia tiene encerrada total o

parcialmente a más del 30% de la

población mundial. Y se dice supuesta

pandemia no porque se quiera negar

el virus o los muertos, sino porque se duda de

que todos los decesos, efectivamente, sean por

ese virus, y aun así que el número sea lo suficientemente

elevado en comparación con la

población como para que se decrete algo tan

grave como es una pandemia.

Un microbio ha conseguido en 3

meses lo que a Adolf Hitler le llevó 10 años

conseguir – y aun así no lo consiguió del todo

-, establecer las bases para un régimen totalitario

consentido y aplaudido por sectores muy

amplios de la población. Los dictadores no son

ni militares ni políticos, éstos sólo son sus asesores

de imagen y managers, sino una casta de

científicos al servicio del gran poder financiero:

el capitalismo.

Creer que un ser al que no se puede

ver y que ni siquiera se ha detectado (más adelante

se demostrará con pruebas que es falsa la

noticia de que se ha realizado la secuencia del

genoma del virus), que es capaz de matarnos

en unos pocos días y contra cuya ira solo cabe

obedecer resignadamente las instrucciones de

unos individuos cuyo conocimiento es incuestionable

– en algunos países incluso por ley -,

es algo con lo que la mayoría de las religiones

han soñado y algo que han tratado de implantar

pero solo lo han conseguido hacer de una

manera más o menos limitada. Hoy ese ser se

llama coronavirus y la nueva religión, la ciencia,

ha conseguido la obediencia total. Sin embargo,

a diferencia de la religión, que no aporta

ninguna prueba porque no las necesita (se

basa en la fe), la ciencia cimenta su religión en

aportar pruebas, los famosos datos empíricos,

y sin embargo la religión científica no ha sido

capaz de aportar prueba ninguna que justifique

desde el punto de vista sanitario las medidas

tomadas por los estados en esta supuesta

pandemia.

En el presente artículo vamos a tratar de

desenmarañar esta madeja llamada coronavirus,

analizando las 3 patas en las que se sustenta

su mentira: las tres cabezas de la hidra del nuevo

totalitarismo (por qué, para qué y cómo).

Primera cabeza: la

economía

Como en la hidra, las tres cabezas se

entrelazan, por lo que en la descripción de cada

una veremos elementos de las demás. Empecemos

por la cuestión económica.

El capitalismo no está en crisis, se ha

ido ya a la mierda. Es un modelo agotado y no

porque lo digamos nosotros, sino porque los

propios capitalistas lo dicen. En 2012 el entonces

presidente de Francia (potencia mundial),

Nicolas Sarkozy afirmó que el modelo capitalista

necesitaba una refundación porque no

daba más de sí. Más estadistas y banqueros y

empresarios afirmaban lo mismo desde tiempo

atrás. De hecho ya en 1976 Henry Kissinger,

ex secretario de estado de EE.UU con Nixon,

asesor internacional en geopolitica y geoestrategia

y fundador del tan famoso como opaco

club Bildelberg, acuñó un término que ha venido

resonando cual mantra, tanto para los conspiranoicos

como para los activistas e incluso,

por supuesto, políticos y “hombres de estado”

en todo el mundo: nuevo orden mundial. Lo

dijo él, y no un buscador de ovnis, en un discurso

televisado, en un libro y en varios artículos.

En los años 80 el presidente de EE.UU Ronald

Reagan y la primer ministra de Gran Bretaña,

Margaret Tatcher continuaron con la cantinela,

que fue recogida por George H. Bush en los

90, cuando era el máximo mandatario político

de los USA. Ahora, que hay un orden mundial

nos lo reconoce desde Donald Trump hasta el

parlamento español. Todo en discursos televisados.

Todo recogido y constatable. No hablamos

de supuestos documentos secretos ni de

expedientes X sino de declaraciones públicas.

Todo tan trasparente como democrático, así de

domesticada está la población.

En 2019 George Soros, en el Foro

Económico Mundial de Davos (el chiringuito

que se montaron en Suiza cada año Bill Gates y

Rockefeller para hablar de las cosas que le afectan

al mundo), dijo que el capitalismo estaba

agotado y que no bastaba con reformarlo, sino

que había que refundarlo. En 2020 el mismo

gran hombre repitió el mismo discurso en el

mismo lugar y, de hecho, en ambas ocasiones

fue la conclusión oficial del Foro.

Desde 2018 todos los grandes bancos

del mundo están en quiebra. Deustche Bank y

Commerz Bank perdieron el 90% de su capital.

Montespaschi y HSBC tenían deudas billionarias.

El Banco de Santander no tenía liquidez.

Estos bancos y otros 50 más – de entre los

principales del mundo – iniciaron desde 2016

y hasta 2019 una oleada de decenas de miles

de despidos y centenares de cierres de sucursales

en todo el mundo. No era un secreto ni

una conspiración, los medios de comunicación

más importantes del planeta fueron informando

periódicamente de las evoluciones de la noticia.

En 2018 el FMI avisó de que habría

una gran recesión si no se tomaban medidas.

Hoy esa “gran recesión” es la mayor crisis financiera

de la historia.

Antes de que surgiera el coronavirus,

el mundo ya estaba en quiebra. La deuda de

las superpotencias mundiales (EE.UU, China,

Canadá, Rusia y Alemania, y también Japón,

Italia, Francia y Gran Bretaña) y la de los mayores

bancos del mundo superan los 4 cuatrillones

de dólares.

El capitalismo ya no da más de sí por

un motivo fundamental: el crecimiento. Esta

economía se ha basado desde sus inicios, allá a

mediados del siglo XVI, en dos ejes: el extractivismo

y el mercado. Ambos han tocado techo.

El extractivismo de materias primas y

energías ocupa un papel destacado en este techo

de crecimiento. El petróleo, energía fósil

fundamental desde el siglo XIX, ha tocado ya

su techo de extracción, es decir, ya ha alcanzado

su pico. Nos lo venían avisando numerosos

expertos desde hace 15 años. No es que ya no

haya petróleo, es que cada vez queda menos,

cada vez puede cubrir menos las necesidades

de la actual sociedad tecnoindustrial (porque

cada vez hay más población, más producción,

más demanda y más necesidad para alcanzar el

nivel de vida que el propio capitalismo exige) y

cada vez es más cara y difícil su extracción. En

otras palabras, la extracción de los niveles de

petróleo necesarios es cada vez menos rentable.

Y ese es uno de los motivos de los continuos

desplomes de su precio. Por eso ahora Rusia y

los países árabes, principales productores del

mundo, han reducido su producción. El petróleo,

como fuente energética, se lleva intentando

sustituir desde hace décadas (¿o es que os

creíais que el capitalismo verde y las políticas

medioambientales surgieron por la bondad de

los poderosos?) pero no se puede producir la

energía necesaria para la sociedad tecno-industrial

a un precio más barato. Al final todo se

reduce a dinero.

En cuanto al mercado, este ya no puede

crecer más. La globalización ha alcanzado

todos los lugares del mundo posible para establecer

un mercado rentable. Y repetimos,

no es que no queden sitios donde abrir un Mc

Donald’s o que ya no haya más petróleo o gas

en el mundo, sino que ya no sale rentable hacerlo

por los cada vez más elevados costes de

producción. La subida de precios ya no es viable

porque el capitalismo se basa en la producción

industrial (ya sea de bienes materiales o

de “productos financieros”, eso es un poco lo

de menos), es decir, en masa, orientada para

obtener beneficio por la cantidad. Quiere producir

lo más barato posible para colocar a unos

precios relativamente asequibles (al menos la

mayoría de los bienes) para la parte de la población

mundial (1/3 parte), que tiene dinero

para consumir productos más allá de los de

primera necesidad, lo producido. Si no puede

producir más, es decir, si no hay más oferta, la

demanda haría subir los precios y si el grueso

poblacional no tiene para consumir, el sistema

no genera los beneficios esperados o deseados.

No se puede basar todo el sistema, al menos

como está conformado ahora, en el consumo

de productos de lujo para los ricos. Ese es el

quid de la cuestión: tal y como está conformado

ahora. Por eso hay que refundar el sistema.

El capitalismo se basa, como bien nos

explicó el amigo Kondratieff hace ya años, en

ciclos. Si lo representáramos gráficamente, nos

quedaría como una evolución en dientes de

sierra. A cada ciclo expansivo (la línea asciende

en nuestra gráfica imaginaria) le sigue uno de

contracción (la línea cae). El problema es que tras 500 años de sistema, las alzas cada vez son

más cortas y las caídas cada vez más largas y más

frecuentes en el tiempo. Esto se puede demostrar

claramente viendo las grandes crisis económicas

mundiales desde la fase más expansiva de

la industrialización: 1870 – 1873, 1929, 1973,

1991, 2007, 2018 (si nos fijamos en la espaciación

de las crisis, vemos que el periodo entre

crisis, que teóricamente una vez finalizada la

crisis es de crecimiento, es de 56 años, 44 años,

18 años, 16 años, 11 años; decrece).

Cuando el capitalismo alcanza su techo

de crecimiento, el mercado se hunde y luego

se reconstruye. La mayor parte de las veces

el mercado se destruye con una guerra, lo que

permite reconstruir todo de nuevo (y la reconstrucción

hay que pagarla), y si nos fijamos

en las fechas de las crisis y la comparamos con

grandes sucesos históricos, vemos que:

Tras (y durante) 1870 – 1873 vienen

una serie de guerras locales (guerra franco-prusiana,

guerra ruso-turca, guerra de los balcanes,

guerra ruso-japonesa, guerra de marruecos…)

que desembocan en la 1º Guerra Mundial, seguido

de un periodo de bonanza (los “locos

años 20”).

Tras 1929 vienen otra serie de guerras

(guerra española, guerra chino-japonesa…)

que desembocan en la 2ª Guerra Mundial y un

nuevo orden mundial: el salido en 1944 de los

acuerdos de Bretton Woods.

Tras 1973 vienen, en el marco de la

guerra fría otra serie de guerras (yon kippur,

oriente medio, final de la guerra de vietnam,

guerra de Camboya, guerra ruso-afgana, guerra

de Angola y guerras africanas, guerra de las

galaxias…), que desembocan en la caída de la

Unión Soviética y un nuevo orden mundial, o

la reconfiguración de Bretton Woods, es decir

la mezcla de capitalismo y socialismo.

Tras 1991, capitalismo y socialismo se

mezclaron, dándose lugar a unos estados cada

vez más autoritarios y que intervenían más en

la economía capitalista y dieron lugar a la globalización

(de ahí la crisis económica, iniciada

en Asia) y a nuevas guerras en oriente medio

(Guerra del golfo, segunda guerra del golfo,

guerra de Afganistán,…).

Tras 2007 vino lugar una nueva guerra

de bloques, esta vez a cuatro bandas: EE.UU,

UE, China y Rusia. Guerras comerciales, tecnológicas

y guerras regionales (guerra de Libia,

Guerra de Siria, Guerra de Donbass en Ucrania…).

En 2018 se finiquitó la globalización

y el capitalismo tal y como lo conocemos, y la

guerra que se desató es la guerra biológica: coronavirus.

Con el coronavirus se hunde

el mercado y su reconstrucción, a diferencia

de otras guerras o crisis, no nos llevará nuevamente

al propio modelo capitalista, porque ya

ha crecido todo lo que podía. Por qué ha crecido,

porque es un modelo que se basa en un crecimiento

infinito pero que se desarrolla en un

medio finito: nuestro planeta. ¿se comprende

mejor ahora la agenda 2030, la preocupación

súbita de un tiempo a esta parte de los gobiernos

y las élites financieras por las emisiones de

CO2 (los esfuerzos del ex vicepresidente de

EE.UU, Al Gore en este sentido)? ¿La oposición

controlada al desastre medioambiental al

que nos lleva el capitalismo (ecologismo, Greta

Thunberg – cuya mentora trabaja para una

organización propiedad de la Fundación Gates

-, y un largo etcétera…)? ¿e incluso los recursos

destinados a la ya aparcada [¿o quizás no?] llegada y colonización

de Marte?.

¿Y por qué una guerra, en este caso

biológica? ¿y en qué se basa esa afirmación?.

Respecto de la primera pregunta, la

respuesta es muy fácil. La emisión de dinero

genera deuda. Por qué […] el patrón

de riqueza mundial, que hasta entonces era el

oro, se sustituyó en 1973 paulatinamente por el dólar (y tras la crisis del petróleo [de ese año], se creó el petrodólar).

Como ya no se basaba en una riqueza real, sino en la emisión de moneda, se podía

imprimir la cantidad de dinero que se quisiera

porque ese propio dinero era el respaldo de la

riqueza. Es decir la riqueza de un país se respaldaba

en papeles de colores.

¿Quién emite el dólar? La reserva federal

estadounidense, que no es estatal sino

privada desde que en 1913 el gran banquero

J. D. Rockefeller (I) consiguió en agosto, durante

las vacaciones del congreso de EE.UU y

tras sobornar a su presidente, realizar una votación

extraordinaria en la que se decidió, con

casi todos los diputados de vacaciones (y sin

teléfono móvil celular en aquella época), que

se estableciera dicha institución. El presidente

de EE.UU nombra al director. Pero quién

la controla, pues como es privada, la familia

Rockefeller (no iba a montar todo esa tramoya

para que se la quedara otro, no te jode). Desde

1913, cada vez que se imprime un dólar, el gobierno

de EE.UU tiene que pagar el precio que

cuesta hacer dicho dólar (papel, diseño, energía

para las máquinas, las propias máquinas, salarios,

impuestos, entrega, etc, y, por supuesto,

el beneficio que se lleva esta empresa privada

capitalista por emitir el dinero) a la reserva federal,

el banco privado del señor Rockefeller.

Y de ahí sale la deuda. Si un país como Chile

por ejemplo, comercia a nivel internacional ha

de hacerlo en dólares, y esos dólares se tienen

que comprar. Y a quién se compran los dólares,

pues en última instancia al gobierno de EE.UU

que, a su vez, los compra a la reserva federal.

De hecho cuando uno cambia moneda, no la

“cambia” sino que vende su moneda y compra

moneda extranjera.

Ahora, antes de contestar a la segunda

pregunta (¿en qué se basa la afirmación de

que el coronavirus es una acto de guerra biológica?),

terminemos de contestar a la primera

¿por qué una guerra? Pues porque una catástrofe

natural y una guerra son los motivos

en cualquier contrato mercantil, de seguros o

bancario considerados como “causa de fuerza

mayor”, y la existencia de una “causa de

fuerza mayor” es motivo de cancelación de

deuda. En resumidas cuentas, si la crisis es por

un motivo de mercado, porque un banquero

la caga o incumple la ley…, la deuda no se cancela,

y alguien la tiene que asumir (además de

que si millones de personas se quedan sin su

dinero, turbas enfurecidas pueden colgar por

las pelotas a los responsables) pero si le echas

la culpa a un bicho microscópico que salió del

culo de un murciélago (catástrofe natural) o a

un ataque biológico (EE.UU ya ha acusado a

China de ello) y se desata una guerra mundial,

convencional o biológica, la deuda queda cancelada. Recordemos que esta deuda era de 4

cuatrillones de dólares. Esta deuda no toda se

le debe a la reserva federal y ésta también tiene

deuda, dado que la economía mundial actual

es un intrincado y complejo sistema de relaciones

interdependientes globalizados basados en

dinero que no existe. Y como el dólar se asoció

al petróleo en 1973 [y al PIB de los países], de ahí vienen también las

fluctuaciones de los precios (eso se hizo para

paliar la especulación monetaria y poner coto

a la inflación).

Por ese motivo hay élites a la que les

interesa que la economía mundial quiebre, porque

así cancelan deuda y como el capitalismo

ya no puede crecer más tienen la oportunidad

de implantar un nuevo sistema que, al parecer,

está por definir porque según varias fuentes

bien informadas, hay varios bandos entre la

élite que pelean entre sí por la hegemonía, es

decir, por imponer su sistema. “El poder no se

comparte, se ejerce” (Coronel de Inteligencia

del Ejército español, Pedro Baños). Lo mismo

que dos estados pueden pelearse entre sí por

dinero, quienes controlan sus bancos centrales

y reservas de oro tan bien pueden hacerlo

por poder, aunque no sólo de banqueros va

esta película, también de estrategas que acaban

teniendo tanto poder como aquéllos. Lo que

se suele denominar el Estado-capital no es un

fantasma, basado en una mentalidad que es la

semilla de todo, es una estructura con gestores

y dirigentes que tienen nombres y apellidos,

solo que no necesariamente de los presidentes

de gobierno, sino de gente que es quien les abre

o corta el grifo del dinero.

Para esclarecer mejor este temita de

los bandos y del nuevo sistema, tenemos que

pasar a la segunda cabeza de la hidra.

Segunda cabeza: la

geopolítica

Es muy poco acertado, cuando observamos

las guerras arancelarias entre EE.UU y

China o entre EE.UU y la UE o los conflictos

de Rusia con UE o EE.UU, pensar que estos

bloques representan a países. Porque el poder

financiero del capitalismo va más allá de estos,

al ser lo que mueve el mundo. No obstante es

innegable que los estados regulan y controlan

la economía. Por esto mismo las distintas élites,

competidoras (que se enfrenten no necesariamente

implica que sean enemigas, aunque podría

ser también el caso) tratan de controlar los

distintos estados, sobre todo los más golosos.

Diversos expertos en inteligencia y geopolítica

(al final del artículo están las fuentes que se

pueden comprobar) nos advierten desde hace

tiempo que hay fricciones internas en los estados

por su control. Uno de los caramelitos que

las élites financieras se disputan es EE.UU. Esto

se observa con relativa facilidad si se sabe mirar

bien. La cadena de escándalos judiciales y políticos

que azotan a la sociedad norteamericana

desde hace años (más virulentos si cabe desde

que comenzara la carrera presidencial, allá por

2016) es totalmente evidente, representado en la carrera electoral y la disputa Clinton-Trump,

en la que pesos pesados del partido republicano

como los Bush o McCain pidieron públicamente

el voto para Clinton. También hubo y

hay destituciones, juicios, etc., como por ejemplo:

Diversos juicios que afectan por diversos

motivos a personalidades de la sociedad

estadounidense. Al propio presidente de

EE.UU, el magnate, no lo olvidemos, Donald

Trump quien ha tenido juicio político o impeachment

– una moción de censura para apartarlo

del puesto – por el supuesto espionaje

ucraniano a sus rivales políticos, denuncias por

acoso sexual, por tráfico de influencias y por

usar su cargo para beneficiar a sus propias empresas…,

A eminentes jueces por prevaricación

o corrupción. A grandes empresarios como

Bill Gates (juicios por monopolio y sobornos

por los que ha sido condenado a pagar cientos

de millones de dólares) o George Soros. A

miembros de las agencias de inteligencia (desobediencia,

filtraciones, espionaje) como John

Snowden y directores de dichas agencias, algunos

de los cuales aparecieron muertos por “suicidio”.

A políticos como Joe Biden (acusado de

acoso sexual),… e incluso a actores y productores

de Hollywood, siendo el caso más conocido

el de Harvey Wenstein (por qué Hollywood,

en breve lo explicamos).

En China también ha habido destituciones

e incluso ejecuciones de altos cargos

de la administración y el partido, como Zhang

Qi (2019), ministro del gobierno detenido por

corrupción, o Meng Hongwei, jefe de la interpol

en China (detenido en 2019 y condenado

este mismo año a 13 años de prisión).

Rusia también ha tenido lo suyo, con

la detención y encarcelamiento de oligarcas y

burócratas (Alena Makarova quien delinquió,

pasó a colaborar con la policía e hizo caer a parte

del gobierno ruso y bielorruso en su proceso,

Mijail Jodorkovski,…)

Oleada de destituciones en EE.UU en

el gabinete de Trump por desobedecer las órdenes

presidenciales (fiscal general, jefe del FBI,

jefe de la CIA, ministros del gobierno,…).

Mociones de censura y relevo de ministros

y presidentes de gobierno mediante impeachment

o proceso parlamentario (Salvini

en Italia, Rajoy en España,…)

Todo esto, a un buen observador, le

dice que hay una pugna por el control del aparato

estatal, porque siendo sinceros, escándalos

y abusos sexuales, corrupción, desobediencias

y tráfico de influencias por parte de muy altos

cargos de países importantes ha habido siempre

y ¿cuántas veces han salido a la luz? ¿por qué

ahora salen tantos casos y la propia justicia de

los ricos y los poderosos condena a los infractores

que anteriormente solían salir impunes?

Estos casos no parecen las típicas operaciones

de limpieza y lavado de imagen del estado sino

que lo que parece son una pugna por el control

de los mismos.

Es un error, pues, confundir a Trump

con EE.UU a Xi Jinping con China, a Putin

con Rusia, etc. Cada uno de estos sujetos, como

todos los demás, amén de sus propios intereses,

representan a una facción concreta del gran capitalismo

que pugna por el control del poder

completo del estado. Como muestra, en abril

de 2020 China, por primera vez desde 1949,

ha legislado para que el 100% de su economía

pueda privatizarse y empresas privadas, incluso

extranjeras, puedan comprar empresas estratégicas.

El único comunismo que hay a día de

hoy en el país asiático es el nombre el partido

que supuestamente lo dirige. Porque ¿sabemos

quién ha comprado casi el 70% de las empresas

estratégicas chinas y extranjeras del país? J. P.

Morgan, uno de los bancos más importantes

del mundo y propiedad de la familia Morgan.

Rockefeller tiene la reserva federal de

EE.UU, Morgan las empresas estratégicas chinas;

varios expertos en geopolítica revelan conexiones

entre el gobierno de Putin y la banca

Rostchild; han salido a la luz en España (publicadas

por los pocos medios de comunicación

que el gobierno no ha comprado con su subvención de 20 millones de euros a los medios,

tanto privados como públicos, por “emitir los

mensajes del gobierno”, y esto ha salido en el

Boletín Oficial del Estado, no en el blog de un

defensor de los annunakis) las relaciones entre

George Soros y el gobierno español, así como

hace ya unos años salieron las relaciones entre

Goldman Sachs y los gobiernos europeos (italiano

y español sobre todo). Y ¿a quién pertenecen

los principales bancos del mundo, hoy

en quiebra la inmensa mayoría de ellos? Pues a

Rockefeller, a Morgan, a Rostchild, a Goldman

Sachs, a Baruch y al vaticano. A su vez, las conexiones

entre la familia Li, dueña de Huawei

o del Bank of East Asia y el gobierno chino son

más que públicas. De hecho China ha constituido

– en enero, antes de privatizar su economía

en abril – el banco más grande de Asia,

con la unión de varios bancos nacionales, quedando

excluidos Japón y EE.UU. ¿Qué países

impulsaron el acuerdo? China e Irán. ¿Quién

firmó el acuerdo por parte de Irán? El general

Souleimani, jefe de la inteligencia iraní y hombre

fuerte del país, asesinado por el pentágono

en Iraq el 3 de enero de 2020 cuando volvía de

firmar dicho acuerdo.

¿Por qué China monta el banco más

importante de Asia y al mismo tiempo deja

que Morgan controle su economía? ¿juego

maquiavélico? ¿pugna de poder? ¿Ha sustituido

Morgan a Li en la pugna por el control

de China? Igual no tiene nada que ver pero

mientras mucha gente hacía sus cábalas, el 14

de enero Irán respondió al asesinato de Souleimani.

Un ataque a bases militares norteamericanas

en Iraq dejó un saldo de 34 muertos. Si

recordamos, la misma noche del ataque uno de

los cohetes iraníes derribó un avión ucraniano

que había salido de Teherán. El régimen iraní

negó haberlo hecho, y días después lo reconoció

pidiendo perdón. Entre los centenares de

pasajeros que iban en el avión se encontraba

Cordel Williamson, comandante de inteligencia

militar estadounidense. [días más tarde otro avión fue derribado por China, en él viajaba el jefe de la CIA, Michael D’Andrea, nadie dijo nada]. La vida está llena

de casualidades. Pero EE.UU no reaccionó a

este ataque ¿por qué? Bueno, varios expertos

afirman que era un intento por provocar una

guerra por parte de una facción y que la otra

detuvo para que no se les fuera de las manos

(ambos países tiene arsenal nuclear y aliados

con arsenal nuclear). Quizás por eso le dieron

bola a la opción, ya desplegada, del virus. Al fin

y al cabo es una guerra igual o en su defecto una

catástrofe natural. Más casualidades.

Estos ejemplos no dejan de ser anécdotas

interpretables pero ponen de manifiesto

que hay una pugna entre la gran élite financiera

por ver quién se queda con el poder tras la caída

del agotado capitalismo. Cada cual tiene su

proyecto. Varios analistas de servicios secretos

e investigadores dan su hipótesis, aquí simplemente

las recogemos, advirtiendo de que hay que ser críticos con toda la información que

llega, y posicionándonos (esto no es un “reporte

periodístico neutral”) porque aquí hay una

guerra entre facciones que se plasma en una

guerra de propaganda y los periodistas son las

ratas miserables que más están jugando en ella.

Supuestamente habría dos o más bandos

en esta élite, que competirían por imponer

un nuevo modelo, un nuevo orden mundial:

de un lado tendríamos al bando de Wall Street

encabezado por Rockefeller con sus albaceas

y managers, Soros entre otros. A este bando se

uniría Silicon Valley, con Bill Gates al frente.

Gates a través de su fundación financia (o posee)

a la mayoría de grandes farmacéuticas del

mundo y aporta el 52% de la financiación de

la OMS, cuyo director era antes empleado en

uno de los laboratorios financiados por el magnate.

Gates es hijo de un conocido eugenista,

el general William Gates III, miembro del estado

mayor de EE.UU durante la 2ª Guerra

Mundial. Luego se retiró, entró a formar parte

de una empresa científica relacionada con

la eugenesia [Planet Parenthood] en calidad de asesor y abogado y

cuando se forró más aun, fomentó la carrera

de “ese muchacho de clase media que formó su

empresa de informática en el garage de su casa”.

¿vamos intuyendo ya el papel del coronavirus

en todo esto?

Aun hay más, porque en 2015, el Instituto

Pirtbright de Reino Unido patentó

una vacuna contra un coronavirus “atenuado”.

¿Quién pagó los derechos de esa patente? La

farmacéutica Wellcome Trust y la Fundación

Gates. Las principales farmacéuticas que están

trabajando en la vacuna (de las más de 20 que

están en ello) del coronavirus son siete, cinco

de las cuales están financiadas por Gates y las

otras dos reciben donaciones (como germanvacumed,

obsequiada con 46 millones de dólares

este mismo año por la Fundación Gates). Gates,

junto con Elon Musk están patrocinando

el famoso “chip sanitario”, a implantar en las

personas como “pasaporte inmunitario”. Se

viene un futuro un poco feo.

La OMS está financiada por la Fundación

Gates, por algunas de las farmacéuticas

más importantes del mundo, por el Carnegie

College (propiedad de Rockefeller), por Coca

Cola y por China, además de otras financistas.

Entre todos aportan el 82% de la financiación.

La ONU aporta el 18%. EE.UU era su mayor

financiador (440 millones de dólares anuales)

a través de su ministerio de sanidad, en concreto

de los CDC (centros para el control de

enfermedades). En abril de 2020 Trump le

retiró la financiación a la OMS, – y en ese momento

entró China en la lista de principales

financiadores (a día de hoy 71 millones de dólares, antes 27 millones) -, y destituyó al jefe

de los CDC, Anthony Faucci. Cabe decir que

los CDC diseñan las metodologías médicas a

nivel mundial para afrontar las enfermedades

y son la principal entidad asesora de la OMS.

Además forman parte del CEPI, un comité

médico semi-privado habilitado por la OMS

para gestionar la investigación de la vacuna. ¿a

quién ha habilitado el CEPI? A 20 farmacéuticas,

entre ellas Moderna Inc, propiedad de

la fundación Gates y a germanvacumed, cuya

principal donante es Gates. De entre esas 20,

las 7 principales, ya hemos dicho que son financiadas

por Gates. El resto también reciben

donaciones de Gates en su mayoría; varias son

chinas, y están bajo supervisión de los CDC de

EE.UU por diversos acuerdos internacionales,

y españolas, también bajo la supervisión de los

CDC de EE.UU a través de su filial española,

el Instituto de Salud Carlos III (quien diseña

la estrategia médica en España). Entre las españolas

destaca el Instituto Catalán de Nanotecnología.

¿Nanotecnología? Sí porque desde

al menos 2013 tanto las vacunas de la gripe

común como del papiloma humano llevan nanotecnología

(además de aluminio, mercurio

– prohibido en Europa – glutamato monosódico,

células de animales y de fetos humanos

procedentes de abortos provocados, que jurídicamente

constituyen “material biológico”,

con lo que se pueden utilizar). De momento

nanometales pesados pero desde hace poco se

experimentan vacunas con nano-robots. Éstos

podrían interferir en el organismo humano,

transmitir y recibir datos, como cualquier otro

robot. Y para que no se queden sin datos tienen

que estar bien conectados.

Resulta que los nano-robots utilizan

conexiones 5G, cuya radiación de entre 6 y 300

Ghz puede provocar inmunodepresión, diabetes,

cáncer y neumonía. Solo por informar,

los estudios con diabetes se hacen en ratas (de

verdad, no periodistas); como las ratas no son

diabéticas hay que inducirles la diabetes para

probar en ellas los medicamentos ¿con qué inducen

la diabetes a las ratas? Exactamente, con

ondas electromagnéticas a una frecuencia de

2,7 Ghz. Esto no los decimos nosotros, sino varios

médicos que estudian medicamentos contra

la diabetes [entre ellos la doctora Susan Goldman] y que declararon en el congreso

de EE.UU cuando legislaron la implantación

de la red 5G en dicho país (que, recordemos

tienen unas ondas de entre 6 y 300 Ghz).

No nos olvidamos de la OMS de Bill

Gates porque es una autoridad sanitaria a nivel

mundial, por orden de la ONU. La OMS es

la única organización autorizada en el mundo

a declarar epidemias y pandemias. Si declara

pandemias y medidas sanitarias y está financiada

por un tipo, jefe de Silicon Valley, que se

gasta anualmente un dineral en financiar farmacéuticas

y que tiene una vacuna contra el coronavirus

patentada desde 2015 y está haciendo

un chip para “protegernos de la pandemia”,

y el resto del dinero lo ponen los Rockefeller,

Coca Cola, China (lugar donde surgió el virus)

y las farmacéuticas, que trabajan en las vacunas y los medicamentos ¿nadie ve que está todo hilado

y que hay un conflicto de intereses?

El enésimo tejemaneje del poder para

joder a la gente. Cada vez es más evidente que

magnates, políticos, científicos y empresas no

son más que gentuza. Y aquí sale el coronavirus,

o SARS-CoV-2, que según varios científicos y

geoestrategas de todo el mundo es una mutación

artificial de un coronavirus (SARS-CoV)

con otros virus o agentes biológicos. Cuidado

que esto no lo decimos nosotros ni un friki de

las sociedades secretas, lo dicen una serie de

grandes personajes médicos y científicos, políticos

y algunos militares, incluso jefes de estado.

De los científicos que lo afirman, algunos

salen del poder y otros están, relativamente, al

margen de éĺ:

Luc Montagnier, virólogo premio nobel

en medicina; Tasuku Honjo, virólogo premio

nobel de medicina; Raschid Buttar, físico

y médico; Chinda Brandolino, medica legista

y homeópata; Francis Boyle, doctor y redactor

de la la ley antiterrorista de armas biológicas de

EE.UU en 1998 [Judith Mikocich, bióloga]; el coronel de inteligencia del

estado mayor ruso Vladimir Kvachkov; Xiao

Qiang, profesor en la Facultad de Información

de Berkeley; el propio Donald Trump, quien

ha acusado a China de fabricar el virus; el ayyatolah

Khamenei, que ha acusado a EE.UU;

Adish Aggarwala, presidente del Consejo Internacional

de Juristas (quien ha presentado

una denuncia al comité de derechos humanos

de la ONU); Perumal Vivekanandan y su equipo,

virólogo; Ruan Jishou, virólogo; Li Hua,

director del Instituto de ciencia y tecnología de

Huazhong (China); Etienne Delcroly, científico;

Sonia Pekova, la mejor bióloga molecular

del mundo; Jean Claude Perrez, matemático;

la doctora Shi Zhengli, primera en detectar

en SARS-Cov-2, aunque ella no lo ha dicho

abiertamente, sino que se puede concluir de

sus informes; Ralph Baric, uno de los mayores

expertos en coronavirus del mundo; Máximo

Sandín, virólogo y profesor de biología en la

Universidad Complutense de Madrid,… la lista

es enorme. Lo que demuestra que ni la propia

ciencia se pone de acuerdo (lo cual, en cuanto

disciplina que aspira con una seguridad absoluta,

que más bien es arrogancia, a explicarnos

el mundo como verdad prácticamente incuestionable

fuera de su marco, le quita toda la

credibilidad) y que además la mayoría de los

científicos – defensores de la versión oficial de

que el virus viene de un animal – son unos mercenarios

capaces de cualquier cosa por fama y

dinero: otras ratas, como los periodistas.

Obviamente todos ellos tienen sus

propios intereses, ni qué decir de Trump y Khamenei

pero todos afirman que es un virus de laboratorio

usado como arma biológica. Ahora,

¿hecho por quién? Pues ahí es donde todos se

agarran a las piñas, porque la mayoría acusan

a China, otros a EE.UU, otros a Bill Gates y

otros no se mojan.

Pero fuera quien fuera, la jugada es redonda

porque desatan una “catástrofe natural”

o una guerra biológica de baja intensidad, arruinan

la economía (el PIB español ya ha caído el

9%, la mayor caída de su historia, y el mundial

un 3%, la mayor crisis del capitalismo), cancelan

su deuda, como han comprado empresas

estratégicas y bancos centrales de muchos estados

se hacen con el poder de los mismos, despliegan

ejércitos (20.000 soldados de la OTAN

desembarcaron en Europa el 5 de marzo de este

año, y varios países están militarizados con el

ejército patrullando sus calles, casos de España,

Italia, China, Corea, India, algunos lugares de

EE.UU,…) para evitar levantamientos y nos

confinan en casa “por nuestra salud”. Los estados

transfieren su poder de manera extraoficial,

porque aplican sus medidas, a la OMS… esto

ya suena a gobierno mundial, algunos líderes

europeos y hasta el propio Trump incluso lo reconocen

abiertamente en televisión. La propia

OMS advierte en ruedas de prensa que podría

entrar en casas de gente y llevarse a “asintomáticos”

a lugares de confinamiento, Italia y España

preparan test masivos y habilitan lugares a tal

efecto – aun está por ver si lo realizarán o no,

ahora o más adelante -, como han hecho China,

Corea, Taiwán, Singapur o Vietnam. En la web de la OMS se afirma que para 2030 tienen

el objetivo de que toda la población mundial

esté vacunada contra la pandemia (vaccine

2030 program). ¿Con la vacuna de Gates? ¿la

que puede tener nano-robots? ¿el mismo tipo

que fue juzgado y expulsado de la India porque

sus vacunas lisiaron a 450.000 niños? ¿el que

ha afirmado públicamente en televisión que

la vacuna contra el nuevo coronavirus matará

a 770.000 personas, el doble de los supuestos

muertos causados por esa misma enfermedad?

Varios lugares del mundo hablan ya del “pasaporte

inmunológico”, entre ellos España, y Dinamarca

ya ha cambiado la constitución para

vacunar forzosamente a la población, algo ya

aprobado en su parlamento. La mayoría de

países del mundo recoge en sus constituciones

disposiciones para vacunar por la fuerza a la

población. Lo que está por ver es si las circunstancias

actuales son suficientes para aplicar esas

disposiciones sin contravenir otras disposiciones

sobre derechos, pero la OMS ya ha dicho

que vacunas forzosas y confinamientos no

atentan a los derechos humanos al ser “causas

de fuerza mayor” por seguridad pública. Todo

sea por la seguridad.

Cuando reconstruyan la economía,

porque está arruinada y hay que reconstruirla,

el nuevo mercado será la tecnología (chips,

nanotecnología, 5G, ordenadores para el “teletrabajo”,

armas tecnológicas para el ejército

y policía, drones,…) y los fármacos y vacunas.

Es muy probable que estemos caminando hacia

una dictadura totalitaria tecno-científica post

capitalista más parecida al feudalismo que a

otra cosa. Y si de paso muere gente mayor por

el camino (la única sensible a un virus que no es

tan terrible como nos quieren hacer creer pero

que mata, como todos los virus si no se tiene

cuidado), pues mira, reducción de población y

de gasto estatal. Muy probablemente esta situación

que vivimos sea un ensayo para que nos

vayamos acostumbrando a una “nueva normalidad”

y que en un futuro no muy lejano, esa

“normalidad” pueda empeorar por otros brotes

más virulentos de este u otros virus y ahí sí, por

nuestra seguridad, nos puedan endosar un tipo

de estado más parecido al chino y una nueva

economía, digital, por supuesto.

Wall Street, Silicon Valley… Hollywood,

como aparato de propaganda (de ahí

el contra ataque de la otra facción, arruinando

las carreras de esos depravados), y sectores de

la propia China. Es decir la élite liberal/financista

favorable a la globalización y a las finanzas

especulativas. Éstos son quienes más deben

porque no producen riqueza, sólo la controlan.

Y son los más interesados en cancelar su deuda

cargándose la economía. Tienen varios bancos

centrales de estados en su poder y muchos

políticos títeres (todos lo son, sólo hace falta

discernir de quién) como el sector mayoritario

del partido demócrata, gran parte del partido

comunista chino, parte de la banca asiática y

casi toda la socialdemocracia y los democristianos

europeos y controlan la mayor parte de las

agencias de inteligencia de EE.UU y gran parte

de su burocracia.

¿La otra facción? Varios expertos hablan

de los Rostchild (¿?) [pero definitivamente éste está asociado al bando financista, como no podía ser menos], algunas petroleras, la

gran industria pesada proteccionista, Donald

Trump, Putin, Xi Jinping (los tres intentando

controlar sus respectivos gobiernos), el vaticano,

o una parte de él, y bancos asiáticos. Justo quienes más critican a

la OMS. Sus títeres suelen ser la derecha populista

y nacionalista americana y europea y

sus políticos. ¡Vaya consuelo!. Y qué quiere

esta gente. Pues supuestamente querrían, aunque

no hay pruebas de ello, volver a la riqueza

real, del patrón oro e implantar una dictadura

conservadora o una democracia aun más autoritaria

(qué más da, si ellos poseen la riqueza)

en la que la gente tenga un cierto nivel adquisitivo

para poder consumir lo que la propia

gente produzca en un modelo productivista

que mitigue desigualdades sociales. Una especie

de peronismo o de populismo de derecha.

Nada halagüeño ninguno de los proyectos de

las élites, como no podía ser de otra forma, porque

el poder es así. Siempre se adapta o crea las

condiciones que posibiliten su expansión y su fortalecimiento. Obviamente todos estos análisis

se están haciendo de una manera resumida

y general, porque la realidad es mucho más

compleja y entran más factores en juego. No

hablamos de un plan teleológico predestinado

contra el que no se pueda hacer nada, sino

que describimos, concretando, algunas de las

manera y herramientas que tiene el poder para

ejercer su dominio de una forma más cómoda

para él. No en vano, el sueño de todo gobernante

es tener una población mansa que no le

complique la vida con revueltas. Aunque con

cientos de miles de militares y policías por las

calles de un mundo confinado, la revuelta ha

de entrar sí o sí en un nuevo escenario y nuevas

formas de materializarse, dado que la fuerza física

no está de su lado.

Pero para ir concluyendo vamos a la

otra cabeza de la hidra, donde concretaremos

más sobre el virus y sobre sus ensayos.

Tercera cabeza: la salud

¿Qué es lo que más aterra a la gente?

Podemos afirmar que básicamente, morir. Si

uno no puede sustentarse ni sustentar a su familia,

podría morir, esto puede conllevar a la

desesperación pero siempre puede haber alguna

forma de ganarse el sustento aunque sea

despreciable. Sin embargo, qué puede hacer

uno con la salud. La salud está en manos de

expertos, la gente por regla general no tiene ni

la más puñetera idea de lo que le pasa, de qué

enfermedad tiene o de cómo se puede curar.

Obviamente la economía y la política también

están manos de expertos, incluso la violencia,

pero en el peor de los casos uno puede robarle

a alguien para sobrevivir, intentar influir en su

entorno (incluso entrando en un partido político)

o hasta procurarse un arma para defenderse.

Pero con la salud esto no es tan sencillo.

Alguien que no tenga ni idea, primero preguntará

a un médico y si no se fía buscará información

por su cuenta. Aquí surge un problema,

la información la buscará sobre la materia que

comúnmente se llama “medicina”, es decir, medicina

capitalista. Y la llamamos así porque esta

medicina surgió con Paracelso, en el siglo XVI [y con Descartes, medio siglo después],

justo cuando nació el capitalismo. Paracelso

cambió totalmente la medicina de la época,

hasta entonces hipocrática, y [con e tiempo], la hizo digerible

tanto para la cúpula de laIglesia como para el nuevo sistema

que nacía.

Así que la medicina capitalista se fue

desarrollando bajo unos parámetros bastante

reduccionistas y luego cayó bajo el total control

de la economía. Porque así como el capitalismo

es un sistema de producción en masa,

en cadena, la medicina también trata en masa,

en cadena, porque de lo que se trata es de que

el trabajador vuelva a trabajar cuanto antes y

además consuma fármacos para mayor rentabilidad.

Y si el capitalismo funciona así en todos

los aspectos de la vida, ¿qué hace pensar que

fuera a ser distinto con la salud?. Más adelante

la “medicina” cayó bajo el absoluto control de

las farmacéuticas, ya tras la 2ª Guerra Mundial.

No es de extrañar que las primeras empresas farmacéuticas fueran fundadas, a finales del siglo

XIX, por Rockefeller, Morgan, Rostchild,

Baruch y Goldman Sachs. La explosión farmacológica

tras 1945 vino porque la ciencia

descubrió que se podían sintetizar moléculas

mediante el petróleo, con lo que las plantas y

las sustancias naturales, que se empleaban de

manera mercantilista hasta [más o menos] esas fechas o se sintetizaban

de forma menos rentable, pasaron a

resultar innecesarias.

Si alguien busca información sobre

“medicina”, obtendrá lo que los expertos médicos

afirman en sus prestigiosos estudios.

¿Quién dirige, selecciona, valida y financia esos

estudios? ¿quién decide qué programas se enseñan

en las facultades de medicina? ¿Quién establece

los protocolos médicos? ¿Quién es la única

autoridad sanitaria mundial a la que incluso

los estados deben obediencia en esta materia?

La OMS. ¿Quién financia la OMS?

La OMS se funda en 1948, por los

acuerdos de Bretton Woods de 4 años antes.

En esos acuerdos se diseñó cómo iba a funcionar

el mundo. Se creó la ONU, se creó el Banco

Mundial, el Fondo Monetario Internacional

y la OMS, dependientes políticamente de la

ONU. En 1978 se promulgó la ley Rockefeller,

por la que la OMS podía recibir financiación

privada. Pero si hasta esa puñetera ley lleva su

propio nombre, Rockefeller.

Así pues, si uno busca algo sobre “medicina”

se le remitirá a los programas, protocolos

y conocimientos de la comunidad médica

internacional, es decir, de la OMS. Otra información

está desprestigiada, incluso dentro de

la propia “medicina”. Hay corrientes dentro de

la ciencia actual “occidental” que están totalmente

marginadas por la comunidad científica

internacional y por la propia OMS. Ni que decir

de las terapias naturales, que a la persecución

mediática e incluso legal (en España se intentaron

ilegalizar hasta 56 tipos de medicinas

naturales distintas en 2019) tiene que sumar la

invasión de intrusos delirantes que recomiendan

cualquier estupidez para enriquecerse a

costa de pobres crédulos.

Entonces, como íbamos diciendo, la

mayoría de la gente, no sólo cree en los expertos

sino en sus conocimientos. Si a la gente le

entra el pánico por miedo a enfermar o incluso

morir, hará lo que sea con tal de evitarlo, incluso

quedarse encerrada aunque sea una auténtica

idiotez y una barbaridad sanitaria. De

hecho, mucha gente pedirá desesperada que la

ayuden. En España es un clamor la petición

de test masivos para detectar el coronavirus

aun cuando no sirven para nada. La propia

gente pediría un estado totalitario con tal de

sobrevivir. Y todo porque jamás se preocupó

por su salud, lo dejó en manos de expertos.

Ahora sufrimos las consecuencias del delegacionismo

y de la autoridad, sea del signo

que sea.

Pero porqué los test no sirven.

Si mueren cientos de miles de personas

¿cómo no tomar medias por muy drásticas

que sean?. Vamos a ver.

Un virus es un microbio

que tiene genoma. Puede tener ADN o

ARN. Coronavirus es una familia muy amplia

de virus, que producen el constipado

común, algunos tipos de gripe y algunos tipos de neumonía. Se dice que existe en la

naturaleza desde por lo menos el neolítico

pero la gripe y los constipados, virales, sólo

se constatan desde 1800. ¿y antes? No nos

dan una respuesta concisa ni que prueben su

existencia antes de dicha fecha, la de la primera

epidemia de gripe. Había neumonías,

claro, porque son tipos de infecciones respiratorias.

Había fiebres, claro, porque son

una reacción del cuerpo (de hecho prueba a

salir en invierno de casa en pelotas 10 min

y vuelve a entrar, y vamos a ver qué ocurre

al día siguiente). Había estornudos y tos,

ciertamente. Pero ¿quién dice que estas

afecciones tengan que ser provocadas por

un virus? Pues lo dice la OMS. Según esta

organización las patologías solo pueden ser

producidas por: virus o bacteria, radiación,

agente químico. Lo dicen en su declaración

de lo que es una enfermedad. ¿quién decreta

las pandemias y las epidemias? La OMS y ¿por

qué todas las pandemias, desde que existe la

OMS, son provocadas por virus? Porque un virus

se puede tratar con fármacos, que se comercializan

en cualquier farmacia producidos por

las farmacéuticas. La radiación es muy difícil y

cara de tratar, igual que un agente químico. Si

una persona media, que no viva bajo el umbral

de la pobreza, se agarra una gripe, se puede pagar

una aspirina o pastillas similares pero no es

probable que se pueda pagar un tratamiento

para la radiación o un químico. El capitalismo

se basa en la producción en masa, como explicamos

antes, luego 2+2=4 ¿Y quién financiaba

la OMS?

¿Por qué dice la OMS que los virus

crean las enfermedades? Esto lo “descubrió”

Pasteur, a finales del siglo XIX, cuando se crearon

las farmacéuticas. De hecho Pasteur tuvo

una pugna científica con Koch [y con Claude Bernard, quien decía que en una enfermedad lo decisivo es el medio y no el patógeno], cuyos postulados

se siguen para aislar los virus y detectarlos.

Pero ganó Pasteur (aunque hubo de incorporar

algunas tesis de Koch, previamente modificadas)

porque las farmacéuticas le hicieron caso

a él y los médicos más prestigiosos del mundo,

que trabajaban en las instituciones de salud

más relevantes de Europa apostaron por sus

tesis. Y apostaron por sus tesis porque si todo

lo produce un virus o una bacteria las farmacéuticas

se hinchan a vender pastillas y si lo

produce un desequilibrio en el cuerpo, con un

poco de descanso y buena alimentación quizás

sea suficiente y las farmacéuticas no ganan dinero.

¿Y recordamos quien fundó las primeras

farmacéuticas modernas? Rockefeller, Morgan,

Rostchild, Baruch… los grandes financistas y

capitalistas.

Pero es muy difícil detectar un virus.

De hecho los virus corona aparecen realmente

en escena, al menos se les identifica como tal,

en 1964, y hay algunas voces (ex-miembros de

servicios secretos) que afirman que se crearon

a partir de otros virus en un laboratorio. Justo

como el SARS-CoV-2. ¿Se puede modificar

un virus? Sí, aunque es muy difícil, pero puede

mutar. Y que mute naturalmente es realmente

difícil. Es más fácil hacerlo mutar artificialmente,

como por ejemplo incubando un virus humano

en huevos de gallina (lo más habitual y

antiguo) o mediante las vacunas. Es sencillo de

explicar, el virus entra en contacto con otros virus

y al infectar un medio hibrida

y se modifica.

Las vacunas actuales son una gran

fuente de enfermedades porque producen muchas

veces mutaciones de virus. Por qué. Por

cómo se fabrican. Para combatir un virus con

medicamentos o sacar una vacuna, hay que

aislar el virus (siguiendo los 4 postulados de

Koch), y una vez aislado, secuenciarlo. Pero

aislar un virus es tedioso, difícil y caro. En el

organismo humano hay más de 10 billones de

virus (un 10 seguido de doce ceros). Además

tener un determinado virus no significa que el

virus te infecte, y aunque te infecte no significa

que produzca una enfermedad, y tampoco tener un virus significa

que se transmita. Si un virus no está correctamente

aislado no se puede hacer la secuencia de

su genoma (que está compuesta 30.000 letras

de ADN o ARN), y ésta ha de ser completa.

Revisando los estudios publicados sobre el coronavirus

(miles) se comprueba que nadie lo ha

aislado. Esto es importante porque dentro del

organismo un virus es muy difícil de distinguir

de otros o de otras células o material biológico

porque se mezcla con ellas para supuestamente infectarlas y reproducirse.

Si se saca una muestra mezclada y

se secuencia, las 30.000 letras de la secuencia

del genoma no son las mismas que las del virus

porque se ha mezclado, luego la vacuna no valdrá

y al inoculárnosla lo que hará es que el virus

“verdadero” se mezcle con el virus inoculado y

mute. Además si no se tiene la secuencia, el virus

no se puede detectar porque el test se fabrica

con la secuencia. Los test que detectan el coronavirus

se han hecho con una secuencia que,

como sus propios secuenciadores afirman, es

una “recreación bioinformática” (informe del

Dr. Na Zhu, primero en secuenciar el virus)

del virus “detectado” (no dice aislado) de 500

letras. Quinientas sobre treinta mil. ¿Cuántas

posibilidades de que una combinación de 500

letras, sobre la base de 6 letras que se combinan

hasta formar 30.000, compartan 500

letras iguales? Es como si buscáramos a una

persona en Alemania y nuestra descripción

fuera que es una mujer rubia. Entonces ¿quién

dice que está aislado y secuenciado el virus?

La OMS, ¿y quién ha compartido la secuencia

de su genoma? China bajo la supervisión de la

OMS. Y es curioso porque se empieza a estudiar

este virus el 31 de diciembre de 2019, se

aísla (según la OMS porque la doctora que lo

localizó dijo “detección” y fue Shi Zengli) el 7

de enero y el 11 de enero se anuncia su secuencia

(según la OMS porque el Dr. que lo realizó

presuntamente, habló en un estudio de “recreación

bioinformática”). Una rapidez inédita en

la historia. Guiness de los records por aislar un

virus en una semana y secuenciarlo en 4 días,

cuando son trabajos de años (el virus del sarampión

por ejemplo aun no ha sido aislado ni secuenciado,

lo que no impide que se fabriquen y

administren vacunas contra él). Además, estos

investigadores chinos, en particular Na Zhu –

porque Shi Zengli no publicó su estudio solamente

envío un informe a la OMS que ésta no

ha hecho público pero cita -, dejan muy claro

que “no han seguido los postulados de Koch”.

Estos postulados son los que reconoce la OMS

para aislar y secuenciar un virus, si no los han

seguido en este caso ¿por qué mierdas reconocen

el aislamiento y la secuenciación genética

cuando además quien lo ha investigado habla

solo de “detección” y “recreación”?

Si no se sabe distinguir el virus, ¿cómo

es que se distingue la causa de las muertes? Porque

de gripe cada año se contagian 6 millones

de personas en el mundo y 650.000 mueren de ella. ¿Qué pasa, que ya nadie ha muerto de gripe,

solo de coronavirus? Si [en el momento de escribir este artículo] hay 3 millones de

contagiados y 250.000 muertos por covid-19,

la enfermedad generada por el SARS-CoV-2, y

cada año se contagian y mueren el doble por

gripe, ¿por qué no se declaran pandemias por

la gripe y sí por covid-19? Si los muertos y contagiados

de covid-19 hay que añadirlos a los

muertos y contagiados por gripes y neumonías,

¿por qué no hay más muertos? Porque las tasas

de mortalidad en los países no han aumentado

significativamente. En España, por ejemplo,

en 2019 murieron entre enero y abril 145.000

personas; este año han muerto 152.000, si los

muertos por covid-19 son de 27.000 ¿qué pasa

con los otros 20.000 muertos? ¿o es que este

año hubieran muerto 20.000 menos

de lo normal cuando la mortalidad en Europa

aumenta cada año? Las cifras no cuadran y las

están inflando para hacernos creer que esto es

peor de lo que es y así asustar a la gente y que

acepte lo que ya llaman en muchos países europeos

la nueva normalidad.

El 80% de la gente que muere de covid-19 tiene

más de 80 años. Otro 10% tiene más de 70 y

el otro 10% es de gente de entre 40 y 70. No

se hacen autopsias porque la OMS no las recomienda.

¿entonces cómo van a saber cómo funciona

el virus? No dicen si las personas muertas

de entre 40 y 70 años estaban vacunadas o polimedicadas

o los efectos que sobre sus cuerpos

pueden haber tenido la radiación, la contaminación,

etc.

Se ha suministrado en hospitales de

medio mundo ibuprofeno, que es un anti-inflamatorio,

porque aducen que el virus afecta al

pulmón y al infectarlo se inflama. Pero el ibuprofeno

reduce las defensas y produce efectos

secundarios muy graves, entre otros sobre el intestino,

además de inmunodepresión. El virus,

teóricamente afecta al pulmón y al intestino

porque infecta a la proteína ACE 2 que regula

las funciones tanto de pulmón como de intestino

(lugares muy importantes para el sistema

inmunológico). Entonces, si el virus afecta a

pulmón e intestino y si el ibuprofeno hace bajar

las defensas ¿para qué demonios se trata a la

gente con ibuprofeno? ¿por qué la gente en su

ignorancia se lo toma? ¿será porque es uno de

los fármacos más vendidos en el mundo? Podemos

afirmar bien alto y claro que en los hospitales

de muchos países, sobre todo en España,

los médicos por estupidez, por arrogancia, por

ignorancia, por cobardía o por maldad, están

matando a la gente.

Además el virus se está tratando [en algunos países] con

medicación para la malaria o el VIH, como

la cloroquina, toda muy perjudicial por los

efectos secundarios que producen, casi todos

problemas renales, intestinales e inmunodepresores.

El médico saturado y asustado, se ve desbordado,

recurre a los protocolos médicos porque

ya no sabe qué hacer, y no quiere ningún

tipo de responsabilidad penal o administrativa

en las muertes. Y, nuevamente, ¿quién redacta

esos protocolos? La OMS. ¿Qué no se estudia

en medicina? Virología. Se estudian muchas

cosas en las carreras de medicina pero aunque

se ven patógenos no tienen ninguna asignatura

específica de virología. Muy raro cuando “los

virus, los agentes químicos y la radiación, producen

las enfermedades patógenas” como bien

nos recuerda la OMS. ¿quién supervisa y valida

el conocimiento que se imparte en las facultades

de medicina? La OMS [y sus asesores, los CDC].

El virus no afecta a los niños, cuyas

defensas hasta los 7 años no se conforman. Si

la gripe y otras aflicciones sí los alcanzan, ¿por

qué covid-19 no?

“Alguien” ha contagiado a la gente,

matado a mucha, inflado las cifras de muertos e

impedido las autopsias para aterrorizarla y que

se quede impasible mientras las élites se cargan

la economía desde arriba y sustituyen un sistema

agonizante por uno nuevo, probablemente

dictatorial y tecnocrático donde los viejos mecanismos

de opresión como la democracia han

quedado obsoletos y se renuevan por otros tecnocientíficos,

antes los cuales la población no

va a decir nada por miedo. Es como si George

Orwell hubiera resucitado y nos estuviera escribiendo el futuro, o al menos eso parece. La

pandemia falsa declarada por la OMS es un

ataque biológico que enferma y mata pero que

aun así no entra dentro de los requisitos médicos

para declarar una pandemia (o eso o sí

los cumple pero entonces nos están ocultando

muchas cosas); pero claro esos requisitos fueron

modificados por la OMS en [2009, unos años antes

de entrar] su nuevo director, justo después

de haber sido sustituido como ministro de sanidad

por el gobierno dictatorial comunista de

Etiopía por un escándalo sobre la epidemia del

cólera. El gobierno etíope ha sido acusado de

genocidio por falsear esta pandemia. ¿Para qué

declaran una falsa pandemia? Pues además de

para forrarse, como hemos visto, para un cambio

de paradigma. Y como todo lo que viene

del poder, nos va a arruinar la existencia.

¿Y por qué decimos que es una falsa

pandemia? Porque los muertos por covid 19

no pueden distinguirse de los muertos por gripe

o neumonía y ante tal circunstancia se ordena

(y se han filtrado los documentos que lo

prueban) en muchos países cambiar el motivo

de la muerte a covid-19 cuando hay neumonía,

inmunodeficiencia o cáncer. Es decir, el número

de muertos no es que aumente mucho, simplemente

se cambia la causa y se “reorganizan”

las cifras.

Una prueba más de que esto está orquestado:

el 18 de septiembre de 2019 se realizó

en Wuhan un simulacro de epidemia de

coronavirus. Lo publicaron los medios chinos

pero en enero de 2020 esa información se borró

de la red. En Wuhan hay decenas de laboratorios,

varios estatales, otros participados por

EE.UU, otros privados. De aquí, del laboratorio

del instituto de virología de Wuhan, “escapó”

el SARS-Cov en 2002 y de aquí “escapó”

según casi todo el mundo (porque la teoría del

murciélago solo se la creen los tontos, y más

con las pruebas sobre enfermedades zoonóticas

aportadas por la nueva biología – corriente que

surgió en los 80 – y los médicos que trataron

covid-19 en Wuhan) el SARS-CoV-2. Dos

pandemias mundiales en 18 años, en el mismo

laboratorio. Venga ya, esto es como tener

2 Chernobil o dos Fukushima seguidos en la

misma central nuclear.

Pero lo más curiosos viene cuando el

18 de octubre de 2019 se hizo exactamente el

mismo simulacro en New York. En un hotel de

la ciudad se reunieron 150 personalidades de

los servicios de inteligencia, las farmacéuticas,

la industria tecnológica, la banca y las aseguradoras,

además de reconocidos médicos. Esto se

hizo público y el propio coordinador del evento,

Richard Hayknes, habló de ello ante medios

de comunicación de todo el mundo, meses después

del simulacro, eso sí. Este evento estuvo

organizado por la OMS, la Fundación Gates,

la Fundación John Hopkins, varias farmacéuticas,

el Foro Económico Mundial (Davos) y

los CDC de EE.UU (antes de que su director

fuera relevado del puesto y antes de que el gobierno

estadounidense retirase la financiación

a la OMS). El simulacro consistió en un gabinete

de crisis que tomaría decisiones sobre una

hipotética pandemia provocada por un nuevo

coronavirus (tal cual). Y las medidas que se están

tomando en todo el mundo, tanto a nivel

sanitario como económico, son las que decidieron

en dicho simulacro llamado “Event 201”.

En el Foro de Davos de 2020, en su

bloque medioambiental y de salud ya se habló

de la vacuna para el nuevo coronavirus. Lo

gracioso es que el foro de Davos se realizó del

23 al 27 de enero y para esas fechas el nuevo

coronavirus sólo había afectado a 10.000 personas

en Wuhan (una ciudad en la que mueren

30.000 personas cada año de gripe), con apenas

unos poco muertos, y a 130 personas fuera de

China. Vaya rapidez el Foro de Davos (Foro Económico Mundial), cuyas cumbres se

preparan con antelación y los órdenes del día

y las agendas se fijan con muchos meses de antelación.

El foro, organizado por Bill Gates y

George Soros, había financiado y organizado

el simulacro de New York. Cuánta casualidad

pero como decía Bertrand Russell: “en política

no existen las casualidades”.

Las tres cabezas de la hidra nos están

esclavizando, si no hacemos nada pronto seremos,

más que nunca, meros títeres en las manos

de los poderosos. No podemos confiar en

ningún poder, en ningún salvador porque no

lo hay. Y todo supuesto opositor que nos diga

que hay que apoyar a tal o cual estado, tal o cual

partido o sindicato o pedir tal o cual reforma

no es más que el anestesista de esta operación

de cirugía social. Muchos temen al virus pero el

virus no tiene por qué enfermar a nadie y la covid-

19 se cura con vitamina C, té verde, buenos

alimentos y ejercicio físico, respirando bien y

manteniendo la calma. Y esto se lo puede autogestionar

la propia población. Algunos estados

han aplicado algunos remedios naturales con

éxito, lo que prueba la eficacia de estos métodos

aunque deja el problema de fondo intacto,

no hay que delegar en los supuestos expertos,

pero evidencia que el conocimiento tradicional

de salud es un buen conocimiento para colectivizar,

porque por autogestionar, también la

gente puede autogestionarse la salud con ibuprofeno

y morir como chinches.

Quienes estén más afectados por la

edad, la inmunodeficiencia, la contaminación,

la polimedicación y las radiaciones lo tendrán

peor, pero en varios hospitales de China, Alemania

o Cuba, desesperados, recurrieron, como

hemos dicho, a tratamientos naturales y tuvieron

una eficacia del 91% de curaciones. Países

como Suecia por ejemplo, con un número muy

bajo de afectados y más bajo aun de muertos,

han dejado que toda la población se contagie,

porque así es como una persona se inmuniza

del virus, teniéndolo y dejando que sea su

propio cuerpo con la ayuda de la alimentación

sana y el ejercicio acabe con él. Si esto no fuera

así, la humanidad hubiera perecido ya hace milenios

a manos de los más de 30.000 billones

de virus y bacterias que existen. Esto que han

hecho algunos países, por mera desesperación,

lo podemos hacer todos, no hay por qué delegar

porque ya vemos a dónde nos conduce la

delegación: al desastre.

Acabamos con un refrán georgiano

que dice que las ovejas, temiendo al perro, fueron

devoradas por el pastor. Hay que dejar de

ser rebaño, y aunque el ejército está desplegado

en muchos lugares para evitar levantamientos,

luchar con todas nuestras fuerzas e inteligencia

(ahora más que nunca) contra esto porque si

no lo hacemos ahora ya no podremos hacerlo

más. Mejor vivir un día como un león, que cien

como un cordero.

Fuentes

Joseph, P. Zeitgeist: the movie. 2007

Anónimo. Mah JOng. Guía para NO

sobrevivir sal coronavirus. 2020

Estulin, D. El club de los inmortales.

2013

Carrillo, B. El cielo en la tierra.